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- Radar!
- Sí, señor.
- Llame al mayor Burns.
- Sí, señor.
Dígale que precisamos dos cirujanos
para el turno noche.
- Llamaré al general Hammond.
- Necesitamos dos cirujanos más.
Ojalá nos envíe dos cirujanos.
Es necesario.
- ¿Cómo, señor?
- Ya se lo dije a Radar.
¿Qué?
Y luego fue Corea...
Acabo de dejar
a sus hijos combatientes en Corea.
Allí hicieron lo mejor que pudieron,
y puedo decir sin reservas
que son espléndidos en todo sentido.
Finaliza mi carrera militar
y, sin más, desaparezco,
un soldado que intentó cumplir con su deber
como fuera iluminado por Dios
para interpretar ese deber. Adiós.
General Douglas MacArthur
Iré a Corea.
Dwight D. Eisenhower
- ¿Qué diablos cree que está haciendo?
- ¿Cómo? Estoy...
Que usted sea capitán
no implica que sea el jefe.
Aquí mando yo.
- Se supone que...
- Sé qué se supone que debe hacer.
Su chofer vendrá enseguida.
Está tomando café.
- Racista.
- Atención.
Los siguientes hombres
deben dirigirse al área de partidas:
Carey, Michael S.
Phelps, Robert A. Colbert.
Cleaver, Herschell B.
Roosevelt, Charles B.
- Adiós, señoritas. Gracias.
- Adiós.
Govowska, Theodore G.
Miller...
- ¿MASH 4077?
- Aquí está el jeep.
Bueno.
Bien, vamos, muchacho.
Trae mi otro bolso.
Sí, señor. Sí, señor.
Schermerhorn! Agarra a ese hijo de puta!
Acaba de robarme el jeep.
Oye! Cuidado con lo que haces, ¿quieres?
Llegamos, señor, al comedor de oficiales.
Quizá quiera comer algo.
No podría comer después de semejante viaje.
¿Quiere un poco?
No, gracias, pero me gustaría almorzar.
Bien, ¿por qué no entramos juntos
y come un emparedado?
Lo seguiría a cualquier lado, señor.
¿Qué le parece ese hermoso paisaje, yanqui?
Sí, señor.
¿Quiénes son esos tipos?
¿Amigos suyos, Murrhardt?
- No, señor. Nunca los había visto.
- Tal vez sean los sustitutos.
No sea tonto.
Estamos esperando cirujanos presentables.
Supongo que los separaron de la unidad
y están buscando qué comer.
Tienen mucha cara
venir a comer nuestra comida.
Disculpe. ¿Podría correrse un poco? Gracias.
Tenga cuidado.
- Pero tuvo que usar Phisohex...
- Creo que me enamoré.
.. ese jabón para la cara.
En verdad no tiene buen cutis.
- Pero al tener tan mal cutis...
- No usaría jabón.
Bueno, la verdad es, teniente,
no tengo nada que hacer esta noche.
Soy nuevo aquí y, bueno,
tal vez usted pueda enseñarme el lugar.
Capitán, si mira la hermosa mano
de la teniente, verá que está casada.
Yo soy el oficial al mando y arreglaré esto.
Bandini, están comiendo aquí
porque quieren.
- ¿Están de paso?
- Estaba disfrutando de ese dulce.
Capitán, está hablando de una teniente
del ejército de los Estados Unidos.
Soy el coronel Blake.
Coronel.
Yo soy Duke Forrest, el nuevo cirujano.
- Éste es mi chofer.
- Capitán Halcón Pierce.
- ¿Se va?
- Sí.
- Buenas tardes, teniente Dulce.
- El capitán Halcón.
Capitán Halcón Pierce, recibí un télex
que dice que usted se robó un jeep.
No, señor. No me lo robé.
No, está justo ahí afuera.
Ya veo.
Capitán, cuando va a su puesto de servicio
debe darle las órdenes al oficial al mando.
Capitán... Pierce, ¿verdad?
- El capitán y yo hemos estado bebiendo...
- Han estado trabajando en el frente.
A veces hay poco que hacer, pero cuando
empiece la acción tendrán más trabajo...
- ¿Cuántas enfermeras tenemos, señor?
- 17.
- ¿Cuántas en mi...
- Cuatro.
- .. que un cirujano civil en un mes.
- Que ella sea mi enfermera.
- Podríamos arreglarlo.
- Y la joven rubia.
Padre Mulcahy. Quiero presentarle
al capitán Pierce, el nuevo cirujano.
El capellán católico. El capitán Forrest.
- Tano Tinto.
- Tano Tinto!
- El capitán Waldowski, dentista.
- Le dicen Polaco Indoloro.
- El capitán Black, anestesiólogo.
- Yo soy el dentista.
- John Black. Seré su gasista.
- ¿Duke? Bienvenido.
- Soy el capitán Bandini.
- Gracias. ¿Cómo le va?
- Cualquier problema, mi tienda...
- Bandini. Duke, gusto en conocerte.
Decía que cualquier problema, mi tienda es...
- Radar! Oh!
- Soy el cabo O'Reilly. Me llaman Radar.
- Estará en la tienda del mayor Burns.
- Lleve sus cosas allí.
Y cambiaré los números del jeep.
Cambie los números de ese jeep.
BARBERO
Cabo O'Reilly, ¿no estará alojando
a estos soldados junto con los oficiales?
Permiso.
Pido por mi hermano ciego
que no puede costearse el viaje a Corea.
- Suélteme, señor.
- Oye, Du Forrest.
Ésa es mía.
- Hola, compañeros.
- ¿Quién? ¿Ésa?
- Sí.
- ¿Quién te lo dijo?
- ¿Cómo lo sabes?
- Aunque camine por el valle
de la sombra de la muerte,
no temeré mal alguno
porque tú estarás conmigo.
Tú. Tú estarás conmigo.
- Por Dios!
- ¿De qué se trata?
Ése es el mayor Burns, señor. Disculpe.
- Personal nuevo, mayor.
- Bien.
- Hola. Halcón Pierce.
- ¿Cómo le va?
- Duke Forrest.
- Frank Burns.
- ¿Cómo le va?
- Siga, Ho-Jon.
Mi copa está rebosando..
Seguramente el bien y la misericordia
- me seguirán...
- ¿Qué es esto?
Ho-Jon, uno de los mozos del comedor.
Le estoy enseñando a leer.
¿En serio? ¿Leyendo la Biblia, eh? Qué bien.
Escucha, tengo un libro con muchas fotos.
Es más fácil aprender a leer
cuando se miran las fotos. Es una aventura.
- ¿Puedo retirarme ahora, mayor?
- Claro, Ho-Jon.
Diviértete.
Listo. Sutura, Mary.
- ¿Qué sutura es ésta?
- No puedo ver lo que estoy haciendo.
- Scorch, Pásame más gasas y pinzas.
- Bien. Un momento, Les.
Necesito gasas grandes,
alguien por favor.
- También gasas grandes. Usa éstas.
- Es una hemorragia. Tiene que salir.
No puedo parar la hemorragia.
- ¿Qué es tan gracioso?
- Nada, señor. Nada.
- ¿Es cierto lo que se dice de usted?
- Duke, otra vez al riñón. Vamos.
- Sí.
- Es tan guapo.
Páseme la pinza. Déme la pinza.
- Aquí tiene.
- Capitán Pierce, ¿usted me llamó?
No, y mi nombre es Halcón.
Deme la sierra.
No veo nada.
Parece el río Misisipí ahí abajo.
No parece estar entero.
Creo que tiene que salir.
Adentro. Quédate adentro.
Y páseme más de la gasa que está allí.
- ¿Listo?
- Estoy listo.
Enfermera, las pinzas, por favor.
Rásqueme la nariz. Justo en la punta.
Ahí. Más fuerte, por favor.
Atención. Atención.
A todos los suboficiales...
Atención. Atención.
Suboficiales: preséntense a las 0400
para la inspección médica.
Es todo.
- ¿Qué es eso?
- Martini, Frank.
Del mejor. Le estamos enseñando a ser
camarero a Ho-Jon. ¿Le gustaría beber?
No bebo.
Dios Santo!, lo dice en serio.
- Creo que nos han engañado, Halcón.
- Tienes razón.
No está bien involucrar
a un muchacho menor de 17.
- ¿Te vas a dormir ahora?
- Sí.
- Iré a lavar la ropa.
- Bueno.
Preparas buenos martinis, Ho-Jon. Sigue así.
Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad, en la tierra y en el cielo.
- ¿Viste un caso como éste alguna vez?
- No en un mayor de ocho años.
Y no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Tuyo es el reino, el poder y la gloria,
por los siglos de los siglos. Amén.
- Amén.
- Amén.
Dios, protege a nuestros hombres
en la batalla y que vuelvan a sus hogares.
Y, querido Dios, protege a nuestro
comandante supremo en la batalla
y a nuestro comandante en jefe
en Washington.
Frank, ¿eras así antes o enloqueciste aquí?
Frank, ¿cuánto dura el espectáculo?
Cada vez más largo. Ahora también tengo
que rezar por tu alma y la del capitán Pierce.
- ¿Sí?
- ¿Qué hay en espera?
Cuatro para cirugía, dos para intravenosa,
dos para antibióticos.
Podremos con todos
si no llegan más heridos. Fórceps.
Tijeras.
- No puede pasar a la oficina del coronel.
- Lo estamos buscando.
Henry, tienes que hacer algo.
Ya ha pasado una semana. Bonita chica.
Sí, cada día mejor.
- ¿Qué sucede?
- Ese beato. Sácalo de nuestra tienda.
- ¿Su tienda?
- Que venga la enfermera.
No nos mantendrá despiertos
por la noche con sus rezos.
Hace mucho que estoy aquí.
Sé lo que quieren, pero no me mandonearán.
Por nada del mundo te mandonearía,
pero, mira, hay algo más.
- Necesitamos un cirujano torácico.
- Uno bueno o habrá problemas.
Ninguna unidad MASH tiene esos cirujanos.
No lo autorizarán.
Señor, hay atrasos en la sala de operaciones
y la de pre-op está llena.
Llegan helicópteros y ambulancias llenas.
Hoy tendrán que comenzar temprano.
¿Más horas sobre las 12 que ya trabajamos?
El sindicato se quejará.
Necesitaremos descansar.
Pero no podemos hacerlo con Burns rezando.
Burns se irá en 24 horas.
Dígales que el capitán Pierce
y el capitán Forrest van en camino.
- Henry, una cosa más.
- El mayor Burns se irá en 24 horas.
- El cirujano torácico.
- No.
Lo intentaré. No puedes pedir más.
La operación salió bien.
Murió por la herida en la cabeza.
Dulce, ven aquí y sostén el retractor.
Dulce, pásame la pinza quirúrgica larga.
Tano!
Amén.
- Sácalo, Duke.
- Maldición, no puedo.
- Trae el otro.
- Tano, sostén este retractor. Ahora.
- Por favor, vamos. Ahora.
- Sí. Lo siento.
- Hola, Tano.
- Espera. No lo menees. Sostenlo.
Pinzas.
Lo siento Tano, pero este hombre sigue vivo
y aquél está muerto, y es así.
¿Puedes sostenerlo con dos dedos, Tano?
¿Maldición, viste eso?
- ¿Dónde está Halcón?
- ¿El capitán Pierce?
- No, habría que ver la lista de turnos.
- Están allí.
- Oh, Dios.
- Halcón, recuerda que estoy casada.
Estoy casado. Amo a mi esposa.
Si estuviera aquí, estaría con ella.
No se trata de amar a alguien.
Se trata sólo de ayudar...
Ves, yo me prometí a mi misma
que mientras estuviera lejos,
iba a serle fiel a mi marido.
Es el tipo de promesa que se hace
cuando se tiene a alguien.
¿Halcón?
- ¿Ho-Jon?
- Duke dice que vayas rápidamente.
- Tenemos un nuevo cirujano torácico.
- Bien.
Radio Tokio le brinda
un interludio musical para disfrutar.
- Es él.
- Hola. Soy Halcón Pierce.
¿Ves? Sólo logre que me dijera
que es de Boston y que
fue reclutado hace dos meses.
- ¿Oh, sí?
- Sí. Y eso es todo.
Bueno, dime,
¿dónde estabas cuando te reclutaron?
Tenía curiosidad.
En casa. Ya te lo dije.
No, digo, ¿qué hacías? ¿Eras residente
o estabas empleado en algún lado?
¿Dónde?
En un hospital.
¿En qué hospital?
En mi pueblo.
¿Hay algún motivo para no saber
qué hospital?
No lo sé. Preguntaré.
¿Hay algún motivo por el cuál mi amigo
no deba saber el nombre del hospital?
No parece haber ningún motivo.
Te conozco de algún lado.
No sé tu nombre, forastero,
pero tu cara me es familiar.
¿Siempre has usado ese bigote?
¿Bebes cerveza,
o te gustaría compartir un martini?
- Martini. Sería... Me gustaría un martini.
- Ho-Jon, un martini pare el caballero.
Creo que te gustará. Es bastante seco.
- ¿No le ponen aceitunas?
- ¿Aceitunas? ¿Dónde te crees que estás?
Hay que hacer concesiones en la guerra.
Estamos a cinco km del frente.
Sí, pero no es lo mismo
el martini sin aceituna, entiendes.
De otro modo, verás, no es...
no es lo mismo.
Atención. La Iglesia Evangélica de los
Hermanos Unidos ha donado 34 misales
a la unidad MASH 4077.
Se encuentran en la biblioteca,
los que tengan carnet podrán retirarlos.
Es todo.
Escuchen, ¿me van a pagar por enseñarles?
Cortacostillas.
¿Huesos pequeños, eh?
- Y un retractor, enfermera.
- Vamos, nena.
¿Qué te parece? ¿Puedo atarlo yo?
- ¿Necesita succión?
- Sí, está bien.
Los fórceps, por favor.
- ¿Cómo sigue, John?
- Está bien.
- Material de sutura.
- Parece que ya está. Ya está.
¿Qué pasó con el hilo? Se acabó.
- Más hilo y agujas largas.
- ¿Me permite?
- Más sutura.
- Los cirujanos son todos iguales.
Si este tipo supiera
quiénes lo están operando, se desmayaría.
- Ya lo ha hecho.
- Enfermera, sutura.
- Enseguida.
- Adelántatele, nena.
- Unos puntos más por aquí.
- Así está bien, sí. Gracias.
La salva su buen físico, enfermera,
o prescindiríamos de usted.
- No me pinches.
- Manténla limpia.
Yo lo ato.
A ver los puntos grandes
para sostener el pecho.
- Agujas más largas, Knocko.
- Ahora suturas.
Vaya terminando. Podría usar otro.
¿Alguien sabe si es un oficial o un recluta?
- Un recluta.
- Haga puntos grandes.
Atención. El capitán Bandi...
El capitán Bandini...
Atención. Atención. El capitán Bandini
está explorando una operación pop...
poplít, pop...
Una operación P-O-P-L-Í-T-E-R-A
que es una exploración arterial...,
y un posible injerto.
Nos ha llegado el siguiente memo.
Por favor quitar de las paredes
toda foto, postal, calendario, etc.
para que los cuarteles
se vean limpios y ordenados. Es todo.
Eres tú! ¿Te conté que la escuela
Androscoggin le ganó a Dartmouth 6-0
- porque intercepté un pase?
- Sí.
Tenían un gran lanzador, e íbamos 0-0
hasta los últimos 20 segundos.
Y luego, con nieve y todo, la lanzó, boom!
Por suerte no tenías la boca abierta
o se te hubiera atragantado.
- ¿Cómo estás Trampero John?
- Creí que nunca te acordarías.
John Mclntyre, Trampero John.
Único hombre que halló satisfacción
en un baño de damas del tren Boston-Maine.
El inspector abrió la puerta,
la chica lo miró y gritó Me atrapó!..
- ¿Cómo estás?
- Muy bien. ¿Qué sucede allí?
Bueno, bueno, bueno.
Hoy le toca bañ*** al Polaco Indoloro.
¿Hoy le toca al Polaco Indoloro?
- Walt Waldowski, el dentista.
- ¿Esperando para fregarle la espalda?
No. Se podría decir que es
el dentista mejor equipado del ejército.
Podría definirse así.
Una vez en la escuela de medicina, le hice
una autopsia a un tipo. Se había ahogado.
- ¿Eres una autoridad en eso?
- Ésa ya la oí.
Extraordinario. Un amigo tenía...
Hombre, me encantaría verlo enojado.
Enfermera!
Boone, tráigame un cc de adrenalina
y una aguja cardiaca.
- Disculpe. ¿Una a...?
- Tráigala!
¿Duele un poco?
Y corte 10 cm. de sutura metálica
y unos 5 cm. de cinta.
- Hola.
- ¿Quién es?
Es Trampero. Quitemos un poco de esto.
Idiota! Dije una aguja cardiaca.
- ¿Llamo a la enfermera?
- Es demasiado tarde, Boone. Lo mataste.
Descanso. Ésta es la mayor O'Houlihan,
Nueva jefa de enfermeras.
Aquí hacemos el trabajo sucio.
- Capitán Murrhardt.
- Gasas.
- Hola.
- Hola, capitán.
Dennis. ¿se acuerda de mí?
Le ayudé a llevar las valijas.
- Oh, sí. Hola, Dennis.
- Hola.
- Éste es el capitán Black.
- Hola, capitán Black.
- Hola, Soy Juan el Feo, el gasista.
- Oh... Juan el Feo.
Oh, eres tú, Judson. El capitán Sacks.
- Capitán Sacks, ¿cómo va la operación?
- ¿Pregunta en serio?
Tijeras.
- Y éste es el capitán Knocko McCarthy.
- Mayor. Bien.
Le mostraré el resto de la operación,
si me permite la expresión.
Ésta es la sala preoperatoria.
Yo me encargo de esto,
y ésta es la postoperatoria, permítame.
Oh, Vollmer, ocúpate de esto, ¿quieres?
- ¿Terminaste por hoy?
- Sí. ¿Por qué?
Bien. Bien. Quiero asegurarme
de que descansarás para reponerte de esto.
- Hijo de puta!
- Trampero! Capitán Mclntyre! ¿Qué...?
- ¿Es un capitán?
- ¿Qué pasa? ¿Quién la empezó?
Yo lo golpeé.
Es un ignorante, cabeza de chorlito!
No me hubiera podido ni tocar
si yo hubiera estado en guardia.
Arreglemos esto, coronel,
entre nosotros. A solas.
¿Se creen que ésto es un colegio inglés?
Mclntyre, queda arrestado.
Reclúyase en el cuartel.
- Henry, ¿bromea?
- Lamento mucho este incidente.
No olviden
que ésta es una organización militar.
Así lo espero.
Vollmer, ese hombre está arrestado.
Reclúyalo en el cuartel.
- Capitán Mclntyre, está oficialmente...
- Vamos. Acábala, Vollmer.
Atención residentes del campamento.
Tendrán que hacerse un análisis de ori...
Ignoren la última transmisión.
- Disculpe, coronel.
- ¿Qué carajo te pasa?
- ¿Quieres café?
- Por favor.
- Ho-Jon, un café.
- ¿Qué sucede contigo?
No lo sé. Debo haber perdido la fuerza.
Creí que el desgraciado no se levantaría.
- Ésa no es respuesta.
- Sabes por qué fue.
No puedo tolerar
que mis subalternos se peleen entre ellos.
Mierda, Henry. Frank Burns es peligroso.
Cuando se le muere un paciente dice que fue
voluntad de Dios o la culpa de otro.
Esta vez fue culpa de alguien
tan estúpido como para creerle.
Estoy harto de que quieran mandar aquí.
Tomaré medidas disciplinarias.
- ¿Qué vas a hacer, Henry?
- Pensé nombrar al Trampero jefe de cirugía.
- a cargo de tu turno y el de Frank.
- Muy buena idea.
Pero ahora tendré que esperar una semana.
Si lo anuncio ahora con lo que ha visto
la nueva enfermera, se quejará a Washington.
¿No hay azúcar en este lugar?
Buenos días.
Hoy escucharemos las canciones de
Achi Takamura Seamuchiwa Bobcats.
Coronel Blake, el general Hammond
no contesta. Fue a un partido de fútbol.
- Los generales sí que se divierten.
- Sí, señor.
Atención. Atención. Su atención por favor.
El largometraje de la semana será
When Willie Comes Marching Home..
El despliegue de diversión más grande
de la Segunda Guerra Mundial.
Los amores, risas y aventuras
de los *** que regresan a casa.
Protagonizado por Dan Dailey,
Corinne Calvet y Colleen Townsend.
Capitán Pierce, ¿puedo sentarme?
Ya se sentó, divina. Da gusto verla.
¿De dónde viene?
Bueno, me gusta pensar
que el ejército es mi hogar.
Oh, ¿sí? ¿Sí?
Ho-Jon, tráeme ketchup.
- He observado a sus enfermeras.
- Lo sé.
Naturalmente, usted tendrá una opinión
más formada que la mía.
Quiere saber lo que pienso
de mis enfermeras. Se lo diré.
Creo que están bien, muy bien.
Estoy muy satisfecho con ellas.
- Oh, no, es la segunda vez esta semana.
- Por supuesto, ¿qué esperas?
Bienvenidos, caballeros.
¿Tienes suficiente lugar?
- Halcón, ¿está bien?
- Tano, ¿está bien?
Sí, ¿quieres decir si vivirá?
Vivirá.
Espero que mañana cuando despierte
haya alguien para decirle
que ya no tiene nada entre las piernas.
Syngman Rhee pagó la luz.
- El mayor Burns no está satisfecho.
- No me sorprende.
Frank Burns no sabe nada
sobre salas de operaciones.
No sabe lo que es un cuerpo.
Y si es observadora, se habrá dado cuenta
de que Frank Burns es un idiota.
Se ha vuelto loco, ha perdido la cabeza,
y es muy mal cirujano.
Al contrario, he observado que el mayor
Burns no sólo es un buen cirujano,
- sino un buen cirujano militar.
- ¿Terminó?
También he notado que las enfermeras
y los reclutas lo llaman Halcón..
Porque así me llamo. Halcón.
Esas informalidades
no permiten un máximo rendimiento.
Oh, basta de pavadas, mayor.
Me sacó las ganas de comer la langosta frita.
¿Se da cuenta?
Regresaré a la cama y beberé
la mayor parte de una botella de whisky
y en circunstancias normales, siendo usted
lo que llamaríamos una mujer atractiva,
la hubiera invitado a compartir mi cama
y usted tal vez hubiera aceptado.
Pero me quitó las ganas. Usted es lo que
llamamos un auténtico payaso del ejército.
¿Cómo un degenerado como ése
pudo llegar a una posición de
responsabilidad en el ejército?
Fue reclutado.
- Radar!
- Su portafolios.
- Va a ver a Hammond.
- Pasaré el día con Hammond.
- El mayor Burns estará a cargo.
- El mayor Burns estará a cargo.
- Buena suerte.
- Nos vemos por la mañana.
- ¿Alguna instrucción de último momento?
- Radar tiene toda la información.
¿Quién estará a cargo del cuartel hoy?
Un momento. ¿Qué hay acerca de...?
- Capitán.
- Sí, señor.
A la camisa le faltan algunos botones.
Que Satsumi los cosa, por favor.
- Lo haré con gusto.
- No tienes que hacerlo.
- No es nada. Linda chaqueta. ¿Es nueva?
- Sí. Mi... Me la enviaron.
- No tienes que hacerlo.
- Cuídate.
Blake perdió la cabeza.
¿Cantarán toda la noche?
No. Nada de comida. Nada de comida.
- Sexo. Quiero sexo. Tráiganme sexo.
- Scorch, ven.
- No, no, tráeme ésa.
- Te ha elegido!
Ésa. La yegua sensual con fuego en los ojos.
Quítale la ropa.
Quiero ésa. Sí! Sí!
Quítale la ropa y tráemela ya.
La quiero ya.
Doctor! Doctor!
Se olvidó la placa, doctor.
Esta carta
ha sido escrita
pensando
en...
La moral del ejército.
Bien. Moral del ejército.
Un momento. Radar recitará unos versos.
Ésta ha sido escrita pensando
en la moral del ejército..
Es nuestro deber informarle
acerca de cierta situación desagradable..
Firmamos juntos para garantizar que no
hemos mezclado sentimientos personales..
Margaret J. Houlihan, Mayor Burns..
- Es perfecta.
- Una carta maravillosa.
- Hacemos buen equipo, ¿no?
- Pensamos de la misma forma.
Claro que sí.
Ya casi es hora de cenar.
- ¿No tienes hambre, verdad?
- Mucha. ¿Y tú?
De ti, Margaret.
Cuanto antes la reciba, este lugar
volverá a ser una estricta base militar.
Atención campamento. El cabo Judson
ha informado a la oficina del coronel
que faltan tres maletas
con sulfato de anfetamina otra vez.
Ésta es la tercera vez en el mes
que ocurre algo así.
No puede volver a suceder, orden de la
oficina del coronel Blake, unidad MASH 4077.
Desearía poder enviar la carta personalmente.
- Buenas noches, Frank.
- Buenas noches, Margaret.
- Más tarde paso para ver si estás bien.
- No será necesario.
No, será un placer.
Dejaré la puerta sin llave.
Atención. El capitán Mclntyre dará una charla
sobre transfusión de sangre y fluidos
en el salón comedor hoy a las 0800...
Rectificación. A las 021... A las 9 pm.
Quítate el sombrero, Radar.
Te encuentras ante el rey... reina.
No te pongas nervioso, Radar.
¿Estás bien?
Bien.
Son todos unos bufones impíos.
Cómo te faltan el respeto, Frank es...
es lo que no puedo perdonar.
Estoy acostumbrado.
- ¿Un regaliz?
- No, gracias.
Lo que me hace enfadar
es la forma en la que te tratan.
Deberían estar agradecidos de tenerte.
Yo sí que lo estoy.
Yo estoy agradecida de tenerte, Frank.
Nos volvimos muy unidos en poco tiempo.
No es por casualidad.
Estoy seguro.
Dios quiso que nos conociéramos.
- Que se haga su voluntad.
- Querida.
Oh, Frank!
Te ayudaré. Oh, sí.
Espera, espera. Trae mi bata.
El cierre. El cierre.
Oh, Dios!
Enciende el reflector.
Apaga la luz antes de abrir.
Hola. ¿Qué sucede? ¿Puedo acompañarlos?
Una radionovela desde casa.
Oh, sí. Oh, Frank.
¿Es la de los Bickersons? Me encanta.
- ¿Quiénes?
- La Guerra de los Bickersons. Genial.
Oh, Frank.
Duro. Oh, Frank.
Más fuerte, fuerte.
No, yo... olvidé. Yo...
- Me estás clavando la luz en los ojos.
- Disculpa.
Querida...
Oh, es un hombre tan dulce.
Oh, Frank, mis labios están ardientes!
- Besa mis labios ardientes.
- Sí, están ardientes.
¿Labios? Ardientes... ¿labios ardientes?
Tenemos que compartirlo
con el resto del campamento.
- Cambia la frecuencia.
- Bien.
Oh, Frank. Sí!
- Querida...
- Oh, Frank.
Oh, Frank, apriétame fuerte.
- Frank!
- ¿Qué carajo es eso?
Oh, sí.
El Dr. Frank Burns está practicando
un poco de dilatación y curetaje.
- Parece que la mayor estuviera soñando.
- Está en el aire.
Oh, Mayor.
Frank.
Frank. Espera un momento.
- ¿Qué pasa?
- Apaga la luz!
No! Suelta! Apaga la luz!
Vístete. Ponte los pantalones!
No me grites.
No me empujes.
Qué pena que Henry no estaba.
Hubiera creído que realmente era la radio.
Pensé que era un programa de radio.
Deberíamos recomendarla
a la Cadena Radial de las FF.AA.
Maravilloso. Sí. De lo más vigorizante
que he escuchado por radio.
Fue estimulante.
Buenos días, damas.
Bueno, hola, Labios Ardientes.
Dios mío, sobre mi...
Perdone que la haya tocado, pero yo...
- ¿Qué le ocurre hoy?
- Debe ser una de esas cosas de mujeres.
- Ella no es así.
- Ella ha...
Arpía. Mira mi suéter de franela.
- Va a sufrir un ataque de nervios.
- Ni puede salir por la puerta.
Buen día, Frank.
¿Noticias de tu esposa?
- Coronel, se olvidó el maletín.
- Lo dejé en el jeep.
- Lo dejó allí.
- Oh, sí. Me lo olvidé.
Buen día, capitán. Espero
que no haya tenido... Cuide esto.
Espero que no se haya molestado
con las camisas. No era necesario.
- Tarde, señor. Asunto terminado.
- Bueno, gracias. Buen día, sargento.
Sabe, realmente...
- Coronel, señor. ¿Cómo fue su visita?
- Genial. El general no estaba.
Escuche, acerca de anoche, señor,
no pude hacer nada al respecto, señor.
- ¿Nada?
- Nada.
- Bueno, no se podría haber evitado.
- Gracias, señor.
¿Qué es eso?
Frank Burns y Halcón Pierce.
Muy alentador.
Los muchachos quieren que te pregunte
cómo es Labios Ardientes en la cama.
- Métete en tus cosas.
- No, Frank. ¿Es mejor que masturbarse?
¿De qué se trata?
¿Le fue a pedir consejo?
No, Halcón lo va a contratar para recorrer
personalmente los campamentos.
¿Es un hecho?
¿Puedes entender lo que dicen?
¿Se le movía el culo por todos lados, Frank,
o lo tenía quieto y fláccido?
Halcón está interrogando al mayor
sobre cuestiones de anatomía.
Muy profesional.
¿Dirías que es de las que gimotean, Frank?
- ¿Qué dice Burns?
- El mayor Burns no dice mucho.
Está formulando la respuesta.
En serio, Frank. Hace...
¿O se queda quieta sin hacer nada?
- Calla tu sucia boca.
- O hace...
Sáquenmelo de encima!
- Sáquenmelo de encima!
- Frank, ¿ésa es la primera lección?
Frank Burns se ha vuelto loco!
Tengo los anteojos puestos, por Dios!
Protege tu paquete, es un maníaco ***.
Labios Ardientes no le satisface.
No dejes que te bese, Halcón.
POLICÍA MILITAR
Coronel, sea justo. Si me encamo con Labios
Ardientes y golpeo a Halcón, ¿podré irme?
CIÉNAGA
- Halcón!
- Ya voy.
- Halcón!
- Oh, mierda.
Bien, Seidman, ve por ayuda.
Tenemos que llevarlo en camilla al quirófano.
Aguanta, estarás bien, compañero.
Bien. No puedo mover la mano. Vamos.
¿Hiciste la venostomía?
Ahora te dormirás. Te pondrás bien.
- Labios Ardientes, un bisturí estéril.
- Necesito dos pinzas vasculares
y sutura arterial.
Después de darme las pinzas, ponme los
guantes y la bata. ¿De acuerdo? ¿Listo?
Empecemos. Va a salpicar un poco. Bien.
- ¿Lo tienes?
- Sí.
- Pinzas.
- Sí.
Bien, la bata.
- Los guantes. ¿Está lista la sutura arterial?
- Sí.
Bien. Feo, sal del camino,
estoy trabajando ahí.
Nena, verás unos puntos nunca antes vistos.
Atención. Atención.
Ésta es la oficina del coronel Blake,
La Asociación Americana de Medicina
ha declarado que la marihuana es peligrosa.
A pesar de pasadas declaraciones médicas
de que no era más dañina que el alcohol,
ésta es la situación actual. Es todo.
¿Cuándo los trajo? Déjeme probarlos.
- ¿Sí?
- Sí.
Tano Tinto! Hola.
Justo a tiempo para el cóctel.
- Pasa.
- No, gracias. No puedo, de verdad.
- Halcón. Halcón.
- Bien, Tinto.
- ¿Podría hablar contigo?
- Sí, claro.
No, afuera.
- ¿Qué?
- Tengo que hablarte afuera.
Hola, Chiquito.
- Perdón por sacarte del grupo, pero...
- ¿Qué?
Sólo tomará un minuto.
Hay un problema con Walt Waldowski.
¿Indoloro? ¿Dolor de muelas? Es bueno.
No, no, yo no tengo el problema.
Verás, él tiene el problema.
- ¿Qué quieres decir? ¿Qué ocurre?
- Bueno, pasa que... Es...
Es difícil decirlo, sabes,
porque me lo dijo en confesión.
- Oh, y no puedes...
- No puedo divulgarlo.
¿Puedes darme una pista?
- ¿Una idea?
- Bueno, no.
Pero puedo decirte cuán serio es.
Los muchachos y él
estaban jugando al póquer
y uno de ellos le preguntó una regla
en una de las manos.
Y Walt dijo:
¿Qué importa? Es sólo un juego..
Indoloro dijo: ¿Qué importa?
Es sólo un juego? ¿El póquer?
Sí.
- Sí, yo pensé lo mismo.
- Mejor que vaya a hacer unos trámites.
Gracias.
- No sabía qué... hacer.
- Cachito.
Verás, hay algunas...
Hay algunas cosas que la absolución...
Bueno...
Siete, ocho, sota. Escalera baja.
Cuatro, tres... Halcón, aquí hay
una silla vacía esperando a un jugador.
Tengo un dolor de muelas increíble.
¿Por qué trajiste a ese perro aquí?
La última vez que lo hiciste perdí $30.
¿Por qué te sientas detrás mío?
Me pone nervioso.
- Me trae suerte. Siéntate aquí, Boone.
- Vamos. A jugar, muchachos. Dos. As.
- ¿Puedo tomar un whisky?
- Claro.
- ¿Quieres un poco?
- No.
- ¿Cómo te sientes?
- No, no me toques.
Mira, si...
Si un hombre ya no es un hombre,
¿qué le queda por lo cual vivir?
Bien, cuéntame. ¿Qué pasa?
Bueno, viste la enfermera
que estuvo por aquí anoche con la 325?
- La pequeñita con grandes... tetas.
- Sí, me acuerdo. Sí.
Bueno, igual, yo...
Yo no iba a hacer nada
porque tengo a estas...
A estas tres niñas en casa
con las que estoy comprometido.
Y querías ser fiel.
Hombre, estás a 11.000 km de casa.
Bueno, de todos modos,
anoche salimos y... y no pude.
- ¿Quieres decir que te rechazó?
- Ella quería, pero fui yo. No pude...
- No pudiste... No se...
- Sí, no pasó nada. Nada de nada.
Le sucede a todo el mundo.
Me ha sucedido tres o cuatro veces...
Sí, bueno, a mí nunca me había pasado.
Vamos. Eres el dentista
mejor equipado del ejército.
- Eres el Don Juan dental de Detroit.
- Es todo una farsa.
- ¿Qué es una farsa?
- El Don Juanismo.
- He estado leyendo al respecto. Farsa.
- ¿Una farsa para qué?
Bueno...
Soy un mariquita.
Una víctima de homosexualidad latente.
Me he vuelto un mariquita.
- ¿Has... has hecho algo?
- No, pero es cuestión de tiempo.
No puedo enfrentarlo.
Mira, Halcón, ¿supón que
descubres que tu eres uno?
- ¿Uno...?
- Sí. No se lo dirías a tu esposa.
- No, sería un problema.
- Tengo el mismo problema, multiplicado.
Bueno, ya sabes, como Man o'War,
cuando no pudo correr más,
lo pusieron de semental.
Y tenía un promedio de 120,
130 potrillos por año.
Y llegó a vivir hasta los 36.
Y cuando murió le hicieron una autopsia
y descubrieron que era un marica loco.
No, es un hecho
poco conocido pero verdadero.
- A Indoloro le quedan un par de años.
- Quizá más. Aún no ha enloquecido.
Indoloro es dentista, y los dentistas
no deberían leer. Ése es su problema.
Su problema es que lo cree. Está convencido.
Es una obsesión y una fuerza vital.
- Ahí viene! El sacamuelas.
- No sacará ninguna.
Actúa natural.
Bien, Indoloro? ¿Cómo sigue?
¿Algo en el malvavisco?
No, está bien amigos.
Sé que han estado hablando de mí, y...
Bien, y vine a decirles
que he decidido... suicidarme.
Bueno, si realmente vas a hacerlo,
¿me dejarías tu tocadiscos?
- Claro.
- Gracias.
Te voy a extrañar, Indoloro.
¿Cómo lo harás? ¿Una. 45 entre los ojos?
- Eso sería un enchastre.
- Aunque efectivo.
Bien, eso mismo quería preguntarles.
Esto es nuevo para mí...
¿Podrían recomendarme
algún método en particular?
No lo sé. Tal vez a mis colegas o a mí
se nos ocurra algo
- para largar las fuerzas vitales de su...
- Cápsula negra.
- Cápsula negra.
- Por supuesto. Será prolijo.
¿Qué es una cápsula negra?
¿Tienes alguna? ¿Sirve?
A Hitler y Eva Braun les sirvió.
Te debería servir a ti.
Halcón, realmente debería... debería
averiguarlo en la oficina del vicario militar.
No puedo darle la absolución a alguien
que va a suicidarse. Es un pecado mortal.
Mira, Tano, no se va a suicidar,
sólo lo intentará.
De modo que no se trata de un hecho
sino de una intención.
Si sale bien, no se suicidará, así que estarás
impidiendo un pecado mortal. ¿Sí?
Bueno, lo verificaré.
- Bien, verifica.
- Bueno, hay...
Bueno, atención.
Comencemos.
Bueno, nos encontramos reunidos
para despedirnos del viejo Walt.
- Adiós, Walt.
- Querido Walt.
Sabes, tengo la impresión de que
quizá no sea la última despedida.
Tal vez Walt viaje a lo desconocido
para hacer un poco de reconocimiento.
Sólo quiero decir una cosa.
Nadie le ordenó a Walt realizar esta misión.
Se ofreció de voluntario para morir.
- Es cierto.
- Estos casos se llevan las mejores medallas.
- Eso es maravilloso.
- De eso se trata ser soldado.
- Oh, sí. Eso! Eso!
- Sí. Sí.
Caballeros, hay una sola persona
que tiene algo que agregar.
- Y esa persona es Tano Tinto.
- El padre. Aplausos para el padre.
Walt, toma... toma tu cápsula negra.
Dime, esta cosa hace efecto rápido, ¿no?
Mejor me acostaré allí.
Walt, esto te ayudará.
Donde vayas, lleva esto contigo. Suerte.
Está ahí afuera.
Siempre te recordaré así.
Indoloro.
Bonita fiesta. Gracias por invitarme.
La cosa es que... estás desperdiciando
toda tu educación.
Buenas noches, Sacamuelas.
Hola, nena.
- Hola.
- Me alegra que vinieras.
Perdona lo tarde que es.
Está bien. Igual no podía dormir.
Estoy muy nerviosa.
¿Te marchas mañana?
Sí. En menos de 12 horas.
Supongo que será más duro para tu marido.
¿Por qué de repente él te preocupa tanto?
Un hombre sería más considerado hacia
su esposa. No regresaría mal de los nervios.
- Deja de lado la lógica, sólo demuestras...
- Podría ser algo impersonal.
.. por qué no podría acostarme contigo.
No pensaba en mí.
Tienes el excepcional privilegio
de los jefes de estado o los presidentes.
El privilegio de devolver la vida humana
mediante un tierno acto de clemencia.
¿Qué pasa? Oh, Halcón, ¿está muerto?
No, no.
No está muerto. Aún no.
Indoloro tiene un problema psicológico,
y sólo tú puedes ayudarlo.
Oh, no, Halcón. Oh, no. Por favor.
No, María. Tómalo como enfermera.
Lo necesita por motivos terapéuticos.
Le hará bien, y a ti no te hará daño
pensarlo durante un instante.
Si crees que tu virtud es más importante
que la vida de Indoloro, está bien.
Quiero que te quedes aquí
y estés con él un minuto.
Nada más míralo.
- Quédate a su lado...
- Oh, Halcón.
.. y míralo.
Halcón!
Qué ridículo.
Te olvidaste el sombrero.
No te irás sin un souvenir.
Buen viaje.
Teniente Schneider,
se olvidó las órdenes de viaje. Espere.
Se supone que debe buscarlas...
Éstas son las órdenes de viaje.
- Buen día, Indoloro.
- Oh, hola, Halcón.
¿Cómo va la vida?
Anoche dormí como una mula.
Bien, no puedo perder tiempo.
Debo arreglar dos bocas. Vamos, Seidman.
Que tengas un buen día.
Atención. Atención.
El servicio religioso por Yom Kippur
será... no será este viernes,
debido a circunstancias mitigantes.
Para los que quieran celebrar dicho día,
hemos reservado el domingo. Es todo.
Trampero, éste es para ti.
- Éste es un prisionero de guerra, doctor.
- Igual que usted, pero usted no lo sabe.
- Es bastante profunda.
- Creo que eso era mi dedo.
Necesito tu ayuda, Halcón.
Afectó más que el pulmón.
- ¿Qué piensas?
- No lo sé.
- Oye, Radar.
- Sí.
- ¿Llegó el A negativo de Seúl?
- Siempre la pedimos, pero nunca llega.
- ¿Ya hizo efecto la anestesia, Feo?
- Sí. Está listo.
Fórceps e irrigación, por favor.
Pásame gel jabonoso.
Ahora no, cariño. Vuelve a la cama.
Tijeras.
- Gasas.
- Más gasas.
- Hagamos la succión. Gracias.
- Separador costal.
- Pinza.
- Hagamos una cicatriz sexy, ¿eh? Fantástico.
- Mucha sangre.
- Gasas.
- Tijeras. Cuidado.
- Dame algo para rellenarlo.
- Fórceps.
- ¿Cómo lo está tolerando?
- Bien. Es joven.
- Se vuelve resbaladizo.
- Eres bueno con la izquierda.
- Pásame los fórceps y gasas.
Labios Ardientes, eres un fastidio
pero eres muy buena enfermera.
- Gracias, Trampero.
- Transfúndale suficiente sangre, John.
Hay coágulo en la cava sobre la aurícula.
Quizá el orificio de entrada.
Pinza.
Siento un fragmento debajo del coágulo.
- Tú controla la cava.
- Bueno.
- Tenemos que parar ese chorro.
- Pinzas.
- ¿Hacer qué?
- Detener el chorro.
Ése es un término muy técnico.
Dios. No es en la cava.
Es en la arteria pulmonar izquierda.
- Bien. Vamos a cerrarlo y esperar...
- No podemos esperar si hay atrasos.
No tenemos la sangre!
Si haces otro corte, lo perderás.
Mira, Halcón, la arteria puede erosionarse.
Ésta es nuestra oportunidad.
- A negativo.
- Dijiste que no había sangre.
Encontré un donante.
De cerca, estrujados como están,
no parecen muchos, sabes.
¿Estaba lleno o vacío cuando chocó?
Estaba lleno, pero no importaba mucho.
Verás, los dos tipos que llevaba
ya estaban muertos.
¿Y el piloto?
Está bien, con la rótula dislocada y sin
articulación en la mano derecha, pero bien.
No escuché. ¿De qué color tenía el cabello?
*** y brillante. Cabello *** brillante.
¿***? ¿Te gusta el ***?
Yo... A mí me gusta tirando a rubio.
Lo sabía. Sabía que te atraía
Labios Ardientes Houlihan.
- Estoy de acuerdo.
- Vete al carajo, capitán Pierce.
Sabes que casi vomito cuando la miro.
Apuesto a que no es rubia natural.
¿Cómo se atreve a decir eso de una oficial
del ejército de los EE UU, señor?
No sólo lo digo, sino que lo respaldo
con 20 dólares. ¿Qué tal?
Trato hecho, señor. Eres testigo.
Pero, ¿quién será el pobre imbécil
que lo descubra?
Bueno, yo podría, si nadie más quiere... yo...
No, no. Tenemos... tenemos que verlo
todos juntos, de algún modo.
Faltan cinco minutos para que se duchen
las enfermeras. ¿Dónde están?
Vendrán.
Del mejor, Ho-Jon.
- ¿Qué ocurre?
- Radar...
- ¿Los documentos?
- ¿Qué?
¿No sabes lo de los documentos
que se olvidó el coronel?
- ¿Por qué no me lo dijiste?
- Lo intenté.
Ahí vienen, ahí vienen.
- Evelyn, ¿me darías una mano?
- Claro.
Oye, Frankie,
¿puedes examinarme los callos, por favor?
Knocko, llegaron las fotos de mis hijos.
- Labios Ardientes, ¿quieres verlas?
- No me interesa.
Oye, Scorch.
HOMBRES SOLAMENTE
MUJERES SOLAMENTE
Bravo!
Bravo! Creador! Bravo!
¿20 dólares, eh?
Ganaste la apuesta.
Aquí tienes!
- Mayor, ¿qué ocurrió?
- ¿Dónde está Blake?
- No pude ver al coronel Blake.
- Cállate, imbécil.
TTE. CORONEL HENRY BLAKE
OFICIAL AL MANDO DE MASH 4077
Esto no es un hospital! Es un manicomio!
Y es su culpa porque
no hace nada para que no sea así.
- ¿Qué quiere que haga?
- Arréstelos!
Averigüe qué piensa el consejo de guerra
de los vándalos borrachos.
Primero me pusieron Labios Ardientes,
y los dejó salirse con la suya.
Luego los dejó hacer todo
lo que les viniera en gana!
Si no los denuncia
a la policía militar ya mismo,
voy... voy a renunciar a mi nombramiento.
Maldición, Labios Ardientes, renuncia a tu
nombramiento.
Mi nombramiento!
¿Un poco más de vino, mi querida?
Sí, por favor.
¿No me digas?
Vamos, nena.
Vamos. ¿Estás bien? Sigue derecho.
- Un regalo, luego la cena y la película.
- ¿Quieres decir los tres?
- Adonde yo voy, va Warren.
- ¿No quieres que vaya contigo?
Bueno, Boone...
Él es el hijo de Syngman Rhee y va a entrar.
Oiga, soldado!
- ¿Yo?
- Sí, usted. ¿De dónde es?
- De la unidad MASH en el frente.
- No, me refiero a su ciudad natal.
Está en la costa este.
¿Lo han herido?
Sí, un poco... una pequeña...
- ¿Quiere saludar a su madre?
- En realidad, mi madre murió.
Cuánto lo siento.
- Me gustaría saludar a mi padre, ¿puedo?
- Sí, sí, claro.
Hola, papá.
Disculpe. Estoy examinando a este joven
para ver si es apto para el ejército.
Sí, lo sé. Hola, Ho-Jon.
¿Cómo va, joven?
Le late muy rápidamente el corazón
y su presión sanguínea es muy alta.
Oh, ¿Sí?
Debe de creer
que no es apto para el ejército, ¿eh?
Al principio sí. Pero leí que trabajó
en un hospital estadounidense
donde hay muchas drogas
que pudo haber consumido por error.
- ¿Por qué haría una cosa semejante?
- ¿Quién lo sabe?
Para descubrir la verdad,
lo mantendré aquí por un par de días.
Tal vez mañana sus dolencias
hayan desaparecido.
- Mire...
- Así que sugiero que se despida ahora.
- Doctor, he...
- Fue un buen intento. Ven, Ho-Jon.
Oh, no!
Radio Tokio les hace llegar esta emisión,
cortesía de veteranos de guerras extranjeras,
puesto Nº 63 de Sedalia, Misuri.
Un tribunal federal decidió que
El Du Pont de Nemours y Co.,
Municiones Remington y las Industrias
Químicas Imperiales de Gran Bretaña
han conspirado para dividir la munición...
Idiota! Me tiró de la colina!
Rompió mi paraguas!
Desearía que no aterrizaran esas cosas
donde jugamos al golf.
- El de la derecha es él. Espera! Espera!
- Capitán Mclntyre.
El teniente vino desde Seúl para verlo.
- ¿El capitán Mclntyre?
- Sí, soy el capitán...
Teniente, se lo ve muy mal. Capitán,
mírele los ojos. Muéstreme la lengua.
Oh, no, no. Quítese la camisa
y dígame dónde le duele.
No he visto un caso como éste
desde la facultad. Dios mío.
Vollmer, dígales que
preparen el quirófano principal.
Éste es un caso en cinco.
Creo que puedo salvarlo.
Debe proceder a Kokura, ***ón,
de inmediato.
Kokura, ***ón! ¿De qué se trata?
Un congresal. Explotó una granada
en prácticas. Tiene un pedazo en el corazón.
- ¿Qué?
- El padre del soldado es congresal.
Explotó una granada.
Tiene un pedazo en el corazón.
- Ésas son las radiografías?
- Sí.
Parece que un gran cirujano cardíaco
de Boston le dijo que
el único que podía salvar a su hijo
era el capitán John Mclntyre.
Claro, creo que puede que haya
dos capitanes John Mclntyre.
No, no, yo soy el único John Mclntyre.
Hammond dice que puedo llevar alguien
para que me ayude. ¿Quieres venir?
Sí.
Teniente, creo que puedo salvarlo.
Tome una de éstas cada media hora.
Suba al helicóptero y abotónese la camisa!
Está en el ejercito militar.
- No está nada cerca del corazón.
- Lo sé, no es nada.
¿Pero cuántas veces consigues
ir a ***ón con los palos de golf?
Vamos, Shirley.
Maldito ejército.
Maldito ejército!
Maldito jeep del ejército!
Disculpe,
¿dónde está el hijo del congresal?
- Sala seis.
- Querida, ¿vas a registrarnos?
Un momento!
No pueden entrar. ¿Quiénes son ustedes?
- ¿Quién soy? El profesional de...
- No le creo.
No puede entrar
hasta que avise al capitán Peterson.
Un momento. Si la recluta quiere hacer
cumplir sus órdenes, la enfrentaré solo.
- Aléjese!
- Ábrela tú.
- Ha sido condecorado dos veces.
- No puede pasar!
- La desfiguraré.
- Llamaré a la policía. No puede pasar.
- Nunca antes ha visto una bestia así!
- Llamaré al capitán Peterson. Aléjese!
- Capitán Peterson, por favor.
- Capitán Peterson!
- ¿Qué hacen estos dos matones aquí?
- Señora, somos los cirujanos y operamos.
No puede acercarse al paciente
hasta que el coronel Merrill lo ordene.
Señora, quiero empezar en una hora.
Somos los profesionales de Dover
y vamos a abrirle el pecho a este chico
y jugar al golf antes de que oscurezca.
Así que encuentre al gasista,
y que premedique al paciente,
luego tráigame sus últimas radiografias.
Las que vimos eran viejas.
Luego pida en la cocina que nos preparen
el almuerzo. Jamón o mejor bife.
Luego consiga una enfermera que sepa
trabajar sin meter las tetas en el camino.
Oh, idiota.
¿Cómo le gusta el bife?
Toalla.
Diga las palabras mágicas,
y ganará cien dólares.
Está bien! Exijo una explicación.
Saquen a este viejo sucio de aquí.
Viejo suci...
Soy el coronel Merrill.
No me importa si es Superman o qué.
Si se le infecta el pecho,
le diré al congresal de quién fue la culpa.
- Tijeras, por favor.
- ¿Me pasa una sutura dérmica?
Fórceps.
- ¿Quién era?
- El coronel Merrill.
- Éste es su hospital.
- ¿De veras?
¿Quién eres?
Soy el Dr. Jekyll a decir verdad.
Éste es mi amigo el Sr. Hyde.
¿Por qué no te guardas los chistes
para los paisanos del pago, Halcón?
¿Alguna vez te hablé de mi amigo,
Yo Me Tiro Marston?
Oh, sí. Tu amigo que va por ahí diciendo:
Yo me tiro, tú te tiras a las chicas.
Emboca una de 50. Sí, me hablaste de él.
Es el gasista del hijo del congresal.
¿De veras?
Cuando no es gasista, ¿juega al golf?
No lo sé.
- ¿Juegas al golf?
- No. No tengo tiempo para el golf.
Doy una mano en el Hospital y Burdel
Nueva Era del Dr. Yamachi.
El viejo que conocí cuando vine.
Tiene una suerte de hospital de niños y lo
financia con un burdel en el mismo edificio.
Es el HBNE. Ven y te conseguiremos algo.
- Tengo una conexión!
- Soldado, ten esto.
Ten nuestro carro de golf,
no tires nada porque luego jugaremos.
Adiós, cafiche.
- Damas.
- Niñas.
Caballeros. Tengan cuidado con...
La policía militar.
Bueno, muchachos, se acabó el juego.
¿Al fin dieron con nosotros, eh?
¿Dónde nos equivocamos?
No lo sé. Creo que fue la mujer.
Algo me dice que la he visto antes.
Ella era la de Tánger.
Pueden esperar en la oficina del coronel.
Regresará en unos minutos.
No te culpamos.
Sólo haces tu trabajo.
United Press International
hoy votó a la guerra de Corea
- como la noticia más importante de 1951.
- Estamos practicando.
Dios mío.
Bien. Quedan arrestados.
- Los llevaré ante el tribunal de guerra.
- Basta, coronel.
No nos tiene. Nosotros lo tenemos a usted.
Los suyos no pudieron con este caso
y nosotros les salvamos la reputación.
Nos quedaremos aquí un día más
para controlar al hijo del congresal,
y... jugar un poco de golf.
Si le parece bien, tenemos un trato.
Y si no, podemos llamar a Washington
usted les cuenta su historia
y nosotros la nuestra. Así de simple.
Mientras tanto, iremos al club de golf
a ducharnos y afeitarnos.
Si quiere contactarse con nosotros,
allí estaremos.
¿Ése es un cliente?
Disculpen.
Prueba uno.
- ¿Rico?
- Oh, es terrible.
Escucha, odio tener que hacerles esto,
¿creen que podrían revisar a un bebé?
- ¿Ahora?
- ¿Un bebé?
Tuvimos un pequeño descuido,
y el otro día una de nuestras chicas nos trajo
un bebé americano-japonés de 3, 5kg.
Cuando lo alimentamos,
devuelve o tose y se pone azul.
No tenemos que verlo. Llama al hospital
de torpes y diles que consigan Lipiodol
y que haremos unas radiografías.
No podemos acercarnos a ese lugar.
El coronel tiene algo con los civiles,
especialmente con los nativos..
No les digas más de lo necesario.
Di que los médicos tienen una emergencia.
Y en la sala de operaciones con Trampero
le arreglaremos la fístula traqueo esofágica.
Bien, Me Tiro, ponlo ahí.
Haz que se duerma lo antes posible.
- ¿De dónde salió este bebé?
- Cuídalo.
- ¿Para esto nos levantaste?
- Sí.
Dimos con él. No lo queremos,
pero no podemos ignorarlo.
Esta vez no me dejaré intimidar.
Ordeno que ya mismo se acabe el uso
ilegal de las instalaciones del ejército!
Y me mantengo tan firme
como el Peñón de Gibraltar.
Y más aún yo... no pueden hacer esto...
- Ésta es para el West Point.
- ¿Qué diablos hacen?
Es lo que dicen todos.
Qué roñoso, asqueroso, infame...
No representa competencia para el
Polaco Indoloro, pero está muy saludable.
- Te agarramos con los pantalones bajos!
- Los hombres están luchando en el frente!
Atención! Atención!
El coronel Blake nos ha conseguido
The Halls of Montezuma...
un peliculón que sólo las grandes pantallas
pueden proyectar.
Tecnicolor. Tell it to the Marines...
aquellos queridos muchachos,
a quienes ahora amamos más que nunca.
Díganles que aún siguen siendo
los mejores tipos del mundo.
Vean al teniente, a Punchy,
Limey, Baby-Face, Doc,
Poet, Pretty Boy y Slattery
en una de las más interesantes
películas de guerra.
El asador Hollywood de Arlene Chu
está cerrado por posible infección.
Es todo.
- ¿Me pasas agujas más largas?
- Saca esta gasa de aquí.
Corta ésa de atrás. Oye, Tano.
- Hola. ¿La pasaste bien en ***ón?
- Sí, Me tiré a una bailarina kabuki.
- Pásame los dedos largos.
- ¿Está bien?
No puedo parar la hemorragia.
- ¿Cómo está la entrada, Indoloro?
- Normal.
- Estoy aquí si me necesitas, Henry.
- No puedo hablarle ahora, padre.
No, digo, ¿estará bien, no?
- Se pondrá bien.
- Qué bueno.
¿Alguien más necesita ayuda?
Pregunta por ahí.
¿Por qué ha tapado las ventanas?
- Duke! Vamos, Duke. Abre.
- ¿Qué? No, no quiero nada.
Oye, Duke. Vamos. Abre, hombre.
¿Quién es?
- ¿Qué diablos haces de nuevo aquí?
- Hemos trabajado durante horas. Abre.
Un minuto. Ya voy.
- Labios Ardientes.
- ¿Nos extrañabas?
Vergüenza, vergüenza debería darte.
Bueno...
- Radar.
- Sí, señor.
Sostén esto, por favor.
- Coronel Blake.
- ¿Henry? Sí. Charlie. Sí.
Hay novedades. Estaban tan preocupados
por la batalla de Bald Hill.
- Bueno, se terminó.
- Qué buena noticia, general. ¿Quién ganó?
Dicho sea de paso, tengo un informe, Henry,
de la enfermera jefe, la mayor O'Houlihan.
Formula algunas acusaciones, Henry,
que me cuesta creer.
Entonces no las crea. Gracias, adiós.
Sí... ¿qué?
- Gracias, Radar.
- De nada, señor.
Atención. Atención. El viernes por la noche
proyectaremos The Glory Brigade..
Abrazos y besos que no se olvidarán.
Los ingenieros de combate del tío Sam
lado a lado con los griegos... Anzacs,
mostrándole al mundo una nueva forma de
lucha, usando topadoras como bazucas,
bayonetas como bazucas... balas.
Protagonizada por Victor Mature. Es todo.
Estaré con el coronel Blake. Investiga
el lugar y qué tal están las enfermeras.
Sí, señor.
- Unidad Ambulatoria del Ejército 4077...
- Sí, sí.
- Señor, sabría usted...
- Sí, sé dónde está.
Muy bien.
Bien.
- Gracias.
- Mira, Charlie,
no culpes a Henry porque a Labios Ardientes
Houlihan no le gusta su nombre.
Ya sabes, es sólo una mujer. ¿Qué mierda?
Vamos, qué ridículo! Pertenece al ejército.
Es fanática de los rituales.
Ni siquiera nos dejaría jugar al fútbol.
- ¿Fútbol?
- General, ya está lista, Charlie.
Sí. No sabía que tenían un equipo de fútbol.
Aún lo estamos planeando.
No, tenemos un muy buen equipo de fútbol.
¿Sí? Teníamos uno en la 325 el año pasado.
- Y qué equipo!
- Sí. Yo mismo entrenaba a los muchachos.
- Es el mejor entrenador del Lejano Oriente.
- Sí.
Estamos decidiendo contra qué unidades
jugaremos este año.
Claro que nosotros hacemos un pozo
y apostamos.
¿Cuánto... cuánta plata ponen en el pozo?
- Quinientos, seiscientos.
- Quinientos dólares!
Creo que no competimos
en el mismo tipo de liga que ustedes.
Seguro que podremos fijar una fecha
Para jugar contra tu equipo.
- Se puede organizar.
- Sí. Lo hablaré con Henry.
Gracias. Gracias por el trago.
- Gracias a ti.
- ¿Qué mierda...?
Señor, ya desde antes de Pearl Harbor, me
he sentido orgulloso de llevar este uniforme.
- ¿Qué es esto?
- Un helicóptero.
Ese hombre tiene
cinco veces más soldados que nosotros.
Claro, necesitaremos un profesional, ¿no?
Haremos que Henry solicite
específicamente un neurocirujano.
Que solicite al Dr. Oliver Harmon Jones.
- ¿El Dr. Oliver Harmon Jones?
- Él es... ¿Quién es Oliver Harmon Jones?
Es más conocido como Jabalín Jones.
- Juega bien a la pelota.
- Sí! El muchacho *** que jugó con los 49.
- Claro.
- Claro, lo recuerdo. Es bueno.
Henry, si tuviéramos mejor relación,
no tendríamos este malentendido, ¿cierto?
Ahí es donde un partido de fútbol
ayudaría a nuestras unidades.
¿Un partido de fútbol?
Hacemos unas apuestas,
quinientos tal vez, y nos divertiremos.
Los Servicios Especiales en Tokio
dicen que es un buen truco
para mantener
el estilo estadounidense en Asia.
- ¿Con apuestas?
- No! Con fútbol.
¿Y la mayor O'Houlihan?
¿Labios Ardientes? Al diablo con ella!
- Es un helicóptero, general.
- Sé que es un helicóptero!
Me preguntaba acerca del problema social.
Digo, es el único oficial ***
en todo el campamento.
Tenemos un problema,
lo pondremos con nosotros, muchachito.
- ¿Hablas en serio, verdad?
- Claro, hablo en serio.
Para mí es suficiente tener que aguantarlos
a ustedes dos yanquis, pero yo, ¿es...
Debido a su esposa,
o era un problema religioso?
- Un problema de preparación.
- ¿Por qué te llaman Jabalín?
Porque lanzaba la jabalina.
No estamos aquí para vender limonada,
sino para entrenar.
Primero démosle la bienvenida a Jabalín.
¿Podemos llamarte así?
Llámenme como quieran.
Quiero decirles que todos somos iguales en
el campo de juego, oficiales y civiles.
Comenzaremos
con los tres principios básicos:
organización, disciplina y trabajo en equipo.
- Perdón. ¿Podemos calentar primero?
- Buena idea. Encárgate tú.
Bien, Seidman, que sigan empujando
ese asunto, como se llame.
Así está bien. Labios Ardientes,
haz que se sigan moviendo.
Radar, eres un entrenador.
No un cabo sino un entrenador,
así que mantenlos en movimiento.
Bien, Labios Ardientes.
Bien, Seidman, dales cinco.
Bien, muchachos tomen cinco. Jabalín.
Estamos bastante flojos, ¿verdad?
Por ser aficionados sin entrenamiento
durante siete años, bastante flojos.
Se me ocurrió cómo hacer dinero.
Que no entre en el primer tiempo. Apostamos
la mitad del dinero. Ellos hacen tantos, ¿sí?
En el segundo tiempo lo metemos.
Los hacemos apostar.
Apostamos la otra mitad. Y sacamos tajada.
- Bien pensado, capitán.
- Me suena bien.
Tengo otra idea.
Deberíamos planear estrategias.
Generalmente en el fútbol
se planean jugadas.
- Si no le importa, me tomé la libertad.
- La tienes.
- Preparé siete u ocho jugadas.
- Son buenas.
- No están preparados para hacer más.
- Muy bien. Sí. Muy, muy bien.
¿Qué son estas flechitas?
Derecho a las manos!
- Bueno, son sólo seis puntos.
- Seis puntos!
- Es sólo un punto.
- Un punto!
¿Quién es el número uno?
No podemos detenerlo.
Lo llaman Superbicho.
Jugó un año con los Carneros.
- Con él ahí no podremos hacer nada.
- Tienes que entrar. No podemos esperar.
No, seguiremos la estrategia,
pero hay que hacer que lo saquen del partido.
Oye, Davidson! Aquí!
Aflojemos un poco.
No queremos un resultado tan desigual.
La atrapó!
- ¿A quién se la pasa?
- ¿No es el cabo Judson?
Judson juega en la línea! No puede correr!
Qué increíble, Judson
¿qué estás haciendo?
- Duke, tu me pasaste esa pelota.
- Tenías el campo abierto, ¿cómo te caíste?
No soy un buen corredor
sino jugador de línea.
Hoy sí que vamos a ganar.
- Son sólo dos puntos.
- Dos puntos.
- ¿Qué crees que eres, un cañón?
- ¿Qué fue eso?
Apostamos mucho dinero.
Esto es lamentable!
- ¿Qué sucede ahora?
- Tiro libre.
Un tiro libre! Chicas!
- Otros seis puntos.
- Otros seis puntos.
Mira. Mira. Está lastimado.
Deja el campo de juego.
¿Qué mierda pasa contigo? Smith!
- Esos desgraciados le hicieron algo.
- Entrenador, ¿superé los 400?
400! Esto no es un circuito de atletismo
sino un partido de fútbol. ¿Para qué te pago?
Levántenlo. Háganlo caminar. Hagan algo.
- Creo que gané los 440.
- 440! Esto es fútbol, maldición!
Bien, muchachos, entren a matar.
Bien, te arrancaré la cabeza.
- Estoy listo, entrenador.
- ¿Para qué?
- Para el salto en largo, entrenador.
- Al banco. Salto en largo!
- Aún 16 a cero.
- 16 a cero.
Bueno, no está mal.
16 a cero en el primer tiempo.
Tengo que levantarles la moral.
- Está por terminar el tiempo.
- Bien.
Ya desde antes de Pearl Harbor, me
he sentido orgulloso de llevar este uniforme.
- Una toalla.
- Henry, ¿aumentaste la apuesta?
- Hoy tenemos puesto...
- ¿Has aumentado las apuestas?
Las apuestas! Terminen la reunión.
Labios Ardientes! Hay un momento
y lugar para todo, maldición!
Vamos, Smitty. Vamos, muchacho.
- ¿Qué le pasa?
- Deberías saberlo. Le hicieron algo.
- Supongo que no querrás doblar la apuesta.
- Claro que no.
Te ganamos sin él,
y te seguiremos ganando.
- ¿Apoyarías lo que dices con apuestas?
- Claro que sí. Tres a uno. Doblo la apuesta.
¿Quién es el jugador 24?
Deténganlo!
Deténganlo! ¿Quién es el tipo?
No estaba jugando en el primer tiempo.
Deténganlo!
- Es Jabalín Jones.
- ¿Quién?
Jugó en San Francisco antes de ser
reclutado. Va a ser duro detenerlo.
Henry, ¿trajiste un profesional, verdad?
- Radar, ¿qué quiere decir el general?
- No lo pusiste en el primer tiempo!
Le están informado acerca de la identidad
de nuestro Jabalín.
- Su profesional descubrió al nuestro.
- ¿Qué te pareció esa jugada, Charlie?
- No se puede confiar en nadie.
- Mira como hace el punto extra.
¿Eso no es ilegal?
¿Qué clase de equipo es éste?
Están cayendo como moscas!
Mira! Una bandera roja! Bandera roja.
Labios Ardientes!
Es un penal, idiota.
Judson, sal de encima de él.
Te echarán del partido.
Judson, acaba con él!
¿Qué sucede contigo?
Estamos para jugar, no pelear!
El cabrón del 88 me llamó negrito.
¿Qué te llamó?
Negrito.
Es un viejo truco de los profesionales
para sacarte del juego.
- ¿Por qué no haces lo mismo con él?
- ¿Qué, llamarlo negrito?
No, en el campamento hablaban de su
hermana. Se llama Gladys. Aprovéchalo!
- Sí.
- De acuerdo, de acuerdo.
¿Qué mierda haces, por el amor de Dios?
¿Qué pasa aquí?
Lo están sacando.
Aquí tienes, Charlie.
Otra lonja de carne para tu carnicería.
- ¿Quién es la rubia? ¿Es nueva?
- Sí, la mandé traer.
Sí. No está mal.
Acaba con ellos! Acábalos maldita sea!
Dios mío! Le dispararon!
Labios Ardientes, papanatas,
es el final del tiempo.
¿Para qué te ascendí a mayor?
¿Para un equipo como éste?
Hice lo que pude.
No sabía que traerían un profesional.
- Tendría que hacerte entrar y que te maten.
- ¿Y mi rodilla?
Más vale que te arrodilles y te pongas
a rezar. Qué rodilla ni rodilla.
Dios mío!
- ¿Cómo es eso?
- ¿Lo viste?
Vuelve aquí. Regresa.
Bueno, parece que lo logramos.
Faltan pocos segundos.
Bien, compañeros,
no nos queda mucho tiempo.
Tengo una jugada especial,
una semi-apropiada.
Tienen que alinear con todos a la derecha
del centro, salvo Halcón,
quien retrocede una yarda
antes de jugar la pelota.
Eso te hace ser semi-apropiado. Trampero te
pasa la pelota y te la pones entre las piernas,
escóndela bajo la camiseta
y camina hacia el área de gol. Trampero...
De acuerdo. Vamos.
- Ésta es la única oportunidad. 5.000 dólares.
- Vale la pena intentarlo.
- Sería un milagro.
- Qué dices, manos a la obra!
¿Listos?
Listos!
- ¿Qué está haciendo? Vuelve!
- Tengo la pelota!
Corre con ella!
- Dos dólares.
- Dos dólares.
Cuatro dólares.
Paso.
Levanta dos.
¿Levanta otras dos?
- Tengo un Oklahoma.
- Oh, Dios!
- ¿Qué es eso?
- Dos ochos, diez de espadas, dos, y cinco.
- Tú ganas!
- ¿Qué tenemos?
Tokio. La radio de las FF AA de los EE UU
está en el aire.
¿Duke? ¿Estás ocupado?
- ¿Qué quieres?
- Tienen nuestras órdenes. Nos vamos a casa.
- ¿Ahora mismo?
- En cualquier momento. Cuando queramos.
¿Le importaría si antes
salimos del cerebro de este tipo?
¿Puedes coserlo?
Tienes el vaso bajo control.
- Yo...
- ¿No lo has hecho?
- Quiero asegurarme de que pare de sangrar.
- Maldito perfeccionista.
Sí, bueno, yo...
Te veré.
Cinco malditos meses y no le dan a uno
licencia por buena conducta.
Oye, te veré por ahí.
Es posible.
Cuida a las conejas.
Hasta pronto, Cachito.
¿Vas a marcharte por el amor de Dios?
Vete antes de que se arrepientan. Lárgate!
Oh, Dios, escucha nuestras plegarias
y con tu mano derecha bendice este jeep.
Envíanos tus ángeles para que todo
el que viaje en él esté libre de todo peligro.
Y así como concediste fe y gracia por tu
diácono Felipe al hombre de Etiopía,
que iba sentado en su carro
leyendo las sagradas escrituras,
muéstrale a tus servidores
el camino de la salvación,
para que con tu constante gracia y
empeño en hacer buenas obras,
puedan en el curso de su peregrinación
y vida en la tierra,
alcanzar la gloria eterna
en Cristo nuestro Señor. Amén.
- Capitán Pierce, el chofer ya viene.
- Aquí está.
Vamos, chofer.
Atención. Acabamos de ver MASH..
Las locas aventuras
de los cirujanos de combate
mientras cortan
y cosen su estancia en el frente.
Operando mientras las bombas...
Operando mientras las bombas y balas
caen a su alrededor,
aprovechando para reír y amar entre
amputaciones y penicilina.
¿Halcón se robó ese jeep?
- No, señor. En ése llegó.
- Muy bien entonces. Vamos querida.
Sigan a Halcón. Trampero, Duke, Tano Tinto,
Indoloro, Radar, Labios Ardientes,
Dulce y el sargento Vollmer
mientras curan a nuestros chicos.
Estrellas: Donald Sutherland, Elliot Gould,
Tom Skerritt, Sally Kellerman, Robert Duvall,
Jo Ann Pflug, Rene Auberjonois,
Roger Bowen, Gary Burghoff, David Arkin,
John Schuck, Fred Williamson, Indus Arthur,
Tim Brown, Corey Fischer, Bud Cort,
Carl Gottlieb, Dawne Damon, Tamara
Horrocks, Ken Prymus, Danny Goldman,
Kim Atwood, Michael Murphy,
G Wood, Rick Neilan y Bobby Troup.
- Maldito Ejército.
- Es todo.