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Ahora mismo, hay billones de reacciones químicas
que bullen en las células del cuerpo.
Uno nunca las siente,
pero sin estas reacciones,
uno no estaría vivo.
Por desgracia, esas reacciones necesitan un poco de ayuda.
Ya ven, la mayoría de las moléculas son estables,
están felices como son.
Los átomos de su interior están ligados y son amistosos entre ellos
y preferirían seguir de ese modo.
El problema es que, para que ocurra una reacción química,
los átomos que constituyen esas moléculas estables
tienen que separarse de sus amigos
y hacerse amigos de otros átomos.
Es necesario ayudar a las moléculas para lograr esta ruptura.
Este puntapié inicial es la energía de activación.
Se usa para desestabilizar la molécula,
forzar los enlaces entre átomos
hasta que estén a punto de romperse.
Este estado inestable se conoce como estado de transición de la molécula.
Una vez que se llega al estado de transición
los átomos están dispuestos a dejar a sus amigos moleculares actuales
e ir a hacer amigos por ahí.
Una vez que están convencidos, es pan comido.
Se rompen los enlaces,
los átomos se reacomodan,
y el resto de la reacción sucede de manera automática.
Después del primer empujón, el cuerpo no necesita ninguna
energía adicional para facilitar la reacción.
Libradas a su suerte, muchas de estas reacciones serían muy lentas
porque lleva mucho tiempo construir
la energía de activación que las moléculas necesitan para arrancar.
Entra la enzima.
Las enzimas son proteínas que aceleran
o catalizan las reacciones
reduciendo la energía de activación.
Hacen que a la molécula, también conocida como sustrato,
le resulte más fácil
llegar al estado de transición.
Una reacción puede pensarse como si fuera una carrera.
Algunos corredores corren solos,
mientras que otros necesitan la ayuda de sus compañeros.
Conozcamos a Sam, el sustrato.
Su equipo es la cuadrilla MODT.
En conjunto, su equipo es capaz de llegar a la meta más rápido,
usando menos energía.
Hay cuatro enzimas especiales en el equipo de Sam.
Cada una tiene una estrategia diferente
para reducir la energía requerida para ponerse en marcha
y acelerar el ritmo para hacer que el MODT llegue a la meta.
La "M" significa "microentorno".
Esta enzima crea un pequeño entorno especial para el sustrato
que resulta en un tiempo de reacción más rápido.
Él corre delante del pelotón,
allanando los baches del camino
y rociando con agua fría a su equipo de moléculas.
La "O" es de "orientación".
A veces, es necesario poner dos moléculas
frente a frente para que reaccionen.
Como si de un amigo en la meta se tratase,
la enzima O le provee a sus moléculas
espacios con formas especiales
que le permiten a los sustratos interactuar de la manera correcta.
"D" significa "participación Directa".
De vez en cuando, se necesita un pequeño músculo.
Y cuando sus compañeros de equipo luchan por terminar la carrera,
el compañero D está allí para recogerlos
y llevarlos a la meta.
Por último, "T" es por "enlaces Tensos".
Este tipo somete al equipo
a buenos ejercicios de flexibilidad:
divisiones,
empujones,
torsiones,
ejercicios.
A veces sus compañeros de sustrato
tienen que someterse a tensión y doblarse
para entrar al estado de transición.
Eso es todo.
Recuerden que todas las reacciones requieren energía para ponerse en marcha.
Esta energía se conoce como energía de activación.
Las enzimas disminuyen esa energía de activación
y aceleran la reacción mediante la brigada MODT:
Microentorno,
Orientación,
participación Directa,
y enlaces Tensos.