Tip:
Highlight text to annotate it
X
LA VIDA EN ROSA
Se acabaron las sonrisas,
se acabaron las lágrimas,
se acabaron las oraciones...
NUEVA YORK, 16 DE FEBRERO DE 1959
¿por qué seguir cuando tu amor
se ha ido?
Rápido, ya se sintió mal
hace 10 minutos.
... por las ciudades y las granjas.
Los gritos y las campanas,
¿lo traerán de vuelta
entre mis brazos?
¿Debe ir cada hombre a la guerra
una y otra vez, una y otra vez,
mientras queda
una mujer sola
con el corazón y las manos vacíos?
Cuando llegó
el momento de separarse...
Ha llegado la ambulancia.
... y me dio un beso de despedida,
desde el fondo de mi corazón
surgió un enorme grito
de soledad.
¡Cielo, ten piedad!
¡Cielo, ten piedad!
Santa Teresa, Niño Jesús,
no me abandonéis,
dadme fuerzas,
quiero seguir viviendo.
Haced que resucite.
PARÍS, BELLEVILLE, 1918
¿Por qué Lloras?
Largo de aquí, mocosos.
Me aburro, (es en mi vida)
una manía que no puedo evitar.
¿Qué haces aquí?
¿Por qué Lloras?
¿Estás sola?
¿Dónde esta tu mamá?
Por todas partes arrastro
como una cadena
mi pesada pena,
sin más bienes.
Es en mi vida
una manía,
me aburro.
Si es su madre, no merece
ni la cuerda para ahorcarla.
Tengo que ganarme la vida,
soy cantante.
¡Mire a su hija!
¿Qué pasa? Yo cuido de mi hija.
Louis, ya no puedo esperarte
sin hacer nada.
Estoy harta de Belleville.
Me ha dicho un empresario
que, con mi talento,
debería probar en Constantinopla,
como la gran Fréhel.
¿Buenas noticias,
acróbata?
Y que lo digas.
Es Clemenceau, felicitándome.
He dejado a Edith
con mi madre.
Mamá Aicha la cuidará
hasta que despegue mi carrera.
Louis, ya no espero
tu regreso.
Anetta.
¿Hay alguien?
¿Edith?
¡Edith!
¿Louis?
Se acabó.
BERNAY, NORMANDÍA, 1918
... es como un pájaro que canta.
Me llama su pequeña burguesa,
su tonquiquí, su tonquiquí,
su tonquinesa.
Hay otros que me miran
con ternura,
pero él es mi preferido.
por la tarde charlamos
de un montón de cosas
antes de nuestro encuentro.
Aprendo geografía...
Vaya...
Tu nieta.
Edith.
Qué nombre tan raro.
No parece muy fuerte.
Sígueme.
¿Qué haces aquí?
¡Qué mona eres!
¿Cómo te llamas?
¿No tienes nada que hacer?
Iba al baño,
el de arriba esta ocupado.
Unos ojos azules preciosos.
Por ahí.
Te escucho.
Tengo que volver.
Me desmovilizarán dentro de
unos meses y volveré a la acrobacia.
-Venía a ver al pimpollo.
-Sal de aquí.
Ya no tengo a nadie.
Ve a vigilar la entrada.
¿Dónde esta su madre?
No lo sé.
¿Quieres dejarla aquí?
La gente hablar.
La gente siempre habla.
¿No la vamos a Llevar a misa?
Vamos a Llegar tarde.
La tierra no gira
a su alrededor, ¿no? Venga.
Así que nos quedamos
con un bebé.
¿Podemos verla?
Un bebé no, una niña.
¿Quieres pan?
Venga, Largaos.
Pídele una canción, venga.
Podrías cantar en el Casino de París
si no fueras tan pelirroja.
Una noche me estaba lavando,
mi piel era toda mi ropa,
nadie podía verme,
sólo el *** cielo.
De pronto salió la luna.
Iba a decirle:
''Tu boca, bebé'',
cuando oí a mi lado
un grito de sobresalto.
Había un hombre
encima de una roca
no lo bastante alta.
El hombre dijo: "¡Ah!"
y yo, en el agua,
dije: "¡Oh!''.
Me vio desnuda,
totalmente desnuda,
sin esconde-chisme
ni sujeta-cosas.
Me sonrojé hasta el amanecer.
Me vio desnuda,
totalmente desnuda.
por respeto humano,
me tapé la cara
con las dos manos.
Pero creo
que ese gesto impulsivo
me impidió ocultar
ciertas cosillas.
Me vio desnuda,
totalmente desnuda,
más que desnuda.
¡Titine! ¡Titine, abre, ya basta!
-¿Qué le pasa ahora?
-esta con Edith.
¡Abre ahora mismo!
-¿Qué le pasa?
-Nada.
Id a prepararos,
Los clientes no tardaran.
-¡Abre o te arrepentirás!
-No quiero trabajar.
¿Qué?
-¡No quiero trabajar!
-No quieres trabajar.
¿Qué te crees,
que estas en un hotel?
Me quedo con Edith
esta noche. Me la quedo.
¡No te quedas con nada!
Venga, breme.
Hoy viene tu Legionario.
Me da igual.
Es un mentiroso,
sólo me cuenta cuentos.
Titine, basta ya.
O sales, o antes de que te
des cuenta estarás en la calle.
¡Estoy harta de tus remilgos!
Bueno.
Abro, pero que me dejen
en paz.
NUEVAYORK, 8 DE MAYO DE 1959
¡Doug!
¿Qué pasa? ¿esta celoso?
Le he encontrado
Los discos de Billie Holiday.
Gracias, Loulou.
Billie y yo nacimos el mismo año.
Qué gracia, ¿no?
Te he traído mis bocetos.
¿Los vemos luego, o esta noche?
Mas tarde. Antes cantaré
la canción del gran gilipollas.
El de antes que tú.
¿Qué?
Nada.
Cuando quiera.
Venga.
Ya está.
Estoy lista.
-Venga.
-Bien.
Venga usted, Milord,
a sentarse a mi mesa,
hace tanto frío fuera,
aquí se está bien.
No se resista, Milord
y póngase cómodo,
sus penas en mi corazón
y sus pies sobre una silla.
Yo le conozco, Milord,
usted no me ha visto jamás,
sólo soy una chica del puerto,
una sombra de la calle.
Sin embargo,
nos rozamos cuando pasó usted ayer,
qué orgulloso iba.
Claro, el cielo le sonreía.
Su fular de seda
floraba sobre sus hombros,
se lucía,
parecía un rey.
Caminaba como un vencedor
del brazo de una señorita,
Dios mío, qué guapa era...
¡Es Jeanne!
Jeanne, ¿qué pasa?
-Hay sangre.
-Venga, habla.
Se empeñó en jugar al médico
con su instrumental.
¡El muy cabrón!
¡Titine!
-Hay que decírselo a la jefa.
-¡Titine!
Me matará. Me duele.
¡Titine!
No puedo ver.
-¿Y bien, doctor?
-Es de salud delicada.
Su córnea esta dañada,
tiene queratitis.
¿Está ciega?
Es una inflamación.
Paciencia,
puede durar meses.
Esto es para la farmacia.
Gracias.
¿De quién es hija?
De nadie.
¡Venga!
LISIEuX, NORMANDÍA
Teresa, no suelo pedirte
muchas cosas.
Así que te pido que escuches
a Edith.
Venga, Edith, habla.
Te escucha.
Venga, Edith.
Teresa,
no quiero ser ciega, quiero ver.
esta llena de moratones.
Mas.
Quiero aprender a leer
y correr como antes.
No quiero ser ciega.
Santa Teresa, dile al Niño Jesús
que cuide de Edith.
Venga.
Gracias, santa Teresa
y Niño Jesús.
Gracias.
Nada de nada.
Jamás me pasa nada,
me pregunto por qué.
Nada, nada, nada.
Ya esta, has llegado.
Nada de nada.
Nunca me pasa nada,
me pregunto por qué.
¿Qué tal, preciosa?
Louise, rápido.
Tú, ven aquí.
Nada de nada.
Nunca me pasa nada,
me pregunto por qué.
Nada, nada, nada.
Nunca pasa nada.
Ve.
¡Ve!
¡Tine, Levanta!
-¿Qué pasa?
-Ha vuelto.
Se lleva a Edith.
Vístete.
¡No pueden hacerme esto!
No puedo creer
que vuelvas a tu oficio.
-La niña va a viajar.
-Venga, vete.
¡Edith! ¡Edith!
¡Titine! ¡Titine!
Estamos en Orly,
bajan Los primeros pasajeros
y ya la veo, es Edith Piaf
con un joven, intentaré acercarme.
Srta. Piaf, ¿qué trae de América?
Un americano.
¿Cómo se llama?
¡Edith, por favor!
¡Edith, por favor!
Arrastrada por la muchedumbre,
le ofrecen flores,
sube en su coche blanco y ***.
Sonríe, parece cansada,
pero sonríe.
Edith, por favor...
¡Silencio, quiero brindar!
-¿Eres gilipollas?
-Gilipollas tú.
Hay que ayudar
a la enferma.
El del acordeón que tenga cuidado,
o se va a ir con un ojo morado.
Me viene Vd. de maravilla,
traiga al dueño,
quiero que me invite a champán.
Me llamo Edith Piaf
y he hecho tonterías.
Quiero que todos se besen.
Hasta los que no pueden
verse ni en pintura.
Venga, Claude.
Doug, amor mío, te quiero.
Quiero besarte, Edith.
-¿Quién es esa tía?
-Ni idea.
¿Para quién es
el bistec tártaro?
¿Dónde se ha metido
su guapo compañero?
Edith, compórtate.
Nadie te ha pedido tu opinión,
Coquatrix, no te metas.
¡Señorita!
Señora Piaf, qué placer.
¿Desea algo?
Mucho.
Quiero un regalo.
Por supuesto.
Bien, pues...
Quería champán pero creo
que prefiero un anillo,
bien grande,
lleno de diamantes.
-¿De acuerdo?
-Tranquilo, tomaremos champn.
Gracias.
Quiero brindar por el amor
que siento por todos vosotros.
Me pongo en pie.
Venga, ayúdame.
Quiero que brindemos todos
por Marguerite,
mi compositora
y mi más fiel amiga
en esta profesión.
No te pongas roja, Guite.
Vas a hacernos llorar.
¿Quieres mi foto?
No, mejor no.
Burbujas y alcohol,
todo lo que le sienta bien.
Otra vez Claude.
No me des el coñazo, Loulou.
Llevaba un año sin pisar París,
lo hemos festejado.
Y deja de poner cara
de cordero degollado.
Espero a alguien,
no te pongas cómodo.
Sólo le digo
que tiene compromisos.
Que no esta sola.
¿Te acuerdas de cómo fui vestida
al Gerny's?
Como una pordiosera.
Y ella me miraba
como a una princesa.
Eras una princesa,
mi princesa.
Por Marguerite.
Por Marguerite.
Brindo por Los que quieren
que me estrelle.
Por Los que creen
que me engañan. Salud.
¿Algún problema, Louis?
Nada, uno de sus ataques.
Déjanos, tenemos cosas que hacer.
No estás aquí
de espectadora, dame eso.
Estas para trabajar,
aquí no hay niña que valga.
Para ganarte las Lentejas.
Bien, ya basta.
¡Mocosa de mierda,
me has arruinado la entrada!
¡Yahora,
un número excepcional!
Ve a hacerme la cena.
¡Señoras y señores,
aplaudan
a Louis, el contorsionista
antipodista!
Es mona.
¿Cuantos años tiene?
Diez.
¿No tiene mam?
¿Para qué?
Te sentirás solo.
Podrías invitarme a un aguardiente
en tu carromato.
Venga, ven.
¿Sabes quién soy?
Soy Teresa.
¿Van bien tus ojos, tesoro?
Sí.
Eres una monada, Edith.
¿Por quién vas a rezar esta noche?
Voy a rezar por Titine.
Eso esta bien.
Yo cuido de ti.
No lo olvides nunca.
Cuando estés sola,
siempre estaré a tu lado.
Estoy harto. Ya os dije que había
que cambiar la rueda.
No discutas, Louis.
Aquí todos arrimamos el hombro.
-Yo paso.
-Pues vete.
No vas a irte así,
por un berrinche.
No estoy hecho para tener jefes.
Y Caroli es un mal jefe.
-Has bebido demasiado.
-Ganaré más yo solo.
¿Dónde? Sabes que hay
pocos circos.
Siempre me las he
arreglado muy bien solo.
Me iba acostumbrando a ti.
Pues te desacostumbras.
Santa Teresa,
haz que cambie de idea.
Quiero quedarme
en el circo.
Edith.
Edith. ¡Edith!
¿Y acrobacias
de la niña?
Ya va, ya va.
Haz algo.
Se van a ir.
Haz algo, date prisa.
Venga, haz algo. Venga.
Adelante, hijos de la patria,
el día de gloria ha llegado.
El estandarte sangriento
de la tiranía
se ha levantado contra nosotros.
El estandarte sangriento
se ha levantado,
¿oís en los campos
rugir a esos feroces soldados?
Se abalanzan sobre nosotros
a degollar a vuestros hijos
y compañeras.
¡A las armas, ciudadanos!
¡Formad vuestros batallones!
Marchemos, marchemos,
que una sangre impura
empape nuestros surcos.
¡Bravo!
Es mi hija.
Gracias, gracias.
GRASSE, OCTUBRE DE 1963
Estoy harta de zumo
de zanahoria.
Mientras sea tu enfermera,
lo tomarás.
Prefiero la oscuridad.
Mira qué buen tiempo,
el Sol te sentar bien.
Edith,
sé que es difícil,
vas a necesitar
mucho, mucho reposo
y paciencia.
Tu marido ha llamado
y quería...
No hay nada que hacer.
Me he dañado el corazón.
Demasiados excesos.
Estos tres últimos años
han sido un desastre.
Edith, eres una artista.
-¿Simone?
-Sí, Edith.
No volveré a cantar,
¿verdad?
No es únicamente
mi voz la que canta,
es la otra voz, muchas voces,
voces de hoy, voces de ayer,
voces graciosas, alegres,
desesperadas, maravilladas...
PARÍS, MONTMARTRE
OCTUBRE DE 1935
... locas de dolor y de alegría.
Es la voz de una pena reciente...
¿Qué, qué pasa?
Quiero zampar.
... la voz de un ahogado
que hace "pluf".
La voz de una niña
a la que abofetean,
la voz de un pájaro temeroso,
la voz de un gorrión muerto de frío
en la acera de la calle del placer...
Y siempre, siempre, cuando canto,
ese pájaro canta conmigo.
Siempre, siempre, aún viva,
su pobre voz tiembla por mí...
Cantamos media horita
y luego zampamos.
Si canto sola parezco
una pordiosera,
las dos juntas parece
un espectáculo.
Quiero cantar ahí.
En un canalón para gatos,
en una buhardilla, donde sea.
¡Eh, tú!
No puedes cantar
en la calle.
¿No?
-¿Cuantos años tienes?
-Veinte.
¿Y eso qué es?
Casi no ha bebido.
Acércate.
¿Conoces ''Gris''?
-Eh, señor, un...
-¡Cierra el pico!
Si me la cantas, os dejo en paz.
Me pongo ahí, no es mi zona
y no he visto nada.
¡Eh, señor, un cigarrillo!
Un pitillo no le compromete.
Si te gusto, charlaremos.
Eres majo, pareces un buen tipo.
Si fueras feo daría igual,
te diría de todas formas
que eres guapo,
para conseguir,
ya sabes el motivo,
lo que te pido,
un cigarrito, una colilla...
Dentro de una semana, el 21.
Hace 5 años que somos hermanas.
¿Prefieres vivir conmigo,
o trabajar con tu madre?
Prefiero rajarme
a seguir en la fábrica.
-¿Y tú?
-¿Yo qué?
Cuando currabas
en la mantequería.
Calla, no quiero hablar
de eso, come.
Anetta, nada de follones.
Otra vez tu borrachaza.
Edith.
¿No tendrás una monedita?
¿Nada más?
No tengo más.
No estoy forrada, ¿sabes?
-Anda, dame un billete.
-No tengo.
¡Soy tu madre!
¡Vete!
¿Te canto una canción?
¡Etienne, que se vaya!
¡Soy una artista!
¿Y tú qué eres?
¡Ya veras!
-¡Ya veras!
-¿Ya veré qué?
¡Cuando estés
con el mono!
O te calmas, o te largas.
-¡Cuando estés hecha una mierda!
-¡Lárgate!
Desde luego, tu hija no va
a poder darte de comer.
Eso ni lo menciones.
Me largo. Siéntate
y acábate las patatas.
¡No eres cantante!
¡Eres una puta mierda!
Déjala o te doy una hostia.
Ven, Momone, vámonos
de este bar de mendigos.
¡Gilipollas!
¡Sí, eso!
¡Vete a hacer la calle!
Antes de que nadie
quiera ya tu coño.
... buscamos el pan
en el arroyo.
Gracias, señora.
... con el corazón alegre,
como gorriones.
Llegará el invierno
y mi único bien,
este pobre cuerpo que,
me doy cuenta,
ya se está cansando,
caerá sobre la dura acera.
pasaré en una cama de hospital
una noche de angustia.
No soy peor que muchos,
habría preferido a pesar de todo
en mi desamparo
que un hombre me hubiera amado
para acabar con él mis días
en un nido caliente,
como un gorrión.
Gracias.
Te vas a destrozar la voz
cantando así.
Hay que comer, señor.
Por supuesto.
Toma.
Me llamo Louis Leedle.
Toma mi tarjeta y ven mañana
a las dos al Gerny's,
ya veremos qué podemos hacer
contigo. ¿Tú también cantas?
No, pero sé hacer
muchas cosas.
Ven con lo que sueles cantar.
¿Y si no voy?
Como quieras, niña.
Sin embargo, te amo
con un amor ardiente.
¿Qué es esto? Todo el día
de un lado a otro,
me fío de ti y me traes esto.
Guardo una parte para mi padre.
esta enfermo y sin gorda.
-¿Soy el Ejército de Salvación?
-Te lo juro, esta enfermo.
Te voy a poner a hacer
la calle.
¡Y te vas a enterar
de lo que es currar!
¡Suéltala!
¡Nunca, nunca!
¡Antes la muerte
que ser una puta!
-¡Me mato!
-¡Y será culpa tuya!
Tú, a callar.
Quiero más. ¿Entendido?
¡O iras a abrirte de piernas
como las demás!
¡Eso lo harás tú!
¡Albert, perdóname!
¡Quédate, te lo suplico!
Pasa de ese gilipollas.
Etienne, ponle otra jarra.
-¿Venís a casa del chino?
-¿Con quién?
Los dos italianos,
el gordo, Popoche.
Habrá de todo: coca, opio...
Un poco de calor humano.
Porque me haya
acostado contigo
no tengo que hacerlo
todas las noches.
-¿No te parece?
-Basta.
¿Sabes qué?
Paso de vuestras gilipolleces.
¿Y sabes por qué?
¿No?
Serás gilipollas...
Porque soy una artista.
Y voy a triunfar.
Lo sé.
Siempre lo he sabido.
Es la llama.
Santa Teresa,
veo grandes cosas.
A los bailes he corrido
y para olvidarle, he bebido...
¿Has visto qué pinta?
Es enfermiza.
¿De dónde la ha sacado?
... soy como un perro.
Lo tengo metido en la piel,
estoy loquita por él.
Es increíble, Louis.
Philippo, una copa.
El jefe está enamorado.
En todo caso, tiene voz.
esta bien la niña, ¿eh?
Ahórrate el veneno.
Pero es conocer el amor
tal y como es
y digo que hay que perdonar
cuando una mujer se entrega.
Repíteme tu nombre.
Edith Giovanna Gassion.
No es ninguna maravilla.
Pero tengo más
cuando canto.
Huguette Hélias, Tania...
-¡Denise Jay!
-Jay...
¡Se hace la manicura!
Eso no viene al caso.
Me recuerdas a un gorrión.
¿Sí?
Bueno...
-La Niña Gorrión esta cogido.
-Sí.
Un gorrión.
Donde has nacido,
gorrión se dice ''piaf''.
¿Verdad? Un piaf.
-La Niña Piaf.
-Es genial.
-La Niña Piaf suena cursi.
-¡Qué dices!
-La Niña Piaf.
-Realmente genial.
Necesitas un repertorio.
Preprate ''Nini piel de perro'',
''Las niñas mendigas''.
Ésa me la sé.
Todas las noches
si es necesario.
Empiezas el viernes.
Buenas noches,
va a empezar.
-Deberías ir a ver a tu niña.
-¿Qué le pasa?
Le gusta soplar.
Bien, voy.
Philippo,
nada de alcohol
en el camerino.
¿Qué hacéis?
-No he tenido tiempo de acabarlo.
-Le hacemos una manga.
¡Menudo momento!
-¡La sala está a reventar!
-Razón de más.
-No va a salir de pordiosera.
-Mire a su cantante estrella
vistiendo a una principiante.
Sí, eso.
-rápido, chicas.
-Louis, tengo ganas de vomitar.
Pues no es el momento,
rápido.
Hace unos días,
volvía a casa
y la casualidad, o el destino, hizo
que me cruzara con la que van a ver.
Van a verla
tal y como yo la vi.
Un diamante en bruto.
¡De la calle al Gerny's,
la Niña Piaf!
Durante toda la semana
por los bulevares,
en los arrabales,
arrastran por centenares
sus polainas sucias
y sus amores.
Con camisas de diez días
bajo la luz de las farolas,
dándoselas de Pompadour,
son nuestras joyas,
nuestras muñecas, nuestros guiñoles,
nuestras marionetas.
Escuchad en la noche,
cantan este estribillo.
Somos las niñas,
las niñas mendigas,
vagabundas que se van
sin un céntimo en el bolsillo,
somos las marginadas,
las marginadas sin blanca,
nos aman una noche
en cualquier lugar.
pero como no tienen
los vestidos
adecuados
para los barrios ricos,
no es a las galerías Lafayette
adonde van a currelar
cada noche.
Por el canal Saint Martín,
en Sébastopol,
en la Chapelle...
Es como mi hermana.
... del señor que llama.
Eres mercancía popular,
no un bonito juguete,
no hay muñecas de seda
en el baratillo.
Somos las marginadas,
las marginadas sin blanca,
que se van a dormir
a un horrible tugurio.
-¿He mentido?
-Es asombrosa.
... ni siquiera una persona.
¿Qué más da?
Nos trae sin cuidado.
Cuando la muerte nos siega
es nuestro día más hermoso.
Campanas, repicad para
las niñas mendigas.
¡Bravo!
¡Bravo!
Te presento al inmenso
Jean Mermoz.
Tenga, para usted.
Gracias.
Ven, Edith.
Te Los has ganado
y te Los ganarás siempre.
Te presentaré a alguien
que puede ayudarte.
Bravo, tiene mucho talento.
Es usted maravillosa.
Me llamo Marguerite Monnot,
soy pianista.
Si algún día necesita música,
compondré encantada para usted.
-Gracias.
-Ven.
Edith, te presento al señor Jacques
Canetti, director artístico
de Radio-Cité.
Señorita, me ha... deslumbrado.
Gracias.
Siéntese con nosotros.
No puedo quedarme,
tengo que irme.
¿Qué tienes que hacer?
Gracias.
¿Qué le pasa?
Maravillosa, maravillosa.
¡Suéltame!
¿A que te doy una hostia?
¡Llevamos una hora esperándote!
¡A la mierda los de Auvernia!
¡Y tú, cierra el pico
o te parto la cara!
Venga, dímelo.
Nosotros somos los búhos,
los sinvergüenzas, los golfos,...
LA NIÑA PIAF,
LA NIÑA MENDIGA
DISCOS DEL MES: LA NIÑA PIAF
PROGRAMA DESLUMBRANTE:
SÓLO ALEGRÍA CON LA NIÑA PIAF
LA NIÑA PIAF
...jugamos a las cartas
con mendas como nosotros,
sinvergüenzas, golfos, búhos.
Señorita,
es usted maravillosa.
Cuantas manos he estrechado
esta noche.
Toma más champán.
La botella,
quiero la botella.
Aquí esta.
Le dije que confiara en mí.
El poder de la radio,
mi querido Coquatrix.
No subestime usted
la magia del music-hall.
No, desde luego.
Estoy pensando
en algo para usted.
-¿Una canción?
-Claro.
¡Raymond, Raymond!
Mireille, llama a Raymond.
¡Raymond!
Ha venido alguien a verte.
''Ha venido alguien a verte''.
Un tipo quiere hablarte.
Te presento a Raymond Asso,
escritor, compositor,
letrista y poeta.
Ya voy. Disculpad.
Me encanta lo que hace.
Y a mí no me gusta tu jeta.
He venido a verla a menudo.
Pues se ha escondido
muy bien.
Las doce, en pie.
¡Cuatro!
¡Tres, dos, uno,
cero!
Es una gran artista.
Es que llevo tacones.
Cuando quiera.
Llámeme e iré.
... y esperaba como una loca
que por la mañana me dijera:
"Sígueme, te llevo".
Yo habría dicho sí, lo sé,
pero él huyó, dejándome
atada a mi cadena.
¡Mi papá Leedle!
¡Quiero brindar por mi papá
Leedle, mi salvador!
... no sé adónde.
GRASSE, OCTUBRE DE 1963
... por el alcohol y la tristeza,
su recuerdo
cada noche me ha trastornado
la cabeza.
Pero dicen que cerca del puerto
han sacado del agua el cuerpo
de un marinero
que abandonado por el amor
únicamente encontró para arrullarlo
el cariñoso mar.
Tenía una mirada muy dulce,
se marchó,
no sé adónde.
¡Eres un pájaro de mal agüero!
¡Es culpa tuya!
Ahí esta.
¿Es usted la Niña Piaf?
Sígame, por favor.
-¿Por qué?
-Sígame.
Perdón, por favor,
déjenme pasar.
Ven.
¿Y bien?
Te estoy hablando.
-¿Frecuentas ese ambiente?
-No.
Déjeme en paz.
¿Y a Henri Valette?
¿A Georges le Spahi?
Jeannot le Mataf, Albert,
¿tampoco les conoces?
Son amigos, pero no tienen
nada que ver.
La complicidad
te puede costar cara.
¡No soy culpable!
¡No he hecho nada!
Lo he perdido todo.
-¿Dónde estabas anoche?
-Se lo he dicho, estaba de fiesta.
¡Cerdos! ¡Cabrones!
¡Lo que hacéis es asqueroso!
Cálmate, esto no es
el music-hall.
Al parecer, te relacionas con gente
turbia. Y conoces a un tal Albert.
No conozco a nadie,
señor inspector.
¿Te crees que soy gilipollas?
-¿Qué tiene que decir?
-No es el momento.
Déjela, se merece esta vergüenza.
¡Ve a donde tienes
que estar, guarra!
¡Déjenla en paz!
No es ella, ¿no lo entiendes?
¿Ha dado nombres
para salir tan rápido?
¡Es un entierro,
un poco de dignidad!
-Una última pregunta.
-¡Son unos buitres! ¡Apártese!
¡Apártense todos! ¡Largo!
Estoy muerta.
Nunca me han arrastrado así
por el fango.
Tranquila, los periódicos
se olvidan.
¡No tengo nada que ver,
Momone!
Ya lo sé.
¡Abran!
-¿Qué?
-¿Es usted Simone Berteaut?
Sí.
Srta. Berteaut,
tiene que acompañarnos.
¡No he hecho nada!
El juez y su madre han acordado
internarla
en un hogar para jóvenes.
La sentencia se aplica
de manera inmediata.
Coja sus cosas, por favor.
¡Pero qué dice! ¡Se queda aquí!
No tengo nada que hablar
con usted.
Por segunda y última vez,
coja sus cosas.
¡Quieren matarme!
Quieren matarme, ¿verdad?
¡Suéltame!
¡No se irá! ¡Momone!
¡No dejes que me lleven!
¡Edith!
¡Cálmate!
¡No tengo mis cosas!
¿Me oyes, hijo de puta?
-¡A mí no me insultes!
-¡Momone, no!
¡Edith! ¡Edith!
¡Momone, no!
Papá Leedle...
Mi papá Leedle...
He soñado con el extranjero
con el corazón alterado...
¡Guarra! ¡Puta!
¡Le has matado tú!
¿Y la pasta?
Su recuerdo cada noche...
¿Qué se puede esperar
de una que ha sido puta?
pero dicen que cerca del puerto,
han sacado el cuerpo
de un marinero
que abandonado por el amor
sólo encontró
para arrullarlo el cariñoso mar...
¡Puta asquerosa!
¡No quiero ver a nadie
en este camerino!
Mami, quédate.
Necesito una inyección,
me duele demasiado.
Llama al americano.
Adelante, pueden pasar.
Qué éxito.
Edith, es magnífico.
¿Doug?
Necesito aire.
Quiero volver a casa,
a Châlons, contigo.
¿Ahora?
Edith, estamos a más
de 400 kilómetros.
¡Sois un coñazo!
¡Estoy más que harta!
Está agotada.
No vamos a hacer 400 kilómetros
-en plena noche.
-¡No, no, siempre no!
¡A la mierda tanto no!
-Nos vamos.
-Ni hablar.
Volvemos.
-Da media vuelta.
-¿Qué?
Volvemos, me habéis
-aguado la fiesta.
-¿Qué...?
Los análisis de sangre
son espantosos.
Dos costillas rotas
y no podemos escayolarla.
Tardar semanas.
Si tenía galas,
anúlelas, señor Barrier.
Ya esta bastante
apretado.
Venga, doctor, píncheme
para que pueda cantar.
Lo siento, pero mi admiración
tiene límites.
Ellos no los tienen
y yo tampoco.
Debería anular el concierto.
esta jugando con su vida.
¿Y qué? Con algo hay que jugar.
Lo primero para cambiar
de vida,
mudarse.
-¿Yo?
-Tú.
¿Por qué no me has
llamado antes?
Estaba haciendo cosas.
Y no sabía qué querías.
Fui a escucharte donde Leedle.
Tienes mucho que aprender.
Eres el primero
que me lo dice.
Tres meses y ya no
te Llamarás la Niña.
Se acabaron
las baratijas de cabaré.
Tenía ojos claros
por los que pasaban destellos
como por el cielo pasan
tormenras.
¡''Como por el cielo
pasan tormentas''!
Articula.
Otra vez.
Tenía gran ojos claros...
Tenía ''grandes'' ojos ciaros.
¿Comprendes lo que cantas?
-¿Qué quieres?
-Que articules perfectamente.
Imposible, canto como hablo.
Mal.
Destrozas las palabras.
Y no entiendes lo que cantas.
Más despacio, Marguerite.
Llevamos más de 6 horas,
podríamos abrir.
Luego respiraremos.
Otra vez.
Tenía grandes ojos claros
por los que pasaban destellos
como por el cielo...
¡No, no me escuchas!
¡No transmites nada!
Debes convertirte
en esa mujer enamorada.
Piensa como una actriz.
Se cachondea de mí.
Necesitamos un descanso.
Es como si con él
no supiera cantar.
¿Quién eres?
¿Dónde has cantado?
No basta con hacer
lo que sabes hacer.
¡Canto desde que tenía 9 años!
No pasa nada. Es normal,
nunca lo has hecho, es difícil.
Debes convertirte en intérprete.
Vivir la canción.
Nadie me ha dicho nunca
que no articulaba.
¿Nadie? ¿De quién hablas?
¿De Los cuentistas del Gerny's,
de Los transeúntes?
Haz lo que te digo,
o vuelve ahí donde empezaste.
¡Edith! ¡Edith!
Por mi niña, que nunca
ha olvidado a su papá.
¡Por la niña!
¡Niña, al parecer ahora
te mantienen! Dime, ¿tiene pasta?
¡Ni un céntimo!
¡Es por amor al arte!
¡Mas bien por amor a tu coño!
Venga, cántanos algo.
¡Una canción, una canción!
¡Una canción, una canción!
La mujer, que parecía un chico,
jamás fue muy atractiva,
es el frufrú de sus enaguas
lo que la vuelve excitante.
Cuando el hombre oye ese frufrú
se vuelve de lo más atrevido,
ve de pronto la vida en rosa,
se electriza,
se vuelve loco.
Frufrú, frufrú,
con sus enaguas, la mujer,
frufrú, frufrú,
turba el alma del hombre.
Así es como hay que tratarla.
Yo la dejé marchar.
¡Fui demasiado bueno!
¡Venga!
Frufrú, frufrú,
con sus enaguas, la mujer,
frufrú, frufrú...
Había sol en su frente
que reflejaba
en sus cabellos rubios la luz.
Estas rígida.
Estas ahí plantada,
sin vida. Eres como un buen boxeador
que se limita a pelear en la calle.
El escenario es un todo.
Debes interesarles
con todo.
Tienes unas manos maravillosas.
Utilízalas.
Canta con ellas.
Otra vez, Marguerite.
-Tenía grandes ojos claros...
-Anímate.
... por los que pasaban destellos.
-Las manos.
-Tenía muchos tatuajes,
nunca entendí muy bien,
en el cuello ponía:
"Oculto, libre''...
-Me siento estúpida.
-Sigue.
En su corazón ponía "Nadie'',
en su brazo derecho,
una palabra: "Razona''...
Ponte esto.
A la gente le da igual esto,
sólo le interesa la voz.
¿Cómo puedes tener ese don
y a la vez ser tan cabezota?
Póntelo.
-Edith, abre.
-No, voy a vomitar.
-¿Qué pasa, está borracha?
-Está aterrada.
Tengo una sala esperándola.
Me has dado el coñazo
durante semanas,
haz que suba al escenario
-antes de que arranquen Los asientos.
-Ya va.
Edith.
Te doy tres minutos.
Asso, esto no es un cabaré,
es un music-hall.
Joder, en qué berenjenales
me meto.
Edith, sólo son Los nervios.
Es buena señal.
¿Edith?
Sí.
Lo hemos logrado.
Has trabajado,
me has creído.
No puedes desfallecer ahora.
Quiero que abras.
No, no puedo.
Abre, por favor.
Ponte en pie.
¡Bravo!
Vuelvo a ver la ciudad
de fiesta y entusiasmada...
¡Señoras y señores, Edith Piaf!
... y oigo en la música
los gritos, las risas
que estallan a mi alrededor...
TRIUNFO DE EDITH PIAF
LA NIÑA PIAF
SE CONVIERTE EN ESTRELLA
POR PRIMERAVEZ, LA NIÑA PIAF
''''MI VIDA'', EDITH PIAF
PIAF DE GIRA
LA SEÑORITA EDITH PIAF
CANTA EN EL A.B.C.
... y la muchedumbre,
sin esfuerzos,
nos empuja encadenados
el uno al otro
y nos deja a ambos alegres,
embriagados y felices.
Arrastrados por la muchedumbre
que se abalanza y que baila
una loca "farandole"...
LA NIÑA PIAF HA MUERTO,
¡VIVA EDITH PIAF!
... y a veces nuestros cuerpos
abrazados salen volando
y caen de nuevo alegres,
embriagados y felices.
"¿Sabes lo que es
volver rápido a casa,
ansiar el apoyo
de la persona que amas,
encontrar
la habitación vacía
y esperarte, esperar? Conozco esta
habitación, claro que la conozco''.
estarás genial,
estoy deseando verte en el teatro.
Cuidado, Canetti.
Edith, tu director de orquesta
Lleva 3 horas esperando.
¿Y...?
Y estrenas en Bobino
en menos de 48 horas.
¿Conoces a muchos a quienes
Cocteau les haya escrito una obra?
-Señorita.
-Sí, Suzanne.
El Sr. Meurisse pasar a recogerla a
las 8 para la cena del Sr. Cocteau.
¿Ves?
Que el director de orquesta
vuelva a medianoche.
¡Edith! ¿Estas segura?
¡No incordies como Raymond!
¡Haz esto, haz lo otro!
-Para.
-Por eso echó a ese coñazo.
¡Para!
-¿Quiere ver Los vestidos?
-Sí, Los vestidos.
Están todos ahí,
señorita Piaf.
Cuidado con Los alfileres.
El más sencillo,
sin el cuello.
Un joven que llama desde ayer
dice que tiene algo para usted.
-¿Cómo es?
-Es un soldado.
Le he dicho que no tiene tiempo
y ahora esta ahí,
en el descansillo.
Da apuro.
-Ya que está ahí, que pase.
-Muy bien.
Sígame.
-Déjelo ahí.
-Gracias.
Pase, por favor.
esta mucho mejor
sin cuello.
¿Sí?
Me llamo Michel Emer, soy Cabo.
Esto no es el ejército,
¿qué quiere?
Tengo una canción
para usted.
Uno más. Estreno en Bobino mañana,
vuelva más tarde.
Yo me quedo con éste.
Salgo para el frente mañana.
El piano esta ahí.
Tiene 5 minutos.
Edith...
Habrá que esperar.
La fulana es hermosa,
allá en la esquina.
Tiene una clientela
que le paga bien.
Cuando acaba de trabajar,
ella se marcha a su vez
a buscar sueños en un baile
de los arrabales.
Escucha la java pero no baila,
ni siquiera mira la pista,
pero sus ojos enamorados
siguen la ejecución
-y los dedos secos y largos...
-Pare.
La quiero.
-Todos fuera, venga.
-Edith.
Esto no es serio,
ya vamos retrasados.
¿Qué no es serio?
Tú, tócala.
La quiero para Bobino.
Venga.
Edith, no puedes hacer eso.
¿No puedo hacer eso?
¿Y de qué me sirve entonces
ser Edith Piaf?
Está desesperada,
es muy pobre...
En francés, por favor.
Está desesperada,
es muy pobre...
Suéltalo ya, Charles.
No soy traductor.
''Lamentable, está claro que no es
la heredera del french cancan
-y del *** París''.
-Eso se llama fracaso.
Edith, no es la primera vez
que tiene que pelear.
Loulou, los americanos
quieren chicas guapas,
yo no pinto nada aquí. No soy
la parisina sexy que esperaban.
¿Me veis de estrella
de revista?
¿Dónde está mi pluma
del culo?
Aquí.
Ríete, Ginou.
No conecto con ellos.
-Soy triste y ellos gilipollas.
-Demasiado gilipollas para nosotros.
¡Edith, Edith! ¡Es maravilloso,
extraordinario!
Mire esto.
No, no, aquí, aquí.
-Edith, sales en primera página.
-¡Ya dos columnas!
Esto es excelente para nosotros.
Es Virgil Thomson.
El crítico teatral
más influyente de EE UU.
Es un artículo importante,
lleno de alabanzas.
"El público americano
a veces es estúpido
e incom..." No entiendo ni jota,
traducidlo, joder.
Bien, dicen
que no hay que dejar que se marche,
que sería un grave error,
y que los americanos
no se la merecen. Ya est.
¡Sabía que ocurriría algo!
Tengo que cambiarme.
Ginou, ven a ayudarme
a elegir.
Esta noche salgo.
Estoy invitada.
Su pastrami.
Que aproveche.
-¿Qué es esto, Marcel?
-Buey. Pruébelo.
Huele a perro mojado.
¿Algún problema
con la carne?
¿Qué?
No, está bien. Ella...
Ella no... Está bien.
Su inglés es tan bueno
como el sándwich.
¿No le gusta el sitio?
Estoy un poco sorprendida,
no me esperaba...
Cuando Llamó para invitarme
al restaurante diciendo:
''Somos dos franceses
solos en Nueva York,
podríamos cenar juntos'',
me imaginé otra cosa.
Vengo siempre aquí.
En todo caso,
cuando invita no se arruina.
¿Han decidido?
Tomaremos dos pastrami...
No. Déjeme a mí.
Dos tournedos rossini
con un Château Langelus 1938,
por favor.
Debe de estar
muerta de hambre.
Esto es mejor que perro hervido.
Lo siento.
Empecemos de cero,
¿de acuerdo?
De acuerdo.
¿Cuánto lleva en Nueva York?
Ocho semanas.
¿Y le gusta América?
Me trae sin cuidado.
No les entiendo
y ellos a mí tampoco.
-Debe de echar de menos París.
-Terriblemente.
¿Y qué hace cuando...
cuando no está cantando?
Pues vaya, podría trabajar usted
en la policía.
Hago punto.
Si me da sus medidas,
le haré un jersey.
No, no es necesario.
Allí le han reconocido.
¿Sí?
Se dirán: ''Ese tipo ha perdido
los dos últimos combates,
-est acabado''.
-Iré a cerrarles el pico.
¡No!
Tranquilo. Era una broma.
Muy bien.
-Podríamos tutearnos.
-Claro.
¿Qué haces
cuando no boxeas?
Me entreno, corro.
-¿Y después de entrenar?
-¿En casa, en Marruecos?
Me ocupo de mi granja.
¡Tienes una granja!
Tengo un criadero
de cerdos.
¿Qué?
¿Por qué no?
-Claro, ¿por qué no?
-Es una bonita granja.
Un criadero moderno
con hermosos cerdos.
¿Y quién los cuida cuando boxeas?
Mi mujer.
Tiene usted...
Tienes unas manos magníficas.
¿Has oído, Momone?
Es verdad,
tienes bonitos dedos.
Escucha.
¿De qué color son tus ojos?
Se inclinó para verlos
ms de cerca.
¿Le apestaba la boca?
-Cuando quieres eres gilipollas.
-Después de lo de los cerdos...
Dijo:
Azul malva.
Pues sí, azul malva.
Es la manera de decirlo.
Parecía un niño.
Luego dijo:
Pareces un hada.
Es un poco exagerado.
Gracias.
¿Le besaste?
No me atreví.
-Una velada muy bonita.
-Demasiado corta.
¿Vendrás a verme
boxear?
Sí, claro.
¿Y él intentó besarte?
No sé si se le ocurrió.
Anda ya.
Iré a verte cantar.
Bien, pues buenas noches.
Es el hombre de mi vida.
... y aunque cierro los ojos
veo la vida en rosa.
Cuando me tomas en tus brazos
estoy en otro mundo,
un mundo donde florecen las rosas.
Y cuando hablas
cantan los ángeles
desde el cielo.
Las palabras parecen
convertirse a diario
en canciones de amor.
Dame tu alma y tu corazón
y la vida siempre será
la vida en rosa.
Ha estado maravillosa.
El señor Lucien Roupp,
representante del señor Cerdan.
El señor Jameson,
de la cadena de televisión CBS.
puede que no sea
el momento, pero tal vez...
Marlene.
Buenas noches. Lo siento,
sólo dos palabras.
Hace mucho que no voy
a París.
Pero esta noche,
mientras cantaba, Edith,
yo estaba allí,
en sus calles, bajo su cielo.
Su voz es como el alma
de París.
Me ha hecho viajar,
me ha hecho Llorar.
Gracias de todo corazón, Edith.
Gracias.
-Gracias por la discreción.
-Gracias, señor.
Vamos, sube.
Empieza a gustarme
esta ciudad.
Esta noche hay estrellas.
Ven, vamos.
Marc,
¿sabes cuánto vive una rana?
¿En los cuentos,
o en la realidad?
Nunca he leído cuentos.
A nadie.
No has tenido oportunidad.
Sí, pero no lo he hecho.
La fulana está sola
allí, en la esquina.
Las chicas ponen mala cara,
los hombres la ignoran.
Qué importa si muere.
Adiós a sus sueños,
a su vida, está...
DREUX, 13 DE DICIEMBRE DE 1959
Sin embargo, sus piernas tristes
la llevan al lupanar
donde hay otro arte...
Toda la...
Escucha la java,
oye lajava.
Ha cerra...
... los dedos secos y nerviosos.
Le penetra en la piel por...
por arriba,
ella quiere gritar,
es algo físico.
Y para... se puso a bailar, a girar
al son de la música.
Perdonen, estoy cansada.
Ahora vuelvo.
Acuéstenla ahí.
-Vuelvo.
-No.
Ni hablar.
Nadie me dice
cundo tengo que parar.
¿Qué hacemos?
Lo siento. Que salga
la gente de la sala.
-Vuelvo, Louis.
-No, Edith.
Tengo que ir.
Es un suicidio.
-Hay que hospitalizarla.
-¡No!
¡No!
¡No, Louis, te lo ruego,
te lo ruego!
Edith, ha pasado
3 semanas en el hospital.
Habrá más galas.
¡Llévame al escenario, llévame!
¡Llévame, tengo que cantar!
¡Tengo que cantar,
no tengo elección!
Edith, por favor.
-¿Los oyes?
-Pare, pare.
Cierren la puerta.
Llévame, Louis.
Llévame allí.
Si no canto esta noche...
Si no canto,
aunque sea una sola canción,
jamás volveré a creer
en mí misma, ¿lo entiendes?
Doctor.
Haga lo necesario.
Otra vez será,
señores fotógrafos.
Han venido a verme caer,
estoy en plena forma.
Podrán decir
que no hay gira suicidio.
''Padam''.
padam, Padam, padam,
llega corriendo detrás de mí.
Padam, Padam, Padam,
me saca eso de "Recuerda".
Padam, Padam, Padam,
es un aire que me señala...
Dios mío,
Dios mío,
Dios mío,
déjame...
Santa Teresa,
en primer lugar, gracias.
Gracias, sé que todo
viene de ti,
que me lo has enviado tú.
He encontrado el amor
y sé que viene de ti.
Niño Jesús, protege a Marcel.
... déjalo
un poco más
conmigo.
Tiempo
para adorarnos.
Para decírnoslo.
Tiempo
para fabricar
recuerdos.
Dios mío,
sí,
Dios mío,
déjamelo,
para que llene un poco
mi vida.
Dios mío,
Dios mío,
Dios mío,
déjame
un poco más
¡Venga, Marcel!
a mi amor.
¡Venga, ahora!
No, es demasiado pronto.
¡No, va a ganar, lo sé!
-¿Y si luego hay un problema?
-¿Qué problema?
Si lo hay, te llamo
a la habitación, ve.
¡Vete ya!
¡Venga, Marcel!
¡Octavo asalto!
¡AII van!
¡Un asalto, un asalto!
¡Venga, Marcel!
¡Venga, MarclI, matalo!
Déjame
un poco más
a mi amor.
Seis meses,
tres meses,
dos meses...
¿Qué pasa?
Creo que Zale
está herido.
... tan sólo un mes.
Tiempo
para empezar o acabar.
Tiempo
para iluminar
o para sufrir.
¡El nuevo campeón del mundo!
¡Increíble!
¿Ya está?, ¿es campeón del mundo?
Aunque me equivoque,
déjamelo
un poco.
Aunque me equivoque,
déjamelo
un poco más.
Pareces un ángel.
¿Ya no parezco un hada?
Eres mi campeón.
Quiero que seas mío
para siempre.
No ha habido nada antes,
lo he olvidado todo.
Quédate conmigo.
Mi adorado, ayer, antes
de acostarme, taché un día,
un largo y a la vez diminuto día.
Qué desgarro, ese avión
que despega llevándose mi corazón,
mi razón, mi aliento...
Tú, mi pequeño, mi crío, mi amor,
tu olor permanece
en las sábanas
y mi corazón se acuesta
las 24 horas del día
en brazos de la tristeza.
Cariño,
te amo, ¿qué me has hecho
para que me sienta así?
Te echo de menos.
Me he quedado sin ideas,
sin nada, parece que espero
un acontecimiento.
Abrázame fuerte
y que sepas que eres lo único
en el mundo que cuenta para mí.
Si puedes,
en cuanto acabe
tu combate...
Los franceses saben
lo nuestro
porque cuando llego a un
restaurante, ponen "La vida en rosa"
y por la cara que pongo ven
que eso me conmociona.
Cuando veo el lugar que ocupan en
tu corazón tu mujer y tus 3 hijos,
me entran ganas
de marcharme muy lejos,
diciéndome que tal vez
me lo agradezcas algún día.
No puedo quererte para mí sola
y no podría vivir sin ti.
Dios sabe que, en esta historia,
no pido nada, estoy dispuesta
a sacrificarlo todo.
"Si un día la vida
te arranca de mi lado,
si mueres lejos de mí,
qué me importa si me amas,
pues yo también moriría".
Os digo que dentro
de 3 meses,
en abril,
triunfaré en el Olympia.
Volveremos a tener pasta.
Edith.
Las células de tu hígado
no funcionan con normalidad.
Has estado mala, debes descansar,
es grave.
Tengo 44 años,
aún no estoy en la tumba.
No nos queda Liquidez
con tanta cancelación.
Es culpa mía,
¿eh, Loulou, es eso?
No, Edith, es culpa
de la administración fiscal.
Debemos 120.000 francos
en cantidades a cuenta.
Una ictericia
no son cien años de convalecencia,
tampoco hay que pasarse.
Quiero hacer mi reaparición
en el Olympia.
¿Quieres algo más?
Sí, que no se sea
tan débil con ella.
Lo intento, pero no puedo
ocuparme yo sola.
No debió salir tan pronto
del hospital.
Darse 3 meses para reaparecer
en el Olympia es un desastre.
Necesita esos desafíos.
Están perdidos
de antemano.
Luego me toca a mí explicar
al seguro que se cancela todo.
Hay que decidir por ella
y ya está.
Esté de acuerdo o no.
Edith.
En ese momento me dije
''Edith, se acabó''.
Hay otra, has perdido.
¿Te engañaba?
Si me engañara,
¿te lo contaría así?
Sale del restaurante,
me escondo...
Marcel había atravesado
Nueva York para comer
con un viejo boxeador
***, ciego,
que había conocido unos años antes,
¿os lo imagináis?
Hombres así
-no abundan en este mundo.
-¡Mi Marcel!
¡Mi Marcel!
Ya sólo existe él.
Sólo él.
¿Pero, sabes, Ginou?
Jams ser mío.
Jamás, porque sé
que jamás abandonará
a su mujer y a sus hijos.
La llama todos los días.
Finjo que no me doy cuenta.
Quiero que sea feliz.
Ahora vuelvo.
Yo podría haber sido
Edith Piaf.
En la vida
no sólo existe la canción.
Es demasiado tiempo, Marcel.
Coge un avión esta noche.
Si vienes en barco,
me dará tiempo a morir.
Te echo de menos, Marcel.
Ya no aguanto la separación.
¿Por qué no vuelvo yo
a París?
-Espera.
-¿Qué pinto aquí
-de perrito faldero?
-¡Para!
Ron, coca, whisky...
Me miran como si fuera mierda.
Era mejor cuando bebíamos
en Belleville.
Me has abandonado, Edith.
Para, Momone.
Métela en el barco.
El barco lo cogeré yo.
Por tu carrera, Edith.
Te lo suplico, sal esta noche,
hazlo por mí.
-Te Levantas tarde cuando no estoy.
-Dios mío, Marcel.
Gracias.
Voy a hacerte un café,
no te muevas.
Voy a servirte.
¿Y tú qué haces aquí?
Sabía que vendrías.
A Lucien le ha costado mucho
conseguir billetes.
Tengo un regalo para ti.
Qué cara pones.
Deberías tomar sol,
estás muy pálido.
¡Ginou!
¡Ginou, estoy buscando el reloj!
¡Ginou!
¿Qué te pasa?
Estoy buscando el reloj.
Estaba en un paquete
largo y rojo, de Cartier.
¡Estaba aquí, joder!
¿Qué os pasa a todos?
¡Estoy buscando el reloj de Marcel!
¿Dónde está?
¡Estoy buscando el reloj de Marcel!
¿Qué?
Louis.
¿Qué pasa?
Tienes que ser valiente, Edith.
¿Es Marcel?
¿Qué?
Su avión se ha estrellado.
¡Marcel!
¡Marcel!
¡Marcel!
¡Marcel!
¡Marcel!
¡Marcel!
No.
¡Marcel!
Marcel...
¡No!
¡Marcel!
¡Marcel!
¡Marcel!
... en el azul
de toda la inmensidad,
en el cielo
ya no habrá problemas,
mi amor,
¿crees
que nos amamos?
Dios reúne
a los que se aman.
Ya no sé qué decirle.
Todos dicen
que es la mejor vidente.
No se trata de eso.
Ha venido 3 veces esta semana,
ya se lo he dicho todo.
¿Por qué vuelve?
Para que me lo repita.
Para recordar
por qué debo vivir.
Ha muerto en el cielo,
así que está ahí.
CALIFORNIA, AGOSTO DE 1955
¡Jack Peals!
¿No puedes acelerar un poco?
¡Necesito aire!
Me encanta el calor,
me marea.
-Me alegro.
-¡Acelera, Jack,
la pin-up se funde!
Pillaré anginas.
Y así podrás cuidarme,
como un buen marido.
Es un buen marido,
el mejor que he tenido.
Porque es el primero.
Oye, tú,
¿vas a enfocarnos
el día entero sin filmar?
Tengo ganas de devolver.
¡Ten cuidado, vamos a acabar
en la cuneta!
Venga, Ginou.
Si la señora se digna bajar...
¡Venga, Ginou!
¡Así! ¡Bravo, Ginou!
¡Esperadme!
Al menos no hemos venido
en balde,
hemos matado un árbol.
¡Qué mierda de servicio!
¿Puede servirnos alguien?
Tranquila, cariño,
aquí no eres una estrella
y esta noche cantas
en el Mocambo.
¿Sí? Recuérdame quiénes nos han
invitado mañana y los demás días.
Marlon Brando, Ginger Rogers,
el señor Chaplin...
Gracias.
¿Qué es esto?
No hemos pedido esta gilipolles.
Un cóctel especial.
¡No me toques!
-Déjame ver.
-¡Que no me toques!
Toma, Límpiate.
Habrá que pensar
en el divorcio.
¿Cuántas inyecciones
se pone al día, señora?
Unas diez.
Disculpe la inocencia
de mi pregunta,
¿por qué lo hace?
Para que mi cuerpo
cierre el pico.
¿Cundo empezó
con inyecciones diarias?
Hace 5 años. Después
del accidente de avión, yo...
Empecé a tener reuma.
No conseguía hacer punto.
Su dependencia es muy grande.
Se considera la toxicomanía...
Doctor.
Deseo que mi mujer
haga una cura de desintoxicación.
Quiero dejar esto.
Puedo hacerlo.
OCTUBRE DE 1960 -5 AÑOS DESPuÉS
Danielle, una silla.
Edith, yo...
Toma, Edith.
Siéntate.
Bruno.
No habrá Olympia.
Lo entiendo, Edith.
¡No!
Edith, voy a presentarte
a Charles Dumont, compositor
y a Michel Vaucaire, letrista,
tus citas de ayer.
Han vuelto
para que escuches una canción.
Rápido, estoy cansada.
No, nada de nada,
no, no lamento nada.
Ni el bien que me han hecho,
ni el mal, todo eso
me da igual.
Pare.
Me gusta.
Siga.
Con mis recuerdos
he encendido el fuego,
mis pesares, mis gozos,
ya no los necesito.
Barridos mis amores,
y sus temblores,
barridos para siempre,
vuelvo a empezar de cero.
¡Es usted estupendo!
¡Justo lo que esperaba,
es increíble! ¡Soy yo!
¡Es mi vida! ¡Soy yo!
Llamad a Coquatrix,
el Olympia es nuestro.
Otra vez,
es demasiado hermoso.
No, nada de nada,
no, no lamento nada.
Cuídate, mi pájaro preferido.
Tu amiga Marguerite.
Est todo el mundo: Aznavour,
el señor Cocteau, Yves Montand...
¿Montand?
Leí que no estaba en Francia.
Ha vuelto para verte.
Edith, llevamos esperando
30 minutos.
La sala está que arde.
¿No están demasiado
apretados?
¿Quién es?
Un amigo.
Venga,
Edith.
Levántate.
Mi cruz.
Mi cruz.
Mi cruz.
La hemos olvidado,
voy a buscarla.
¡No cantaré sin ella!
Edith...
¡Fuera! ¡Todos fuera!
¡Largo!
¡Danielle!
Hola, señorita Edith.
¿Hoy no va a nadar?.
GRASSE, OCTUBRE DE 1963
ULTIMA NOCHE
Hasta mañana.
Váyase, yo me ocupo.
Tengo miedo, Simone.
Pierdo la memoria,
eso es muy grave.
Mi cerebro está confuso.
Intento recordar
pero no lo consigo.
Llegan otras imágenes,
no quiero verlas.
Quería ver su reloj.
¿Recuerdas el reloj de Marcel?
No, Edith, no le conocí.
Quería ver su reloj.
Pues vaya, qué cara pones.
Tienes ojos de fiera.
No es tan fea la cría.
... sólo el *** cielo.
De pronto salió la luna.
Iba a decirle:
''Tu boca, bebé'',
cuando oí a mi lado
un grito de sobresalto.
Había un hombre encima de una roca
no lo bastante alta.
El hombre dijo: "¡Ah!"
y yo, en el agua,
dije: "¡Oh!''.
Me vio desnuda,
totalmente desnuda...
Simone.
¿Sí, Edith?
No he rezado.
Quiero rezar de rodillas.
Nadie dirá nada
si por una vez rezas en la cama.
Quiero rezar por mi papá.
Marcelle,
Marcelle,
mi pequeño fantasma.
Sólo lo sabía Momone.
Pero tengo que hablarte
de mi pequeño fantasma.
-Calma, Edith, calma.
-¡Marcelle!
¡Marcelle, Marcelle!
¡Marcelle!
Marcelle...
Marcelle, he dicho que a la cama,
hoy ya te he visto bastante.
No puedo pedir,
vigilar a la poli y vigilar
a tu hija.
¿Qué coño hace Louis?
Ahí llega tu padre.
¿Ha comido?
Me han dicho que os han visto
por la calle con ella.
¿Quiénes?
Eres su madre, sólo te la quedas
dos veces al mes.
¡Te dije que no lo hicieras
con ella!
pero por la noche
sacamos las gorras...
Ven, rápido.
¡Escuchad esto,
ricachones!
¡Es Marcelle, ven!
... cuando cada uno
siga su camino.
Si mi padre...
¡Marcelle está en el hospital!
... como un golfo...
¿Es la mamá?
Meningitis fulminante,
no hemos podido hacer nada.
Lo siento.
Edith.
Tengo la cruz.
Buenos días.
Me han dicho
que estaba en la playa.
Gracias por aceptar
la entrevista.
Es un placer.
Es extraño verla tan lejos
de París.
Nunca estoy
muy lejos de París.
Tengo una lista de preguntas.
Debe responder rápido,
lo que se le ocurra.
¿De acuerdo?
Bien,
¿su color preferido?
El azul.
¿Su plato preferido?
El guiso de buey.
¿Aceptaría llevar
una vida prudente?
Ya lo hago.
¿Sus amigos más leales?
Los verdaderos
son todos leales.
¿ si ya no pudiera cantar más?
No viviría.
¿Teme a la muerte?
Menos que a la soledad.
¿Reza?
Sí, porque creo
en el amor.
No quiero irme, Simone.
¿Dónde está Théo?
Quiero ver a mi marido.
Llegará en menos de una hora.
¿Su mejor recuerdo
de la profesión?
Siempre que se levanta el telón.
¿Su mejor recuerdo
de mujer?.
El primer beso.
¿Le gusta la noche?
Sí, con mucha luz.
¿El amanecer?.
Con un piano
y con amigos.
¿El anochecer?.
Porque para nosotros
es el amanecer.
¿Lo ves?, respiras.
Ya no puedo retroceder.
Ya no puedo.
Si diera un consejo
a una mujer, ¿cuál sería?
Que ame.
¿Ya una joven?
Que ame.
¿Ya una niña?
Que ame.
¿Para quién hace punto?
Para quien quiera
ponerse el jersey.
Ya está. Espero que no haya
sido demasiado largo.
-Muchas gracias, señora.
-Gracias a usted, señorita.
-Adiós.
-Adiós.
No, nada de nada,
no, no lamento nada.
Ni el bien que me han hecho,
ni el mal,
todo eso me da igual.
No, nada de nada,
no, no lamento nada.
Está todo pagado,
barrido,
olvidado,
me importa un bledo el pasado.
Con mis recuerdos
he encendido el fuego,
mis penas, mis gozos,
ya no los necesito.
Barridos los amores
y sus temblores,
barridos para siempre,
vuelvo a empezar de cero.
No, nada de nada,
no, no lamento nada.
Ni el bien que me han hecho,
ni el mal,
todo eso me da igual.
No, nada de nada,
no, no lamento nada.
Pues mi vida,
mis alegrías,
hoy
empiezan contigo.