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-Eliza...
-Para! Para de llorar!
-Si dejas que el dolor te supere, te vas a hundir.
-¿Has dejado tú de llorar por tus hijos?
-Tú no haces ruido, pero ¿Alguna vez dejaras que se vayan de tu corazón?
-Son mi carne y mi sangre
-¿Entonces quien está alterado? ¿Molesto al amo y a la ama? ¿Te preocupas más por
su bienestar que por mi pérdida?
-El amo Ford es un buen hombre
-Es un esclavista. -En estas circunstancias.
-En estas circunstancias, es un esclavista. Y tu te agachas a sus pies... Te deleitas
en su favor..
-Yo sobrevivo. No me dejo vencer por la desesperación. Ofrezco mis talentos al amo Ford. Me mantengo
en pie, en busca de mi oportunidad.
-Ford es tu oportunidad. ¿Tu crees que ese hombre no sabe que eres más de lo que aparentas?
Pero no hace nada por ti. No eres más que buen ganado para él.
-Llámale. Háblale de tus circunstancias previas. A ver que consigues. Solomon.
-¿Así que te has metido en tu papel de Platt?
-Mi espalda está llena de cicatrices por luchase por mi libertad. Así que no me acuses.
- No te acuso de nada. No puedo acusar. He hecho cosas deshonrosas por sobrevivir, y
por ello he terminado aquí.
-No es mejor que si me hubiera tratado de defender...
Oh, Solomon, déjame llorar por mis hijos.