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Todos los días nos bombardean en los medios
con historias personales que abarcan todo el espectro
desde lo vergonzoso y lo trivial
hasta lo agudo y lo crítico.
El fanático que publica fotos de cada plato de lasaña que pide,
el bloguero iraní que describe la muerte a tiros
de Nedā Āghā-Soltān.
La auténtica narrativa conecta a las personas
y ofrece una razón de peso para seguir leyendo.
Hace de lo personal algo universal,
trasciende lo individual,
y constituye una historia atemporal y humana.
¿Cómo, como periodista, uno plantea las preguntas
que producen este tipo de narrativa?
Hay que saber qué preguntar y a quién.
Primero hay que entender que todo trabajo periodístico
requiere una trifecta documental.
Si graficamos el proceso informativo como un triángulo,
un lado serán las fuentes oficiales,
otro lado serán las fuentes contextuales,
y el tercer lado serán las fuentes no oficiales.
Los tres componentes son necesarios en todo trabajo bien elaborado.
El primer lado tiene fuentes oficiales.
Son las personas con títulos y experiencia,
dueños de la empresa, los portavoces del movimiento.
Te dicen las cifras y las respuestas
a cuánto, cuántos, dónde, cuándo y quién.
El segundo lado del triángulo son las fuentes contextuales:
académicos, consultores, autores,
que no tienen conexión directa con los interesados,
pero conocen el panorama general.
El tercer lado de la trifecta, las fuentes no oficiales,
que detentan el poder de la perspectiva individual.
Aquí podemos encontrar el porqué,
las consecuencias del evento, tendencias, fases o de la idea
y el significado espiritual para los afectados.
Entonces, ¿cómo extraer las gemas
separando lo que cautiva de la cháchara?
Planteando preguntas sorprendentes.
Para lograr la complicada y frágil conexión humana,
considerar las historias de cada persona como algo sagrado.
Hay que darse cuenta de que una anécdota es oxígeno
que da vida a una historia gris en su exposición,
hechos y datos.
Lo que hizo el cirujano en casa la mañana que operó el tumor cerebral de una mujer.
¿Qué tal es soñar y entrenar toda una vida para los Juegos Olímpicos?
Hay veces que es importante transmitir la información rápidamente
y presentar hechos tabulados y actualizaciones.
Si una situación es urgente, si se requiere una acción inmediata,
si hay que saber dónde impactará el tornado,
cuán rápido se esparce el fuego y si va a llegar a tu casa hoy.
Pero la narrativa de historias personales
que contribuyen al oficio del periodismo
es un trabajo que se permite el lujo de una danza lenta de información.
Es esta solicitud artística de la historia
lo que hará memorable al periodismo
y entregará el enlace narrativo que nos conecte unos con otros.