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La operación de Bypass Gástrico es la más utilizada en todo el mundo para el control
de la obesidad y es la que mejor conocemos.
La operación se realiza por laparoscopia
y consta de dos partes; primero se reduce el tamaño del estómago, segundo se bypassea
un tramo de intestino delgado, de entre 100 a 200 cm de longitud, de manera que durante
todo este tramo de intestino los alimentos no se absorben.
La operación de Bypass Gástrico consigue un estómago más pequeño con el que el paciente
se sacia después de comer lo que cabe en un plato de postre; una malabsorción controlada,
parte de las grasas y los azúcares de los alimentos que se comen no se absorben; además,
se produce una fuerte disminución de la ghrelina que es una hormona que regula el apetito,
gracias a que ya no pasa alimento por el estómago de siempre. Con ello se consigue un excelente
control del hambre exagerado y del ansia por comer.
Los pacientes cambian su forma de comer y su relación emocional con los alimentos.
Esta operación tiene una gran seguridad gracias a la utilización de sistemas automáticos
que seccionan y sellan a la vez mediante tres líneas de pequeñas grapas de titanio y una
cuarta línea realizada mediante puntos manuales.
Finalmente se realiza una prueba de estanqueidad para comprobación.
La pérdida de peso de nuestros pacientes intervenidos con Bypass Gástrico es del 72%
del exceso de peso y se produce entre los 6 y 11 primeros meses tras la operación.
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