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Reserva arquitectónico-histórica de la ciudad de Nesebar
Una península incrustada en el Mar ***, Una ciudad antigua con aspecto moderno
Una atracción de importancia mundial, y parte del patrimonio mundial, protegida por la UNESCO:
Esto es Nesebar. Un centro cultural,
en el que se sobreponen las capas históricas de muchas civilizaciones.
Los primeros pobladores fueron los tracios - a finales del II milenio antes de Cristo;
ellos lo llamaron Mesambria.
Después vinieron los griegos, en el siglo VI antes de Cristo, y cuatro siglos más tarde, los romanos.
Con sus dos puertos, la ciudad tiene un importante significado comercial.
A lo largo de la antigüedad, mantuvo buenas relaciones con las polis del Mar ***, el Egeo
y el Mediterráneo.
En el Museo Arqueológico de la ciudad se exponen numerosos artefactos
que atestiguan la rica vida económica, cultural y espiritual de la época.
En la primera sala se puede ver una inscripción-decreto en honor de un gobernante tracio.
La sala siguiente está dedicada a la influencia griega:
un gran número de decretos que rinden homenaje a personalidades eminentes,
tabletas votivas de mármol, que documentan la vida administrativa de Mesambria,
y diversas esculturas de culto,
que hablan de la rica vida religiosa de los habitantes de Mesambria.
Con la llegada de los romanos siguió el florecimiento de la ciudad, que siguió haciendo comercio,
acuñando monedas y desarrollando la artesanía local.
Con la división del Imperio Romano, el papel de Mesambria aumentó considerablemente.
Se fortaleció la relación con Constantinopla,
se construyeron fortalezas masivas y basílicas cristianas.
Bases de mármol, columnas, capiteles
son elementos de la decoración plástica interior de los edificios de este período.
Esta cultura antigua, surgida como combinación de influencia tracia, griega y romana,
convierte Nesebar en un tesoro arqueológico.
Durante la Edad Media la ciudad se llamaba Mesemvria
y constantemente pasaba del dominio búlgaro al bizantino, y viceversa.
Los ejemplares de iglesias medievales muestran
que la ciudad se perfiló como uno de los centros espirituales más importantes del cristianismo oriental.
Los oficios artesanales recibieron una gran impulso
- escultores, pintores, ceramistas dejaron sus magníficos ejemplares como testimonios en el tiempo.
La antigua excelencia se enriqueció con grandeza imperial
y se inspiró en el milagro cristiano.
El número de iglesias creció a 40, 26 de las cuales se conservan hasta hoy en día.
La cuarta sala del museo recoge una rica colección de iconos de Nesebar.
La “Virgen María”, el “Cristo Pantocrátor” y el “Nacimiento de Cristo”
son maravillosos ejemplos de iconostasios.
El trono episcopal y las puertas reales confirman que la religión nunca ha sido ajena al esplendor.
En la plaza principal del Viejo Nesebar se yerguen los restos de una basílica de tres naves:
es la Iglesia de “Santa Sofía”.
Era parte de la residencia del Metropólita de Nesebar a principios del siglo VI.
Antes estaba cubierta con argamasa y decorada con frescos; hoy la “Antigua Metropólita”, como se conoce,
es una reliquia arquitectónica y el lugar favorito de los turistas para hacerse fotos.
Los frescos murales en la iglesia de “San Esteban” son totalmente auténticos.
Esta iglesia fue construida entre los siglos XI y XIII. Se le llamó la “Nueva Metropólita".
Su interior está pintado con escenas de la vida de la Santa Madre.
La Edad Media ***ía trajo una nueva influencia en la construcción del templo.
Este fue el período del Segundo Reino Búlgaro
La Escuela de Tarnovo extendió su influencia por todo el país.
Un ejemplo de la época son las iglesias “Cristo Pantocrátor” y “San Ivan Aliturguetos”.
En el siglo XV la ciudad cayó bajo el Imperio Otomano y de nuevo cambió su aspecto.
Una huella del estilo oriental de esta época, por ejemplo, es la fuente junto a la “Antigua Metropólita”.
Pero el Viejo Nesebar, tal y como hoy deslumbra a miles de turistas,
se formó durante la época del Renacimiento búlgaro.
Durante el siglo 18 la vida económica y cultural estuvo en auge.
Los anhelos, acumulados a lo largo de los siglos, se reflejaron
en la creación de la casa tradicional de Nesebar.
Magnífica con su belleza natural y sencillez,
la casa también fue de alguna manera coqueta por su atención especial a los detalles y al diseño interior.
Hoy la ciudad es un objeto de admiración para turistas de todo el mundo,
que re-descubren Nesebar en el mapa del turismo histórico y cultural.
Debido a sus excelentes y numerosos monumentos históricos de varias épocas diferentes,
el Viejo Nesebar fue incluido en la Lista de Monumentos
del Patrimonio Cultural Mundial de la UNESCO. �