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¡Ah, Hola!
¿Juegas alguna vez a estos ejercicios de lógica?
Puede que los descubras mientras te aburres en un aeropuerto.
Nada misterioso. Vienen con unas instrucciones que
te disciplinan para conseguir un objetivo.
No parece el entretenimiento más excitante hoy en día.
No sé...
Puede que haya algo más que un ejercicio de lógica y razonamiento
mientras matamos el tiempo en nuestro tránsito.
Nosotros asumimos con naturalidad que razonamos bien
al tomar decisiones ¿Verdad? En realidad se puede decir que
hasta cierto punto esa asociación lógica
con la que interpretamos nuestras experiencias
está inherente, inevitable y eficientemente programada en nuestros cerebros.
El caso es que es justo en ese "cierto punto"
donde nacen los problemas
pues muy a menudo los fundamentos
sobre los que basamos nuestras conclusiones son claramente falsos
o no cuentan con evidencia suficiente como para considerarse un buen punto de partida.
Está claro que si se parte de premisas falsas
no se puede llegar muy lejos.
Y... Hoy en día, si indagas sobre los orígenes
y las bases que perpetúan las más aclamadas instituciones,
desde la religión a la política, la economía y el propio orden social,
seguramente descubras algo llamado "fe"
en lugar de razón.
Y la fe, por definición, no es lógica.
La fe es creer sin evidencia
y, por lo tanto, contradice cualquier proceso de entendimiento lógico.
En 1961 el ingeniero R. Buckminster Fuller
creó un simulador global llamado "El Juego del Mundo".
La idea era "Hacer que el Mundo funcionara para el 100% de la humanidad
en el menor tiempo posible gracias a la colaboración espontánea
y sin provocar daños ecológicos ni a nadie".
Es un simple ejercicio de lógica
aplicado a gran escala
pero que, incluso en lo básico,
contrasta enormemente con el marco de referencia
de la sociedad establecida que opera hoy en día.
Esta línea de pensamiento propone
aplicar una amplia perspectiva de diseño para la Tierra y la sociedad humanas
usando lo que conocemos de la causalidad científica
en lugar de la anarquía elitista del mercado
que mueve el Mundo desde el argumento de la rígida superstición
de que la mano invisible del mercado lo sabe y lo ve todo.
Os reto a que veamos la Tierra como un simple rompecabezas.
Problema para resolver
desde la lógica basada en las Leyes de la naturaleza,
las conocidas reglas de la física.
¿Qué ocurriría si nuestro objetivo fuera maximizar nuestra eficiencia económica
diseñando un Mundo sin pobreza, sin guerras,
trabajando estructuralmente para crear abundancia de energía limpia
y, por lo tanto, trabajáramos para facilitar el éxito
de toda la humanidad en armonía con la naturaleza?
¿Qué? ¿Qué es eso? ¿Utópico?
¿Demasiado idealista? ¿Comunista?
No sé qué os pasa a vosotros
pero cuando me tropiezo con este planeta que llamamos hogar,
un sistema que debe asegurar
la prosperidad y la adaptación de la familia humana,
por un lado me quedo perplejo de los enormes logros de nuestra especie
y por el otro me horrorizo por los errores debidos a la ignorancia
que derivan principalmente del rechazo a ver la Tierra como un sistema
y a la humanidad como una familia ligada a dicho sistema.
Esta última sesión de "Cultura en Decadencia" va a tratar
sobre cómo la humanidad debe elegir
una dirección ante a una horquilla en el camino.
Estoy convencido de que las grandes decisiones tomadas por esta generación
puede que sean lo que haga que nuestra especie subsista en el futuro.
Quizá al final del episodio vosotros, igual que yo,
sintáis la necesidad de pensar qué camino elegir:
Una cultura en auge o una cultura en decadencia.
Del creador de la trilogía Zeitgeist
llega el peor reality show nunca visto:
El único y genuino.
GMP Films presenta
Cultura en Decadencia
con tu guía Peter Joseph
www.cultureindecline.com
[Sonidos Electrónicos]
Los autores de ciencia ficción, los científicos y los llamados futurólogos
han dibujado muchos cuadros de lo que será el futuro.
Algunos son modestamente optimistas e incluso utópicos.
Otros son opuestos a la utopía, oscuros y opresivos. Para poder acercarnos a la más probable realidad
lo mejor que podemos hacer es fijarnos en la tendencia,
la más relevante,
aquella que deriva de la ciencia y la tecnología.
Es cierto que el progreso tecnológico tiene un desfase cultural ¿Verdad?
Sin embargo ¿No parece que hoy en día la brecha
entre nuestros avances tecnológicos y nuestra comprensión
y asimilación de esos avances se hace cada vez más grande?
¿No parece más o menos obvio que
la capacidad tecnológica sobrepasa la madurez social?
De hecho es algo aterrador
ya que se trata de un tema de escala de valores.
La ciencia y la tecnología puestas al alcance de pensadores y desarrolladores
que tienen la capacidad de crear abundancia,
estabilizar nuestra huella ecológica
y llegar a ser sostenibles tanto con el medio ambiente como con la cultura,
tiende a un Mundo muy diferente
al propuesto por aquellos más numerosos que se centran en el mercado, el nacionalismo o el elitismo
y que miran a la sociedad desde el estricto interés individual y la competencia,
con el convencimiento de que ganar a costa de los demás
es una ley natural y, por lo tanto, una virtud que merece ser apreciada y premiada.
Por eso vemos cómo esas mismas herramientas
se utilizan para fabricar armas, más tecnología que nos controle
y más y más prisiones físicas y psicológicas
para la mayoría de la humanidad,
para que prestemos servidumbre a un pequeño grupo de personas,
sobre todo, a los adinerados.
Desde esta perspectiva os presento un ejercicio de imaginación.
Usando mi nueva máquina del tiempo
voy a ser vuestro guía en una viaje hacia dos futuros posibles.
Primero visitaremos un Mundo que podría ser si se mantuvieran
los actuales patrones sociales ecológicos y tecnológicos.
Después visitaremos un futuro posible
si quisiéramos emplear nuestro enorme potencial
en diseñar una nueva sociedad eficiente con nuevas premisas:
un diseño que no es idealista ni utópico
sino muy simple y factible
con tan sólo tomar la decisión de cambiar de acuerdo
con la lógica de nuestra existencia natural.
[Poof!]
[Voz fantasmal] Este es el "Relato de dos Mundos" de Cultura en Decadencia.
Ciudad de Nueva York, 2110.
Hace ya un tiempo que cayó el imperio de los EEUU
y con él una gran parte del Mundo.
La enorme influencia de la política económica de los EEUU,
junto con sus valores materialistas, ineficientes
y despilfarradores nacidos de la sociedad de consumo,
empezó a alcanzar sus límites físicos a mediados del siglo XXI.
Hasta ese momento la carrera hacia la industrialización global
continuó sin tregua con el Mundo aún suspirando
por el denominado "Sueño Americano",
sin tener en cuenta que si todo el mundo siguiera las mismas pautas de consumo
que EEUU hubiéramos necesitado los recursos de hasta 4 Tierras más
tan sólo para seguir igual.
¿Qué ocurrió?
Había tres clavos en el ataúd del colapso social.
Las sinergias de éstos provocaron una tormenta viciosa entre ellos.
Cuando la población llegó a los 8.000 millones,
justo antes de la III Guerra Mundial,
el desempleo alcanzó niveles del 65%,
todos los gobiernos del Mundo estaban endeudados unos con otros
y las fuentes de energía por hidrocarburos llegaron a niveles de escasez que provocaron inestabilidad.
China ganó la guerra
pero esto no resolvió nada.
El cáncer y las epidemias en Asia y fuera de ésta
aumentaron hasta proporciones catastróficas
por lo que hoy hay un tercio del planeta que es inhabitable debido a la polución.
Hoy la población ha descendido en un 40% debido a la escasez y la enfermedad.
En cuanto a la crisis energética,
al inicio del siglo XXI se progresó mucho
en entender las energías renovables y los sistemas sostenibles de energía.
Aprendimos sobre el papel como parar el uso de nuestras
contaminantes fuentes de energía heredadas y almacenadas en la tierra
y nos dimos cuenta de la casi ilimitada abundancia de nuestro universo regenerativo
que podría otorgarnos tanta energía como quisiéramos
si conseguíamos ser suficientemente rápidos como para crear la infraestructura necesaria.
Desgraciadamente, ese intento de transición
se encontró con la enorme resistencia de intereses financieros.
Existía eso que llamábamos mercado libre
pero que en realidad no tenía nada de libre.
Se trataba de una guerra y de un sistema protector de la élite.
Cuanto más grande y rentable se hiciera una industria
menos interés financiero existía para cambiarla.
El dinero era la meta de este sistema y no la sostenibilidad ni la eficiencia.
Y el caso es que necesitábamos darnos prisa
utilizando los hidrocarburos restantes
para crear la infraestructura que permitiera usar energía sostenible.
Era una carrera contra el aumento de población y sus necesidades.
Desgraciadamente fracasamos. Sobrepasamos el punto de no retorno
antes de entender la verdadera escasez de los recursos de los hidrocarburos
y entonces la desestabilización social y el pánico se desataron.
El poco progreso que se había conseguido
se destruyó enseguida debido a las guerras del agua y la energía.
Al mismo tiempo, el Mundo sufría el más alto nivel de desempleo conocido.
Aunque se consideraba un mito ludita,
el crecimiento exponencial de la automatización de la maquinaria en el siglo XXI
generó una aceleración de la productividad industrial
cada vez más barata. Esto desplazó a los trabajadores más rápido
que lo que la tecnología podía generar nuevos empleos.
Los pensadores progresistas observaron un gran cambio en la arquitectura social.
Quizá la antigua máxima de "ganarse la vida"
podía reemplazarse por "vivir la vida".
Intuíamos la capacidad de crear abundancia
para cubrir todas las necesidades de los humanos en la Tierra. Para 8.000 millones y más.
Pero por desgracia estas prospecciones se enfrentaron a la misma suerte que las ambiciones energéticas.
Las corporaciones se aferraron a un modelo de pensamiento
por el que la mecanización no proporcionaba abundancia
sino más bien una forma de ahorrar aún más dinero.
Esto provocó revueltas violentas, no sólo entre los trabajadores y los propietarios sino,
irónicamente, una revuelta de las funciones del sistema.
El capitalismo se enfrentó con su mayor contradicción.
El trabajo podía existir aunque los humanos se implicaran cada vez menos en éste.
Así, el constante objetivo de reducción de costes
supuso que los salarios pusieran menos dinero en circulación.
El sistema se abocó a una depresión cada vez mayor.
En vista de esto algunos se hicieron partidarios de la paralización de la mecanización
pues la economía estaba diseñada para necesitar empleos.
Algunos se convirtieron en activistas para convencer a todos
de que era el momento para adaptarse, de dar a la humanidad simplemente lo que era necesario,
de puentear al mercado.
¿Porqué tenemos que inventarnos más empleos para malgastar la vida humana
manteniendo este sistema?
Por supuesto que éstos fueron maltratados por los medios de comunicación,
acusados de socialistas advenedizos y comunistas que odiaban la libertad
y que querían corromper la libre elección
que otorgaba lo que era una religión, el mercado que cuida de todo.
Cuando los gobiernos controlados por las corporaciones
no pudieron mirar hacia ningún otro lado,
la situación de rabia y desaliento era demasiado grande.
Los sindicatos llamaron a la huelga y el grito de la revolución estalló.
Los luditas culparon de sus problemas a la tecnología,
los empresarios a los gobiernos por sus interferencias,
los contra-cultura apuntaron a conspiraciones idealizadas,
muy pocos se daban cuenta de que se trataba de un fallo sistémico,
un paso evolutivo de nuestra cultura que requería respeto y adaptación.
La tercera plaga social y quizá la más absurda era
la ilusión de la deuda financiera.
Es interesante observar que, por alguna razón,
el estilo mafioso del crimen organizado del mercado
nunca se reconoció como una consecuencia legítima
cuando en realidad era una norma ética inherente a la competitividad y
al sistema regido por la escasez.
En los innumerables libros de economía escritos durante siglos se mantiene que,
si ese comportamiento perverso ocurriera,
sería algo anormal,
una corrupción más que una característica intrínseca del propio sistema.
Con esta propensión nació el sistema de la deuda.
Se hubiera o no estructurado de una manera intencionada para propiciar la lucha de clases,
el sistema sirvió muy bien a la élite durante algún tiempo.
Todo tipo de moneda se emitía sobre deuda
y se sujetaba a los intereses de los gobiernos, las empresas y los individuos.
Era matemáticamente imposible devolver esa deuda
pues la deuda en la economía global siempre se incrementaba más allá
del dinero existente para pagarla.
Esto se debía al beneficio del prestamista representado por los intereses cargados sobre la deuda.
Esto propició un superávit de mano de obra barata
que dio lugar a una mayor división de clases llevándonos de un punto en el que,
si a principios del siglo XXI el 1% debía el 40% de la riqueza mundial,
hoy ese 1% debe el 70%.
La naturaleza viral del sistema acabó con lo mejor de cada uno.
Para más colmo, las instituciones bancarias globales se establecieron para
prestar dinero creado de deuda a los países que caían en bancarrota.
Esto sólo sirvió para ver caer a dichos bancos mundiales al cabo de un tiempo.
Fue la mayor estafa inadvertida de todos los tiempos:
un sistema piramidal de esteroides destinados a fracasar en su totalidad.
Cuando llegó la III Guerra Mundial
todos los países eran morosos de los otros
y el sistema bancario global se derrumbó.
Por supuesto que durante estos ensayos la ilusión de la llamada democracia
todavía persistía, al igual que la religiosa y mitológica
fe en el mercado libre.
Todos se intentaron defender mediante sus gobiernos
pero éstos se habían convertido en una mafia
íntimamente casada con los intereses financieros de las corporaciones
y, en virtud de la ética imperante de las luchas de clase
y la competencia, tenían poco incentivo estructural
como para cuidar de la inmensa mayoría de las personas.
Y así nos fue.
No demasiado bien ¿Verdad?
Pues aunque este futuro pueda ser algo extremo en su presentación
tened en cuenta que esto es lo que sugiere nuestra actual tendencia.
Sin embargo, creo que es el momento de posicionarse en una visión positiva sobre el futuro,
una que sea posible
si fuéramos suficientemente inteligentes como para ajustarnos a ella
[Poof!]
[Música]
¡Caramba! ¿Dónde estoy?
Debo haber tecleado mal.
¡Vaya! Hemos vuelto al pasado, al Zeitgeist Media Festival de 2013 ¡Genial!
¡Anda! Y ahí está Kellee Maize en su salsa. ¡Estupendo!
"Si hacemos esas cosas mientras el árbol está verde, por favor
¿Qué ocurrirá cuando muera? Yo creo y sé que en alguna parte de su interior,
no visible, está la llave que nos abrirá los ojos"
-¿Cómo crees que va a ser el futuro en... digamos 100 años?
-Creo que podríamos ir por dos caminos.
El primero sería continuar construyendo
sobre esta pauta cancerígena de separación
en la que cada uno lucha por sí mismo.
No me atrae esa idea.
Creo que hay otra dirección en la que podemos ir.
Me gustaría ver a la gente unida en comunidad.
Creo que estamos perdiendo nuestro carácter tribal.
Como Ratón me encantaría que todos viviéramos en casas-árbol
Realmente creo que contamos con la tecnología
para lidiar con cualquier problema en la Tierra.
Tenemos plantas que proporcionan remedios biológicos como, por ejemplo, los girasoles.
Disfrutamos de todo a nuestro alcance
para resolver esos problemas, para crear una abundancia increíble,
para no tener que depender de este sistema monetario corrupto y ridículo.
[Kelly Maize cantando 'Árbol de la Vida']
Tío ¡Me fastidia dejar este dulce festival!
Es fabuloso cómo contribuye el arte al desarrollo social.
Desde luego la vida debe ser una celebración, no un duelo.
Pero... Volvamos al trabajo.
[Poof!]
Los Ángeles, 2110
Lo que era un mar de tráfico congestionado y de expansión urbana,
a principios del siglo XXI se ha convertido
en un modelo de eficiencia y seguridad.
La jornada laboral de 9 a 5 que forzaba a la mayoría de la sociedad
a abarrotar las autopistas mientras conducía hacia una especie de esclavitud
es tan sólo un recuerdo lejano en esta avanzada sociedad tecnológica.
La contribución a la sociedad ya no se basa en la persecución egoísta
de la ganancia individual. El dinero dejó de usarse hace ya mucho
porque el fundamento de su existencia se superó.
La cultura por fin se dio cuenta de que un sistema tecnológico básico
de colaboración, compartiendo recursos e ideas podía proporcionar un Mundo gran abundancia,
estable y sostenible en contraposición a la sociedad de la ética de mercado
basada en la competencia y en la lucha de clases. Se le llamó La Gran Transición,
en la que una perspectiva del sistema de la Tierra
aplicando a las ciencias física y social
arrancó una línea de pensamiento que transcendía prácticamente
de todo lo que se había considerado normal a principios del siglo XXI.
Y aunque distara de la perfección, el modelo básico
de ocuparse de todos funcionó, al tiempo que respetaba
el medio ambiente, dotaba de cierta libertad a la humanidad
y capacitaba su desarrollo como nunca antes.
Para entender cómo emergió este nuevo Mundo
es necesario empezar reconociendo una tendencia
que se inició aparentemente en el siglo XX.
Puesto que la humanidad ha gastado la mayoría de su existencia
bajo el velo de la superstición, la escasez inminente y el elitismo,
la sensación de no tener suficiente para vivir
parecía ser simplemente una Ley inmutable de la naturaleza.
Guerra tras guerra, genocidio tras genocidio parecía intuitivamente
que esa era la condición de la existencia humana.
Sin embargo, con el desarrollo científico
y la noción de la eficiencia tecnológica,
empezó a emerger un patrón que sentó las bases
del que seguramente sea el cambio más radical en los humanos a lo largo de la historia.
Se le denominó efemeralización. La habilidad de hacer más y más
con menos y menos. Por muy paradójico que parezca,
nuestros avances y la comprensión de cómo hacer uso de nuestros recursos planetarios,
junto con las leyes emergentes de las ciencias naturales,
puso en marcha un patrón de conservación y eficiencia
gracias al que no era preciso hacer horas extras ni usar muchos materiales,
energía ni trabajo para conseguir un proceso de mayor soporte vital.
Por ejemplo, el primer ordenador construido en los años 40
ocupaba unos 165 m2, pesaba 30 toneladas
y consumía 160 KW de electricidad.
Hoy en día, un móvil barato que cabe en un bolsillo opera sensiblemente más rápido
y funciona virtualmente con nada en comparación.
Las comunicaciones, que requerían
enormes cantidades de cable de cobre para hacer llamadas telefónicas,
se han sustituido por ligeros satélites.
La construcción de casas, que requería mucha mano de obra y recursos
empezó a utilizar estructuras prefabricadas de materiales ligeros
que se podían montar mediante autómatas.
Esto redujo mucho los materiales y mano de obra que se necesitaban
y además las casas resultaban mucho más sólidas y duraderas.
Incluso el corazón de la nutrición, la agricultura,
que desde el principio del neolítico estaba ligada a algunas regiones
en relación al clima y las características del suelo, vivió una revolución en versatilidad
gracias a lo que sistemas de cultivo sin tierra podían proporcionar comida orgánica localmente,
sin pesticidas, usando menos fertilizantes
y con poca energía gastada en transporte.
La idea de la globalización era distante en la memoria
junto con el enorme derroche que creó.
No había industria ni sub-industria que escapara de esta tendencia.
Incluso el trabajo se hizo mucho más eficiente y capaz
gracias a la automatización
que finalmente se aplicó a toda la producción.
Esto redujo cada vez más la fatiga y las horas extra.
A mediados del siglo XXI el modelo de producción en masa desapareció
ya que los avances en los robots modulares
y la nano tecnología permitieron la producción
in situ, por pedido y con una variedad nunca antes vista en el capitalismo.
El modelo de producir bienes en masa y almacenarlos desapareció.
La mayoría de las casas tienen habitaciones de producción
en las que se imprimen vestidos básicos, herramientas para la casa y objetos en general
a domicilio.
La eficiencia continuó aumentando
y llevando al Mundo a un estadio de abundancia tras la escasez.
En él, dentro del marco de la educación en la Ley natural,
respetando que hay límites para el crecimiento y el consumo,
surgió un nuevo sistema de valores humanos
que se alababa por su capacidad de aumentar la eficiencia
y mantener el equilibrio ecológico y la sostenibilidad.
No la sostenibilidad física per se sino también la sostenibilidad cultural.
Cuidarse de todos y cada uno no era simplemente poesía.
Era uno de los principios para crear un modelo armónico de la Tierra nunca antes conocido.
Sin duda que estas transiciones no fueron sencillas.
La economía de mercado y aquellos que se beneficiaban más
intentaron parar este avance por todos los medios
pues se cuestionaba su posición elitista.
Fueron necesarias décadas de activismo y sensibilización social,
incluyendo a aquellos que tenían gran poder y riqueza, hasta que entendimos
que la vida podía ser mucho mejor para todos.
Que la economía de mercado era simplemente incompatible
con este modelo de optimizar la eficiencia. Una eficiencia necesaria
no sólo para el progreso de la sociedad sino para salvarla.
¡Vaya! Tengo que regresar. Es casi la hora de mi programa favorito de TV.
[Música]
[Risas, sonido de la TV y cachete en la rodilla]
-¡Cabrón!
[Presentador] ¡Volvemos al Divertido Saco del Mercado Libre!
Bienvenidos de nuevo al Divertido Saco del Mercado Libre,
el juego que pone a prueba tus conocimientos sobre la economía global
y que nos recuerda que la verdadera libertad
reside en nuestra habilidad para restringir la libertad de los otros.
Estamos en la ronda final con las siguientes categorías:
Esos Excéntricos Austriacos ¿Qué Mafia? Que te Follen a ti y a tu Sueño de Colegio
Y... ¡Dame, Dame, Dame! ¡Mío, Mío, Mío!
Tammie, es tu turno.
-Sam, elijo Que te Follen a ti y a tu Sueño de Colegio por 300 $, por favor.
-¿Qué forma de esclavitud indirecta
es la más activa hoy en día en EEUU
para generar legiones de jóvenes trabajadores desesperados?
[Timbre] ¿Tim?
-Sam. Eso debe ser la esclavitud de la deuda. [Timbre]
-¡Eso es correcto, Tim! [Aplausos]
De hecho ahora hay 12.000 millones de dólares de deuda por becas para estudiantes:
un excelente aliciente para las carreras. Tim, ahora vas tu.
-Elegiré ¿Qué Mafia? por 400 $, por favor.
-¿Qué cartel inducido por el mercado libre
mantiene el poder más opresivo
sobre las políticas de salud pública en cuanto a la calidad de vida? [Timbre] ¿Tammie?
-La Reserva Federal. [Zumbador] -Cerca pero no.
[Timbre] ¿Fred? -La Administración para la alimentación y la droga.[Timbre]
-¡Ahí estamos! Es correcto, amigos. Tenemos curas para el cáncer.
Muy mal pues eso interferirá con las bases de la Mafia Médica existente.
¡Fred! -Sí, Sam. Yo opto por ¡Dame, Dame, Dame! ¡Mío, Mío, Mío! y apuesto 600 $.
-¿Qué continente se ha capitalizado más por
la explotación de sus recursos naturales y la mano de obra barata
desde el principio del Imperio Británico?
[Timbre] ¿Fred? - ¿Asia? [Zumbido] -Muy cerca pero no.
[Timbre] Tammie. - ¿Suramérica? [Zumbido]
-Incluso más cerca pero, no bueno. [Timbre] Tim. - África. [Timbre]
¡Le diste! Petróleo, especias, tierra e incluso personas
han sido tomados por el oeste y puestos en valor económico
durante cientos de años. ¡Eficiencia económica en su mejor faceta!
[Zumbido] Ese zumbido significa que hemos acabado el tiempo. Fred¡Eres el ganador!
Tammie y Tim, por favor meteros en vuestros Divertidos Sacos del Mercado Libre
puesto que vuestro destino os lleva a contribuir
con la ayuda a las economías de mercado emergentes en el Tercer Mundo ¿Ed?
-Así es, Sam.Tammie se va a la lujuriosa Tailandia para convertirse en esclava *** de
uno de los mercados más prometedores de la región, el tráfico de personas,
y Tim se va al Sur Este Asiático para trabajar durante 18 horas diarias
por 10 céntimos la hora fabricando caras zapatillas de deporte
para colegiales americanos.
-Gracias por acompañarnos. Ahora unas palabras de nuestro patrocinador.
[Pasos]
Casi nadie sabe que el golf lo inventó Alphonse Leggard,
a quien se le cayó su ojo de cristal en un parque cuando estornudó muy fuerte.
Debido a que tenía una pierna rota, tuvo que ir empujando el ojo con un palo hasta su casa
donde su mujer lo recogió para él.
Pero para entonces él ya sabía que tenía un nuevo deporte y un sueño. Todo eso es verdad.
¿Sabe porqué? Porque se lo ha contado un hombre con corbata.
Últimos pensamientos.
Utilicé el principio de mi activismo
haciendo lo que casi todo el mundo hacia:
culpar a otras personas e instituciones.
¿No te gusta la guerra? Culpa al presidente del congreso o a los lobbies políticos.
¿No te gusta que no se cuide la ecología?
Culpa a esa o a aquella corporación
o a algún órgano regulatorio por su incompetencia.
¿No te gusta ser pobre y socialmente inmóvil?
Culpa a la coerción gubernamental y a su interferencia con
este libre mercado del que todos hablan.
La verdad absoluta es que lo único a lo que se puede culpar
es a la dinámica normal que surge de la propia expresión
del sistema en su nivel cultural.
En otras palabras. Ninguno de nosotros hacemos nada aisladamente.
Es imposible. Estamos ligados al sistema,
tanto física como psicológicamente: una continuación
Por eso nuestro punto de vista sobre cómo provocar el cambio social
sólo puede ser efectivo si buscamos las fuentes más relevantes
que influyen en la sociedad y empezamos a alterar
los efectos de esas causas raíces.
No sé qué tal vosotros pero yo me siento fatal al escuchar
al 95% de los medios de comunicación mundiales, críticos de sociedad, partidos políticos,
filósofos de la economía, científicos y, sí, comunidades de activistas
que siguen gastando su tiempo y energía intentando poner parches
en un barco que se hunde y que nunca ha tenido integridad estructural para ponerse en marcha.
Eso no significa que no necesitemos esos parches ¿Vale?
Porque estamos desangrándonos por nuestras heridas.
Pero nuestra vergüenza en relación con la
rueda de hamster que actúa sin sentido
debe convertir en un infierno el reality show que representamos para los
posibles extraterrestres que observen la órbita idiota de nuestro planeta en el olvido.
El gran George Carlin dijo una vez. "Cuando naces en este planeta
te dan una entrada para un show absurdo.
Y si naces en América te dan un asiento de primera fila"
Quizá es cierto que detrás de cada cínico hay un idealista fallido.
Pero en un Mundo en el que ningún buen trato funciona sin penalidades,
es fácil entender cómo lo más sensible de la condición humana
no puede evitar sufrir el trauma espiritual
en el que el deseo infantil, la curiosidad y el desarrollo racional,
son pisoteados, suprimidos y destruidos por el tradicionalismo
forjado por la supuesta virtud del elitismo arrogante.
Sí, si no lo has conseguido averiguar, la esencia de esta serie
no es una satírica y ligera interpretación de la vida moderna. Es una expresión de agitación y gran frustración
que sobrepasa mi intento catártico de alejar de mi la opción
de pasar de todo.
Mi esperanza está puesta en aquellos de vosotros que os identifiquéis con esta situación,
que empecéis a entender la seriedad de esta lucha social
y que trabajéis para redimirnos de esta epidemia de beligerancia intelectual
conocida como el zeitgeist que soportamos.
Con esto me gustaría agradecer a todos los que
habéis dado vuestro apoyo al show hasta ahora.
Quizás todos podamos ver a tiempo un objetivo común de la humanidad,
dándonos cuenta de que todo es tu y que tu eres todo,
una responsabilidad espiritual si quieres,
que quizá nos saque de la oscura época en la que nos revolcamos hoy en día.
Mi nombre es Peter Joseph y puede que tu, igual que yo,
no te sientas más como una víctima de una cultura en decadencia
sino más bien como un agente de la evolución de una cultura en auge.
[Sintonía de Zeitgeist]
Toda idea revolucionaria parece seguir tres niveles de reacción.
Se pueden resumir en tres frases:
1.- Es completamente imposible.
2.- Es posible pero no merece la pena hacerlo.
3.-Dije que era una buena idea desde el principio. ~ Arthur C. Clarke
Cultura en Decadencia
El Pentágono ha puesto en marcha su nueva estrategia para la omnipresencia:
Total Aviso Militar Protocolo Operacional Network
Operación ***
(porque la Seguridad Nacional es ahora un asunto personal)