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La mayoría tiene muchos deseos y propósitos en este Año Nuevo
Cosas por las que se han decidido que quieren mejorar.
Sin embargo como seres humanos, nuestros sentimientos van hacia arriba y hacia abajo.
Un día queremos esto, y al otro día queremos algo totalmente diferente.
He experimentado que Jesús ha obrado en mi corazón, que Él quiere poseer toda mi vida.
Y esta elección que tomé, acerca de no impedir la entrada de su voz, sino entregarme por completo a Jesús
Es una elección de la cual nunca me arrepentiré, y que me ha dado mucho.
Es muy difícil con los deseos que viven en la carne, que te atraen y seducen.
Recuerdo que un día, creo que cuando tenía 17 años de edad
Ya estaba cansado de lo que me ataba en mis pensamientos. No podía ser libre.
Es claro que soy tentado cada día a caer en pensamientos pecaminosos. Yo tengo una naturaleza pecaminosa.
Entonces recibo un recordatorio: ¡Sobre esto puedes vencer, no tienes que pensar en esto!
Solamente decidí que esto no me va iba a atar y entonces comencé a orar a Dios.
Y desde ese día he tenido fuerza en mi vida.
La decisión que tome acerca de vivir totalmente para Dios
No es como todos los otros deseos y propósitos en este Año Nuevo
¡Es algo que dura toda la vida!
Antes de dar mi corazón a Dios, vivía tal como pensaba que quería vivir.
Tratando de verse bien, divirtiéndose y bebiendo, el otro género.
Todas cosas que creía me hacían feliz.
Sin embargo siempre encontraba un vacío, no había allí nada.
Personalmente he tomado la decisión de sustituir la impureza con pureza.
Y sustituir la impaciencia con paciencia.
Y soy consciente que para mantener estas decisiones, debo aferrarme a Dios
y a la ayuda que puedo recibir de Él.
Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él. (2 Crónicas 16,9)
Así que mi lucha es mantener la decisión de guardar siempre mi corazón puro
En todas las situaciones que este.
Por su parte Dios me ha prometido darme toda la fuerza que necesito para hacer su voluntad.
En un lugar está escrito: «Porque ciertamente hay fin, y tu esperanza no será cortada.» (Proverbios 23,18)
Mi esperanza es llegar a ser libre de todo lo que vive en mi naturaleza pecaminosa
Él se encargará de toda mi vida, mi tiempo, mis pensamientos
Mi futuro, de todo. Es Dios quien decide.
Sé que no tengo nada por lo cual inquietarme en el futuro
Porque sé que aunque suceda algo difícil
Sé que no será algo que no lo pueda superar.
Y he experimentado muchas veces orar a Dios, y Él me ha ayudado.
¡Y esto hará toda mi vida!
Mi futuro lo veo brillante
Está escrito, «el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.» (Filipenses 1,6.)
Con este verso en el corazón, y la fe que he recibido en mi corazón
¡Las cosas solo irán hacia adelante!