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Wapping, Inglaterra 1699
Buenos días, Srta. Elizabeth.
¡Capitàn Pritchard! ¡Capitàn!
Buenos días.
¡Despejaos, par de borrachos!
¡Subid a bordo!
- Preciosa mañana.
- Aléjese de mi prometido.
Desperdicia su vida,
y yo necesito un médico.
No le hable de esas ideas
de hacer fortuna.
No se ponga así.
El Dr. Gulliver podría ser rico...
...vendiendo fàrmacos
en Londres.
Y que se lo coman...
No hay caníbales en las lndias.
Yo cuidaré de él.
¡Èl se queda y me cuidarà!
- Buenos días, Dr. Gulliver.
- Buenos días.
- Buena discusiòn ahí fuera.
- ¿Qué tal ahí dentro?
Gracias a Ud.,
mi hígado està bien.
Por eso he venido a pagar.
Tenga. Ahora bien...
Lo siento, no es dinero,
doctor, pero...
- Prometiste que vendrías.
- Cierra. ¡Mis honorarios escapan!
Les deseo un largo matrimonio.
¡Llévalo hacia el rincòn!
El Sr. Grinch nos espera
en la casita.
No es raro que te quiera.
Siempre me haces caer.
- Vaya vida, cazando pollos.
- Yo los cazaré.
Tù atiende a los enfermos.
Yo me ocuparé del doctor.
Mi paga. Debería cerrar
la consulta y abrir un colmado.
Hoy no.
Hoy hablaràs con el viejo Grinch
sobre esa casita. ¡Lo prometiste!
Para ser un hombre sin palabra,
hago muchas promesas.
Por éste nos daràn 2 chelines.
Seràn 10 libras para el Sr. Grinch.
- Sr. Grinch.
- Toma.
Le pagaré cuando vuelva
de la guerra.
- La guerra con España terminò.
- La guerra con Francia.
Si vuelves con vida,
no me deberàs nada.
No la juzgues por su aspecto.
Travers, el carpintero,
puede arreglar eso y las persianas.
- Te debe lo de su juanete.
- Està en la càrcel por moroso.
Qué horror.
Bueno, ya nos arreglaremos.
lgual que Travers.
Te llevaría en brazos
bajo el umbral, si fuera seguro.
- Buenos días.
- Ya era hora.
¿Y las 10 libras?
Qué sentimental es usted.
- Las tengo aquí.
- Usted arreglarà esa puerta.
Usted la arrancò de un portazo.
El precio està cerrado.
10 libras ahora y
una hipoteca por el resto.
Veràs còmo cambia todo esto
con un poco de jabòn.
Aquí tiene.
- ¿Estàs bien?
- Eso creo.
- No alcanza.
- ¡Vàyase al diablo!
No vivirà aquí.
- Cogeré lo que tenéis.
- ¡Ni regalado!
No dejaré que pases el resto
de tus días viviendo así.
- Vamos. Con cuidado.
- Sòlo por ahora.
Si me quedo aquí, estaré
en la misma situaciòn siempre.
- Sin dinero, nada cambia.
- ¿Sòlo piensas en eso?
- Confòrmate con lo que tenemos.
- ¡No tenemos nada!
¿Por qué discutimos?
¿Por celos de un hombre o una mujer?
No, por dinero,
la consigna de Wapping.
- ¡Para mí no es importante!
- ¡Para mí, sí!
Quiero ayudar a los enfermos
sin deudas ni preocupaciones.
- ¡No tienes por qué ser rico!
- Para ser algo, debes ser rico.
Sòlo quieres irte con el Capitàn
Pritchard. Pues vete. ¡Vete!
¡Pero hemos terminado!
¡Se acabò, para siempre!
¡Elizabeth!
- Si sigue así, moriré de hambre.
- No suele haber tormentas tan pronto.
Anímate. Una tormenta anticipada
significa un buen viaje.
¡Elizabeth!
Estaba escondida.
- Eso es todo.
- ¿Estàs bien?
Sí, gracias. Hambrienta.
Estàs loca por venir así.
Se la comeràn los salvajes.
Pues coceremos juntos.
Te seguiré hasta el fin del mundo.
Ahí vamos, pero tù no.
¿Còmo puede regresar?
- Hay barcos en las lslas Canarias.
- ¡No me iré!
¡Elizabeth!
¡Te vas a mojar!
Desembarcaràs
en las lslas Canarias.
- ¡No lo haré!
- ¡Lo haràs!
¡Nada alterarà mis planes!
¡Absolutamente nada!
¿Gwendolyn?
No llores.
Pensaré en algo.
Ya no soy Liliputiense.
Hemos sido desterrados. Debemos irnos.
El emperador tiene espías
por todas partes.
Debemos intentarlo.
Pero no deberías
arriesgar también tu vida.
Si no fuera porque te quiero...
Nunca estaremos juntos.
Nunca nos casaremos.
Es esta guerra.
¡Esta estùpida guerra!
¿No hay un lugar
al que podamos ir?
Sòlo aquí.
Aquí y ahora.
Quédate, por favor, Gwendolyn.
¡Gwendolyn!
Llevo una hora esperando en la cueva.
No es momento de romances.
Ella no tiene tiempo
para un lacayo de ese tirano.
¡No le soy fiel a él,
sino a Liliput!
- ¡Corred!
- Ayudadme.
Reldresal, ahí estàs con ese traidor.
¡Guardias, prendedles!
¡Demostraré tu culpa, llevaré
tu cabeza al emperador!
¡Marchaos antes de que regresen!
¿Qué haremos, Lord Flimnap?
Llamaré al ejército, a la marina,
a nuestro audaz emperador.
Quedaos. Vigilad al gigante.
¡Tened valor!
Soy ministro de finanzas
y seré primer ministro.
Debería pasar primero.
Arqueros, lanceros,
estad preparados.
Si se me come,
la naciòn irà a la quiebra.
Adelante, es vuestra
responsabilidad.
Sí.
Puesto que sois ministro del interior
y él està en nuestro interior...
...podéis pasar vos primero.
- Hola.
- ¡Està vivo!
¡Arqueros, lanceros, disparad!
¡Disparad!
¡Alto!
- ¡Soy ministro de guerra! ¡Disparad!
- ¡Y yo digo alto!
Me las pagarà
cuando sea primer ministro.
- Si llegàis.
- ¿Estàis conmigo o contra mí?
Mi lealtad està
del lado màs fuerte.
Soy el doctor Lemuel Gulliver.
¿Dònde estoy?
- En el país de Liliput.
- ¿Liliput?
No os haré daño.
¿Por qué estoy atado?
No sabíamos qué hacer,
aparecisteis de pronto.
Le envían nuestros enemigos
para matarnos. Es su arma secreta.
No, una ola me tirò de un barco...
Elizabeth. Debo encontrarla.
Desatadme.
- ¡Se desata! ¡Matadle!
- No, no haré daño a nadie.
Estoy civilizado.
Soy médico, de Inglaterra.
- ¿Inglaterra? ¿Qué es Inglaterra?
- El lugar de donde vengo.
Sòlo hay un lugar.
Liliput.
- Y Blefuscu.
- Mencionarlo es traiciòn.
No había oído hablar de él.
¿Lo bastante leal
para vos, Flimnap?
Saludos, emperador,
deleite y terror de todo el universo.
Rey de reyes. Plàcido como la
primavera, càlido como el verano.
Cierto.
Eso es porque planifico.
Fructífero como el otoño...
...cuyo saludo hace temblar
a las princesas.
No puedo negarlo. No puedo.
Un emperador con un plan
es un emperador poderoso.
- Presentàdmelo.
- Majestad, deseo presentaros...
Os presento al doctor Gulliver,
de un lugar que él llama Inglaterra.
Vuestra Majestad...
No os haré daño, ni a vos ni a nadie.
Quiero regresar a mi hogar.
Necesito un barco.
¿Un barco? Para unirse al enemigo.
Para hundir nuestra flota.
Es nuestro enemigo.
No soy un enemigo.
Sòlo soy diferente.
Es lo mismo.
Soy tan diferente de vuestra gente,
como vos. Ambos somos ùnicos.
Puesto que sois ùnico
y soy ùnico...
Somos lo mismo.
Sois un gigante.
¿Veis? Tan astuto
como nuestros enemigos.
Arruinarà nuestras vidas.
Una oscura premoniciòn
en los cielos.
- Quizàs tengàis razòn, Flimnap.
- No la tiene.
Demostraré mis intenciones.
¡Basta! ¡Basta!
¡Hace milagros! Como sospechaba.
Encaja en mis planes. ¡Hace milagros!
- Como vos, señor.
- Sí, claro, como yo.
Gulliver y yo somos iguales.
Lo somos.
Puesto que lo somos y vos
podéis moveros y comer libremente...
...¿no es terrible que yo
esté aquí, atado y hambriento?
¡No es seguro liberar
a este huracàn!
Bobadas. Los arqueros estàn listos,
con flechas envenenadas.
Miles.
- Confío en la palabra del gigante.
- Y yo.
Confío y tengo fe ciega
en la integridad y credibilidad...
...de cualquier hombre
al que pueda matar.
Soltadle. Preparadle comida.
¡Liberad al gigante!
- Debemos seguir mi plan.
- ¡Esperad! ¿Y mi barco?
Lo discutiremos màs tarde.
- Yo no le molestaría ahora.
- Debo encontrar a Elizabeth.
Sé còmo os sentís.
También tengo un amor.
Intentaré ayudaros.
Gracias.
Me encanta la ternera.
¡Miradle! Desde que empezò a construir
su barco, su apetito se ha duplicado.
lnhala nuestra comida.
30 ovejas, 10 panes en una comida.
No es nada para él.
- Trabajaré a cambio.
- ¡Nos mataréis de hambre!
Nuestros matemàticos
han calculado que...
...su tamaño equivale
a 1.728 de los nuestros.
Y come por 1.728.
Yo digo que le envenenemos.
¡No! Vuestra Majestad,
puede trabajar por 1.728.
¡Si trabaja màs, comerà màs!
No tenemos tierra para cultivar.
Abriré un claro. Ahí.
Un bosque donde deberías cultivar.
¡Os dije que està loco! ¿Dònde
se han visto cultivos en un bosque?
¡Mirad! ¡El gigante tiene
una fuerza enorme!
Dejaré una franja
para protegerlo del viento...
...y algunos en el sur
para el agua.
¡Paso al emperador!
¡Saludad al emperador!
¡Saludad al emperador!
Quitaré esas rocas y así
tendréis màs tierras.
¡Sorprendente! ¡lncreíble!
Es nuestra arma invencible.
Somos iguales, sabéis.
Al limpiar la tierra,
la removeré...
...y haré los surcos
para cultivarla.
- ¡Viva Gulliver!
- ¡Hurra!
¡El hombre màs fuerte!
Gracias. Puedo hacer màs cosas.
Lo que se os ocurra.
¡Puede detener las inundaciones,
acabar con las sequías...
...obtener cosechas
para todos nosotros!
Nos puede matar de hambre. Es
una maldiciòn disfrazada de bendiciòn.
Nos dejarà sin carne,
y a vos os gusta el buey.
Sí, es cierto.
- Pero os gusta màs el pescado.
- No hay bastantes pescadores.
¿Pescado? El océano està ahí
para darnos lo que queremos.
Nadie volverà a tener hambre.
Nadie volverà a robar, ni habrà celos.
No habrà màs càrceles.
Una tierra sin codicia ni envidia.
Una tierra de amor,
donde nadie tenga enemigos.
- El gigante no odia a nadie.
- ¡Callad!
Yo sé lo que hago.
Debo acabar mi barco
y encontrar a Elizabeth.
¿Dices que nos
dejarías por una mujer?
Volveremos los dos y convertiremos
Liliput en un paraíso.
No puede. No es ciudadano.
Precisamente. Administrad
el juramento de fidelidad, Flimnap.
¡Nombradle ciudadano de Liliput!
Como prescribe la ley, cogeos
el pie derecho con la mano izquierda.
Luego colocad el dedo medio derecho
en vuestra cabeza.
No, no. La mano izquierda, no,
la derecha.
Prestad atenciòn.
Así està mejor.
Ahora poned el pulgar derecho
en vuestra oreja y repetid.
¡Cuidado! ¡Va a caer!
¡Cuidado ahí abajo!
Ahora sois ciudadano de Liliput.
Podéis acabar vuestro barco,
os ayudaremos.
Así podréis encontrar a vuestra
Elizabeth y volver a esta tierra.
La tierra perfecta.
- ¿Mejor que cualquier otra?
- Mucho.
Ahora preparaos para destruir
la odiada Blefuscu.
- ¿Ese lugar que no conocía?
- Està al otro lado del canal.
¡Aniquiladles y aplastadles!
¡Provocad maremotos! ¡Ahogadles!
No, soy médico,
me dedico a salvar vidas.
Si no les matàis,
nunca acabaréis vuestro barco.
Nunca encontraréis a Elizabeth,
ni viviréis en esta tierra perfecta.
Mañana elegimos
a nuestro primer ministro.
Una vez elegido, atacaremos.
Y atacaréis con nosotros
a los de Blefuscu...
...o nosotros
os aniquilaremos a vos.
Doctor Gulliver.
Lamento lo ocurrido.
Y yo. Sòlo necesitaba unos días màs
para acabar mi barco.
No puedo matar a inocentes.
- Son pequeños, como nosotros.
- Entonces, no hay nada que temer.
Excepto su gran flota,
20 veces mayor que la nuestra.
Soy màs grande que una flota.
No necesito barco para llegar allí.
Se asustaràn tanto,
que no atacaràn.
No, no lo haràn.
Veràn que he convertido
esto en un paraíso.
Querràn lo mismo,
me necesitaràn.
- Y se acabarà la guerra.
- Podremos desposar a nuestras damas.
No si Flimnap gana mañana.
- Querrà sangre.
- ¿Tanto poder tiene?
- Si gana, lo tendrà.
- Tendréis que ganar vos.
- Sus espías me haràn perder.
- No, si yo estoy ahí.
Sí, claro. Vos y yo, juntos.
Ganaremos la guerra
para Gwendolyn...
...si no se ha ido
con su padre.
¡Debo detenerles!
¡Maldito seas! ¡Por tu culpa
hemos perdido el barco a Blefuscu!
Pero he hecho una balsa.
Adiòs, vil tierra de miseria.
- Restauraré vuestros títulos.
- ¡No daré nada al emperador!
No tendréis que hacerlo.
Me presentaré para primer ministro.
Gulliver y yo convertiremos
Liliput en un paraíso.
- ¿Quién?
- El gigante.
No confío en gigantes.
Dad una oportunidad a Reldresal.
Si fracasa, ambos vendremos con vos.
No fracasaré. Necesito tiempo.
Por favor, ¿padre?
Tenéis hasta mañana a mediodía.
Voy a la balsa, a arreglar una vela.
¡Atenciòn! ¡El ciudadano
Gulliver se acerca al castillo!
¡Atenciòn! ¡Atenciòn! ¡El ciudadano
Gulliver se acerca al castillo!
El hombre montaña se acerca.
¡Abrid paso!
¡Despejad el patio!
- Disculpad mi inesperada entrada.
- Esperad que la puerta se abra.
Este castillo es inexpugnable.
Oh, sí. ¡Gulliver!
- Vuestra emperatriz, mi esposa.
- Una linda dama para un bonito país.
Tiene buenas maneras, por su tamaño.
¡Y es tan encantador!
Sentaos ahí, a nuestro lado.
- No coméis huevos con nosotros.
- Ya he desayunado.
¿Desayuno? No se trata de desayunar.
Se trata de la guerra.
Dadle uno.
Un huevo de avestruz para vos.
No, no, no. La parte puntiaguda
hacia arriba. La puntiaguda.
Es màs que un huevo.
Es un asunto de vida o muerte.
Sí, para los pollos
y los avestruces.
De vida o muerte para nosotros.
Como liliputiense, siempre debéis
abrirlo por la parte puntiaguda.
- Si os complace, lo haré.
- Me complace.
Èramos felices abriendo los huevos
por la parte puntiaguda...
...hasta que ese loco rey
del loco país de Blefuscu...
...reuniò un gran ejército
y una flota para obligarnos...
...¡a abrir los huevos
por la estùpida y boba parte ancha!
- ¿Èsa es la causa de la guerra?
- Exacto.
Cualquiera que sea algo sensato sabe
que los huevos se abren por la punta.
¡Que empiece el torneo!
¡Deprisa! Necesitamos un primer
ministro para ir a la guerra.
¿Nombràis a un primer ministro
por còmo camina por la cuerda floja?
Claro.
Un político siempre debe mantener
su equilibrio en una crisis.
Antes era un torneo
de difamaciones.
Los oponentes eran enterrados vivos.
Esto al menos es colorido.
Ahora, silencio, querida.
La primera prueba.
¿Cuàntos problemas podéis
tratar a la vez?
Hacen malabarismos con el ejército,
la marina y el presupuesto.
También con la agricultura
y los precios altos.
¡Me distrae!
Veo todos los problemas.
¡Excelente! ¡Magnífico! Ya no sé
dònde estàn los problemas.
¡Excelente! Ganàis, Reldresal.
Ahora, actuaciones individuales.
Flimnap, a vuestro puesto.
Ahora, como portavoces
del emperador...
...responderéis a difíciles preguntas
sobre impuestos y otras cosas.
Deberéis responder directamente...
...pero sin comprometeros
a condiciones imposibles.
Deberéis tomar medidas.
Medidas que complazcan al pueblo
y no me molesten a mí.
¡Brillante, Flimnap!
Brillante.
Reldresal, a vuestro puesto.
Disculpad.
- ¡Estupendo!
- Puedo igualar esto, alteza.
Iguala esto, Flimnap.
¡Te lo has ganado, Reldresal!
¡Magnífico trabajo de pies!
Serà el mejor primer ministro
que hemos tenido.
- Y el màs atractivo.
- ¡Bien hecho!
Lo siento, Majestad,
me he dejado llevar.
- Reldresal no puede ocupar el cargo.
- No sois muy buen perdedor.
¡Un primer ministro que conspira
con la traidora Gwendolyn Bermogg!
- Los Bermogg estàn desterrados.
- Le he visto con ella.
- ¡Renunciad a ella, para siempre!
- Es una mujer peligrosa.
¡Ella y su padre se niegan
a abrir los huevos por la punta!
Majestad, no os es desleal.
Ama a esa mujer.
No os mezcléis en nuestros
asuntos internos.
Quedàis arrestado
hasta que renunciéis a ella.
¿Bien?
- ¡Llevadle a la torre!
- ¡Guardias!
¡Traiciòn, en mis narices!
Galbet, buscad por todas partes.
Atrapad a Bermogg y a su hija.
- Sí, señor.
- Màs no precisàis guerra ni càrceles.
Ceded un poco. Que todos abran
los huevos por la mitad.
¿La mitad?
La mitad.
¡Es imposible! ¡Qué barbarie!
No necesitàis a Reldresal...
Claro que no le necesito
para ir a la guerra.
- Sòlo para culparle si perdemos.
- No es justo.
Claro que no. ¡Es la guerra!
Y no iréis a ninguna parte
hasta que ganemos.
- Creí que erais un hombre justo.
- Odio la justicia, me gusta la ley.
Reldresal serà ejecutado, a menos que
los dos veàis la luz del triunfo...
...del poder correcto
sobre el derecho erròneo.
Reldresal.
- Gulliver.
- Debéis escapar.
Da igual.
Gwendolyn no se quedarà.
Galbet les busca.
Les matarà.
¡Sacadme de aquí!
¡Deprisa!
¡Que vienen los guardias!
Gulliver, es Gwendolyn.
Es preciosa. No me extraña
que arriesgarais la vida.
- Debemos ir a Blefuscu.
- Pero estàn en guerra con vosotros.
- ¿Còmo lo sabes?
- ¿Qué màs da?
Tiene razòn. Es ridículo
matar personas por unos huevos.
Lo sé.
Tenemos familia en Blefuscu.
El rey es primo del emperador.
Ojalà no hubieran desayunado juntos.
Es estùpido todo el día,
pero tù le sirves.
- Por favor, no discutàis.
- Quiere ser muy importante.
- No quiero ser un don nadie.
- Mejor que ser un alguien muerto.
Quedaos con él. Os ayudaré.
Nadie puede detener esta guerra.
¿Por qué luchar por algo
en lo que no se cree?
¡Yo te enseñaré a atacar a un anciano!
¡A respetar la edad y la posiciòn!
¡Nos os matéis!
Hay mil maneras de comer huevos.
Revueltos,
pochados o escaldados.
Cocidos, hervidos,
al plato o rellenos.
Si os peleàis por ellos,
sòlo los rompéis.
¡Dejad de pelearos!
¡Muerte a los traidores!
¡Silencio! ¡Se me acabò la paciencia!
¡Acabaré esta abominable guerra!
¡Alto!
La acabaré si perdonàis a los Bermogg
y devolvéis su cargo a Reldresal.
¡Y acabàis mi bote!
Lo que sea,
si derrotàis a Blefuscu.
- ¡Como yo había planeado!
- Sí, Majestad.
¡Hacia Blefuscu!
¡Muerte a Blefuscu!
¡Se acerca Su Alteza
Imperial de Blefuscu!
Rey de Blefuscu, protector de todas
las tierras y gentes inferiores.
Bien, estos barcos parecen
realmente temibles.
Ahora navegaremos contra Liliput.
La flota màs poderosa
de la historia.
Si derrota a esos bàrbaros...
...y les obliga a abrir los huevos
por la parte ancha...
...habrà valido la pena.
- ¡Un gigante! ¡Es enorme!
- ¡Es enorme!
¡Un gigante nos roba la flota!
¡Detenedle!
- ¡Se lleva los barcos!
- ¡Que no escape!
¡Nos roba la flota!
¡Catapultas, fuego!
- Es el fin de nuestra flota.
- Estamos perdidos.
Estamos en quiebra.
Un tipo genial, genial
Es Gulliver
E l más fuerte
De todo el mundo
Confiamos en Gulliver
Es un verdadero amigo
Acabó la guerra
Nos trajo la paz
Es bravo y audaz
Un gigante encantador
Alto como una montaña
Y dulce como el que más
Así que tres vivas por Gulliver
Todos estarán de acuerdo
Un tipo genial, genial
É l es
Es bravo y audaz
Un gigante encantador
Alto como una montaña
y dulce como el que más
Así que tres vivas por Gulliver
Debemos nuestra libertad
a Gulliver.
No ha resuelto
el problema del huevo.
Padre, no nos pongas
de nuevo en problemas.
Reldresal, siempre fuisteis mi
preferido como primer ministro.
¡Gran victoria sobre
el lado erròneo del huevo!
- Vuestra manera de ganar fue genial.
- Gracias.
Os daré la medalla del héroe
por vuestro heroísmo.
¡La Orden Liliputiense,
el màs alto galardòn militar!
¡Os nombro Nardac!
¿Preparados ahí?
¿Tenéis la medalla?
¡Deprisa! ¡Estoy esperando!
¡Nuestro emperador, cuya cabeza
està màs allà de las nubes, espera!
Aquí tienes.
Gracias.
Esta noche, lo celebraremos
con bailes y vino.
Luego prepararé mi bote.
Después del desayuno
y antes de preparar el bote...
...quiero que matéis
a todos los de Blefuscu.
Pero Liliput està a salvo.
- ¡Digo que les matéis!
- Hemos ganado. ¿No es suficiente?
Pues obligadles a abrir los huevos
por la parte puntiaguda.
No, no degradaré a nadie.
No necesitamos venganza.
¡Yo la necesito!
Sigamos con el banquete.
¿Còmo osa desobedeceros?
No desobedeciò.
Su majestad no insistiò.
Nunca antes tuve que insistir.
Es inaudito.
- Vergonzoso.
- Humillante.
Nunca me humillo.
Pero fue vergonzoso.
- Ganò la guerra.
- Ridiculizò al ejército.
¿Qué es una guerra sin muerte?
¿Dònde està el sacrificio màs allà
del deber? ¿El heroísmo?
Que el primer ministro sugiera
una manera...
...de librarnos de ese engendro.
¿Bien, Reldresal?
Si le matamos, podría haber
una epidemia.
- La flota podría llevarle al mar.
- Demasiado grande. Costaría mucho.
¡Ya sé!
Le mandaremos a Blefuscu
y que le maten.
Una idea genial, majestad.
Así, serà problema de ellos.
Quizà no esté bien,
pero es legal.
¿Y si deciden usarlo
contra nosotros?
¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza!
¿Còmo podéis tramar contra Gulliver?
Querida, no te excites.
No tramamos.
No me engañàis. Las plañideras
proclaman tu bondad.
Eso significa
que habrà una ejecuciòn.
- ¡Gulliver no harà lo que le pedí!
- ¡Eso no es excusa para matarle!
Escuchad.
Qué dulce canciòn...
...para un hombre
tan grande y fuerte.
- Yo canto, y mucho mejor.
- ¡Càllate!
Si se hubiera reído de ti, no estarías
meciéndote como una doncella.
- Le lanzarías clavos.
- Esta vanidad. ¡Qué vanidad!
Nada que haga puede ofenderme.
¡Fuego!
¡Apagad el fuego!
Quedaos donde estàis.
Lo apagaré.
Ese grosero, vil, sucio, malvado,
animal que escupe y vomita.
Como os decía, señora.
Como os decía.
Destruidle. Ha arruinado mi vestido.
¡Destruidle!
- Eso es lo que queremos hacer.
- Ejecutadle.
¡Genial!
Sois un hombre de acciòn, Flimnap.
Estàis acusado de traiciòn.
¡Huid!
- El emperador està loco.
- Los verdugos ya vienen.
¿Traiciòn? He salvado Liliput.
Incluso me han condecorado.
Habéis puesto celoso a Galbet. Os odia
por haber ridiculizado la flota.
La emperatriz està furiosa. Habéis
arruinado su dignidad y su vestido.
Detengo guerras, apago incendios,
alimento personas...
...les doy esperanza, paz y
prosperidad. ¿Y soy un traidor?
Traiciòn, traiciòn.
El emperador os odia, porque
sois màs importante que él.
Mezquina ambiciòn,
gente egoísta.
Sed libre y comed
los huevos como màs os gusten.
- Nunca como huevos.
- Yo tampoco. Por principios.
¿Habéis causado todos estos problemas
para que os den la razòn?
Prometisteis que el gigante
resolvería nuestros problemas.
Sois el màs grande. Haced que todos
abran los huevos como vos.
Nadie puede hacer
que os dejéis de riñas.
Lo envenenan todo.
Haced que piensen como vos.
Acabarían las riñas y las guerras.
¿No veis que entonces
sería como el emperador?
Y también vosotros, al utilizar
mi fuerza para oprimir a otros.
- ¡Traiciòn!
- Falso orgullo y vanidad.
Lo destruyen todo para los amantes.
Elizabeth tenía razòn.
La ùnica seguridad es la oscuridad,
es no ser nada.
- Abajo la fuerza y el poder.
- ¡Matadle!
¡Llamad a la guardia!
OCÈANO ATLÁNTICO
Por favor, ayùdenme.
¡Alto!
- Debo mostrar esto al rey.
- Ve a ver al ayuda de càmara del rey.
- Bienvenido a Brobdingnag.
- No temas. Estàs a salvo.
¿Es su nombre? ¿Gulliver?
Sí, querida. Pertenece a Elizabeth.
Ella nos ha hablado mucho de él.
Ahora son valiosas posesiones
de tu rey.
Sé lo mucho que valoràis a esas
pequeñas gentes, pero...
...la gente menuda es gente que ha
encogido y, por tanto, es peligrosa.
Makovan, la gente encogida es
menuda y, por tanto, es para jugar.
Y nadie en todo Brobdingnag
tiene gente menuda, salvo yo.
Lleva tu Gulliver dentro.
Necesita comer y descansar.
El sastre de la corte le harà
nuevos vestidos.
Seràs muy rica, niña.
Muy rica.
- ¿Còmo dices que te llamas, querida?
- Glumdalclitch.
Ahí tienes. Esto harà feliz
a tu familia durante años.
No quiero venderlo.
Lo traje porque la ley dice:
'' La gente menuda debe
ser llevada a palacio de inmediato'' .
Es verdad. Sòlo el rey
puede tener gente menuda.
Pero él es mío.
Yo le encontré.
Querida niña, tengo una sorpresa
para ti. Ven conmigo.
¿Qué te parecen?
Mi colecciòn de los animales
màs pequeños del mundo.
- Son muy bonitos.
- ¿Bonitos?
Es la colecciòn màs insòlita.
Ven a ver a mi favorito.
¿Ves ese pequeño cocodrilo?
Es el depredador màs fiero
de su tamaño en cautividad. Mira.
¿Ves còmo muerde?
Por eso le tenemos solo.
Mataría a los otros al instante.
Ahora, como recompensa...
...te daré uno de esos animales,
salvo mi cocodrilo.
No quiero ninguno.
Quiero mi Gulliver.
Vamos niña. No seas obstinada.
Tu rey sabe qué es mejor.
Es un rey de adultos. Los niños
no tienen un rey que les proteja.
Soy un rey para todos.
Los mayores les quitàis
las cosas a los niños.
Nunca preguntàis.
Os las llevàis.
¿Y si se queda aquí? Sería
una buena guardiana para ellos.
Muy bien. Decretaré...
...que tus padres te dejen
vivir aquí. ¿Ves? Soy tu rey.
Muchas gracias.
¡Les protegeré con mi vida!
Te mostraré tu habitaciòn y
te pondremos un bonito vestido.
Pajes, traed el castillo.
¿No sabes nada de Pritchard
o la tripulaciòn?
Después del naufragio
del Antelope, aparecí aquí.
Esperemos que estén bien.
Nunca dejé de creer que estabas
vivo. Ni por un momento.
¡Cuando pienso lo que te hicieron
esos pequeños seres!
Eran vanidosos y egoístas.
Tenías razòn.
Querer ser importante y poderoso
no tiene sentido.
Estar juntos es todo
lo que necesitàbamos.
- ¡Espera!
- ¿Estàis bien?
Es Glumdalclitch,
la pequeña que te encontrò.
- ¿Còmo estàs? Y gracias.
- No hay de qué.
Ahora voy a dormir,
si necesitàis algo, llamadme.
Buenas noches, querida.
¿No es precioso?
Y sin hipoteca.
Es un paraíso
comparado con Wapping.
No me importa dònde estamos,
si estamos juntos y seguros.
- Has recuperado enseguida la fuerza.
- Serà la comida de los gigantes.
No, no. Todavía
no estamos casados.
Elizabeth, abre la puerta.
¡Elizabeth!
¡Glumdalclitch, despierta!
- Despierta al rey. Queremos casarnos.
- ¿Ahora? Todos duermen.
Trae al rey, por favor.
Muy bien. Deja de gritar.
Los mayores son bobos. Y los mayores
menudos, los màs bobos.
¡Despertad! ¡Despertad!
¿Por qué despiertas a todos?
Querràn algo simple.
Si yo debo levantarme en plena noche,
los demàs también.
- Olvidaste tus zapatillas.
- Quiero hacer esto y volver a dormir.
No seas tan gruñòn, querido.
¿Recuerdas cuando me sacabas
a la luz de la luna? ¡Qué impetuoso!
¡Còmo te agitaba
el fuego de la pasiòn!
Ojalà me agitara ahora.
Aquí hace frío.
- Por favor, Majestad.
- Sí, muy bien.
- ¿Dònde estàn?
- Ahí, rey Brob.
Pajes, encended el fuego.
Esto està frío.
Haràn una pareja deliciosa.
¡Encantadora!
Disculpad por despertaros.
Està bien.
¿Ya sabéis qué hacéis?
No hagas bromas.
Les pondràs nerviosos.
Deberían estar nerviosos.
¿Y la licencia?
¿Adònde fueron,
los pequeños amantes?
¡Qué vergüenza!
¡Avergonzaos todos!
Dejaos de bobadas.
Càsales ya.
Tienes razòn, querida.
Serà mejor que les case ya.
Os declaro marido y mujer
por la autoridad que yo me invisto.
Sed felices, larga vida,
muchos hijos y todo eso.
Debería besar a la novia.
Ya lo hace, querida.
Y ahora, ¿podemos volver a la cama?
Despertad. Despertad, dormilones.
Ya es de día.
''De luna de miel. Ahora volvemos.
Cariño, Elizabeth y Lemuel Gulliver'' .
Oh, vaya. ¡No!
Querido, si tardamos demasiado,
Glumdalclitch podría tener problemas.
Es una gran chica. Muy grande.
Puede cuidarse sola.
Se acabaron las preocupaciones.
Ni una. Sòlo debo tenerte feliz,
y trabajaré duro para conseguirlo.
¿Trabajar? ¿Para qué?
- Para ganar dinero y comprar comida.
- Nos dan toda la comida.
- Pues para pagar impuestos.
- No tenemos que pagar impuestos.
- Para ahorrar dinero para la familia.
- El rey nos darà dinero.
Sí, pero... Supongo que...
No debo preocuparme por nada
el resto de mi vida.
¿Gulliver? ¿Elizabeth?
¿Dònde estàis? ¡Contestad!
¡Elizabeth, estoy aquí!
¡Aquí!
Glumdalclitch, deprisa.
Por aquí.
- Ahí estàs. ¿Y Gulliver?
- ¡Aquí estoy!
Aquí abajo.
¡Aquí abajo!
- No os escapéis màs.
- Gracias por salvarme.
- ¿Por qué habéis escapado?
- No escapamos.
Cuando crezcas...
...seas adulta, lo entenderàs.
- Podríais haber muerto.
- No volveremos a hacerlo.
Os quiero,
pero debéis obedecerme.
Debéis comportaros, o el rey
no me dejarà estar con vosotros.
Debemos regresar ahora mismo.
La reina està muy preocupada.
Habéis preocupado a la reina.
- No podéis salir sin permiso
- ¿Adònde ibais?
De luna de miel. Vuestro campo
es tan bonito como Inglaterra.
- No volveremos a salir solos.
- Muy bien. Ella os cuidarà.
- Yo puedo cuidar de Elizabeth.
- ¡Bien! Me gusta, tiene agallas.
Bien. Veamos si el alquimista
halla la fòrmula para sacarle de eso.
Buen movimiento, señor.
Se os comerà la torre...
- ¿Disculpe?
- No debí interferir.
¿Jugàis al ajedrez?
- Bastante a menudo.
- Es muy bueno.
Veamos lo bueno que es.
Seguid la partida de Makovan.
- ¿Puedo estudiarlo?
- Por supuesto.
Listo, majestad.
Extraño movimiento.
¿Sí? Me gustaría saber
màs sobre él.
- ¿Qué hacíais en vuestro país?
- Era doctor.
Doctor en brujería.
No, Makovan. Médico.
Aullar a la luna o saludar a un gato
no curan una vejiga.
Dejad de hablar. Muevo yo.
Ridículo. lmposible.
Puedo comer vuestro...
No, entonces me comeríais...
No es una buena jugada.
Serà mejor que le dejes ganar.
Has ganado.
No puede evitar ser inteligente.
Tù no eres un mal perdedor.
No ha perdido. Un hechizo le hizo
hacer falsos movimientos.
Pero no podría haber sido vencido
por un brujo tan menudo.
Quizàs no siempre sea pequeño.
Un brujo podría adoptar
el tamaño que quisiera.
¿Has visto
còmo besa a su esposa?
A las brujas no les interesan
esas cosas.
Precisamente.
¿Se besan así los casados?
¿Siempre, todo el tiempo?
Ahí tienes razòn, Makovan.
¡Mi estòmago!
¡Me duele!
Makovan, unas hierbas, ràpido.
Estàn enfadados.
Siempre me invitaban
a tomar el té.
¿Es ése el precio?
¿La dignidad?
- Perder una partida no es lo mismo.
- Es fingir que eres estùpido.
- Podrías intentar complacerles.
- Podría educarles.
Son anticuados,
estàn en la Edad Media.
No los cambies. Lo estropearía todo.
Somos felices aquí.
- Imposible, no somos nadie.
- Si intentas ser igual, nos odiaràn.
Si no, se reiràn.
Y si ríen mucho, se aburriràn.
Y dejaràn de reír.
Como estamos aquí para eso,
se libraràn de nosotros.
- La reina està enferma.
- Acabamos de verla.
La llevaban a sus habitaciones.
- ¿Quién la atiende?
- Makovan.
- Necesita un médico.
- No, por favor.
- Està bien. Come demasiado.
- ¡Espera, por favor!
Llévame al laboratorio
de Makovan.
No puedo. El rey no lo permitirà.
Està prohibido.
¡Haz lo que te digo!
La magia de Makovan
llena ese lugar.
- Convertiré su magia en medicina.
- ¡No! Te mataràn.
No temas. Es nuestra mejor opciòn
para vivir felices para siempre.
Llévame.
Esto os calmarà. Mi fòrmula especial
hecha con esencias de antídotos.
- ¡Quema mucho, idiota!
- Debe estar caliente, Majestad.
No hace nada, Makovan.
Prueba otra fòrmula.
¿Rey Brob? Por favor, rey Brob.
Dejad que el Dr. Gulliver la ayude.
¿Qué haces aquí?
Vete, niña.
Relajaos. Soy médico, un doctor.
Os ayudaré.
Me muero.
No vais a morir.
Tenéis el estòmago irritado.
Duele mucho.
He preparado una soluciòn
de làudano, os aliviarà.
- Bebed, os sentiréis mejor.
- ¿Seguro?
Sé que os curarà.
Me juego la vida.
Como médico, me gustaría tomaros
la mano y aliviaros.
Sí, doctor.
La medicina està en la mesa.
Bebedla como una buena chica.
Sí, doctor.
Le està llamando.
Se le va la cabeza.
No, va a ayudarla.
Es médico.
¿Ayudarla? ¿Ese brujo?
¿Dònde està?
- ¡Deja eso! ¡No, no!
- Fuera.
- ¡Todo, señora!
- Sí, doctor.
La va a envenenar.
Necesitaba ayuda dentro,
no fuera.
¡Ahí està!
¡Cògelo!
¡Basta!
Ya me siento mejor.
- ¿Estàs segura?
- El dolor ha desaparecido.
Me has dado un buen susto.
Salid todos.
Quiero consultar con Gulliver.
Tù también puedes irte, querida.
Gulliver estarà a salvo conmigo.
He dicho que quiero estar sola
con mi médico.
- ¿Tu qué?
- Mi doctor.
El Dr. Gulliver.
Puedo cuidar de ti.
Líbrate de ése.
Tù no me has salvado. Èl sí.
- Soy tu esposo.
- Quiero a mi médico.
Muy bien. Me llevaré a mi doctor.
Dr. Makovan, venga conmigo.
Os dije que era brujo, señor.
¿Le quemo?
No es justo,
sin demostrar que es brujo.
¿Queréis que le queme
y luego lo demuestre?
¿O lo demuestro
y luego le quemo?
No quiero que la reina
se inquiete.
Pues primero lo demostraré
y luego le quemaré.
¿Es eso?
¿Siempre debo decirte qué debes hacer?
Muestra algo de iniciativa.
- ¿Puedo ver còmo le haces brujo?
- No le haré brujo.
- ¿Puedo ver còmo le haces brujo?
- No le haré brujo.
Ya lo es, sòlo lo demostraré.
¿Puedo mirar?
¿Después le quemaràs?
Los brujos se queman a medianoche,
a esa hora ya estàs acostada.
- Me dijeron que trajera a Gulliver.
- Sí. Déjalo sobre la mesa.
No con ese gato ahí.
Mejor que siga en el cesto.
¡Es un muñeco!
- ¿Puedo seros ùtil?
- Quizàs.
Èsta es mi hija, Shrike.
Querida, ésta es Glumdalclitch,
guardiana de...
¡No es un muñeco!
Es mi hombrecillo.
Tengo edad suficiente para ser
vuestro padre, jovencita.
Es ridículo
y grita como un ratòn.
Estàs celosa,
porque no tienes uno.
Ahora, chicas.
Salid fuera a jugar.
El rey Brob me dijo que
no dejara a Gulliver.
Fuera, he dicho. Luego os daré
pastelillos de miel y leche.
Està bien. Tenemos asuntos
de mayores de que hablar.
- ¿Qué sustancia es ésta?
- Aire, agua, fuego y tierra.
¿Màs las esencias de la alquimia?
- Mercurio, sulfuro, arsénico.
- ¿Los conocéis?
- La química debe mucho a la magia.
- ¿Sabéis magia?
Lo llamaban magia cuando intentaban
transformar el hierro en oro.
- Ahora lo llamamos química.
- ¿Sabéis hacer oro del hierro?
Es màs fàcil hacer un monedero
con la oreja de un tejòn.
¿Sabéis hacerlo?
¿Y tù qué sabes?
¡Basta chicas! ¡Chicas!
Basta. ¡Dejadlo ya!
Calma. Papà quiere a su niñita.
Vamos, vamos.
¡Te meteràn ahí! ¡Te volveràs azul!
Y eso demostrarà que eres brujo.
- Te matarà.
- No temas. Me las arreglaré.
Todos los que él dice que son brujos,
se vuelven azules en esas aguas.
¿Qué has hecho?
Tù no eres brujo, ¿verdad?
No, Glumdalclitch.
Vamos, vamos, pequeña.
Tù déjala, abusona. Siéntate ahí
y observa còmo se vuelve azul.
¿Podré quedarme hasta tarde
para ver el fuego?
¿Azul? ¿Un inocente?
Un encogido que gana
al rey al ajedrez...
...cura a la reina, y hace monederos
con orejas de tejòn saldrà azul.
Entrad ahí.
Es suficiente.
Ahora, en la otra.
- Salid ya, Gulliver.
- Sí, señor.
¡No se ha vuelto azul!
- ¡Increíble!
- Una simple reacciòn química.
Esto contiene liquen,
que come algas.
Si alguien entra en el liquen y luego
en una soluciòn alcalina, queda azul.
- Pero estàis rojo.
- Claro.
He cambiado la soluciòn alcalina
por un àcido, que lo deja todo rojo.
Brujería. Sigue transparente.
Es el mismo principio que
el vuestro, pero os dejarà rojo.
¡Nunca!
¡Gulliver, el gato!
¡Mi gato! Ahora es rojo.
Tranquila, tranquila, pequeña.
No he sido yo, ha sido el brujo.
¡Vuestro pelo serà rojo! Seguro,
como que es ciencia y yo no soy brujo.
¡Està cambiando!
Sí, papà. Està rojo.
Tu pelo.
Pequeño brujo, haràs una llama
pequeña pero vistosa.
¿De dònde saca el poder de dejarme
el pelo rojo, de curar a la reina?
¿De dònde saca el poder de dejarme
el pelo rojo, de curar a la reina?
Digo que le destruyamos, señor,
antes de que nos destruya.
- ¡No era magia!
- ¡No es brujo!
Espíritus invisibles.
Espíritus malignos.
Has dejado rojo
el pelo de Makovan.
- Sòlo porque sé química.
- Si existiera tal cosa, lo sabría.
- Nadie lo sabe todo.
- ¡Lo que él no sabe, no existe!
Los brobdingnagenses son
los màs sabios del mundo.
Y yo soy su rey, ¿entendéis?
Admitid que no me habríais
ganado al ajedrez, con medios justos.
Si niego lo que sé,
lo que veo y lo que oigo...
...niego todo conocimiento.
- ¿Y si la reina se pone enferma?
- ¡Esto no tiene nada que ver!
¡Metéoslo en vuestra dura cabecita!
¡Niégalo todo, di cualquier cosa!
Sàlvate.
No puedo vivir sin ti.
Abrid la jaula.
Lo confesaré todo.
Confesad, entonces.
Confieso que el sol
gira alrededor de la tierra.
Confieso que el mundo es plano.
Confieso que no existe...
...la medicina o la ciencia.
Y que sòlo un brujo
podría ganarme al ajedrez.
Sòlo un brujo.
Ahora es màs culpable que nunca.
No había medicina, así
pues, curò a la reina con nada.
Sòlo un brujo podría hacerlo.
Debemos quemarlo.
Me temo que debemos.
Lo siento.
Prometisteis que me salvaría.
Es el temor del ignorante.
Destruís lo que desconocéis.
- ¡Quemadle!
- ¡No!
Esperad. Tengo una manera mejor
de destruir a un brujo.
Gran idea, señor.
No quedaràn ni las cenizas.
Vuelve a la cama, niña.
Ella debe salvarse.
No ha hecho nada.
- Los dos son iguales.
- ¡Adelante!
La dejaremos ahí, por ahora.
Abrid la puerta de la jaula.
¡Dr. Gulliver! ¡Ahí tiene!
- ¡Eso es! ¡Eso es!
- ¡Vamos!
¡Màtalo! ¡Píllalo, píllalo!
¡Dale otra vez!
- ¡Màtalo!
- ¡Remàtalo!
¡Vamos, màtalo!
¡Venga, píllalo!
¿Veis como tiene poderes? Tiene
la fuerza de 12 como él. Quemadle.
¡Gulliver! ¡Elizabeth!
- ¡Tras ellos!
- ¡Vamos!
- ¡Que no escapen!
- ¡Detenedles!
Ya vienen.
¿Dònde os esconderé?
No podéis quedaros aquí.
Los animales os comeràn.
No puedes hacer nada màs.
¡Sàlvate!
¿Dònde estàn?
¿Dònde los escondes?
¡No lo sé!
Dejad a la niña.
Estàn por aquí. Encontradles.
Deben de estar por aquí.
- No podemos dejar que escapen.
- ¡Quemad la maleza!
Moriremos aquí.
¡Ojalà te hubiera escuchado!
Ojalà no hubiera intentado
que vivieras a mi modo.
No debí hacer
las cosas a mi modo.
Ahí, en el río.
¡Vamos! Entrad en el cesto.
¿Dònde estamos?
No lo sé.
¿Ha sido un sueño?
Tan real como
nuestros pensamientos.
Pero, ¿y los gigantes?
¿Qué pasarà si regresan?
Siempre estàn con nosotros,
los gigantes y los liliputienses.
Dentro de nosotros.
Su mundo terrible
acecha nuestras vidas...
...espera que cometamos un error.
Que seamos egoístas de nuevo.
¿Còmo podemos soportarlo?
¿Còmo podemos vivir con este temor?
Con amor.
Como hizo Glumdalclitch.
Glumdalclitch.
¿Qué le habrà pasado?
Està esperando nacer.
Sí.
¡Estamos en nuestro mundo!
Disculpe. Nos hemos perdido.
Quizàs ha oído hablar de nuestro país
a un soldado o un marinero.
- Venimos de la lejana Inglaterra.
- De la ciudad de Wapping.
¿Estàis chiflados?
Esto es Inglaterra.
Y Wapping està tras ese bosque.
Gracias. Gracias, señor.