Tip:
Highlight text to annotate it
X
Hay muchos casos en los que
este maravilloso idioma nuestro,
el inglés, no tiene sentido.
Por ejemplo, la mayoría de las veces
cuando hablamos de más de uno de algo,
ponemos una S al final.
Un gato, dos gatos.
Pero luego, hay un puñado de palabras
en las que esto no es así.
Tenemos un hombre [man];
si tiene compañía, tenemos hombres [men]
o quizá mejor para él, también mujeres [women].
Aunque si hubiera una sola,
sería una mujer [woman].
O, si hay más de un ganso [goose],
son gansos [geese],
pero, ¿por qué muchos 'mooses' [alces] no son 'meese'?
O, si tenemos dos pies [feet],
¿por qué no decimos dos 'beek'
en vez de 'books' [libros]?
El hecho es que de haber hablado inglés
hace unos mil años,
habríamos usado 'beek' para denominar
a más de un 'book' [libro].
Si el inglés moderno es extraño,
el inglés antiguo necesita terapia.
Créase o no,
el inglés solía ser un idioma mucho más difícil
de aprender de lo que es hoy.
Hace 2500 años,
el inglés y el alemán eran el mismo idioma.
Fueron separándose lentamente
poco a poco se fueron diferenciando cada vez más.
Eso significa que en el inglés originario,
como en alemán,
los objetos inanimados tenían género.
El tenedor, 'gafol', era femenino;
la cuchara, 'laefel', era masculino;
y la mesa donde estaban, 'bord',
ninguno de los dos, era neutro.
¡Vaya uno a saber!
Poder usar palabras
no solo requería saber sus significados
sino también cuál era su género.
Y si bien hoy existen solo una docena de plurales
que no tienen sentido,
como 'men' [hombres]
y 'geese' [gansos],
en el inglés antiguo era perfectamente normal
que infinidad de plurales fuesen así.
¿Les parece raro que más de un 'goose' [ganso] se diga 'geese' [gansos]?
Bien, imaginen si más de una 'goat' [cabra]
fuese un rebaño de 'gat' [cabras]
o si más de un 'oak' [roble]
se dijese 'ack' [robles].
Para poder hablar de estas palabras,
uno primero tenía que conocer la palabra exacta del plural
en lugar de solo añadir la práctica S al final.
Y no siempre fue la S al final, tampoco.
En buen inglés antiguo
añadían otros sonidos al final.
Así, más de un 'child' [niño] es 'children' [niños];
más de un 'lamb' [cordero] es 'lambru' [corderos];
uno freía 'eggru' [huevos]
y la gente no decía 'breads' [panes]
sino 'breadru' [panes].
A veces era igual que en el actual 'sheep' [oveja(s)]
en el que para hacer el plural no hay cambios.
Una oveja [sheep],
dos ovejas [sheep].
En inglés antiguo, una casa [house],
dos casas [house].
Y así como hoy decimos 'oxen' [bueyes] en lugar de 'oxes',
en inglés antiguo decían 'toungen' en vez de 'tongues' [lenguas].
'namen' en vez de 'names' [nombres],
y si las cosas siguieran siendo como eran,
hoy diríamos 'eyen' en vez de 'eyes' [ojos].
¿Por qué las cosas no siguen siendo como eran?
En resumen, por los vikingos.
En el siglo VIII los merodeadores escandinavos
empezaron a tomar las riendas de Inglaterra.
No hablaban inglés,
hablaban nórdico.
Además, eran adultos
y las personas adultas no son tan buenas
para aprender idiomas como los niños.
Después de los 15 años,
es casi imposible hablar un nuevo idioma
sin acento,
y sin equivocarse aquí y allá
como todos sabemos, de qué se trata las clases de idiomas.
Los vikingos no eran diferentes,
por eso tenían una forma de suavizar
las partes difíciles del inglés.
Parte de esa dificultad eran los plurales locos.
Imaginen encontrarse en un idioma
con 'eggru' [huevos]
y 'gat' [cabras]
por un lado,
y luego con otras palabras,
que solo requieren añadir S,
como 'days' [días]
y 'stones' [piedras].
¿No sería más fácil
usar solo la S para todo?
Eso pensaron los vikingos también.
Y había muchos vikingos,
y se casaron con muchas mujeres inglesas,
que muy pronto, si uno crecía en Inglaterra,
uno oía tanto inglés simplificado, como del verdadero.
Después de un tiempo ya nadie recordaba el inglés verdadero.
Nadie recordaba que una vez se decía 'doora'
en vez de 'doors' [puertas]
y 'handa' en vez de 'hands' [manos].
Los plurales tiene mucho más sentido ahora,
salvo algunos que permanecen como 'children' [niños]
y 'teeth' [dientes]
que son tan usados
que es difícil romper con el hábito.
La lección es
que el inglés tiene mucho más sentido del que se piensa.
Agradezcamos a los antepasados de la gente
de Copenhague y Oslo por el hecho
de que hoy no pidamos un puñado de 'pea-night'
sino de 'peanuts' [maníes].
Aunque, ¿no sería divertido
si por una semana o dos
pudiéramos hacerlo?