Tip:
Highlight text to annotate it
X
Bien, estamos hablando sobre transformación y cambio, ¿verdad?
Y hay muchísimos cambios a nuestro alrededor.
La tecnología está cambiando, las sociedades están cambiando,
nuestras vidas personales están cambiando.
Lo único constante en la vida, es el cambio.
Pero, ¿por qué el cambio nos asusta tanto?
¿Por qué no vemos las oportunidades, sino tan solo los riesgos?
¿Por qué es tan difícil salir
de nuestro confortable estado actual para avanzar y progresar?
Obviamente, necesitas energía, ¿verdad?
Si estás cómodo en un lugar, necesitas energía para avanzar,
necesitas encontrar la energía en algún lugar dentro de ti,
o a tu alrededor.
Y además, por supuesto, somos humanos.
Tenemos emociones,
y muy a menudo, nuestras emociones sacan lo mejor de nosotros
cuando nos enfrentamos a un cambio traumático y transformativo
a nuestro alrededor.
El Profesor Schlossberg tiene una gran teoría
y un gran modelo de transición
que explica realmente la montaña rusa emocional que atravesamos
cuando nos enfrentamos a una transformación radical.
Algo grande nos pasa, o pasa a nuestro alrededor o pasa con nosotros:
lo primero es la negación: ¡esto no está pasando!
No nos está pasando, no está pasando ahora.
Paulatinamente, la realidad permea,
el miedo y la ansiedad toman el mando.
¿Qué hacemos, qué significa esto para nosotros?
¿Tendremos suficiente para comer, tendremos un techo sobre nuestra cabeza,
seremos amados, quién sabe?
Estamos estresados, tratamos de no lidiar con ello,
pero al final, trataremos de descubrir cómo hacer algunas cosas.
Tratar, bueno, esto funciona, esto podría no funcionar, estamos aprendiendo cosas
y entonces, comenzamos a descubrir las oportunidades en la transformación.
Comenzamos a entusiasmarnos,
queremos cambiar el mundo,
y queremos cambiar a todos los que nos rodean y nos acompañan,
y, mientras nosotros estamos superentusiasmados, nos damos cuenta
de que todos los demás quizá todavía están del otro lado,
paralizados por el miedo, la furia y la depresión.
Bien, así es como funciona esto.
Algunas veces sucede en apenas segundos, a veces toma años
y lamentablemente, a veces la gente
e incluso organizaciones enteras quedan trabados en algún punto
en medio de una profunda depresión, falta de productividad y miedo.
Entonces, nuestro objetivo,
si hemos alcanzado el entusiasmo de la transformación que queremos realizar,
es que acompañemos a esas personas
y ayudarlas a atravesar esta montaña rusa emocional.
¿Cómo lo hacemos? Primero:
Debes tener una visión muy clara
de cómo será esta transformación.
Tiene que ser clara, breve, definida
y, por cierto, 80% de todos los proyectos de administración del cambio fracasan
porque no se tiene una buena visión.
Entonces, si entiendes bien una idea,
esta tiene una enorme posibilidad.
Segundo:
Tener claro el impacto.
Obviamente, el impacto negativo si no te mueves,
o quienes te rodean no se mueven, o las organizaciones no se mueven.
Pero también el impacto positivo,
que aborda los miedos, las preocupaciones
y la búsqueda de oportunidades
que está allí para todos nosotros
y que nos da algo de dónde aferrarnos,
para obtener la energía, atravesar esta curva, salir, y sentir entusiasmo
y motivación para seguir avanzando.
Comunícate.
Si estás tratando con alguien que está en negación o con miedo profundo,
no va a leer un documento de cinco páginas;
entonces tienes que ser muy claro y preciso,
qué hay allí para ellos, por qué no tienen que temer,
y cómo pueden contribuir a hacer que las cosas avancen y mejoren.
Comunícate por demás, una y otra vez,
según en qué lugar de la curva emocional esté la otra persona.
No importa si eres entusiasta, si ellos tienen miedo
debes dirigirte a ellos en el lugar en el que están
y lidiar con sus miedos.
Cuarto: No lo hagas solo.
Arma un equipo que te ayude
a comprender el contexto general.
Un equipo variado con distintos puntos de vista,
afila tu mirada, proporciona una mejor estrategia, un mejor plan
y tendrás muchos aliados que pueden ayudar a las personas
y a las organizaciones en cada etapa de la curva emocional.
Y por último, pero no menos importante: tú posees el cambio.
Tú eres el líder del cambio que quieres ver y que quieres promover.
Celebra las victorias, paso a paso
a medida que avanzas por esta transformación.
Así la gente se compromete
ve el progreso,
y comienzas un movimiento, y cada vez más gente se unirá a ti
y te alentará en ese viaje.
Y al final, no te olvides de celebrar la victoria.
Celebra, aprovecha esa energía porque una cosa es segura:
el cambio volverá a suceder
pero si ya has superado exitosamente una transformación radical una vez,
la segunda vez
no será fácil, pero sí será más fácil.
Dicho esto, quiero invitarlos.
Estamos en un mundo lleno de oportunidades.
Algunas de ellas parecen escalofriantes, pero definitivamente están allí
para hacer de nuestro mundo un lugar mejor
y me gustaría que ustedes
se conviertan en el cambio que quieren ver en el mundo.
Muchas gracias.
(Aplausos)