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Entra en un ascensor.
Empieza a descender rápido.
¿Qué pasaría si saltas justo cuando empieza a bajar?
¿Te darías con la cabeza en el techo? ¡Ay!
¿Te mantendrías suspendido en el aire mientras el ascensor se desploma?
Examinemos el problema del ascensor paso a paso.
Primero, piensa en una báscula.
Ya sabes, el tipo de báscula para pesarte.
Cuando te subes a la báscula para pesarte,
participan dos fuerzas.
Una, la gravedad que te lleva hacia abajo.
Dos, la báscula que te empuja hacia arriba.
¿Qué? ¿No sabías que la báscula puede empujar?
¡Claro que sí! Si no te empujara hacia arriba, te estrellarías en el piso.
El empuje hacia arriba se llama fuerza normal y sí, normalmente ahí esta.
Puesto que estás sobre la báscula, no estás en movimiento.
Por tanto, no estás acelerando.
La segunda ley de Newton —fuerza neta igual a la masa por la aceleración—
nos dice que si la aceleración es igual a cero, la fuerza neta debe ser igual a cero.
Así, la fuerza de la gravedad que te baja debe ser igual a la fuerza de la báscula que te empuja.
Ahora supongamos que estás parado en la báscula en un ascensor.
Al principio el ascensor está parado,
entonces tú y la báscula están parados.
Las dos fuerzas en ambos son iguales y opuestas.
Puedes leer lo difícil que es para la báscula con mirarla.
A eso le llamamos tu peso.
Después, el ascensor empieza a bajar.
Tú y la báscula están en el ascensor, ambos están cayendo,
rápido y más rápido.
Así, están bajando acelerando.
Ahora hay una fuerza neta en la misma dirección que la aceleración: hacia abajo.
Como la gravedad no cambia, la báscula no está empujando tan fuerte.
Entonces se lee un número menor en la báscula.
Entre más rápido acelere el ascensor, menor es el empuje de la báscula.
¿Qué pasa si saltaras? ¿Dejarías de caer?
¿Te daría el ascensor en la cabeza?
Bueno, ¿qué está empujando el ascensor hacia abajo? La gravedad.
¿Te está empujando la gravedad? Por supuesto.
Entonces tu posición relativa en el ascensor se mantiene igual.
El cielo te golpeará solo si puedes saltar hasta el techo.
Considera ahora: ¿qué pasaría si el ascensor acelera hacia arriba
y, aún más aterrador, si alguien se cuela y corta el cable que sostiene el ascensor
qué pasaría?
Piénsalo.