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Mi sueño siempre ha sido, desde que nací, ser rico
y exitoso.
Porque era todo lo que no teníamos.
Soy el producto de una violación, y mi padre nos abandonó.
Fui criado por una mama soltera antes de que eso estuviera de moda en los Estados Unidos.
No tenía supervisión alguna, ni un modelo paterno.
Realmente era rebelde.
Para cuando cumplí los 15 años, me salí de la casa.
Me enviaron a Taiwán, aparentemente para que yo pudiera aprender chino, porque le decía
a mi madre una y otra vez, que odiaba el idioma chino, odiaba ser chino.
Yo le dije que quería ser blanco.
En Mount Joy, Iowa, no había otras personas chinas.
Y yo quería tanto ser aceptado, y
básicamente no tenía identidad.
Así que aquí estoy en Taiwan, y ahora tengo problemas peores, me sentía tan
chino en Iowa, y tan extranjero y raro, ahora realmente soy
extranjero, porque estoy en China y soy muy americano.
Me convencieron para ir a un campamento bautista para jóvenes en Taiwan, y me
contaron de Jesús en una manera diferente
Escuche un mensaje básico, Jesús me ama y tiene un plan para mí.
Y yo estaba en necesidad de amor.
Recuerdo ponerme de pie, y decir que quería ser cristiano.
Yo solo,
sabes, ¿quién no quiere ser cristiano durante el campamento?
Así, que hice lo que los demás estaban haciendo, al igual que siempre.
Tan pronto como llegué a casa a los Estados Unidos, por supuesto, me olvidé
de todo.
Y luego fui a la universidad UCLA, me uní a una fraternidad judía, y recuerdo que en
medio de los años 60, un hombre llamado Hal Lindsey llegó a la ciudad.
Convirtió a tres de nuestros hermanos de la fraternidad judía.
Todos se unieron, para burlarse de ellos y ridiculizarlos, y para mi vergüenza,
yo también lo hice.
Pero yo sabía en mi corazón que había algo real, y que si estos muchachos a los cuales
nosotros respetábamos, y eran judíos, aceptaron a este Jesús como su Mesías,
para yo burlarme de ellos, y unirme a todos los demás, y básicamente avergonzarme, y mucho menos
mencionar que había tenido una experiencia similar a la de ellos cuando tenía
15 años, era una vergüenza.
Para no hacer el cuento largo, termine una carrera de cuatro años en cinco.
Me metí en problemas al no enlistarme, me uní al Entrenamiento de Oficiales de Reserva (ROTC).
Antes de darme cuenta, estaba en Giessen, Alemania en un emplazamiento de misiles monitoreando la
frontera este de Alemania en caso de que los rusos nos atacaran.
De guardia las 24 horas.
Y, por supuesto, eso me fastidió después de un tiempo porque los rusos nunca
llegaron, y aquí estoy en Giessen, Alemania, sin ningún sentido a mi vida.
Sólo un perdedor.
Simplemente no funcionaba en la vida.
Todos los muchachos en Alemania habían regresado de Vietnam, y ellos hablaban de
matar a “***”, a asiáticos en Nam.
Me estoy viendo en el espejo, y digo espera un minuto.
Creo que estos muchachos me ven a mí como un “***”, y no podía conectar con ellos.
Por lo tanto, me aliene.
Estoy drogado todo el tiempo, y ahora mi esposa me está dejando.
Y yo estaba justo en el punto más bajo de mi vida.
Fue entonces cuando una pareja llamada June y David Otis,
ellos eran civiles del Departamento de Defensa, nos recogieron.
Lo que quiero decir con nos recogieron, simplemente se convirtieron en nuestros amigos.
No teníamos amigos.
Nos invitaron a su casa y compartieron su vida con nosotros.
Una noche, durante la cena, mi esposa dice, ¿por qué son ustedes tan diferentes
a los demás?
¿Por qué somos diferentes?
Bueno, tenemos una relación personal con Jesucristo.
Y simplemente empezaron a hablar de Él como si fuera, como un amigo, o un
compañero o alguien, que vivía al lado.
Así que mi esposa se interesó mucho, y ya sabes, empecé a ver
como su vida cambio.
Ya no estábamos peleando.
Ella me miraba de otra manera, y era inevitable, sólo
capitulé.
Y creo que mientras pienso en ese momento, sólo recuerdo estar en un
café en el centro de Giessen, y había velas en la mesa y
había tanto amor en el cuarto.
Sentí el amor de Dios.
Era tan fuerte y me saturo.
Me fui a casa, solo fui a casa esa noche, y yo dije, no estoy
orgulloso de lo que soy, y necesito ayuda.
Quiero decir, yo no sé cómo vivir.
No sé cómo vivir bien.
No sé cómo funcionar en este trabajo, y si estás ahí y
creo que si me amas, me gustaría ser incluido.
Me gustaría ser,
no sé si entendí esas cosas de familia.
Quiero decir, no sé si realmente lo concebía como un Padre, pero
realmente lo quería.
Como dicen los cristianos, creo que lo acepté.
Creo que es una broma decir que yo lo acepte.
Creo que le estaba pidiendo a Él que me aceptara a mí.
Creo que eso era realmente lo que era.
Es increíble lo que pasó.
No sé, no se puede explicar.
El mundo se veía diferente.
Yo sabía que era una nueva creación.
[Lee Yih después recibió una medalla de recomendación del ejército por su trabajo en relaciones raciales.]
[Y posteriormente fue a trabajar para las empresas financieras Morgan Stanley y Goldman Sachs.]
Y bueno, mi vida se fue hacia arriba.
Quiero decir, fue raro.
Después conseguí un trabajo en Goldman Sachs.
Hice tanto dinero que, en realidad, había logrado mi sueño.
Logré lo que solo había deseando.
Pero yo sabía que esto no era de lo que debería ser la vida.
Quiero decir, creo que todo.
Y eso es lo que tenía que aprender.
Tenemos que llenar este vacío, este vacío en forma de Dios.
No se puede ser feliz con el materialismo.
No te satisface.
Hay un sinnúmero de historias sobre hombres que han entregado sus vidas para
seguir a Jesús, y ese es el secreto de la vida.
Cuando das tu vida y dices que eres segundo, cuando la dejas ir, y
tomas Su vida, es cuando la encuentras.
Yo siempre he pensado que yo lo sabía todo, esa es la historia de mi vida.
Pero es simplemente genial pensar que tu amigo realmente
sabe más que tú.
Es mejor, incluso cuando es contraintuitivo a veces.
Es mejor seguir.
Creo que la palabra seguir es lo que hago.
Mi nombre es Lee Yih, y Yo Soy Segundo.