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En la temporada uno de La Historia de las Cosas, vimos un sistema que
crea demasiadas cosas, que en realidad no necesitamos.
Ahora empezaremos a conocer las historias detrás de la historia de las cosas.
Asà encontraremos formas de cambiar esta situación.
Bienvenidos a la temporada 2!
Estos últimos años, tuve que ser mucho más cuidadosa
sobre como gasto mi salario. A todos le pasa.
Por ejemplo salgo a comer menos a menudo,
conteniendo los gastos que no necesito realmente, ahorrar para la universidad de mis hijos.
Me estoy volviendo más responsable, controlando mis gastos.
Pero algo que no puedo controlar es que cada mes un gran pedazo de mi salario
se va al gobierno.
No es la parte más divertida de mi presupuesto, pero yo creo en el pago de los impuestos.
No sólo porque es la ley
sino porque asà es como invierto en un futuro el cual no me alcanza
para construir yo misma.
Ya conoces ese futuro que todos queremos y casi cada candidato nos promete -
grandes escuelas,
un medio ambiente saludable,
energÃa limpia, buenos trabajos. Pero le pasa algo extraño a nuestro dinero en el camino
a ese futuro mejor.
Parece desaparecer.
Y para cuando nos involucramos para invertirlo, todo lo que escuchamos es,
“lo siento, este año no, estamos quebrados."
De hecho, estamos tan quebrados, dicen,
que no tenemos más opción que volver hacia atrás
cortando cosas que hicieron a este país tan grande” como escuelas y el EPA,
tal vez incluso seguridad social y cuidado medico
Espera un minuto. ¿Quebrados?
Estoy mandando mi parte de efectivo duramente ganado cada mes
y a ti también!
Si todo el mundo lo hiciera, tendrÃamos mucho dinero.
Ahora, lo que tenemos para trabajar se reduce mucho gracias a las lagunas fiscales corporativas
y exenciones de impuestos sin precedentes para el1% más rico.
Pero incluso después de eso, todavÃa
tenemos más de un trillón de dólares.
Asique si estamos en quiebra,
¿Qué le está pasando a todo ese dinero?
Decidà investigarlo y resultó que toda la historia del "quiebre" esconde
una historia mucho más grande
— una historia de algunas decisiones realmente tontas tomadas para nosotros —
pero en realidad funcionan en nuestra contra.
La buena noticia es que esas son decisiones,
y nosotros podemos hacer otras.
Entonces, ¿A dónde está yendo todo ese dinero? Bueno, primero el ejército se lleva un gran
pedazo –
$726 billones en 2011.
PodrÃamos construir un futuro mucho mejor con semejante dinero.
Gastar billones en aviones de combate que no necesitamos o guerras sin fin, y
después decir que estamos en quiebra, simplemente no es honesto.
Es como llamar a tu hija desde tu yate de billones de dólares para decirle que no te
alcanza para pagar su almuerzo.
Luego cientos de billones más se van sumando a la EconomÃa Dinosaurio.
Ya sabes, el sistema obsoleto del que hablamos en La Historia de las Cosas —
el que produce más contaminación, gases de efecto invernadero y basura que cualquier
otro en la Tierra — y ni siquiera nos hace felices.
De tantas formas, simplemente no funciona,
pero lo estamos apoyando en vez de construir algo mejor.
Mucho de ese apoyo viene en forma de subsidios.
Un subsidio es un regalo que le da a algunas compañÃas un empujón sobre las otras.
Eso no es necesariamente algo malo —DeberÃamos ayudar a las compañÃas que están
construyendo un mejor futuro.
El problema es que el gobierno sigue ayudando compañÃas que nos están
arrastrando al fondo.
Por donde quiera que mires en la EconomÃa Dinosaurio, encontrarás esos subsidios.
Hay subsidios de gasto: donde el gobierno sólo regala nuestro dinero —
como pagos que benefician grandes agricultoras, tirando a granjas familiares
por un risco.
O la versión menos obvia donde el gobierno paga por cosas que
las corporaciones deberÃan pagar por si mismas
como limpiar derrames de sustancias tóxicas o estanques gigantes de abono de ganado.
O construir carreteras que van a un solo lugar — un nuevo Wal-Mart.
O pagar por incineradores de basura contaminadores y derrochadores que nunca tendrÃa
sentido financiero de construir por su cuenta.
Luego están los subsidios de impuestos:
que exentan a las grandes corporaciones de contribuir su parte —
como las enormes exenciones de impuestos concedidas a compañÃas de combustible y gas
incluso en tiempos de ganancias récord.
Estos subsidios suman billones de dólares que deberÃamos estar recaudando
y usarlos para un buen fin.
Y están los subsidios de transferencia de riesgo: donde el gobierno actúa como un
banco de inversiones e incluso una compañÃa de seguros para corporaciones haciendo
cosas riesgosas, como construir reactores nucleares.
Si algo sale mal, tenemos que hacernos cargo.
Hay subsidios gratuitos:
donde el gobierno regala cosas que nos pertenece a todos nosotros a las corporaciones
por precios bajos o incluso gratis.
¡Esos son billones más que deberÃamos estar recaudando pero nunca se ven!
Como permisos para minerÃa en tierras públicas, concedidas en precios establecidos en la Ley
de MinerÃa de 1872.
En serio. 1872.
EL presidente Grant firmó esta ley para fomentar el asentamiento del Oeste.
Noticia de último momento:
ya está asentado.
Y en todo esto ni siquiera entran los costos externalizados. Estos
no figuran en ningún informe y pueden sumar hasta trillones de dólares —
estos incluyen el daño al medio ambiente,
salud pública y el clima que esta EconomÃa Dinosaurio causa.
Sin leyes que hagan que los contaminadores paguen, todos nosotros pagamos con la pérdida de agua
y aire limpios,
o más asma y cáncer.
Para cuando hemos entregado todos estos subsidios, ya no hay suficiente dinero
para pagar nuestras cuentas —
olvidarse de construir el mejor futuro.
Entonces ¿Por qué siempre hay suficiente dinero para la EconomÃa Dinosaurio, desde compañÃas de de combustible
hasta rescates a grandes bancos, pero cuando
se refiere a construir un mejor futuro parece que estamos en quiebra? Tal vez es porque
aquellas personas saben cómo pedirlo.
Sus grupos de presión y contribuciones de campaña enormes permiten que el gobierno
sepa qué quieren,
y qué harán si no lo consiguen.
Y funciona.
Los senadores de EE.UU. que votaron para mantener los subsidios al petróleo en 2011
recibieron 5 veces más efectivo para la campaña que aquellos que votaron por
detenerlos. Entonces, los subsidios deberÃan ser una herramienta del gobierno para ayudar a las
compañÃas que nos están ayudando a todos, en cambio, se convirtieron en un premio para
aquellos con el mayor poder para obtener la caridad.
Pero, ¿Sábes quién tiene el verdadero poder?
¡Nosotros! ¿Qué pasarÃa si protegiéramos nuestros impuestos como lo hacemos con
el resto de nuestro dinero?
¿Qué si le dijéramos al gobierno qué queremos y qué haremos si
no nos lo da?– ¡Empezando por no votarlos!
PodrÃamos redirigir estos subsidios dinosaurio,
liberando cientos de billones de dólares. ¡Olviden estar en quiebra, podrÃamos
construir un mejor futuro justo ahora!
PodrÃamos empezar por reinvertir los subsidios en petróleo y gas de $10 billones
en energÃas renovables y proyectos de eficiencia energética.
Con sólo la mitad de eso, podrÃamos poner sistemas solares en más de dos
millones de techos. Luego usar el resto para retro ajustar medio millón de casas,
creando trabajos y ahorrando energÃa año tras año.
El costo promedio de limpiar un lugar tóxico en la lista del Superfund es de
$140 millones.
Hagamos que los contaminantes paguen y en cambio invirtamos nuestro dinero en desarrollar materiales
más seguros asà no hay que preocuparse si se derraman en primer lugar.
La mayorÃa de los productos quÃmicos están hechos de petróleo —por eso se llaman
petroquÃmicos. Cambiando sólo 20% de ellos
a materiales de base biológica crearÃa más de 100,000 trabajos nuevos.
En vez de subsidiar incineradores de basura, subsidiemos
soluciones reales, como basura cero.
Aumentando el reciclado de EE.UU al 75% crearÃa medio millón
de empleos — mientras menos contaminación, menos desperdicio,
menos presión para cultivar y extraer nuevas cosas. ¿Qué hay de malo en eso?
Eso todavÃa dejarÃa cientos de billones de dólares
para mejorar la educación — la mejor inversión para una economÃa saludable.
Con $100 billones, podrÃamos aumentar el número de profesores de escuelas
primarias por más de 40%
y dar estudios universitarios a más de 6 millones de personas.
Podemos reconstruir el Sueño Americano; podemos pagar
por un medio ambiente saludable, buenos trabajos, y la mejor educación pública.
Pero no si seguimos subsidiando la EconomÃa Dinosaurio.
Asique la próxima vez que tengas una idea para un mejor futuro y alguien te diga:
“Que bonito, pero no hay dinero para eso,â€
Diles que no estamos en quiebra.
Hay dinero, es nuestro, y es tiempo de invertirlo bien.