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Este es un video rápido para aquellos, principalmente cristianos y musulmanes
que siguen diciéndome que por razones que nunca puedo desentrañar
no tengo el derecho de insultar su religión.
No sé quién se inventó esa regla mientras nadie estaba mirando,
pero al parecer alguien lo hizo, así que déjenme darles mi perspectiva al respecto.
Yo le doy a su religión tanto respeto como su religión me lo da a mí.
No hay nada complicado al respecto.
Y tengo todo el derecho de insultar una religión
que se sale de su camino para insultarme, juzgarme y condenarme
como un ser humano inadecuado,
que es lo que hace su religión con un gusto mojigato.
Cuando se trata de insultar, su religión lo empezó, no fui yo.
Si su religión mantuviera su bocota callada, yo también lo haría.
Pero en vista de que no lo hace, y en vista del enorme daño
que su religión ha hecho en este mundo,
yo diría que no sólo tengo el derecho, sino el deber de insultarla,
como lo hace cada persona que piensa racionalmente en este planeta.
De hecho, creo que debería ser obligatorio para todo el mundo
insultar su religión todos los días.
No, no todos los días - cinco veces por día.
Oh, está bien, diez veces - una por cada mandamiento.
E incluso eso no sería suficiente
porque en el momento que su religión afirma tener cualquier tipo de jurisdicción sobre mi experiencia
ustedes me insultan a un nivel que ni siquiera pueden empezar a comprender.
Incluso si sus creencias tuvieran sustancia, la arrogancia de eso sería insulto suficiente,
pero el hecho de que no tienen sustancia, y son simplemente
un transparente montón de delirios y mentiras,
magnifica el insulto enormemente.
Y por esta razón, no sólo tengo el perfecto derecho
insultar su religión, sino que tengo el derecho de insultarlos personalmente
en el momento en que tengo que empezar a escuchar sobre su estúpida religión.
En el momento en que ustedes me ofrecen cualquier clase de opinión basada en las escrituras
acerca de lo que debería creer, o de los valores que debería tener,
o especialmente la moral que debería exhibir,
entonces pueden esperar ser gráfica y exhaustivamente insultados por sus problemas.
Y sinceramente espero que ofenda sus sentimientos,
dañe su ser emocional y estropee su propia imagen
hasta el punto en que tengan que ir a recostarse por diez minutos
antes de que si quiera puedan rezar.
Si no se me permite expresar mi profunda convicción
de que su religión es una mierda de basura supersticiosa peligrosa que deshumaniza y pervierte
entonces me parece que yo no tengo libertad religiosa, pero que ustedes sí,
porque puedo asegurarles de que mantengo ese punto de vista
con una pasión y una intensidad solemne que puede igualar cualquier cosa que tengan que ofrecer.
Es, para mí, una creencia que me define
y uno de los pilares de mi completa realidad;
una convicción fundamental absolutamente inquebrantable
que resuena en cada fibra de mi ser
de que su religión es, de hecho, una mierda de basura
supersticiosa que deshumaniza y pervierte
que contamina y degrada el mundo en el que tengo que vivir.
Y no estoy feliz al respecto.
Y me siento moralmente obligado,
a hacer que esto se sepa tan fuertemente y tan a menudo
sin importar quién diga sentirse ofendido,
porque no hacerlo violaría todo lo que soy
y todo en lo que creo. No sería capaz de vivir conmigo mismo.
Me sentiría como un mentiroso y un cobarde,
y, bien, algo así como una cucaracha moral,
y eso pesaría fuertemente en mi consciencia.
Estoy seguro que ustedes entienden. Paz.