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Cómo reducir la ansiedad aquí y ahora
Absolutamente todos estamos familiarizados con algún tipo de ansiedad. Esta puede aflorar cuando se acerca un evento muy importante o cuando estamos esperando ESE llamado. Pero, también, y aquí está el problema, puede convertirse en un estilo de vida.
Algunos la padecen de forma más intensa y frecuente que otros, pero se podría decir que la ansiedad es uno de los grandes problemas a los que la mayoría de la población se enfrenta en los tiempos que corren.
Pero superarla es posible: no importa cuán aguda sea, siempre habrá acciones que podamos tomar para aliviarla. Mira todo lo que te está afectando y cómo puedes dejarlo ir:.
Yo era de esas personas que le quitaba importancia al asunto cada vez que alguien hablaba sobre la necesidad de tener una buena noche de descanso.
Pero una vez que decidí que no podía seguir durmiendo de 4 a 5 horas por noche, me propuse comenzar a dormir al menos 7 u 8 horas y la diferencia fue muy notoria.
Descansar suficiente es importante para mantener el bienestar mental y físico, y no podemos permitirnos escatimar en eso. Lamentablemente hoy está naturalizado el hecho de no dormir lo suficiente, pero puede ser más dañino de lo que creemos.
La ansiedad en sí misma es el temor y nerviosismo a la incertidumbre de futuros eventos, en la mayoría de los casos escenarios creados por nuestra mente que ni siquiera ocurren.
Por eso, para aliviar la ansiedad, es muy importante que despejemos nuestra cabeza y nos reconfortemos con el pensamiento de que todo estará bien. No podemos vivir torturándonos con pensamientos que potencien el miedo. Agradece.
Cada vez que un ataque de ansiedad se esté por desatar, piensa en todo lo bueno que tienes en esta vida y cuán agradecido deberías estar.
De hecho, muchos estudios han demostrado que adoptar una actitud de gratitud ayuda a reducir la ansiedad.
Otra herramienta excelente para vencer la ansiedad y prevenir ataques de pánico es una respiración adecuada. Cuando respiramos mal potenciamos nuestra probabilidad de sufrir ansiedad. Por el contrario, cuando tomamos conciencia de nuestra respiración mejoramos nuestro estado mental y nos relajamos.
Desconéctate.
La posibilidad de estar conectado siempre es genial, pero cuando nos excedemos la historia cambia.
Aunque no lo notemos, nuestros celulares incrementan nuestro nivel de ansiedad, especialmente cuando vemos que nuestra casilla de mensajes se ha vuelto a llenar y no tenemos tiempo suficiente para contestar todo. Piensa en algo positivo que se aproxima.
Siempre tenemos algo en el futuro que nos da fuerzas y motivación para seguir trabajando: un viaje, un evento especial, la concreción de un objetivo. Es importante que lo mantengas en mente y cada vez que sientas que pierdes el control lo recuerdes.
Si estás acompañado de amigos o familiares se te hará mucho más fácil lidiar con la ansiedad y los ataques de pánico; está comprobado que las personas que cuentan con apoyo de sus seres queridos reaccionan mejor a situaciones de estrés.
Considera cambios en tu estilo de vida.
A veces, la rutina que llevamos no contribuye con nuestro estado mental y es necesario que realicemos un cambio cuanto antes. Si sientes que estás sacrificando demasiado de tu salud mental por tu trabajo, tal vez deberías replantearte si vale la pena.
Pequeños detalles en el día a día como incorporar 30 minutos de ejercicios como el pilates o el yoga pueden ser muy favorables para lidiar con la ansiedad.
Menos o nada de cafeína. Te lo dice la persona más adicta a la cafeína en este mundo: si quieres vencer a la ansiedad de una vez por todas, tendrás que sacrificar el café o reducir las cantidades que consumes.
Tanto el alcohol como la cafeína son dos sustancias potencialmente peligrosas para el estrés y la ansiedad. Pero créeme que esas 2 tazas de café menos por día valen la pena.
La realidad es que no tendríamos por qué tener que lidiar con ataques de ansiedad o de pánico, pero lamentablemente la forma en que la sociedad funciona hoy en día tiene algunos aspectos negativos que producen este efecto en nosotros.
Pero, no te dejes engañar: tú sigues teniendo el poder de preservar tu paz.