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¡Guau! Necesito un momento para asimilar esto.
Me siento muy honrada de estar aquí hoy,
compartiendo mi idea de cómo puedo cambiar el mundo.
He seguido una trayectoria muy poco frecuente para llegar aquí.
Y esto va sobre los niños que ven tras de mí.
Son grupos de niños con los que trabajo en la ciudad de Nueva York,
pero al ver esta fotografía, veo niños que me recuerdan a mí misma.
Van a uno de los colegios con peores resultados de Nueva York.
Sabemos lo que son los gráficos, lo que dicen las estadísticas
sobre sus perspectivas de futuro.
Cuando veo esto, solo puedo pensar
que es inaceptable.
Cuando miro a las comunidades más pobres y vulnerables
creo que hay tanto potencial por descubrir en estos niños.
Cuando los miras, con brillo en los ojos, son listos, están repletos de energía...
Creo que se necesita que la gente de nuestra comunidad,
personas a la que de verdad les importe el futuro de este país,
piense en sistemas innovadores que abran sus horizontes,
en formas de cambiar lo que las estadísticas dicen que sucederá a estos niños
solo por haber nacido con un determinado código postal.
Mi idea de cambio y sobre lo que va el "Proyecto Idioma Global"
es llevar a estos niños de las escuelas más pobres y olvidadas
y llevarlos al mundo de la lengua y la cultura.
El espíritu de esta idea es que, a veces,
estos chicos tienen muy pocas aspiraciones
solo por el entorno en el que crecen.
La idea es que, hacerlos fluidos en una 2ª o 3ª lengua,
1) les estás dando una competencia transversal que les puede ayudar,
y, 2) estas literalmente ampliando sus horizontes,
presentándoles lugares que quizá ni conocían.
Viendo estas estadísticas,
que dicen que algunos tienen problemas de lectura,
también estás abordando esto.
Cuando miro esto, vuelvo a mirar la fotografía
de niños brillantes y veo las estadísticas
donde, de nuevo, uno sabe que tienen más probabilidades de quedarse embarazadas
y ser pobres que de graduarse en la universidad.
Cuando miro a esa sala y puedo adivinar el porcentaje
que no va a terminar la secundaria,
es lo que me mueve. Es mi pasión.
Pensé en qué podía hacer para cambiar esto.
¿Qué puedo usar de mi experiencia
que sirviese para estos niños?
La otra cosa en la que pienso al ver las estadísticas es:
sabemos que a estos chicos les ha tocado la peor parte, ¿o no?
Sabemos que carecen de apoyo social, que carecen de apoyo familiar
y que no están recibiendo la mejor educación
Así que pensé ¿Cómo manejar esto? ¿Cómo mejoramos su suerte?
Lo que se me ocurrió fue exponerlos
a más oportunidades,
oportunidades educativas que suelen estar reservadas a estudiantes de élite,
reservadas a estudiantes de colegios privados,
a estudiantes cuyos padres pueden pagar
actividades extra-escolares, clases de idiomas, arte...
Me dije, "¿Y si damos todo esto
a estos niños?
¿Cómo afectará sus vidas?
¿Cómo cambiará su futuro?"
Esta es una estadística, que también conocemos muchos.
Cuando se trata de estos niños, a lo que tienen que enfrentarse, ya saben como es.
Sabemos su historia, contra lo le luchan,
la cuestión es cómo asumimos eso y avanzamos.
Así cuando pensaba en esta charla y lo que quería compartir con Uds.,
pensé en dónde había empezado.
La fotografía no es muy buena, pero somos mis abuelos y yo.
Y esta foto me importa mucho porque
es en mi graduación universitaria.
Lo más importante es que mis abuelos,
que en realidad no se ven muy bien. Mi abuelo, a mi derecha,
se crió en el sur segregado.
No pudo ir a la escuela a partir de los 8 años.
Mi abuela solo llegó a la escuela secundaria.
Así que, prácticamente, eran analfabetos.
Pero, a pesar de eso, me inculcaron un gran respeto por la educación.
Me criaron poniendo en mí todos sus sueños y esperanzas...
Para ellos, si podía graduare en la universidad, iba a estar bien.
Como si fuese el Santo Grial.
Creían profundamente que, si me graduaba,
no estaría destinada a una vida de pobreza,
que podría romper el ciclo de pobreza de generaciones.
Y cuando veo esto me dan escalofríos,
porque, en muchos sentidos, era cierto.
Tras la universidad, tuve una carrera profesional
que, literalmente, me llevó alrededor del mundo.
Recuerdo a mi abuela diciéndome:
"Puedes tener el mundo a tus pies".
Y 15 años después,
había trabajado en lugares que ellos no sabían que existiesen.
Estaba liderando grupos en China, en Europa, y pensaba:
"Vaya, ellos me dijeron esto sobre la educación".
Pero ni sabían a qué me enfrentaba.
Pero esto va sobre la esperanza que me dieron.
Va sobre hacer crecer las gráficas.
Y cuando estoy aquí, ante Uds. y les digo
que me crié en un tiempo en el que creciendo con
unos abuelos no formados,
pude ir a una escuela pública "normal",
pude ir a la universidad,
pude tener una carrera de éxito, pude romper el círculo vicioso de la pobreza.
¿Qué significa esto?
Cuando miro las escuelas de Nueva York,
algunas en Providence, me doy cuenta de que
el sueño estadounidense que yo viví está roto.
Tenemos una generación de estudiantes desanimados y unos padres...
cuya habilidad para inspirar y soñar ha sido reducida y limitada.
Volviendo a mi idea,
aluciné cuando estaba desarrollando esta idea
y pensando en mis viajes... como cuando vives en una zona
en la que la mayoría de las personas procedentes de comunidades pobres
se concentran en un radio de 5 o 10 manzanas.
Cuando vi esto, pensé: "Vaya, es un área tan pequeña".
En teoría significa solo eso, pero yo lo vi de forma más cercana y personal.
Cuando trabajaba en Nokia y volvía a Nueva York
y era voluntaria en escuelas,
conocí a padres y alumnos que no habían salido de su barrio.
Y quiero decir que hacían las compras allí,
hacían los recados, todo allí concentrado.
Iban al colegio, también en el mismo entorno,
y se dan cuenta: "¿Cómo puede ser eso?"
Pero sí que es así.
Al primer grupo de chicos, les estamos enseñando castellano y chino,
y llevamos al grupo de chino, esto ya en 2009,
15 alumnos a Chinatown.
Tras 30 minutos y USD 2,50 de metro, estamos en el centro,
estamos en Canal Street, Nueva York.
Los niños y sus padres, los niños miraban hacia arriba
y uno de ellos, Alexander, me dijo:
"¿Aún estamos en Nueva York?"
Esto me conmovió, porque la gente decía,
¿Van a llevarlos a otros países?
Y yo les decía que no, que no habían ni recorrido lo suficiente la ciudad,
Y aquí fue cuando me di cuenta,
de que lo lingüístico abría sus mentes a otras culturas.
Porque cuando hablamos de la Economía Global del siglo XXI,
estos niños, en 18, 15 años, su próxima oportunidad
quizá no esté en Estados Unidos.
Podría ser en cualquier otro país.
Podrían trabajar con alguien que no se parece a ellos,
que no habla la misma lengua que ellos.
Y lo que de verdad va a importar,
la clave de su éxito, será cómo se presenten.
Cuando miro a mi vida, trabajando en China.
Crecí en una comunidad mayoritariamente afroamericana,
y eso no sucedía en ninguno de las corporaciones de EE.UU.
Si no estaba a gusto con eso, no habría podido llegar a tener éxito.
Sucede que este radio de 5 manzanas no es el mundo.
No es el mundo en el que van a vivir.
En realidad, el origen del "Proyecto Idioma Global" era expandir
lo que el mundo era para ellos.
Tomar lo extranjero
--me encanta como llaman a enseñar idiomas, "idiomas extranjeros"--
tomar lo extranjero y hacerlo familiar.
De modo que si aparece una oportunidad que les apasione,
no tengan miedo.
Cuando empecé el Proyecto Idioma Global,
cuando estaba desarrollando la idea,
trabajaba en la Asociación Juvenil Cristiana de Harlem,
y les iban a dar a un grupo de adolescentes
la posibilidad de ir a Colombia 2 semanas,
y no consiguieron a ningún chico para este viaje gratis de 2 semanas.
Y preguntas, "¿Ninguno quiso apuntarse?
¿Cuál es el problema, tienen que pagar? Tienen que recaudar fondos,
pero si no consiguen el dinero, les ayudaremos".
Y pregunté por qué no se había apuntado nadie al viaje,
y lo que el supervisor me dijo,
y que para mí tuvo sentido
pensando en mi propia experiencia,
fue que los padres no querían que sus hijos fueran tan lejos.
Parecía tan lejano, tan remoto.
Estaban preocupados por ellos, de que algo pudiese pasarles.
Los propios adolescentes decían: "¿qué vamos a comer?"
"¿Cómo nos van a tratar?"
"¿Me van a discriminar?"
Y eso me hizo darme cuenta de que son adolescentes,
y ya son conscientes, en su interior,
de qué es posible y qué no para ellos.
Así que cuando pensé el Proyecto Idioma Global,
empezamos cuando eran muy jóvenes.
Dije, vayamos a la escuela primaria,
antes de que decidan qué es lo extranjero, lo malo, lo bueno,
a lo que ellos pueden acceder.
En el primer grupo empezamos con 8 años,
empezamos con 30 estudios de 8 años.
Incluso a esa edad habían empezado ya
a diferenciar quién era buen o mal estudiante,
El segundo año, fuimos a la guardería,
porque la guardería
es un comienzo para todos. El inglés es un idioma nuevo.
La lección 1 fue una introducción al chino mandarín, árabe y castellano,
pero en ese segundo año
empezamos a enseñarles en un ambiente de inmersión.
Teníamos donantes y gente que venía a ver la clase,
y ellos veían a todos esos adultos
--esto es Hamilton Heights, en Harlem--
los niños estaban aprendiendo chino desde el primer día.
Teníamos estos donantes y apoyos que venían a ver a los niños.
Decían cosas como:
"Dios mío, no me creo que estén hablando chino".
Es muy difícil. Estos chicos son tan listos,
son tan especiales. No lo puedo creer".
Los grababan, hacían fotos... y esto pasaba a menudo.
Así que los niños empezaron a creer que eran especiales.
A veces, cuando piensas en las oportunidades, como los idiomas;
o artes, o ciencias u otros programas
permite a los niños que descubran en qué son buenos.
Y también les permite explorar sus horizontes.
Cuando pienso en el espíritu del proyecto,
es sobre elevar los objetivos.
Sobre ofrecerles oportunidades
que quizá ni sabían que existiesen,
pero ahora que saben que existen, les permite escapar
de los que podría haber sido su trayectoria en el futuro.
Este año, algo interesante ha sido que,
estábamos acercándolos a sus carreras,
pensamos que era importante darles fluidez en una segunda lengua
que ellos pudiesen usar.
Así que lo que hicimos este año también fue interesante.
Empezamos a presentarles a profesionales
que trabajan en los idiomas que ellos aprenden.
Los llevamos a firmas internacionales de abogados,
a compañías de comunicación y a gente de empresas
para que les contaran como usaban el idioma.
No era cuestión de memorizar un verbo, la cuestión era su utilidad.
Es cómo puedes conectar.
Es dar a estos niños una voz, unas palabras
y una lengua de la que no sabían ni que existiese.
Es ofrecerles un futuro mejor.
En septiembre, cuando empezamos,
preguntamos a los niños de 10 años,
la pregunta que nos han hecho a todos: "¿Qué quieres ser de mayor?"
En ese momento una de las alumnas, y fue reflejo de las demás respuestas,
pero a una niña, Naomi, le pregunté:
"¿Qué quieres ser cuando seas mayor?"
Me dijo que quería ser peluquera.
Cuando creces en Manhattan alto, donde vivía ella,
en cada uno de los bloques hay una peluquería,
y una barbería o tienda de productos de belleza.
No hay nada de malo en esa idea.
Pasados 6 meses, en marzo, volvimos.
Naomi había conocido a abogados internacionales,
a medios de comunicación, a carreras universitarias, científicos...
Volvimos y volvimos a preguntarle que quería ser de mayor.
Y esta vez Naomi dijo
--estamos preparándonos para hacer nuestra gran gala "Mi sueño habla"--
le preguntamos de nuevo a Naomi qué quería ser de mayor,
y, esta vez, espontáneamente,
tenía un micrófono y dijo: "quiero ser abogada a nivel internacional,
y ayudar a mis clientes en árabe e inglés".
Me reía cuando dijo eso.
Me hizo sonreír porque, lo que importa,
independientemente de que sea una pelquera que usa su idioma
o de que sea abogada,
lo que de verdad importa es que aumentó su perspectiva ¿no?
Porque, antes de que puedas ser algo, tienes que saber que eso existe.
Tiene que estar en tu abanico de posibilidades.
Si no sabes que existe, ¿puedes llegar a serlo? Es posible.
Pero no es probable.
Eso es lo que buscábamos con los idiomas.
Quería que estos niños se dieran cuenta de que podían tener el mundo a sus pies.
Parte de esto y parte de mi pasión en ello,
ya saben, les he hablado ya de mis abuelos.
Cuando miro a estos niños, miro las estadísticas.
me lo tomo como algo personal, porque yo debería haber sido estadística, ¿no?
Era hija de una madre adolescente, que era también hija de una madre adolescente.
Tenía 10 veces más posibilidades de ser pobre que de tener éxito.
Y lo que me inculcaron mis abuelos,
que es lo que yo intento inculcar a una generación de estudiantes,
es que de verdad, el mundo puede estar a sus pies.
Cuando dejé de trabajar en el sector corporativo
y decidí hacer una labor social, la gente me decía:
"Es que los problemas de la educación son tan grandes.
¿Cómo crees que vas a conseguir que cambien las cosas?"
Y una de las cosas que digo es: el cambio es relativo.
En tu vida puedes influir en una vida, y eso significar todo para ellos,
y las generaciones futuras y como se muestran en sus entornos.
La otra cuestión, cuando hablamos
de iniciativas sociales y por qué son importantes,
es que lo que yo he conseguido con el Proyecto Idioma Global
es llevar las ideas y el aprendizaje
que tuve en el sector corporativo para hacer crecer departamentos,
para hacer ganar cientos de millones de dólares a empresas.
Poder llevar estas ideas a algunas de las cuestiones más urgentes,
dirigirlas y ayudar a a nuestro activo más valioso, nuestros niños.
Cuando les miro a Uds., me inspiran y dan fuerza
y pienso en cuánto podemos hacer juntos
si empezamos a mirar esto como un negocio.
Empezamos a llevar a cabo las metodologías
que han dado tanto éxito a las grandes empresas, que las han hecho sostenibles.
El plan de estudios que les dije que enseñamos,
también lo vendemos a nivel nacional y eso financia nuestro programa
en las escuelas más necesitadas, así podemos asegurarnos de que
podremos seguir haciendo este trabajo.
De nuevo, les animo a que cambien la forma de pensar en esto.
Lo mío son los idiomas y con eso lucho,
ensanchando horizontes.
Hay un montón de cosas que Uds. pueden hacer,
pero lo que necesitamos en educación,
es innovación.
Sabemos que si uno no piensa de forma innovadora, muere.
Cuando veo lo que sucede en la tecnología y otras industrias,
todos están innovando, excepto la educación.
Necesitamos emprendedores sociales para llevar eso a cabo.
Muchas gracias.
(Aplausos)