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El comienzo de mi historia es similar a la de un pez fuera del agua.
A pesar de que nací en el sur de Los Ángeles, mi historia comienza a unos 20
minutos de allí, en el Valle de San Gabriel, en West
Covine, en el área de La Puente.
Así que crecí en un barrio mexicano muy violento.
Yo ni siquiera sabía que era tan peligroso.
Solo creía que esa era la forma en que la gente vivía.
La casa de mis vecinos se convirtió en un casa en donde se hacía crack.
Pero yo no lo sabía.
Solo sabía que no encendían las luces.
Y yo creía que vivían como en un campamento y cocinaban con velas.
Pero no, era crack.
Yo era el único niño ***, y se burlaban de mí por mi color.
Me perseguían por el barrio, me golpeaban cuando volvía a mi casa.
Me preguntaban: ¿de dónde eres, hermano?
Y yo reconocía la voz.
Y respondía: Paco, hermano, vivo a dos calles de tu casa.
¿De qué hablas?
Y luego, incluso cuando nos mudamos a los suburbios, incluso ese era
un vecindario predominantemente caucásico.
Y nosotros éramos los niños pobres que se acababan de mudar.
Éramos un grupo de personas extrañas que hablaban español.
¿Saben a qué me refiero?
No nos entendían.
E incluso en la iglesia a la que íbamos en nuestra calle, por alguna razón yo sentía
que me estaban condenando.
Sentía que Dios había abierto el techo y me hablaba directamente a mí.
Pero recuerdo que los muchachos de mi edad no se sentían para nada afectados.
Y me sacaba de onda, porque sentía algo que nadie más sentía.
Pero en mi cabeza todo era igual a como era cuando crecía.
Bueno, he sido el único toda mi vida.
Así que si soy el único aquí, seré el único allí.
[en verso] Mientras tanto, nunca me perdía un servicio de iglesia.
Mamá me hacía tomar notas para comprobar que estaba eschuchando.
Pero yo había vivido con los mexicanos, así que nunca hice lo de las pandillas.
En su lugar me daban latas para que pintar mi nombre en los ladrillos.
Todo ese tiempo Dios me estaba entrenando para oír su voz.
Porque solo él sabía que pronto tomaría una decisión.
Yo era un rapero que pintaba en las paredes, hijo de un Pantera Negra.
Y todos esperaban grandes cosas de él.
Va a ser un pastor.
Así que, ¿debía juntarse con los chicos de la iglesia, los exploradores o los matones?
Y lo gracioso fue que el Señor pareció responder, "Con todos los mencionados". [fin del verso]
Me gusta decir que me cocinaron a fuego lento, pues podría decirse que todo comenzó en el sexto
grado y terminó en mi primer año de secundaria.
Examinaba mi experiencia en la vida y siempre volvía a sentir
que no pertenecía.
Ya sea que había nacido del color equivocado, en el vecindario equivocado, en la década
equivocada, a los padres equivocados, todo eso.
Simplemente no soy un macho alfa. Era un artista.
Dibujaba todo el tiempo.
Escribía poesías.
Vamos.
¿Saben a qué me refiero?
Creo que hubo un momento en que mi padre finalmente me señalo un pasaje
específico: Salmos 139.
"Antes que te formase en el vientre te conocí.
Dijiste que era una creación formidable y maravillosa.
Tus obras son maravillosas, y mi alma lo sabe bien".
Y creo que fue en ese momento que me di cuenta de que mi valor no depende
de una característica innata que tenga.
No, tu valor existe porque Dios estuvo dispuesto a pagar el precio
de su hijo por ti.
Ese es el precio que estuvo dispuesto a pagar por ti.
Pero a mí, personalmente, no me costó nada.
Todo esto es intencional.
Todo lo que eres, todo el conjunto de tus experiencias y dones.
Todas las cicatrices.
Todo el sufrimiento, todos los fracasos.
El ser escupido al volver a casa.
Todo eso es intencional.
Eres una creación formidable y maravillosa.
Eres exactamente lo que yo quiero que seas.
Estás viendo al menor de una familia, legítimo heredero al trono, hijo de un don nadie con
la pobreza en los huesos, y eso es hermoso.
Nunca tuvimos nada, pero nada fue suficiente.
Mantuve mi estómago lleno de las cosas que los ricos se perdían, y eso es hermoso.
Mi madre solía decir que nada de lo que Dios hace se desperdicia.
Y ceo que eso sucede en mi vida.
Cuando comencé a rapear y escribir poesía a tiempo completo, y a sentirme
tan cómodo entre los mexicanos, a lograr identificarme con su lucha--
Sé lo que significa.
Lo entiendo.
Hablo el idioma.
Conozco su manera de hablar.
Conozco sus obstáculos.
Lo conozco todo.
Creo que mi carrera ha sido una proclamación de esa verdad, que mi
barrio no lo hizo.
El Creador lo hizo.
Así que en honor a Jimi Hendrix toco el instrumento de mi vida al revés, y decido
tocar al revés, porque entonces la última palabra es la primera, y eso es hermoso.
Como el dolor de cada una de tus cicatrices.
Prefiero llamarlas tatuajes de vida.
Son obras maestras.
Y son hermosas, de la forma más íntima y personal, decir
que Cristo me ha dado personalidad.
Mi nombre es Jason Petty, alias Propaganda, y Yo Soy Segundo.