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En realidad uno comienza una vida completamente nueva.
De aquí en adelante ere tú quien decidirá Dios.
Aquí y desde ahora tú tomas el mando.
Yo no puedo crear mi propia felicidad.
Ahora debes ayudarme. Desde ahora tú tomas el mando.
Maria Skogsrud creció en una familia cristiana en Estocolmo.
Durante su infancia ella había recibió la fe en su hogar. Pero en su adolescencia no era fácil creer.
Yo creía en Dios y tenía ganas de creer en Dios.
Pero me vinieron muchísimos pensamientos, pensamientos de duda como:
¿Será que Dios no existe? ¿Y si las cosas simplemente son? Este tipo de pensamientos.
Pero recuerdo que entonces me sentí mal. Yo no quería pensar así, yo quería creer.
Y entonces oré a Dios. No recuerdo qué fue lo que pedí, pero oré a Dios.
Entonces comencé a pensar en personas temerosas de Dios que yo conozco.
La personas más piadosas que conozco, que eran un gran ejemplo para mí.
Entonces desapareció la duda. En realidad me convencí. Porque ví que,
aunque Dios no existiera, esa vida me hace feliz.
Entonces de todas formas quiero vivirla.
Pero los amigos de Maria no eran cristianos.
Y en muchas maneras Mari se sentía fuera del grupo de amigos.
Un montón de cosas a ellos les resultaba fácil hacer,
con lo cual se podían divertir.
Mientras que yo en realidad sentía que no me podía alegrar con esas cosas.
Yo tenía que ser una del grupo y tenía que participar
No podía sentirme feliz en eso. Yo no me sentía en casa entre ellos.
Yo no era como ellos. Yo tenía otra cosa dentro de mí.
Hice muchas cosas que yo sabía en mi conciencia que eran malas.
Me sentía intranquila en mi interior y muchas cosas que hacía eran completamente incorrectas.
Cada vez que abría la Biblia sentía que sólo recibía mala conciencia,
tenía que tomar decisiones, entraba en luchas y me sentía juzgada.
Pero no tenía la esperanza de salir de eso así que casi dejé de leer la Biblia.
Pero el día en que dí todo mi corazón a Dios, ese día la Biblia fue un libro totalmente nuevo.
Porque entonces sí tenía buena conciencia.
Yo había arreglado esos asuntos por los cuales yo sabía que tenía mala conciencia.
Yo tentía una buena conciencia, una conciencia limpia y tenía una buena relación con Dios.
Entonces podía leer y sentir que que todo lo que estaba ahí era para mí.
Y por supuesto que al comienzo iba arriba y abajo conmigo,
Aunque yo me mantenía firme en mi decisión de vivir para Dios el resto de mi vida.
Pero al principio mis sentimientos eran muy fluctuantes,
Es como aprender a caminar. Al comienzo iba para arriba y para abajo.
Yo sólo tenía que mantenerme firme y así empezó a funcionar paso a paso.
Uno debe dar su corazón a Dios.
Él no quiere tener, "hijo mío, hija mía, dame tu corazón". Él quiere nuestro corazón.
Y después de eso, en realidad mi vida ha sido
rica, interesante
Y me puedo alegrar por el futuro.