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—¡Muy bien, muy bien!
—No, yo tampoco. Lo siento, chicos.
¡Fuera!
—Bueno, lo siento, chicos: no pasáis a la siguiente temporada.
—¿Ah, sí? Bueno, como os decía, chicos, ¡quizás uno de los dos sí que pasa a la siguiente temporada!
—Bueno, vale, venga. ¡El siguiente, va!
—Di Neymar.
Di Neymar. Neymar, di Neymar.
—Claro que no es serio. ¿Pero qué hacéis aquí? ¡Venga, todos a sus puestos, va! ¡Ostras, va, venga!
Ostras, va, venga... Un poco de profesionalidad, ostras. Parece mentira.
Es que, es que...
Neymar, ¿nos podemos hacer una foto? Messi, va, ven aquí. ¡Va, venga!
¡Venga, va!
¡Venga!
¡Muy bien, va!
¿Pero qué haces? Yo quería que tú nos hicieras la foto desde allí. Va, venga, sí.
—¡Sí, venga, que continúe el casting! ¡Venga, va!
—Perdón,
pero yo no he venido a hacer ningún casting.
—No, claro. Claro que no, hombre. ¿Cómo vas a hacer tú el casting? ¡Qué tontería, si tú eres la superestrella!
Claro, claro que sí, todo el mundo tiene que hacer el casting, todos tienen que pasar por el casting, hombre. Faltaría más.
—Yo no hago ninguna prueba.
—Hombre, no, tú no la tienes que hacer, hombre, tú no la tienes que hacer. Si tú eres...
Neymaravilloso. ¿Has visto qué juego de palabras he hecho? Neymaravilloso...
—No, hombre, tú eres... tú eres el Messías, ¿eh?.
—Neymaravilloso es más que Messías, ¿no?
—Sí, hombre, faltaría más: Neymaravilloso es mucho más que Messías.
—Bueno, sí... Esto...
Esto lo sabremos...
la temporada que viene.