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Esta es la historia de un mundo obsesionado con las cosas
Es la historia de un sistema en crisis. Estamos destrozando el planeta,
y a nosotros mismos, y ni siquiera nos estamos divirtiendo.
lo positivo es que cuando empezamos a entender el sistema
empezamos a ver muchos sitios donde pararnos y pasar estos problemas a soluciones
El otro día, no pude encontrar el cargador de mi ordenador.
Mi ordenador es mi modo de vida a mi trabajo, mis amigos, mi música.
Así que busqué en todas partes,
incluso en ese cajón donde habita.
Sé que tú también tienes uno, una maraña de cargadores antiguos,
los tristes restos del pasado de la electrónica.
¿Cómo acabé con tantos cachivaches?
No es que yo siempre esté detrás del último aparato.
Mis viejos dispositivos se rompieron o se quedaron tan obsoletos que no podía usarlos más.
Y ninguno de estos viejos cargadores sirve ahora para mi ordenador.
Augh. Esto no es sólo mala suerte.
Es mal diseño.
Yo lo llamo, "diseñado para el vertedero.”
"Diseñado para el vertedero" Parece una locura, ¿verdad?
Pero cuando estás tratando de vender un montón de cosas, tiene un gran sentido.
Es una estrategia clave
de las empresas que fabrican nuestros aparatos electrónicos.
En realidad es una parte vital de toda nuestra economía no sostenible de materiales.
“Diseñado para el vertedero” significa fabricar las cosas para ser desechadas rápidamente.
la electrónica de hoy en día es difícil de actualizar, fácil de romper, y muy difícil de reparar.
Mi reproductor de DVD se rompió y lo llevé a una tienda para arreglarlo.
El chico de la tienda pedía 50$ tan sólo para verlo!
mientras que uno nuevo costaba 39.3$ en el centro comercial más cercano.
En la década de 1960, Gordon Moore, el cerebro y pionero de semiconductores,
predijo que los diseñadores de electrónica podrían duplicar
la velocidad del procesador cada 18 meses.
Hasta ahora ha estado en lo cierto.
Esto se conoce como la “ley de Moore”
Pero de alguna manera los jefes de estos geniales diseñadores lo vieron todo torcido.
Parecen pensar que la Ley de Moore significa que cada 18 meses tenemos que desechar nuestra vieja electrónica
y comprar otra nueva. 0:02:06.900,0:02:07.289 El problema es, 0:02:07.289,0:02:11.659 que los 18 meses que usamos estas cosas son sólo un pequeño punto en todo su ciclo de vida completo.
Y ahí es donde estos diseñadores para el vertedero no sólo causan dolor en nuestros bolsillos.
Están creando una emergencia tóxica global!
Véase, la electrónica comienza donde lo hace la mayoría de las cosas, es decir en minas y fábricas.
Muchos de nuestros aparatos están hechos de más de 1.000 materiales diferentes,
enviados desde todo el mundo a la plantas de ensamblaje. Allí, los trabajadores los convierten en productos,
usando grandes cantidades de de productos químicos tóxicos, como el PVC, mercurio, solventes y retardantes de llama.
Hoy en día esto generalmente sucede en lugares muy lejanos que son difíciles de controlar.
Pero solía ocurrir cerca de mi casa, en Silicon Valley,
que gracias a la industria de la electrónica es una de las comunidades más envenenadas
de los Estados Unidos.
Los propios datos de IBM revelan que sus trabajadores que trabajan haciendo los chips para los ordenadores sufren abortos involuntarios de más del 40%,
significativamente más probabilidades de morir de cáncer de sangre, cerebro y riñón.
Lo mismo está empezando a suceder en todo el mundo.
Resulta que la industria de alta tecnología no es tan limpia como su imagen.
Así que después de su viaje tóxico por todo el mundo, el aparato aterriza en mis manos.
Lo adoro durante un año más o menos y, a continuación comienza su deriva
desde su lugar de honor en mi escritorio o en el bolsillo.
A lo mejor pasa un poco de tiempo en mi garaje
antes de que me deshaga de él.
Y eso nos lleva a la eliminación,
lo que pensamos que es el final de su vida.
Pero en realidad no lo es, ya que ahora pasa a formar parte de las montañas de basura electrónica que hacemos todos los años.
¿Recuerda cómo estos dispositivos estaban llenos de productos químicos tóxicos? Bueno, hay una regla simple de la producción:
tóxicos dentro, tóxicos fuera.
Ordenadores, teléfonos móviles, televisores, todas estas cosas, sólo están esperando a liberar todos los tóxicos que llevan en el interior
cuando los tiramos a la basura.
Algunos de ellos liberan poco a poco los productos tóxicos, incluso mientras los estamos usando. 0:03:44.559,0:03:49.129 ¿Recuerdas esos grandes y viejos televisores que ahora todos estamos cambiando por pantallas planas de alta definición?
Cada uno contiene alrededor de 2.5 kilogramos de plomo! plomo! Al igual que en la intoxicación por plomo!
Así que casi toda esta basura electrónica o bien sale de mi garaje hacia un vertedero o bien se envían al extranjero, al garaje taller
de un tío en Guiyu, China, cuyo trabajo consiste en reciclarlo.
He visitado un montón de estas “llamadas” operaciones de reciclaje.
Los trabajadores, sin equipo de protección, sentados en el suelo, rompen la electrónica abierta para recuperar
los metales valiosos dentro y tirando o quemando las partes por las que nadie les paga.
Así que mientras estoy adquiriendo mi próximo aparato,
el último que utilicé está ahí fuera,
envenenando a las familias de Guiyu o la India o Nigeria.
Cada año se producen 25 millones de toneladas de desechos electrónicos
que son llevados al vertedero, quemados o reciclados.
Y es que el reciclaje es cualquier cosa menos verde.
Así son los genios que diseñan estos aparatos electrónicos... ... realmente genios malignos? No lo creo,
porque los problemas que está creando están bien escondidos, incluso para ellos mismos.
Ya ves, las empresas que trabajan
para mantener a estos costes humanos y ambientales fuera de la vista y fuera de sus libros de contabilidad.
Todo consiste en externalizar los costes reales de producción.
En lugar de que las empresas paguen por hacer seguras sus instalaciones, los trabajadores pagan con su salud.
En lugar de pagarles para rediseñar usando menos productos tóxicos, los aldeanos de países subdesarrollados pagan por perder sus aguas potables.
La externalización de los costes permite a las empresas mantener su diseño para el vertedero
ellos obtienen sus beneficios y todos los demás pagamos.
Cuando vamos junto con esta historia, es como si estemos mirando a este follón tóxico y diciendo a las empresas fabricantes
“Ustedes lo hicieron, pero nosotros nos vamos a hacer cargo de ello”.
Yo tengo una idea mejor. ¿Qué tal si "ustedes los hicieron, ustedes tienen que hacerse cargo de ellos"?
¿No tiene más sentido?
Imagine que en lugar de toda esta historia de desechos tóxicos que se acumulan
en nuestros garajes y en las calles de Guiyu,
los enviamos a los garajes de los fabricantes que los produjeron.
Puedes apostar que estarían llamando continuamente a sus diseñadores, exigiéndoles
acabar con el diseño para el vertedero.
Hacer frente las empresas con sus desechos eléctricos y electrónicos se llama Responsabilidad Extendida del Productor
o retirada del producto.
Si todos estos aparatos viejos fueran su problema,
sería más barato para ellos diseñar que durasen más, menos tóxicos
y por supuesto que fueran reciclables
Incluso podrían fabricarlos de forma modular, de forma que cuando una parte se rompiera,
tan sólo necesitaríamos comprar una nueva pieza, en lugar de hacerse cargo de todo el producto roto y hecho un lío.
Las leyes sobre devolución del producto están surgiendo en toda Europa y Asia.
En Estados Unidos, muchas ciudades y estados están aprobando leyes similares
estos deben ser protegidos y fortalecidos
Es hora de hacer que estos genios trabajen de nuestro lado.
Con las leyes sobre la devolución y la acción ciudadana podemos exigir productos más ecológicos,
estamos empezando una carrera hacia la cima, donde los diseñadores compiten para hacer productos de larga duración,
y libres de tóxicos.
Por lo tanto, tengamos una ley de Moore verde.
¿Qué tal si
el uso de productos químicos tóxicos se reduce a la mitad cada 18 meses?
Disminuirá el número de trabajadores intoxicados a un ritmo aún más rápido?
Tenemos que dar a estos diseñadores un reto que puedan alcanzar y hacer lo que mejor saben hacer -
innovar.
Algunos de ellos ya se están dando cuenta que son demasiado inteligentes como para ser diseñadores de vertedero
y están intentando averiguar la manera de fabricar los ordenadores sin PVC o retardantes de llama.
Buen trabajo muchachos.
Pero podemos hacer aún más.
Cuando llevamos nuestros residuos electrónicos a los recicladores,
podemos asegurarnos de que no los exportan a países en vías de desarrollo.
Y cuando necesitamos comprar nuevos aparatos, podemos elegir productos más verdes.
Pero la verdad es: Nunca vamos a poder ir a comprar y evitar este problema
porque las opciones disponibles para nosotros en la tienda están limitadas por las decisiones de los diseñadores
y los políticos que están fuera de la tienda. Por esta razón tenemos que unirnos con otros para exigir
leyes más estrictas sobre los productos químicos tóxicos y sobre la prohibición de las exportaciones de desechos electrónicos.
Hay miles de millones de personas ahí fuera que quieren acceso a la increíble información
y electrónica de entretenimiento que se ofrece.
Pero ellos sólo quieren el acceso,
no toda la basura tóxica.
Así que vamos a dejar a nuestros cerebros trabajando en enviar esta mentalidad del viejo diseño
para el vertedero al vertedero, que es donde pertenece y donde debe estar
y en su lugar construyamos una industria de la electrónica y una sociedad global que esté diseñado para durar.