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Capítulo final: La maldición del deseo
Encontrarás a una enorme criatura en el lejano este.
Un ser colosal, con la fuerza correspondiente a su tamaño.
O al menos algo haciéndose pasar por ello.
Abre la puerta y atraviésala, y pronto tu olor será incluso más adorable. Je je je...
La mansión de Aldia
El Señor Aldia, el hermano mayor del Rey Vendrick, le ayudó a fundar Drangleic,
pero más tarde perdió el interés por la riqueza de la tierra.
Ambos perseguían la verdad, pero a través de métodos distintos,
y su fervor supuso el deterioro de sus lazos familiares.
Con el tiempo, Vendrick le encerró en la mansión.
Nunca volvió a oirse hablar de la singular figura conocida como Aldia.
Portadora de la maldición...
He esperado mucho tiempo a alguien como tú, uno que pueda romper las cadenas del destino.
Uno que pueda liberarme.
Fue my propia manifestación la que te condujo hasta aquí.
El dragón ancestral ha velado por el mundo durante eones.
Escucha lo que dice el dragón.
Con el trono al alcance de la mano, seguro que el dragón hablará contigo.
Las tinieblas se mueven y agitan.
Otro más se alza ante nosotros...
Pues que así sea, entonces...
Pues la maldición de la vida es la maldición del deseo.
Y así, te asomas...
A la niebla, en busca de respuestas.
Corazón de niebla cenicienta
Manifestación de niebla cenicienta otorgada por el dragón ancestral.
Su magia hace posible introducirse en los recuerdos de los que se han marchitado.
Valiente no muerto...
Encuentra el bosque. Donde esos miserables gigantes dormitan.
Usa el símbolo del dragón para introducirte en sus pensamientos.
Drangleic ya no existe.
Pero, para saber si eres el verdadero rey, deberemos recurrir al trono.
Puesto que esta es tu verdadera finalidad...
Tú... Oh... No, perdóname...
Te conozco...
Mis pensamientos... están muy... dispersos...
¿Qué es esta maldición?
Esta pregunta me viene continuamente a la cabeza, pero soy incapaz de contestarla.
La pérdida me asusta sobremanera.
Pérdida de memoria, pérdida de uno mismo.
No quiero morir, quiero existir.
Más allá de la hoguera descansa el bosque de los gigantes,
donde una gran batalla precipitó la caída del reino.
Quizá algo allí te haga el viaje más fácil...
¿Meterte dentro de sus sueños?
¿De los que cruzaron el mar, trayendo la ruina a esta tierra?
Cómo gustan de sus visiones de gloriosas hazañas bélicas. Je je je...
Seas quien seas, esta no es batalla en la que debas involucrarte.
Yo soy Drummond, y el Señor ha puesto este fuerte en mis manos.
Mi padre, y su padre, lucharon contra los gigantes en esta misma tierra.
En breve, los gigantes descenderán sobre este fuerte.
Es su acto de venganza por la barbarie equivocada del Reino.
Hace mucho, el Rey cruzó los mares, saqueó el hogar de los gigantes,
y trajo consigo... un premio.
El venerable Señor levantó este reino para traer prosperidad a sus súbditos.
Qué es lo que le ha cambiado tanto, no me lo puedo imaginar.
Los gigantes... Una ira excepcional late en sus corazones.
No pueden encontrar en sí mismos la voluntad de perdonar los errores de nuestro Señor.
Ese imponente monstruo entre ellos...
Ese es sin duda alguna su rey.
Será duro de derribar, incluso si debo morir en el intento.
A veces, me obsesiono... con esa cosa insignificante llamada "ser".
Si me dijeran que matándote, me liberaría de esta maldición...
Entonces desenvainaría mi espada sin dudarlo.
¿Estoy equivocada al pensar así?
¿No harías tú lo mismo, en mi situación?
A lo mejor estamos todos malditos, desde el momento en el que nacemos...
¿Quién eres?
El parentesco de los gigantes
Cada rey tiene su trono legítimo. Y cuando se sienta en él, ve lo que decide ver.
O quizás, sea el trono, el que le muestra sólo lo que desea.
Buscador del Fuego, el que codicia el trono... Soy Vendrick, soberano de Drangleic.
¿Pretendes enlazar el Fuego? Entonces primero debes tomar el trono.
Llama, oh, llama. Mmm...
Yo también busqué el fuego una vez. Con el fuego, dicen, un auténtico rey puede encauzar la maldición.
Una mentira... pero no pude haberlo sabido entonces.
No eres consciente de la profunda oscuridad en tu interior.
Crece cada vez más, cuanto más llama codicias.
Someto a los gigantes y me hago con su fuerza, para poder acercarme más al Fuego.
Mientras la llama se aviva, también se desvanece...
No fui consciente de mi propia ceguera.
Un fragmento de la prole del padre del abismo... Esa desconcertada quintaesencia de la humanidad...
El abismo una vez tenía forma, pero entonces, se disipó.
Y aún así, rastros de su existencia perduraron.
Cada fragmento, sediento de poder, propagó oscuridad sin descanso.
Mi querida Shandra fue antaño uno de dichos fragmentos.
Un lánguido, diminuto ser que ansiaba poder más que cualquier otro,
motivado por una codicia insaciable por un recipiente digno.
El Fuego vino a ser, y con él, la disparidad.
Calor y frío, vida y muerte, luz y oscuridad.
La Oscuridad fue vista como una maldición...
La sombra no se proyecta, sino que nace del fuego.
Y cuanto más brillante sea la llama, más intensa es la sombra.
Hereda el fuego, y controla la oscuridad: tal es la vocación de un auténtico líder.
Drangleic caerá, el fuego se apagará, y las almas de antaño resurgirán.
Con la oscuridad desatada, una maldición se cernerá sobre nosotros, y el hombre tomará su verdadera forma.
La Oscuridad volverá a ser nuestra, y en nuestra auténtica forma,
el hombre se liberará de la muerte, abandonado a vagar eternamente.
Dejaremos de lado el sostén de la vida, sólo para encontrarnos con una dificultad mayor...
Pero así funcionan las cosas.
Pero, ¿es esta nuestra única alternativa?
Buscador del Fuego, el que codicia el trono...
¿Eres otro insensato? ¿O algo más?
Busca la adversidad, y lo todo demás tendrá lugar después.
Portadora de la maldición...
Mi nombre es Shanalotte.
El dragón me dio este nombre, puesto que nací sin uno.
Nací de los dragones, por acción del hombre.
Por aquellos que pretendían engañar al mismo destino... Fueron ellos los que me crearon.
Pero fallaron. No salí como se proponían.
El destino no pudo ser superado, y el hombre fue maldito una vez más.
Si prosigues, Nashandra irá a por tí.
Sabiendo que tomarás el trono, y enlazarás el Fuego.
Ella codicia la Primera Llama, y el Gran Alma.
Acaba con Nashandra.
Y después... Da fin a tu viaje, y al mío.
Valiente no muerto...
Me has demonstrado tu valía.
Ahora, sé una con la Oscuridad...
Tú, que enlazas el Fuego, tú, que cargas con la maldición...
Una vez que el Fuego sea enlazado, las almas florecerán, y todo esto sucederá de nuevo.
El aceptar o rechazar esto depende de ti.
Gran Soberana, toma tu trono.
Lo que está por venir, sólo tú lo puedes ver...
Honorable Soberana, toma tu trono.
Y haz grandes acciones, si te place. Je je je...