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¡Buenos días!
Para comenzar, quisiera presentarles a 17 personas
cada una representada aquí por un círculo.
No sé sus nombres,
pero sé dos cosas muy importantes:
una es que todas padecen de trastornos psíquicos;
y la otra es que todas se van a suicidar
mientras doy esta charla.
Lo pondré en contexto.
¿Qué tan comunes son las enfermedades mentales?
¿Con qué frecuencia se relaciona el suicidio con las enfermedades mentales?
Imaginemos que esta comunidad de TEDxTokyo
de 400 personas representa la población mundial.
En cualquier momento dado, el 20% de la población padece de trastornos psíquicos.
Eso sería unas 80 personas en esta sala.
Una parte importante de esos casos serán leves.
Pero si tomamos los más graves, los más persistentes,
los trastornos psíquicos más desgastantes, como la esquizofrenia,
la depresión mayor, el trastorno bipolar, los trastornos de ansiedad,
aun así, hablamos de un 6% de la población,
24 personas en este auditorio.
Los trastornos psíquicos son frecuentes, son graves, son de alcance mundial.
Algunos ejemplos actuales.
En los EE.UU., los soldados están regresando de las guerras de Afganistán e Irak.
Regresan sanos y salvos.
El año pasado, 6500 veteranos volvieron sanos a sus hogares
y ,ya de regreso, se suicidaron.
6500 suicidios son más muertes
que el número total de bajas en combate del ejército de los EE.UU. desde el comienzo de las dos guerras.
En Nepal, que es otra cultura,
un segmento de la población distinto, pero pasa lo mismo.
El suicidio se ha vuelto la causa principal de muerte
en mujeres en edad de procrear.
En el momento en el que su universo debiera expandirse,
estas mujeres eligen quitarse la vida.
Aquí en ***ón, tras el desastre de 2011,
la devastación sigue en aumento en cuanto a estrés psicológico,
trastornos y suicidios.
En verdad, ningún país tiene el monopolio
de las enfermedades mentales, y ninguno se salva.
En cálculos conservadores estimamos que este año
900 mil personas con trastornos psíquicos,
casi un millón, se van a suicidar.
Eso implica que hoy, 30 de junio de 2012,
2400 personas con trastornos psíquicos se van a suicidar,
incluidas las 17 que les presenté al principio.
Ciertamente, siete de las 17 ya han muerto.
Y me imagino que estarán pensando: "Bien, ya entendí, es frecuente,
es grave, es mundial. Pero no es mi problema".
Pero eso se los voy a cuestionar. Es su problema, es nuestro problema.
Pensemos por un momento en el padre que bebe demasiado,
que lo echan del trabajo y no puede ocuparse de su familia.
Pensemos por un momento en la madre que padece de depresión puerperal,
que no puede criar a su bebé.
Pensemos por un momento en el hijo con un trastorno de ansiedad
tan complicado que no puede salir de su recámara.
O al tío, que en un episodio maníaco termina en la comisaría en vez de su escritorio del trabajo.
O a la hija, a la amiga, con trastornos alimenticios tan graves
que en vez de ir a jugar al fútbol, termina en el hospital.
Pero tengo buenas noticias.
La buena noticia es que hay tratamientos que funcionan.
Hay tratamientos que han sido creados, probados y que está comprobado
que ayudan a la mayoría de las personas con los más diversos trastornos.
Eso debería ser buenísimo, ¿no?
Pero no lo es, porque tenemos el mayor de los obstáculos.
Un problema muy serio.
¿Recuerdan que les dije que si nuestro auditorio en TEDxTokyo
representara la población mundial
24 de nosotros padeceríamos enfermedades mentales graves?
Bueno, imaginemos que tienen esquizofrenia
y que tienen depresión mayor,
y tienen trastorno bipolar,
trastorno de ansiedad, trastornos alimenticios.
Y ahora imaginemos que les pido que se pongan de pie y que los reconozcan.
Si hubieran sobrevivido al cáncer,
podrían esperar que les aplaudan calurosamente,
pero eso no pasa con las enfermedades mentales.
Quienes padecen de enfermedades mentales
conviven con la vergüenza, con la angustia,
con el miedo de que los descubran.
Y esos sentimientos son la consecuencia del estigma sobre las enfermedades mentales
y es este estigma el único y mayor de los obstáculos
para mejorar la vida de millones de personas con trastornos psíquicos en todo el mundo.
Algunos no están de acuerdo conmigo. Dicen que el problema es el financiamiento.
Pero eso es una cortina de humo para el estigma de las enfermedades mentales,
porque si fueran una prioridad,
los fondos aparecerían.
Y como las enfermedades mentales son opcionales,
algo de lo que nos podemos ocupar
una vez que nos ocupamos de los problemas reales,
nunca nos quedarán los fondos necesarios.
Y lo irónico es que gastamos miles de millones de dólares
por año en todo el mundo en ignorar las enfermedades mentales.
En vidas que se pierden, en discapacidad, en pérdida de productividad laboral.
No se trata de financiamiento.
Algunos dicen que es demasiado complicado.
Que los tratamientos son demasiado sofisticados, que es un trabajo agotador.
De nuevo, eso es estigma disfrazado.
Volvamos al cáncer por un segundo.
Pensemos en la investigación, en la tecnología, en los elaborados protocolos,
en el cuidado que se brinda cada vez que alguien tiene cáncer.
Nadie dice que sea demasiado complicado,
demasiado sofisticado, un trabajo demasiado agotador,
y así tendría que ser con las enfermedades mentales.
Y algunos simplemente pierden las esperanzas.
¿Para qué preocuparse? Igual, no se mejoran.
Pero no es verdad. Otra vez, es el estigma disfrazado.
Demostramos que tenemos tratamientos que funcionan.
Incluso podemos probar
que estos tratamientos empíricos son eficaces en sociedades que,
históricamente, no han tenido acceso a la atención de la salud mental.
En comunidades rurales alejadas de África subsahariana y Pakistán,
mujeres que recibieron estas psicoterapias,
mujeres con depresión, no solo se recuperaron
sino que la salud y el nivel educativo de sus hijos
también mejoraron un año después.
¡Esa es una inversión que vale la pena hacer!
El estigma sobre las enferme dades mentales, en sus diversas formas,
tiene su origen en el pasado...
Es en realidad una experiencia emocional muy primitiva
que se remonta al pasado, a nuestra historia evolutiva.
A los tiempos en que no entendíamos nada de enfermedades mentales,
no entendíamos cómo ni por qué alguien contraía una enfermedad mental,
y, por supuesto, no teníamos tratamientos.
Pero ahora sí sabemos.
Y dado lo que conocemos de la ideología de las enfermedades mentales,
y dado que sabemos de los tratamientos disponibles,
no hay excusa para seguir actuando
como si estos mitos y estas ideas erradas fueran ciertos.
Tenemos el potencial para mejorar sustancialmente las vidas
de millones de personas que padecen enfermedades mentales.
Si terminamos con el estigma,
podemos acercar a la gente a los tratamientos
y los tratamientos a la gente que los necesita.
Pero necesitamos de su ayuda.
Necesitamos que ayuden reconociendo,
que las enfermedades mentales son frecuentes, graves y de escala mundial.
Necesitamos que luchen por los derechos y por el tratamiento
de alguien que padezca de trastornos psíquicos.
Y si hacen algo para desterrar los mitos y corregir las ideas erradas
pueden ayudar a terminar con el estigma sobre las enfermedades mentales.
17 suicidios cada 10 minutos son demasiados.
Miles de millones padeciendo de enfermedades mentales en todo el mundo
son demasiados.
Algunos creen que es una locura darle prioridad a las enfermedades mentales.
La locura es no hacerlo. Gracias.
(Aplausos)