Tip:
Highlight text to annotate it
X
Hace poco, alguien me hizo notar que enfocándome en lo que no quiero,
es decir, en la religión, la estoy atrayendo más dentro de mi vida,
lo que concuerdo que sería una ironía muy desafortunada
si no fuera por el hecho de que me estoy enfocando en lo que sí quiero,
y eso es la libertad, y montones de libertad.
Ya ven, hago estos videos no porque desprecie la religión
como la manera que tiene la humanidad de meterse a sí misma un palo afilado en su propio ojo sin ninguna razón,
aunque obviamente lo hago, sino porque quiero vivir en un mundo libre,
lleno de gente libre que pueda decir lo que quiera decir
y que pueda ser lo que se le dé la gana ser, el mil por ciento del tiempo,
y en donde a nadie se le permita hacerlos callar porque
sus ridículas creencias religiosas fueron ofendidas.
No me interesa para nada la teología, a menos que amenace esa libertad,
y entonces me preocupo de ella de la misma forma en que me preocupo de la rabia o el tifus.
Así que podrían decir que no soy tan anti-religión como pro-libertad.
De hecho, si la religión fuera pro-libertad, no tendría tal problema con ella.
Pero si la religión fuera pro-libertad, no existiría.
Porque la religión se alimenta de un espíritu quebrantado, y eso explica
que trate de romper tu espíritu en el mismo momento en que entras en contacto con ella.
Sométete. Obedece. No cuestiones.
Estas palabras deberían estar esculpidas en la entrada de cada iglesia y cada mezquita.
Es el único mensaje que tiene la religión, cuando se cae en ella -
Alaben al Señor, o si no...
El Papa se los dejó en claro a los Católicos estadounidenses, cuando les dijo:
"La obediencia a la doctrina de la Iglesia es la base de tu fe".
Eso es lo que dijo. No hubo ninguna mención a la iluminación, o a la espiritualidad,
o a ninguna de estas cosas, porque él no está en ese negocio.
Está en el negocio de la obediencia, el único negocio en el que el cliente siempre está equivocado.
Los clérigos son los únicos vendedores que no tienen que justificar o probar
ninguna de las afirmaciones vergonzosas que hacen para el producto que están imponiendo,
y esto los deja liberados para dedicarse al tipo de fraude desembozado
que en cualquier otra forma de ganarse la vida, sería un delito.
Por el nivel de inversión que pretenden de nosotros
creo que merecemos esperar como retorno una ilustración y sabiduría real.
En cambio, ¿qué es lo que conseguimos? Conseguimos dogmas, coerción grosera
y piedad vacía sin final sobre el amor de un dios que
claramente nos ama de la misma forma que un marido violento ama a la mujer
que está junto a él con dos ojos morados.
Si nos salimos de la línea, lo pagamos de la manera más brutal.
Y es esta violencia crasa, en el corazón de la religión,
la que creo que la hace verdaderamente mala, y también nos da pruebas, como si las pruebas fueran necesarias,
de que es un fenómeno enteramente hecho por el hombre, con nada divino en ello,
de otra forma no sería tan malditamente fea.
El dios del desierto es, obviamente, un dios falso.
Es una marioneta que habla con la voz de los hombres ignorantes
que tenían miedo al conocimiento y miedo a la libertad
y que por lo tanto necesitaban desesperadamente controlar los pensamientos de los demás
para su miserable supervivencia.
Necesitan que creamos que somos menos de lo que somos
y que nos infravaloremos en nuestras propias mentes,
para sentirnos pequeños y desvalidos, necesitados de salvación.
Así que ¿qué nos dicen? Nos dicen que la fuerza y la virtud residen en la sumisión.
Sí, claro que lo hacen. Con nuestros rostros mordiendo el polvo somos invencibles, ¿no es cierto?
Y por supuesto, viviremos para siempre, ya sea en eterna felicidad o en tormento eterno,
pero eso depende totalmente de nosotros. La eterna felicidad requiere que te vistas
con un chaleco de fuerza de fe ciega, no permanentemente, sólo desde ahora hasta que te mueras,
mientras que vivir una vida dichosa, humana, compasiva, pero sin dios
te merecerá ser torturado horriblemente por toda la eternidad.
El miedo es la moneda de cambio de la religión.
Es la más baja de las emociones humanas, porque es la emoción más atroz
y es por esto que es la moneda de cambio de la religión.
Es bastante obvio cuando piensas en ello, pero ¡eh!, no te presiones.
Pero realmente es la religión la que tiene todo que temer,
porque depende de mantener la ilusión, mantener el hechizo,
y esperar que nadie consiga reventar su burbuja artificial de fe,
y esa es exactamente la razón de que haga una guerra tan decidida
contra nuestras libertades básicas de pensamiento y opinión.
Pero está perdiendo esta guerra, porque cada día más y más de nosotros
nos estamos dando cuenta del daño que este sinsentido le está haciendo a nuestro mundo.
Podemos ver que nuestras sociedades se están desfigurando,
están inyectadas con valores falsos que satisfacen la intolerancia y la superstición,
y nos hemos dado cuenta de que este dios del desierto se ha quedado más de la cuenta
y se volvió un lastre y, francamente, nos necesita a nosotros mucho más que nosotros a él.
Porque hemos salido del desierto y hemos descubierto
unas pocas cosas acerca del mundo y del universo, y nuestro lugar en él
y ya no tememos más al trueno y al rayo,
nuestro mundo ya no está poblado por demonios y duendes traviesos,
y no necesitamos más ser llevados de la nariz para beneficio del clero.
Y ellos lo saben, tanto como saben que la propia existencia de su dios
depende enteramente de nuestra creencia - creencia sin evidencia
y creencia que desobedece a la razón - y cuando esa creencia desaparezca,
como un día ciertamente lo hará, este dios ridículo desaparecerá con ella,
instantáneamente y para siempre. El no será capaz de descargar su ira
o propinar castigos a nadie, porque no existirá.
Se evaporará más rápido que el sentido común en un museo de la Creación,
y su vasto ejército de cléricos controladores y parásitos se encontrará a sí mismo
brevemente suspendido en el aire como los dibujos animados, antes de caer como pulgas en un balde.
A eso es a lo que estoy dedicado y es eso en lo que me enfoco,
y es la razón por la que hago estos videos, porque creo que somos mejores que esto.
Y sé que tenemos el poder de retirar nuestra creencia,
y nuestro permiso, y poner un freno a este sinsentido.
Todo lo que necesitamos es el coraje.
Paz y libertad. No olvidemos la libertad.