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Nuestro civilización funciona con petróleo.
Es el combustible más barato, portable y energéticamente denso que jamás hemos encontrado.
A la naturaleza le costó decenas de millones de años en hacer el petróleo
y lo hemos usado casi todo
en menos de doscientos.
Hace un poco más de una década,
eminentes geólogos
calcularon que la producción global de petróleo iba a llegar a un “peak”
y empezar a bajar,
y no seguiría ajustándose a la continua y creciente demanda.
Pero los portavoces de la industria petrolera contestaron con un mensaje:
”No se preocupen hay mucho petróleo” y nos aseguraron que todo estaría bien.
Entonces, ¿Qué ocurrió realmente?
La producción mundial de petróleo se estabilizó, dejando de crecer en 2005,
y los precios del petróleo se volvieron locos.
Brotaron guerras en los lugares de abundancia de petróleo y la economía global
se fue en picada.
El término “peak oil” entró en nuestro léxico.
La industria petrolera está preparando otra contra ofensiva de relaciones públicas.
Nos están diciendo que utilizando “nuevas “ tecnologías como el “hydrofracking” de
rocas de baja porosidad
se logra disponer de mucho petróleo no convencional de baja calidad.
Ellos plantean que solo necesitamos perforar más para producir más.
¡Problema resuelto!
Pero esperen. Qué es lo nuevo aquí?
La mayor parte de esta tecnología ha estado disponible desde la década de 1980.
Los recursos petroleros no convencionales han sido conocidos por los geólogos por décadas.
Lo único nuevo son los altos precios del petróleo.
En primer lugar son los altos precios del petróleo lo que hace que producir petróleo no convencional
la pena.
Se requiere mucho dinero y energía, sin mencionar la cantidad de agua, para “frackear” rocas de baja porosidad.
y los riesgos ambientales son impresionantes.
¿Cómo logra la economía manejar los altos precios del petróleo? Bueno, resulta que la economía detesta los altos precios del petróleo
y responde cayendo en recesión.
Esto hace que los precios de la energía se vuelvan volátiles llevando a la industria a una serie de altos
y bajos.
Entonces, ¿Cual es la línea de fondo?
Si, todavía hay petróleo bajo tierra.
Y no podemos costearlo.
En términos generales los analistas del “Peak Oil” tenían razón.
Pero la industria petrolera está ganando la batalla de relaciones públicas.
Lo que realmente importa no es quién gana la batalla, pero
pero como nos preparamos para lo inevitable.
Debemos desprendernos de nuestro altamente
energético estilo de vida.
Sería tonto esperar a que los eventos decidan el debate de una vez por todas.
Digamos adiós al petróleo.
Es decir Adiós a nosotros mismos.