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Sobre las cálidas costas del Golfo Pérsico y las cambiantes arenas del desierto de Arabia,
está la ciudad de Dubái, el más grande de los Emiratos Árabes Unidos.
Durante dos siglos,
Dubái fue solo un pequeño puerto de comercio a orillas del estero de Dubái.
Sin embargo, en menos de una generación,
se volvió un destino que hasta entonces solo podría existir en relatos de ciencia ficción.
Un lugar que desafía su medio ambiente extremo y redefine todo lo que sabíamos
sobre las ciudades.
A pesar de las apariencias,
los cimientos de esta brillante ciudadela no están hechos de arena,
sino de miles de años de cultura y tradición árabes.
Pasa por el velo del Islam en la mezquita Jumeirah,
donde visitantes de otras religiones pueden recorrer
los interiores y participar en sesiones de preguntas y respuestas.
Dirígete a la histórica zona de Bastakia
y visita el Centro para el Entendimiento Cultural Sheikh Mohamed.
Aquí podrás ver costumbres locales,
disfrutar la hospitalidad beduina y probar comida casera.
Para conocer más sobre las tradiciones locales, ve de compras
como los árabes lo han hecho durante siglos.
Sigue el aroma del incienso y las hierbas hasta el mercado de especias.
Explora los cientos de tiendas del mercado de oro
y descubre por qué a Dubái le llaman “la Ciudad de Oro”.
Si quieres explorar los mercados del siglo XXI,
visita el Dubai Mall, hogar de unas 1200 tiendas.
Aquí también está Kidzania,
una ciudad miniatura con su propia estación de radio,
hospital y estación de bomberos
¡todos dirigidos por niños!
Sin embargo, la principal atracción es el Acuario y Zoológico Submarino de Dubái.
Camina por un mundo marino,
hogar de más de treinta mil especies de las profundidades,
que incluyen mantarrayas y tiburones.
Una vez que hayas explorado el fondo de los siete mares,
ve al exterior y mira hacia el cielo.
A casi un kilómetro de altura está el asombroso icono de Dubái,
la Burj Kalifa, la torre más alta jamás construida.
Es tres veces la altura de la Torre Eiffel y el doble del edificio Empire State,
la punta de esta maravilla moderna se puede ver a más de 95 kilómetros.
Toma un elevador de alta velocidad hasta el mirador en el piso 124,
donde podrás contemplar una vista espectacular de la ciudad y el horizonte.
La Burj Kalifa es particularmente bella de noche,
especialmente si la ves a través de las aguas danzantes de la Fuente Dubái.
Dondequiera que mires, en Dubái
te encontrarás frente a proyectos que resultan casi increíbles.
Disfruta de las Mil y una noches en Madinat Jumeirah,
un resort de cinco estrellas diseñado como un tradicional pueblo árabe.
Navega en un mar de lujo en el Burj Al Arab,
un hotel de siete estrellas con elegantes líneas que imitan a los barcos de madera del Golfo.
Cuando suba la temperatura, visita una de las playas públicas, como el Mamzar Beach Park.
O disfruta de lujosos servicios en las playas privadas de varios hoteles.
Lleva a tu familia a Wild Wadi World y visita más de treinta atracciones,
con temas de los cuentos árabes.
Da un paseo diferente a alta velocidad en la Atlantis Dolphin Bay.
Después conoce más animales marinos, en el Lost Chambers Aquarium.
Si realmente quieres refrescarte,
súbete en las sillas hasta la cima de la montaña bajo techo de Ski Dubai.
Este resort de esquí en el desierto tiene cinco pistas para esquiar,
que incluyen la primera pendiente para expertos bajo techo en el mundo.
Ski Dubai también es hogar de un grupo de pingüinos,
que salen a jugar varias veces al día.
Una vez que hayas perfeccionado tus vueltas en la nieve ,
prueba un poco de sandboarding.
Si vienes un día o te quedas unas cuantas noches,
un viaje al desierto de Arabia es una vivencia que debes disfrutar.
Súbete a un camello, conoce animales salvajes,
o solo admira la interminable extensión de arena.
Este es un lugar tan silencioso…
que podrás escuchar el latido de tu corazón.
Es cuando estás aquí afuera,
a una hora del edificio más alto del mundo,
que verdaderamente aprecias lo milagrosa que es Dubái.
Es increíble que en uno de los paisajes más inhóspitos del planeta
pueda florecer uno de los destinos más lujosos del mundo.
Y que desde este gran espacio vacío pueda surgir un esplendoroso oasis,
que casi puede opacar al mismo sol.