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Este podría parecer un lugar lejano
en una tierra remota.
Mi casa está justo allí en medio.
Estos fueron los disturbios de Los Ángeles en 1992.
Y recuerdo que tenía 8 años
y mirando hacia allá afuera
y pensando para mí mismo,
“Esto es todo, se acabó el juego. Estoy acabado”.
Los militares entraron,
los policías entraron
y pensé que ellos iban a salvarnos,
y por alguna razón, se quedaron apuntando sus armas a mi gente.
Así que crecí enfurecido,
Crecí disgustado,
mirando a mis padres esforzarse por pagar la renta a fin de mes.
A veces ellos tenían que quitarse la comida de su boca
para que nosotros, mis dos hermanas menores y yo, pudiésemos comer.
Y las personas que yo vi cuidar de sus familias
y cuidar de sus negocios, eran los miembros de la pandilla.
Así que consideraba aquello como una carrera profesional,
no porque ellos fuesen los únicos que,
ya saben, tenían las chicas, tenían los autos,
era porque eran los únicos que cuidaban de sus familias.
Y amo a mi familia lo bastante como para incluso considerar eso como una posibilidad.
Pero, no fue siempre malo.
Si no han de atar cabos,
soy un fan de los Dodgers.
Me gustan los Dodgers aún más
porque el Estadio de los Dodgers está a la mitad del Parque Elysian,
uno de los parques más grandes de Los Ángeles,
y recuerdo salir a pasear los fines de semana con mi familia
e ir por la carne asada y compartir nuestra cultura
y a ellos llevarme por senderos
y mostrarme todas estas estupendas cosas que ellos sabían.
Crecí, fui a la Escuela Secundaría Dorsey.
Quizá no conozcan tanto Dorsey,
pero quizá sí conozcan la Escuela Secundaria Crenshaw.
Crenshaw y Dorsey eran escuelas secundarias rivales,
pero eran más que simplemente rivales
en el tradicional sentido de escuelas secundarias rivales,
eran el lugar de nacimiento de “Los Bloods” y “Los Crips”.
Entonces, yo iba en el noveno arresto,
y me dieron un ultimátum:
Me dijeron, “O te quedas arrestado,
o vas a esto llamado Eco Club”.
Y dije, “¡¿Qué?!, ¿Eco Club?
¡Olvídenlo!”
Pero tomé la oportunidad y fui al Eco Club.
Y lo primero que ellos dijeron fue,
“Coge una bolsa de semillas y vamos afuera”.
Y escogí jalapeños
porque quería preparar una salsa para mi mamá al final de aquello.
¡Y ellos me engañaron!
Luego, de repente, comencé a preocuparme de la fotosíntesis
y el balance del pH,
y la radiación UV,
y todas estas diferentes materias que harían crecer a mis jalapeños.
Al final de ese semestre, me dieron la oportunidad
de ir a la Escuela de Ciencias Teton en Wyoming.
Para un niño que nunca había estado fuera del centro sur,
ver las montañas por primera vez,
mirar el cielo de noche y contar,
no podía incluso contar, las estrellas.
Por primera vez en mi vida a la edad de 15,
vi más estrellas de las que podía contar.
Me tuve que pellizcar y mirar aquella estrella fugaz
y decir, “No, eso no es 'el ave del gueto' que viene por mi”.
Y 'el ave del gueto', no la encontrarán en el libro de Audobon,
se trata de un helicóptero policial en caso de que no lo sepan.
Regresé a casa y encontré a mentores y amigos
y familia y personas que me apoyaron en esto,
y en el año 2005, este tipo llamado Richard Louv
escribió un libro llamado “El ultimo niño en los bosques”,
y acuñó una frase que dice “trastorno por déficit de naturaleza”.
no se trata de un término médico, no se preocupen,
no tienen que tomar medicamentos,
es de fácil arreglo:
todo lo que tienen que hacer es salir afuera.
Porque hoy hay 7 mil millones de personas en el mundo,
pero si fuesen a colocar a todas esas 7 mil millones de personas
hombro con hombro,
podrían caber todas en la ciudad de Los Ángeles.
No se trata necesariamente de que se nos está acabado el espacio,
se trata de cómo estamos utilizando ese espacio,
Los adolescentes estadounidenses promedio pasan actualmente
entre 40 y 65 horas a la semana
conectados a algún tipo de dispositivo multimedia,
a algún tipo de tecnología.
¡Eso equivale a un trabajo de tiempo completo!
No estamos diciendo que sea malo,
Sólo estamos diciendo ¡sal afuera, diviértete!
Y reúnete con algunos amigos
Y creamos esto llamado “Red de Líderes Naturales”.
Y queríamos averiguar
cómo otras personas conseguían salir afuera en todo el mundo.
Creíamos que sólo éramos nosotros aquí en los Estados Unidos,
pero no, no, es en todo el mundo.
Y comenzamos a recuperar cosas maravillosas:
las playas,
las montañas,
en mitad de la ciudad,
cómo las personas salían,
sólo por el puro regocijo de celebrar nuestra conexión con la naturaleza.
Y todo comenzó con aquel único grupo.
Quiero aportarles esta nueva motivación
sobre el nuevo movimiento de la naturaleza,
y las 7 razones para un nuevo movimiento de la naturaleza.
Ustedes pueden crear sus propias razones,
pero estas son las 7 razones de las cuales estamos hablando.
Me voy a apresurar un poco por el tiempo que queda.
Pero, quédese con estos niños, ¡salgamos afuera!
El año pasado escalé el Grand Tetón.
Pasé de ser ese niño del centro sur
que se da cuenta que de algún modo estaba conectado con aquellas montañas,
que mi comunidad en el centro sur de Los Ángeles estaba conectada con las montañas allá arriba.
Y todo tuvo sentido,
el mundo tuvo sentido para mí.
Las ciencias, las matemáticas, la historia, el inglés,
y todas las diferentes cosas que estaban sucediendo en este mundo
tuvieron sentido para mí a causa de aquello.
Egresé para convertirme en el primer graduado de la secundaria en mi familia.
Soy el primero.
Hoy soy un explorador de la National Geographic.
Doy estas maravillosas charlas,
y no les cuento estas cosas para poder jactarme de ellas,
o para que yo me pueda exhibir,
las cuento porque si un niño del centro sur
que estaba a punto de convertirse en miembro de una pandilla,
pudo convertirse en explorador de la National Geographic.
y estar aquí en frente de Uds. para contarles hoy quién soy,
entonces nunca, jamás en su vida duden de lo que pueden hacer.
A fin de cuentas, hice lo que hice por mi familia.
Mi familia significa todo para mí
y desde este día en adelante,
cada uno de ustedes en esta sala es parte de esa familia.
Con ello quiero retirarme
y les dejaré con esta cita,
la cual me ha llevado a este punto:
“Una vez que el cambio social comienza, no puede ser revertido
No pueden quitarle los conocimientos a alguien que ha aprendido a leer.
No pueden humillar a la persona que se siente orgullosa.
No pueden oprimir a las personas que ya no están atemorizadas.
Hemos visto el futuro y el futuro es nuestro”.
Es su futuro, es nuestro futuro,
entonces salgan y ¡consíganlo!