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"¡Que viva el surf!", amo esa frase.
Es otra forma de decir, "las olas están con todo".
Y si no agarras la tuya ahora, te perderás de la buena.
Me recuerda de una frase de la Biblia:
"Hoy, la salvación ha venido a ti".
Si esta frase de la Biblia fuera traducida para surfeadores...
probablemente diría...
"Que viva la salvación"
Lo que significa que Dios quiere hacer algo en tu vida.
Él está listo para hacerlo.
Así que deja de perder el tiempo,
y no pierdas esta increíble oportunidad.
¡Deja que Dios lo haga ahora!
Cuando me convertí en un cristiano un amigo me dió su tabla.
Sobre ella estaba escrito "¡Radicalmente salvado!"
Y nunca supe totalmente el significado de esas palabras...
pero sabía que era verdad para mí.
Recuerdo uno de mis amigos preguntándome,
"¿Salvado de qué?"
No sabía qué responder,
porque aun no había aprendido a poner en palabras lo que había experimentado
Pero desde entonces lo he aprendido.
Así que trataré de explicárselos.
"Salvación" es una palabra de mucho peso.
Y es una de las cosas más importantes que te puede pasar.
Nunca olvidaré el día que compré mi tabla y mi wetsuit,
y me hundí en una piscina practicando el duck-dive.
Y preparé mi corazón para surfear por el resto de mi vida.
Bueno, ¡por lo menos en lo que venía de mi vida!
Experimenté la transformación de mi identidad,
Antes fui... Bueno, no era un surfeador...
Y ahora me convertía en un surfeador.
Nunca pensé en mí mismo como surfeador hasta ese día.
Pasé a otra categoría de ser.
Un no surfeador... se convirtió en surfeador...
Recuerdo la emoción de comprar mi primera revista de surf y pensando dentro de mí:
"Ese soy yo... Soy un surfeador ahora"
De la misma forma, la salvación es una transformación de nuestra identidad.
Antes que pasara... Estaba lejos de Dios,
y ahora que pasó, estoy cerca de Él.
Antes era como un huérfano en el universo,
un pedazo de malagua o aguamala flotando en el mar...
y luego llegó la salvación...
y me convertí en un hijo de Dios.
fue un cambio total de identidad.
Pasé a otra categoría de ser.
Un surfeador sin salvación... convertido en un surfeador salvado.
Hay un verso en la Biblia que dice,
"Desde el momento que nos unimos a Cristo, somos nueva creación.
Ocurre un cambio radical
"Lo viejo se va y lo nuevo se llega"
Déjenme contarles otra historia del mundo del surf...
que ilustra el poder del cambio de identidad:
Laird Hamilton, el padre del surfing con tow in,
cuando fue un niño no tuvo padre.
Él estaba, en sus propias palabras, "buscando una figura paterna"
En eso vino Billy Hamilton,
uno de los surfeadores más respetados en el North Shore.
Un día Billy conoció a su madre y se casó con ella,
y lo adoptó como si fuera su propio hijo.
De repente, el pequeño Laird pasó a ser de un chico sin padre
lo que lo hacía sentir fuera de lugar en el North Shore...
a ser el hijo de Billy.
Identificarse de esa forma lo llevó a un gran cambio, para bien.
Dios es el más grande y más poderoso padre,
Él quiere adoptarnos y amarnos,
para que podamos tener una identidad sÓlida, estable
y renovadora, sobre la cual edificar nuestra vida...
Nosotros pasamos a ser hijos de Dios.
Diferente a Billy que solamente estaba en el North Shore,
nuestro padre celestial dirige y manda el mundo entero...
incluyendo cada centímetro cuadrado del mar...
y cada estrecho de costa que existe.
Cuando confié por primera vez en Cristo no tenía padre,
había muerto 6 meses antes,
Pero pronto descubrí que Dios ya me había adoptado como su propio hijo.
Y me amó, y me aceptó,
y tenía planes para mi vida.
No puedo explicar cuánto esto cambió mi vida...
sabiendo que Dios es mi Padre,
y que yo soy su hijo...
y que Él estaba ahí para mí.
Me dio mucha seguridad,
confianza y una profunda felicidad.
Algunas partes del surfing nos cuestan...
piensa en los wetsuits, tabla, bloqueador solar y gasolina para ir a las playas.
Pero la mejor parte del surfing...
como el amanecer y la belleza y el curso de las olas...
no cuestan nada, son gratis.
Otras fuerzas crean estas cosas, nosotros simplemente las disfrutamos.
Piensa en el amanecer...
surgiendo de esa gran pelota de fuego que llamamos sol
a millones de kilómetros de distancia.
Y el rugido de las olas....
generado por poderosos vientos producidos por tormentas en algún océano lejano...
a miles de kilómetros de distancia.
El sol y las tormentas marinas,
cumplen con su trabajo.
Mandan su energía, cumplen con su parte,
nosotros solamente disfrutamos los beneficios,
del calor en nuestros cuerpos y el fluir de las olas bajo nuestras tablas.
De nuevo hay algo que se conecta.
La salvación es totalmente gratis.
No la merecemos más de lo que merecemos una ola o el ser tocado por un rayo de sol.
La salvación viene a nosotros por pura gracia.
No la merecemos ¡y aún así viene a nosotros!
pero aún siendo gratis,
viene con un costo,
pero no un costo que nosotros podamos pagar.
Hace 2000 años, en la cruz de Cristo,
se hizo como una enorme bola de fuego, y desde ahí vienen los rayos de salvación,
accesibles para todos.
Y hace 2000 años,
la cruz de Cristo se convirtió en una severa tormenta marina,
que generó un oleaje eterno de salvación,
que desde que arriba llega a nosotros siempre.
Recuerdo el día de mi salvación...
Estaba en un surf camp...
nos sentamos y Roy habló acerca de cómo todos nosotros somos pecadores y necesitamos un salvador...
y que Jesús es el mejor Salvador que ha existido...
y que Él quiere salvarnos si le dejamos.
Tuvo sentido y aún lo tiene.
Esa noche hice una oración, dije:
"Jesús, yo creo que tú de verdad eres el hijo de Dios que murió por mis pecados...
Te pido perdón por ser un pecador...
No puedo salvarme yo mismo, sólo tú puedes salvarme...
Sálvame, perdóname...
Hazme un hijo de Dios...
Confío en Ti...
Ayúdame a conocerte mejor y a seguir tu ejemplo. Amén".
Y en ese momento, remé la ola que venía hacia mí...
y que sigue y sigue, por siempre y para siempre.