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Ah, día de elecciones, cuando los americanos votan para elegir al próximo Presidente de
los Estados Unidos.
Excepto que no es así... Los americanos no votan directamente al presidente.
Entonces ¿qué ocurre el día de las elecciones? Es un poco complicado debido a algo
llamado el colegio electoral.
Para simplificar las cosas por ahora, piensa en el colegio electoral como el conjunto de los 538
votos que determinan quién será el Presidente de los Estados Unidos.
¿Por qué 538?
Porque ese es el número de senadores, 100, más el número de representantes en el congreso,
438. ¿Por qué hay 438 representantes en el congreso?
Deja de hacer tantas preguntas. Ahora estamos intentando simplificar las cosas:
Estos 538 votos en el colegio electoral no se dan a los ciudadanos directamente, sino que
se dividen entre los estados.
Así que ¿cómo reparte los votos el colegio electoral?
Cada estado, independientemente de su población, tiene 3 votos para empezar. El resto de los votos
se dan más o menos en proporción a la población del estado. A más gente tenga
un estado, más votos recibe.
Aquí hay un mapa de Estados Unidos en el que se muestra el poder de voto que tiene cada estado donde
un hexágono equivale a un voto de colegio electoral para el presidente.
Debido a que los votos electorales están mayormente (aunque no completamente) a escala con la población, es
también un mapa de dónde vive la gente, con un bono para los estados más pequeños para hacerlos
un poco más grandes de lo que serían en realidad.
A principios de noviembre, cuando los ciudadanos acudan a las urnas, no estarán votando al presidente directamente
sino que estarán diciendo a su estado cómo quieren que use sus votos electorales.
48 de los 50 estados dan todos sus votos electorales al candidato que consigue la
mayoría en su estado.
Tomemos Florida, por ejemplo, que tiene 29 votos electorales. Si un candidato consigue la mayoría,
no importa lo pequeña que sea esa mayoría, consigue todos los votos.
Así que el camino a la Casa Blanca está claro: consigue suficientes mayorías en suficientes estados para conseguir
más de la mitad de los votos electorales y podrás sentarte en el gran escritorio.
¿Dices que eso no era tan complicado?
Bueno, he dejado algunos detalles fuera:
Al colegio electoral le encantan los estados, pero ¿qué hay de los 11 millones de americanos que no viven
en un estado?
¿Qué ocurre con su voto? ¿Y dónde se esconde esta gente?
Hay unos 600.000 en el Distrito de Columbia, un área separada específicamente para que NO
sea un estado, para que la capital del país esté libre de políticas locales.
Durante la mayor parte de la historia de Estados Unidos, la gente que vivía en el distrito no podía votar
al presidente. Después, en 1964, se modificó la constitución para dar a D.C. el mismo número de
votos que el estado menos poblado, Wyoming.
Así que al colegio electoral le gusta D.C. ¿Pero sabes qué no le gusta? Los territorios.
Los frecuentemente olvidados Puerto Rico, Guam, las Islas Vírgenes americanas y las Islas Marianas del norte
no reciben votos del colegio electoral porque no son estados y no tienen una enmienda
constitucional especial que los reconozca.
Lo que es un poco raro teniendo en cuenta que son parte de los Estados Unidos y todos los que viven
ahí son ciudadanos, así que (en la práctica) son como D.C.
Y 4.4 millones de personas viven en los territorios. Puede que eso no parezca mucho, pero es
más que las poblaciones de Wyoming, Vermont, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Alaska y Delaware.
Juntas.
Pero aún así, no reciben ningún voto del colegio electoral.
Toda esta situación con los territorios es aún más rara cuando se tiene en cuenta al último grupo de
americanos que no vive en EEUU, los 6.3 millones de americanos que viven en el extranjero.
Si eres un ciudadano de Estados Unidos que se muda a un país extranjero, normalmente puedes enviar
un voto postal al último estado en el que residiste.
Pero si te mudas "dentro de los Estados Unidos" a uno de sus territorios, pierdes el derecho
a votar al presidente mientras sigas viviendo ahí (lo que los hace los únicos lugares de
todo el planeta en los que los americanos no pueden votar al presidente.
En realidad, son los únicos lugares del universo, porque los astronautas americanos pueden
votar desde el espacio.
La última parte de la complicación del colegio electoral es la más rara y tiene que ver con los
propios votos.
El estado de Florida (y todos los otros) en realidad no da sus votos a un candidato.
Eso es sólo una manera simplificada de explicarlo, porque la verdad de la situación es...
rara.
Lo que los ciudadanos votan el día de las elecciones es un grupo de electores designados por los partidos
políticos quienes eligen al presidente en nombre de los ciudadanos.
El número de votos que un estado recibe del colegio electoral es en realidad el número
de electores que el estado puede enviar a una reunión colegiada para votar quién será
el presidente.
Lo que lo hace raro es que, aunque estos electores prometen que votarán como presidente al que
los ciudadanos de su estado elijan, *no están obligados a hacerlo*.
Los electores son libres de votar a quien quieran. Aunque esto nunca a cambiado el curso de unas elecciones,
en el pasado los electores han votado 87 veces en contra de los deseos de la gente que los eligió
a ellos.
¿Por qué establecer este sistema de locos donde un pequeño grupo de personas básicamente desconocidas para
el público en general son los que realmente eligen al presidente?
Porque en el siglo XVIII (cuando se diseñó el colegio electoral) la manera más rápida
de enviar información era escribirla en un trozo de papel, dársela a un tipo en un
caballo, desearle buen viaje y esperar que no le mataran los indios o muriera de
disentería por el camino.
Debido a que la información viajaba tan lentamente y ya que el joven país era tan grande, la idea era
enviar a todos los electores a Washington donde podían tener la información más actualizada
para tomar decisiones en nombre de la gente en casa, que no podían saber las últimas noticias.
Aunque ahora, cuando enviamos información con haces de luz en cables de fibra óptica en vez de
a lomos de animales de carga, este aspecto concreto del colegio electoral puede parecer
un poco desfasado.
A pesar de ello, aunque la mayoría de la gente piensa que la elección del presidente tiene lugar
a principios de noviembre, no es así. Esa es la elección que determina quiénes serán los electores.
Los 538 electores a quienes se elige, se reunirán a principios de diciembre y emitirán sus votos auténticos
para determinar quién es el próximo presidente de los Estados Unidos.