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Me gustaría que todos Uds. cerraran los ojos
¿Cerrados?
Bien, ahora no me pueden ver,
pero estoy montada en un monociclo,
y haciendo malabarismo con cientos de bolas.
Pero mantengan los ojos cerrados, es genial, pero...
Cierren los ojos e imaginen a un ingeniero.
¿Todo el mundo tiene ya la imagen en su mente? ¿No? ¿Sí?
Bien, abran los ojos.
Levanten la mano si imaginaron a un tipo sentado sólo frente a un computador.
Quizás algo tipo genio... con un protector de bolsillo.
Levanten la mano si imaginaron a un conductor de trenes.
(Risas)
¡Esas son muchas manos!
Levanten la mano si imaginaron un tipo joven con sudadera.
Quizás, un poco como Mark Zuckerberg.
Levanten la mano si imaginaron a alguien que se ve como yo.
Bien, no muchas manos.
Bueno, si no levantaron la mano para mí,
me gustaría que se marcharan, por favor.
(Risas)
No, estoy bromeando.
Si no levantaron la mano, está bien. Me sucede todo el tiempo.
Usualmente cuando le digo a la gente que soy ingeniero me miran y dicen:
"Ja, no, en serio, ¿qué es lo que haces?"
O me miran y dicen: "Debes ser una especie de genio".
O, mi favorita, es cuando le dije a mi madre que quería estudiar ingeniería:
"Eeeeh, ¿por qué?"
(Risas)
La realidad es que soy una mujer ingeniero y soy una minoría.
Sólo el 11% de los ingenieros
en los Estados Unidos son mujeres.
¿Qué importa? ¿Por qué debería importarnos?
¿Qué tiene?
Dejemos que los hombres hagan todo la ingeniería.
Los ingenieros son los que están realizando los mayores avances en nuestra sociedad.
Están solucionando cosas como el cambio climático,
logrando avances tecnológicos en la medicina,
desarrollando varias de las tecnologías que están cambiando nuestras vidas.
Estas son cosas que utilizamos diariamente y que mejoran nuestras vidas.
Y cuando la mitad de la población son mujeres
merecemos tener la perspectiva femenina.
Sólo mejorará si contamos con la perspectiva femenina.
Pero hoy en día, la ingeniería es un club sólo para hombres.
Y yo no encajo.
Pero hoy vengo a compartir mi historia,
de cómo descubrí mi pasión por la ingeniería
y vengo a hacer un reclamo audaz.
Yo no encajo, pero creo que nuestras niñas sí lo harán.
Así que esta soy yo cuando era pequeña. Tenía 6 años.
Era una niña normal que amaba el ballet y dibujar y andar en bicicleta.
Crecí en una pequeña ciudad, en Rhode Island de 6 años.
Casualmente esta es más o menos la edad a la que las niñas pierden el interés
por las matemáticas y la ciencia.
Así de pequeñas.
Y es interesante, la gente piensa, bueno biológicamente,
tal vez, las niñas no son tan buenas en esas materias y así es como es,
no se puede pelear contra la naturaleza.
Pues se realizó un estudio recientemente
en 65 países alrededor del mundo, donde examinaron a niños y niñas
con la misma prueba de ciencias.
Alrededor del mundo las niñas superaron a los niños,
no así en los EE.UU.
Lo que este estudio sugiere es que no es un asunto biológico.
Esto es algo cultural.
Y esta es nuestra cultura.
Esto es con lo que crecemos como niñas.
La zona de juguetes, el ejemplo perfecto de nuestra cultura,
donde se nos enseña desde una edad muy temprana
que queremos ser princesas.
Recuerdo cuando era pequeña
que los adultos me daban palmaditas en la cabeza.
Bueno, de hecho provengo de una familia judía, así que me tomaban por el
y decían: "Debbie, eres tan lista, qué bien por ti".
Y recuerdo que como niña me sentía tan decepcionada
y deseaba que me dijeran que era bonita.
Yo quería ser bonita, no quería ser lista.
Para el momento en que llegué al último año de la preparatoria
estaba solicitando entrar a universidades
y pedí a mi profesora de matemáticas
que escribiera una carta de recomendación para mí.
Y me dijo, "Está bien Debbie, ¿qué quieres estudiar?
para que pueda ponerlo en la carta".
Y le dije que no sabía, ella dijo, "¿Qué te parece Ingeniería?,
creo que serías realmente buena".
Y pensé, ingeniería...
Cerré mis ojos y visualicé a un conductor de tren.
(Risas)
No tenía la más remota idea de lo que era la ingeniería.
Y estaba demasiado avergonzada para preguntarle,
no quería sonar estúpida, pero pensé,
¡Ugh! No, para nada, ingeniería.
Eso es para chicos, es intimidante y es aburrido,
por qué pensaría que a una chica tan creativa y artística como yo
le podría interesar la ingeniería ¡para nada!
Pero fui a Stanford, que era la gran cosa en mi escuela,
lo anunciaron por los altavoces.
Y cuando llegué a Stanford mi primer año
no tenía la menor idea de en qué matricularme.
Pero ese mensaje que me había dado mi maestra de matemáticas:
"Ingeniería, deberías darle una oportunidad",
se había quedado en mi cabeza,
y pensé, "qué más da".
tomaré IM 101 [Ingeniería Mecánica], le daré una oportunidad
porque no podía quitarme de la cabeza el consejo que me había dado.
Y estaba tan preocupada de que sería mi primera reprobada.
Estaba aterrorizada pero aun así entré
Y en esa clase finalmente aprendí lo que era la ingeniería.
Y para mi sorpresa, no arreglábamos maquinaria de tren.
En esa clase teníamos que inventar y diseñar cosas.
Teníamos tareas como: construye una catapulta
utilizando una botella de soda y un cordón,
cinco sujetapapeles y un pedazo de cable de teléfono.
Era tan genial y tan divertido.
Y en esa clase aprendí que la ingeniería es el conjunto de habilidades
necesario para construir cualquier cosa que se pueda cruzar por tu cabeza.
Ya sea una página de Internet o una aplicación para móvil,
o un puente, o una carretera, ¡cualquier cosa!
Eso es lo que construyen los ingenieros.
Y qué increíble conjunto de habilidades.
Que fortificante es ser capaz de construir lo que sea que quieras.
Pero el problema era que me sentía algo sola.
Era siempre parte del puñado de chicas en mis clases.
Y no encajaba.
De hecho, sólo el 20% de los títulos universitarios en
ingeniería, tecnología y ciencia se otorgan a mujeres.
Así que es un problema real.
Pero me quedé, me encantó la carrera y quería hacerlo.
Eso fue hasta que tomé una clase de dibujo técnico
para ingenieros.
Esto fue a la mitad de la carrera y pensé
dibujo para ingenieros, esto será fabuloso.
Me encanta el arte. ¡Finalmente podré dibujar!
El problema fue que en esta clase había que dibujar en perspectiva,
dibujar en 3D.
Y por alguna razón tenía un bloqueo mental absoluto.
Estaba luchando contra el material de estudio.
Y para nuestra tarea final teníamos que colgar nuestros dibujos en la pared
para que fueran criticados.
Y podían verlo, todos los chicos de la clase que eran como 80 de ellos,
y nosotras las chicas éramos cinco.
Los chicos garabatearon sus dibujos 10 minutos antes y los pegaron en la pared.
Mientras, yo pasé horas, todo el fin de semana,
ni siquiera fui de fiesta, por trabajar en mi dibujo.
Y cuando los profesores recorrieron el salón y llegaron a mi dibujo,
tomaron un vistazo, vieron al grupo y dijeron:
"levanten la mano si creen que Debbie debe pasar esta materia".
Y me quedé ahí, enrojecida, humillada, mirando alrededor.
Algunos medio levantaron la mano.
Estaba horrorizada.
Y seguían, "¡Vamos! Levanten la mano si creen que Debbie debe pasar esta clase".
El salón estaba en silencio.
Finalmente un buen amigo mío tomó valor y dijo "¿cómo se atreven?
¿cómo se atreven a humillarla frente a todo el grupo?
Ella obviamente hizo un gran esfuerzo y es su responsabilidad enseñarle,
no burlarse de ella".
Bueno, pues estaba muy contenta de que lo hubiera dicho pero
aun así las lágrimas brotaban de mis ojos y salí corriendo del salón
y pensé, esto no es para mí.
No soy buena para esto de manera natural.
Tal vez debería dejar la ingeniería.
Muchas chicas alrededor de este momento en sus carreras universitarias piensan lo mismo.
Pero mi amigo salió y me dijo:
"Debbie, no te des por vencida.
Tú puedes hacerlo y yo te ayudaré. Sólo necesitamos trabajar duro.
Lo aprenderás, sé que lo harás".
Así que desde ese momento, él y yo íbamos juntos a la biblioteca
y en ocasiones nos quedábamos estudiando hasta las 3, 4 de la mañana.
Y en esa biblioteca vi a todos los chicos de mis clases,
los chicos que pensé que sabían todo y para quienes todo era tan fácil,
ellos estaban ahí en la biblioteca a las 3 de la mañana.
¡Los atrapé!
Y me di cuenta de que no es sobre ser un genio nato
sino qué tan duro trabajas.
Esto toma mucho trabajo, pero trabajé duro y rehíce el dibujo,
y obtuve mi título.
Años después investigué al respecto y aprendí que estaba en desventaja.
Como muchas otras chicas tengo capacidades espaciales subdesarrolladas.
Otra cosa interesante que aprendí es que
los niños que tienen puntajes altos en las pruebas de capacidad espacial,
normalmente crecieron con juguetes de construcción.
Y pensé, es una pena.
De pequeñas, mis papás nunca nos compraron a mi hermana y a mí,
Legos o sets de electricidad o de construcción.
Siempre pensamos que esos eran juguetes para chicos.
Pensé, esos juguetes han sido comercializados para chicos
por más de cien años
y despiertan su interés por las matemáticas y la ciencia.
Mientras tanto, con lo que nosotras nos quedamos
es con las muñecas y los kits de maquillaje,
¡y no es justo!
Así que pensé, ahora soy ingeniera.
Tengo un título universitario, puedo hacer lo que quiera.
Haré un juguete de ingeniería para niñas.
Y les daré la oportunidad que yo no tuve
y así ellas puedan descubrir su pasión por la ingeniería
mucho antes de lo que yo lo hice.
Así que puse mis manos a la obra,
renuncié a mi trabajo y trabajé desde mi apartamento por meses
para hacer un prototipo de carretes de hilo y clavijas de madera,
piezas que podía encontrar en la ferretería.
Quería encontrar una manera de ayudar a las niñas a
desarrollar sus capacidades espaciales.
Así que hice toda esta investigación y hablé con un montón de niñas
y encontré algo muy interesante.
Compré varios juguetes de construcción
y veía cómo jugaban con ellos, para ver cómo mejorarlos
y todas las veces las niñas terminaban aburriéndose.
Así que les pregunté cuál era su juguete preferido,
y corrían a sus cuartos y regresaban con un libro.
Y decían, "Me gusta leer, leamos juntas".
Así que se me ocurrió una idea bastante sencilla.
¿Qué sucedería si juntaba ambas cosas?
Espacial + verbal,
un set de construcción y un libro de cuentos.
Y qué tal que estos cuentos fueran sobre una chica ingeniera
llamada GoldieBlox.
Y ella se va de aventuras y resuelve problemas
al construir máquinas sencillas.
Así las niñas leen mientras construyen con Goldie.
Y así se presenta un buen ejemplo en un modo narrativo que les gusta.
Hice el prototipo y recorrí zona de la bahía en California
probándolo con cientos de niñas.
Y funcionó.
Tenía a niñas pequeñas en tutús construyendo sistemas de bandas.
¡Fue increíble!
Y sabía que tenía algo importante,
así que tenía todos estos prototipos destartalados en mi apartamento
donde había trabajado por meses como ermitaño, sin bañarme siquiera.
Un amigo me dijo,
"Debbie, ¿quieres llevarlo al siguiente nivel?
¿Confías en mí?", dije sí, sí, "¿Confías en mí?"
y dije, bueno, esto no es una película, ¿qué es lo que quieres decir?
"Necesitas postularte en un programa de acelerador de tecnologías.
Es el programa más exclusivo en Silicon Valley.
Los ingenieros más importantes del mundo buscan una plaza
en este programa. Tienes que postularte".
Así que me postulé.
Y llegué al gran día de las entrevistas.
Y entré en un sala llena de 'Mark Zuckerbergs'
sentados frente a sus computadoras.
Y entro yo, la chica con el prototipo físico.
Y lo cubría con un paño porque, obviamente tenía que proteger
mi propiedad intelectual.
(Risas)
Así que entro y vaya que no encajaba.
Y uno de los muchachos dijo: "Oh, ¿nos trajiste galletas?"
Bueno, mi confianza estaba bastante lastimada
y no necesito decirles que no entré en el programa.
Ellos no entendían por qué diablos incluiría un libro.
No lo entendieron.
Pero no me di por vencida.
Así que llevé mi prototipo a la feria del juguete en Nueva York
que es la mayor exhibición internacional de juguetes en los Estados Unidos.
Y pensé, es el momento, iré y le mostraré a la industria del juguete
una nueva propuesta, hablaré con dueños de jugueterías
y veré que opinan sobre mi juguete de ingeniería para niñas.
Entré pensando, la feria del juguete será asombrosa,
habrá todos estos sujetos tan creativos, científicos locos, niños corriendo,
¡será genial!
Y eran un grupo de hombres en trajes.
No encajaba.
¡Por favor! Primero ingeniería y después ¿esto?
Así que le mostré mi prototipo a la gente
y todos me veían con lástima,
y me susurraron un pequeño secreto de la industria:
los juguetes de construcción para niñas no venden.
Me tomaron del brazo y me mostraron lo que sí vende.
El pasillo rosa.
Y me dijeron, así son las cosas.
Así que he regresado al punto de partida,
y me sentí muy abatida después de la feria del juguete.
Pero no estaba dispuesta a rendirme.
Sólo porque las cosas son así no quiere decir que así deben ser.
Así que tomé mi prototipo
me asocié con una fábrica
y lo convertí en un juguete verdadero.
La cosa era que el número mínimo de manufactura era de 5000 unidades,
y después de tanto rechazo
no sabía si la gente realmente lo querría.
Así que lo subí a Kickstarter.
Tenía como meta recaudar 150 000 dólares en 30 días
para convertir este juguete en una realidad.
Oprimí el botón Go, crucé los dedos
y llegué a mi meta en 4 días.
(Aplausos)
Y nuestra producción mínima no terminó siendo de 5 mil unidades,
terminó siendo de más de 20 mil unidades.
Tenía tiendas de todo el mundo llamando:
"Mis clientes llegan pidiendo GoldieBlox, ¿qué es GoldieBlox?"
Tenía a padres llamando para decir "Sí, mi hija es más que una princesa".
Tenía a la prensa escribiendo artículos sobre esto.
El mundo estaba esperando por esto, el mundo lo quería.
La industria del juguete estaba equivocaba.
Sí, claro, a algunas niñas les gustan las princesas y las tiaras,
a mí también me gustan esas cosas.
Pero hay mucho más de nosotras que eso.
Hay tanto potencial.
Y por mí, no podría estar más feliz de poner mis habilidades como ingeniero
en este producto porque impulsa,
no sólo las matemáticas y ciencias que me costaron tanto aprender,
también impulsa mi creatividad.
Y la ingeniería es algo tan creativo, y no lo sabía.
Y es tan divertido para mí
poder utilizar mi voz creativa y mis habilidades artísticas
como parte de la ingeniería.
Y es tan importante que incluyamos esa perspectiva.
Y lo otro que es tan especial es que la ingeniería es para la gente.
Diseñamos cosas para gente.
Así que cuán divertido es para mí
poder pasar mi tiempo jugando y aprendiendo con niñas pequeñas.
Entender cuáles son sus necesidades
y diseñar cosas para ellas.
No podría ser más gratificante.
Nuestros juguetes están llegando a las casas
de miles de niñas alrededor del mundo.
Recibí hace poco un correo de una mamá que decía:
"Nos encanta jugar con GoldieBlox,
mi hija de 4 años y medio, mientras jugábamos, volteó a verme y me preguntó,
¿Mamá, soy una ingeniera?"
Y su mamá le dijo: "Sí cariño, puedes serlo;
puedes ser lo que quieras".
Por tanto tiempo, por tantos años
sentí que no encajaba.
Pero ahora siento que pertenezco.
Siento que pertenezco y nuestras pequeñas también.
Gracias.
(Aplausos)