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Cómo Hacer que tu Perro no Ladre cuando se lo Ordenes
Cómo hacer que tu perro no ladre a tu orden… parece difícil, ¿verdad? El ladrido es un
problema muy común. Resulta francamente enervante, ¿no es cierto?, cuando por cualquier cosa
tu perro da un salto y empieza a ladrar como un loco, sin importar lo que hagas para que
se calle. Ya puedes gritarle o dar un pisotón en el suelo para asustarlo, él oirá ruido
y entonces se empeñará en ladrar más y más fuerte como un loco.
Este simple comportamiento es uno de los grandes motivos de abandono de mascotas, junto a la
agresividad y el escapismo. Las personas nos hartamos de la orquesta de ladridos, y cuando
no conseguimos que pare nos encargamos de que esté cuanto más lejos mejor. No obstante,
¡hay métodos para evitar el ladrido excesivo de tu perro! Incluso los hay, como te enseñaré
a continuación, para que deje de ladrar cuando tú quieras. Se trata básicamente de recompensar
su silencio.
Antes de empezar debes asegurarte de que hace el ejercicio suficiente, de que tiene juguetes
con los que entretenerse, que no se siente abandonado, y de que conoce su lugar en la
“manada” (como tu seguidor). También es bueno que averigües cuáles son los estímulos
externos que llevan al perro a ladrar; puede ser el timbre de la puerta, el gato del vecino,
o incluso puede ser el simple hecho de ver que te mueves. Si eres consciente de los estímulos
sabrás cuándo esperar un estallido de ladridos y podrás atajarlo más deprisa.
Ahora pongamos un ejemplo.
Por el jardín pasa volando un pajarillo. A tu perro se le enciende el instinto cazador
y se hincha a ladrar como un loco, rascando la puerta. Es el momento de empezar: reclama
su atención llamándolo por su nombre, dale la orden para que calle (a tu elección; puede
ser “silencio”, “calla” o incluso “chis”) y muéstrale una golosina.
Un perro siempre quiere una golosina, así que lo más seguro es que deje estar al pájaro
y corra a a buscar su premio.
Atención: si no ha dejado de ladrar, ¡no lo recompenses! Míralo con firmeza y repite
la orden. Si sigue ladrando dale la espalda, dándole a entender que con esa actitud no
conseguirá nada. Cuando calle, sólo cuando calle, puedes darle el premio.
Por norma general no se trata de algo complicado, aunque puede llegar a ser pesado. A veces
los perros dejan de ladrar en cuanto los llamas por su nombre, con lo que el trabajo es menor,
pero siempre es positivo enseñarle el comando de silencio.
El método se trata básicamente de esto. Cuando el perro ladre, por el motivo que sea,
llámalo y dale la orden para que calle, y cuando lo haga dale una recompensa. Al principio
lo ideal es que sean golosinas, pero luego puedes variar con caricias y halagos. Lo importante
es que se sienta premiado. Con esto no evitarás que se eche a ladrar, pero sí harás que
guarde silencio a tu orden, lo que en cierto modo es mejor.