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Para que veamos una cosa, esta tiene que emitir luz directamente (como el Sol,
el filamento de una bombilla, o una luciérnaga), o bien los fotones de luz deben rebotar en ella
antes de llegar hasta nuestros ojos.
Pero, ¿cómo vemos la luz en sí? No podemos hacer que la luz rebote contra la propia luz (como tampoco podemos
hacer que las ondas de un slinky o las olas en el agua choquen entre sí, pues simplemente se atraviesan).
Además, si "miras" un fotón de luz de la manera habitual, eso implica que tu ojo,
tu cámara o tu fotodetector lo absorben, lo que hará que desaparezca. ¡Destruido! ¡Aniquilado!
Es como si quisieses comprobar cuánto peso puede soportar un puente antes de hundirse.
Una vez que hayas hecho la medición, tendrás la información que buscabas, pero te habrás
quedado sin puente.
Así que, para "ver" la luz, tenemos que emplear métodos no destructivos.
Una manera de hacerlo es construir una caja súper oscura y súper fría, y recubrir su interior con
un espejo extraordinariamente reflectante, tanto que los fotones de luz reboten en él
más de MIL MILLONES de veces antes de ser absorbidos. En ese periodo de tiempo, habrán recorrido
una distancia equivalente a dar la vuelta al mundo.
La caja está tan fría y oscura que solo de vez en cuando habrá un fotón en su interior.
Si lo hay, ¿cómo podemos saberlo sin destruirlo?
Podemos hacer que atraviese la caja un átomo que se encuentre en una superposición de dos estados atómicos
diferentes, como el gato de Schrödinger. Si no hay ningún fotón en el interior de la caja de espejos, cuando el
átomo salga por el otro lado y realicemos una medida, es altamente probable que se encuentre en uno
de los dos estados, que llamaremos "muerto". Pero si hay un fotón, y preparamos el átomo cuidadosamente
de manera que atraviese la caja sin destruirlo, las interacciones entre el átomo y el fotón
hacen que cambie la probabilidad, de manera que será muy probable verlo como "vivo".
Una vez que hayamos enviado unos pocos átomos, si estos se encuentran mayoritariamente en el estado "vivo",
sabremos que hay un fot√≥n en la caja. Y si están "muertos", sabremos que no lo hay.
Es como lanzar un molinillo a través de una habitación oscura. Si sale por el otro lado
girando, sabremos que hay viento. Si no es así, será que no lo hay.
De hecho, una vez que sabemos que hay un fotón, podemos utilizar esta técnica
para medir y manipular otros aspectos del fotón: podemos ver cuántas veces rebota en el interior
antes de ser absorbido, comprobar si se encuentra en una superposición de estados e incluso obligarlo a
adoptar una superposición como la del gato de Schrödinger. De forma que no solo podemos ver la luz
sino que podemos utilizar al gato de Schrödinger para medir al gato de Schrödinger: ¡Recursión felino-cuántica!