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¿Puedes creer que las morsas,
las serpientes de cascabel
y los pericos
alguna vez vivieron en las misma casa?
Retrocedamos unos 350 millones de años.
Mira los alrededores.
Pantanos vaporosos y bosques tropicales de colas de caballo y helechos
cubren la región.
Los anfibios son los vertebrados que dominan la tierra.
Los tamaños varían desde tritones
hasta cocodrilos.
Y todos necesitan agua para poner sus huevos.
Si no van al agua
sus huevos gelatinosos desprovistos de cáscaras se secarán.
Debido a este peligro
pasan la mayor parte de su tiempo
viviendo en, o cerca del agua fresca.
Y así fue hasta que un "invento" importante
de la evolución lo cambió todo:
el huevo amniótico.
El huevo amniótico tiene una cáscara,
es resistente al agua,
y puede ponerse sobre tierra seca.
Lo produjeron los amniotas,
un grupo nuevo de animales así denominados por su huevo revolucionario.
El primer amniota fue un tetrápodo,
un animal de cuatro patas
parecido a una pequeña lagartija.
Mientras algunos anfibios pueden andar en tierra
y enterrar sus huevos en el barro o áreas muy húmedas,
antes de los amniotas nadie tenía la capacidad
de poner sus huevos sobre una tierra completamente seca.
Gracias a la evolución de este huevo
los amniotas fueron los primeros animales
con la capacidad de vivir un vida terrestre a plenitud.
Pero a pesar de mudarse a tierra firme
los amniotas no abandonaron
su desarrollo dentro del agua.
De hecho, el huevo amniótico lleva el agua consigo
porque hay un medio acuoso dentro de la cáscara.
Esto se logró gracias a 4 grandes cambios que ocurrieron,
particularmente en los huevos amnióticos.
Veamos esto más de cerca.
El primer cambio evolutivo es el más obvio:
es la cáscara que protege al huevo.
Es dura pero a la vez flexible,
y tiene una superficie escamosa
que aún vemos en los reptiles de hoy en día.
La cáscara protege a los huevos de los depredadores,
las bacterias,
el daño,
y la desecación.
Pero a diferencia de las paredes de un acuario,
la cáscara del huevo amniótico es porosa,
permitiendo pasar el oxígeno
para que el amniota que crece adentro no se sofoque.
Los dos próximos cambios evolutivos son dos membranas separadas
que funcionan juntas como un par de pulmones.
Le traen oxígeno al embrión
mientras eliminan el dióxido de carbono.
El primero es el corión,
que es la membrana protectora por donde pasa el oxígeno
luego de pasar por los poros diminutos de la cáscara.
Pueden reconocer el corión
como esa delgada piel que pelas en un huevo duro.
Piensen en esta membrana resistente al agua
como la puerta de entrada y salida del huevo.
Es la entrada para el oxígeno
y la salida para el dióxido de carbono.
La membrana que funciona con el corión
es el alantoides.
Si el corión son las puertas,
el alantoides es básicamente la antesala del edificio.
Dirige el oxígeno y el dióxido de carbono
mientras que guarda simultáneamente
los desechos del embrión.
El corión y el alantoides se aseguran que el embrión
tenga todo lo que necesita
y se deshace de todo lo que no necesita.
El último y quizás el cambio evolutivo más importante
es el amnión, la membrana que le da el nombre al huevo.
El amnión está dentro del corión
y es el que mantiene el líquido en el que flota el embrión.
Porque ha abandonado el mundo acuoso de los anfibios;
se necesita el amnión para evitar
que el embrión se seque.
Es el lago portátil
que le permite al amniota poner sus huevos en tierra seca.
Su líquido también protege al embrión
contra cualquier golpe o caídas bruscas
como el amortiguador de golpes de tu bicicleta o auto.
Juntos, la cáscara y estas cuatro membranas
crean un ambiente seguro y acuoso
para el crecimiento y el desarrollo del embrión.
El descendiente de esta nueva amniota continuará
el proceso de la evolución de los vertebrados
a medida que explore nuevas tierras fuera del agua.
Pasarán los próximos millones de años
dividiéndose en dos grupos distintos:
los sinápsidos y los saurópsidos.
Los sinápsidos son el grupo de animales
donde se encuentran los mamíferos,
mientras que los saurópsidos son el grupo donde se encuentran
los reptiles,
los pájaros
y los dinosaurios.
Juntos, dentro de estos dos grupos amniotas se encuentran
las morsas,
las serpientes de cascabel
y los pericos que conocemos hoy en día.
Como una reunión familiar
con miembros de todas las formas y tamaños
provenientes de diferentes rincones del planeta que se reúnen,
todos estos animales tienen un lugar en común que llaman hogar:
el huevo amniótico.