Tip:
Highlight text to annotate it
X
De todas las maravillas que la humanidad ha visto a través de un telescopio,
hay pocas más hermosas que una galaxia espiral.
Majestuosos remolinos de estrellas rotando en una solemne y predecible danza.
El hecho de que veamos muchos miles de millones de ellas mediante nuestros telescopios
es testimonio de su abundancia y estabilidad.
Quizás sorprenda que sea relativamente fácil comprender los entresijos de estos molinetes cósmicos.
Combinando los principios físicos desarrollados por Sir Isaac Newton a finales del siglo XVII,
con la cantidad de masa observada en una galaxia,
los científicos pueden calcular la velocidad a la que estas galaxias rotan.
Usando estas técnicas, los astrónomos predicen la velocidad a la que deberían moverse estrellas a diferentes distancias del centro de la galaxia.
Las que están muy cerca del centro se mueven lentamente.
Ello es debido a que no hay suficiente masa entre ellas y el centro de la galaxia para atraerlas.
Las que están un poco más alejadas se mueven más rápido
porque todas las estrellas de en medio las arrastran.
Y si nos alejamos mucho más, se predice que las estrellas se mueven de nuevo lentamente.
La gran distancia reduce la gravedad a una suave atracción,
por lo que se mueven relajadamente en sus órbitas.
Con estos datos, los científicos observaron las galaxias y midieron la velocidad a la que las estrellas se movían.
Para su sorpresa, descubrieron que, mientras que las estrellas más cercanas al centro se comportaban como se predecía,
aquellas más alejadas se movían demasiado deprisa.
Este hallazgo supuso un duro golpe a las teorías tradicionales de gravedad y movimiento.
Si las estrellas se movían tan rápido como sugerían sus mediciones,
las galaxias deberían haberse despedazado.
Se originó una crisis, y los astrónomos y físicos se afanaron en buscar algún error en sus cálculos.
¿Estaba equivocada la teoría de la gravedad de Newton?
¿Lo estaba su teoría del movimiento?
¿Y si los astrónomos hubieran medido la masa de la galaxia incorrectamente?
Se investigaron todas las opciones, y todas se descartaron. Excepto una.
En la actualidad, los científicos creen que la respuesta yace en un tipo de materia previamente conocida, llamada materia oscura.
Esta materia oscura se puede visualizar como una nube que rodea a la mayoría de galaxias.
Esta materia es muy singular. Se ve afectada por la gravedad,
pero es invisible a la luz visible y a todas las demás formas de radiación electromagnética.
El término «materia oscura» se debe a la incapacidad de este tipo de materia de emitir o absorber luz.
La materia oscura aumenta la gravedad de la galaxia
y explica la velocidad orbital de las estrellas alejadas del centro galáctico.
La materia oscura no ha sido aún observada directamente,
pero los científicos creen probable su existencia,
principalmente porque las otras opciones se han descartado.
Mediante docenas de métodos, astrónomos y físicos continúan la búsqueda de pruebas concluyentes
que demuestren la veracidad de la hipótesis de la materia oscura.
Esta cuestión es una de las más importantes de la investigación física del siglo XXI.