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En nuestra vida cotidiana, estamos acostumbrados a hacer predicciones absolutas y deterministas: si lanzas al aire
una pelota, caerá describiendo una elipse; si dejas tu paraguas en la calle,
cuando vuelvas, seguirá en el mismo sitio, el mismo paraguas.
La física cuántica no es así, porque la física cuántica no nos permite hacer
predicciones absolutas sobre el futuro. Solo predice las probabilidades de que se produzcan distintos
resultados, y no nos da ninguna información sobre cuál de ellos sucederá. "Bueno", dirás,
"lo mismo pasa con la meteorología: el hombre del tiempo solo nos dice cuál es la probabilidad
de que llueva, no puede asegurar que lloverá o no."
Pero quizá él simplemente no disponga de información suficiente para saber con certeza dónde
se encuentran todas las partículas de aire y de agua del mundo, ni de un modelo suficientemente bueno de cómo interactúan
o un ordenador suficientemente rápido para simular los tropecientos millones de interacciones. Puede que,
en principio, si tuviese la información suficiente y un ordenador lo bastante rápido, su modelo del tiempo le permitiese
saber exactamente dónde caería cada gota de agua, ¿no? Esta idea tan razonable de que
bastaría tener más datos para explicarlo todo es la visión clásica y determinista
del universo.
Durante un tiempo, muchos físicos, inluido Einstein, pensaron que tenía que suceder lo mismo
con la mecánica cuántica: quizá simplemente no teníamos información suficiente que utilizar en nuestros modelos cuánticos;
quizá había variables clásicas ocultas, que no veíamos ni nosotros ni nuestros experimentos,
datos que lo explicarían todo perfectamente sin necesidad de la mecánica cuántica y su mentalidad de
"la probabilidad de que el gato esté vivo o muerto es del 50%".
Pero resulta que podemos comprobar si este tipo de explicación de fundamentación clásica
de la física cuántica puede existir, siquiera en principio. Dejaremos los detalles
para otro vídeo, pero los experimentos nos enseñan que no existe una descripción clásica y corriente
que explique la mecánica cuántica.
Y eso significa, Einstein, que el universo es cuántico, tanto si te gusta con una probabilidad del 50%
como si no.
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