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Los Estados Unidos, seleccionan un presidente utilizando el Colegio Electoral, 538 votos distribuido
por población entre los 50 Estados y Washington DC. Para convertirse en presidente, se necesita ganar una
mayoría de esos votos. Pero, 538 es un número par, así ¿qué ocurre si la carrera
presidencial esté en un empate?
No te preocupes, hay una solución del siglo XVIII para el problema: si el Colegio Electoral esté
en un empate, la Cámara de Representantes se rompe ese empate.
Como su nombre lo indica, la Cámara está llena de Representantes de cada estado. Las
más personas en un estado, los más representantes que tiene, y hay 435 en total -- afortunadamente
un número impar y un desempate garantizado… pero hay una traba: cada representante
no recibe un voto, es cada *Estado* que recibe un voto. Así, los 27 representantes de la Florida
necesitan decidir entre ellos quien estará apoyado antes de emitir el voto singular de la Florida
para ayudar a romper el empate.
Mientras tanto, el representante único de la escasamente poblada Alaska sólo tiene que consultar a sí mismo
antes de emitir el voto de Alaska.
Esto en un sistema increíblemente desproporcionado porque a sólo diez estados, California, Tejas,
Nueva York, la Florida, Illinois, Pennsylvania, Ohio, Michigan, Georgia y Carolina del Norte
contienen más de una mitad de la población de los Estados Unidos pero reciben sólo 20% de los votos
si la carrera presidencial esté en un empate y los otros 40 estados con menos de una mitad de la población
reciben 80% de los votos.
Aunque un empate exacto es improbable, este sistema está utilizado también si haya más de dos candidatos
presidenciales y nadie recibe una mayoría en el Colegio Electoral.
Que es exactamente lo que sucedió cuando cuatro candidatos presentaron sus candidaturas presidenciales en 1824. Andrew Jackson
recibió el mayor número de votos de los estadounidenses y en el Colegio Electoral, pero no recibió
una mayoría, así la carrera fue entregado a la Cámara de Representantes votando como estados
que le seleccionó John Quincy Adams en su lugar.
En unos Estados Unidos modernos con un mayor número de estados una carrera con tres candidatos puede tener horroríficamente desproporcionadas
resultados: piensa en un candidato de un tercer partido que les ama los estados menos poblados y que los
estados menos poblados le aman de vuelta.
Recibe el menor número de votos del Colegio Electoral, pero un número suficiente para asegurar que nadie de los dos
candidatos más populares recibe una mayoría así la Cámara decide el ganador -- y esos
26 estados menos poblados representando sólo 17% de la población puede seleccionar su hombre para presidente
aunque 83% de los estadounidenses no votaron para él.
Es improbable, pero no debe ser posible.
Pero, esta discusión de los presidentes no ha incluido el vicepresidente: una persona
razonable supondría que él sencillamente llega con el presidente, pero no.
Cuando hay un empate, el *Senado* independientemente selecciona el vicepresidente, así los Estados Unidos
puede tener un presidente de un partido y un vicepresidente del otro,
que puede resultar en unas reuniones muy incomodas.
Pero este sistema loco para resolver un empate no se garantiza que funcione, porque hay 100
miembros del Senado y en el Cámara ellos se ven obligados a votar como
50 estados y muchos de estos estados tiene 10 u 8 representantes, resultando en un sistema
leno de empates a causa de todos los números pares.
Así si la Cámara no pueda seleccionar el presidente pero el Senado haya seleccionado el vicepresidente,
el vicepresidente desempeña como un presidente suplente hasta la Cámara puede decidir. Pero
si ni la Cámara pueda seleccionar el presidente ni el Senado pueda seleccionar el vicepresidente,
el Presidente de la Cámara se convierte en presidente hasta una Cámara puede seleccionar *alguien*.
Este sistema es la manera en que los Estados Unidos resolvería una carrera presidencial en un empate, pero
sencillamente lanzar una moneda quizás sería más rápido (y más justo).
Obviamente se puede sencillamente abandonar el Colegio Electoral, y por lo tanto todo de este sistema loco,
y en su lugar usar una votación nacional, quizás con algo tan fantástico como votación
preferencial, pero quizás eso es sencillamente una idea ridícula.