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Estoy sufriendo mucho.
¿Has completado una Hoja de Trabajo?
Sí.
¿Qué te ocurre?
Es mi madre.
Vale. Bueno, cariño, pues vamos a conocer a tu madre (lo cual no va a suceder). Vamos a conocer a la hija de su madre.
Bueno, cariño, lee lo que has escrito. ¿Cómo es la situación con tu madre?
Estoy enfadada con Jane porque me ha avergonzado, ha cuestionado mi juicio y, básicamente, me ha dicho que estaba equivocada.
Vale, entonces, "Jane te ha avergonzado." ¿Cómo es la situación? ¿Dónde estás en el momento en que te hizo avergonzarte?."
Estoy en casa. Estoy al teléfono con ella.
Ok. Por tanto, "Ella te avergonzó." ¿verdad?
Sí.
"Ella te avergonzó." ¿Sabes con toda seguridad que eso es verdad, que "ella te avergonzó"?
Sí.
¿Y cómo es tu reacción en esa llamada telefónica?, ¿cómo reaccionaste?, ¿qué ocurre cuando piensas eso?
Me siento muy mal. Fatal. Desamparada. Desesperada. Enfadada. Furiosa. Enfurecida.
Entonces, al hablar por teléfono con tu madre, ¿quién serías sin este pensamiento, "Ella me avergonzó," mientras las escuchas?
Me sentiría liberada.
Sí. Entonces, ¿qué estaba diciendo?
Tuve apendicitis hace un mes y tuve que operarme así que me estaba recuperando y le dije a mi madre que resultaba
que había tenido tres episodios anteriores de ese mismo dolor, pero en aquel momento no sabía que se trataba de una apendicitis.
Y ella dijo, básicamente: "¡Podría haberse perforado!, ¡Podrías haber muerto!"
Bueno, dímelo a mí.
"¿En qué estabas pensando?"
Pues dímelo a mí: "Madre, ya me ha pasado esto, ahora que lo pienso, como tres veces antes de esta."
Y luego tu madre dice...
"Pues podrías haber muerto."
"¿Sabes?, es la verdad."
"Dios mío, ¿sabes que?. Pensamos igual."
"Y te oigo decir que se podría haber perforado. ¿Sabes?, podría haber pasado. ¿No tenemos la suerte estar hablando así por teléfono?"
"Me siento muy conectada a ti."
Yo se lo dije, le dije...
"¿Sabes lo que me encanta de ti? Nunca me avergüenzas".
No conoces a mi madre.
Por cierto, es psicóloga. Eso es lo mejor; sí...Es la guinda del pastel.
"Ella me avergonzó." Dale la vuelta: "Yo..."
Puedo decirlo: "Yo me avergoncé". Pero no estoy contigo.
Sí, pero en ese momento, en ese momento, ¿dónde te avergonzaste?
Justo en ese momento, cuando dijo: "Podría haberse perforado. Podría haberte matado." ¿Dónde te avergonzaste en ese momento?
Ella estaba diciendo la verdad. Estás de acuerdo con ella.
Así que algo iba mal. ¿Dónde te avergonzaste?
Mujer: No lo sé.
Ahí hay un ejemplo.
Ella sólo dijo lo que ya me temía. Y por eso me avergoncé, porque no me permití sentir lo aterrada que estaba.
Sí.
Ella sólo dijo lo que yo ya pensaba. Y yo ya me había culpado a mí misma. Maldita sea, soy médico. Debería haberlo sabido.
Entonces, ahí hay otro.
Te avergonzaste, te avergonzaste y te avergonzaste.
Mujer: Sí.
Y acabas de salir con todos estos ejemplos.
Sí. Y estaba molesta porque ella estaba señalando todas esas cosas por las que yo ya me había culpado.
Entonces, ¿quién te hizo avergonzarte?
Yo.
Sí. Así que cuando encontréis verdades increíbles como esta, ya sabéis, observadlas.
Sabéis, alguien dijo: "¿Cómo se consigue que se queden?" Estando con ellas.
Porque vuestra mente en algún momento dirá: "sí, pero..." y se dará cuenta y luego volverá a lo de antes, a cuando te avergonzaste a ti misma,
porque si lo haces ahí, lo haces, vuelve a ocurrir con tus pacientes.
Vuelve a ocurrir con las personas con las que trabajas. Vuelve a ocurrir con tu madre otra vez. Vuelve a ocurrir con tu familia. Es así.
Por tanto, merece una observación. Si podemos observar nuestro sufrimiento, sin duda podemos observar nuestra iluminación y apoyarla.
Hasta que no lo consiga cada pequeña célula, no se conseguirá. Dejad que se extienda. Tranquilidad. Dedicación.
Respetar este hermoso regalo que nos encontramos cada vez que observamos este poder que nos muestras de una manera tan bonita.
Me encanta sentarme con personas como tú que nos sanan, porque estás abierta a la curación cuando la ves.
Ha sido...
Así que, cariño. "Ella me avergonzó." Hay otro giro. "Yo..."
"Yo la avergoncé."
Entonces, en esa situación, ¿cuándo la avergonzaste?
Yo dije: "..mamá, no digas eso. Ya lo hemos hablado. Ya me he culpado por eso."
Se la devolví.
Entonces, la avergonzaste por señalar lo que ella veía en cuanto a tu salud y tu bienestar.
Su niña pequeña. Ella también estaba asustada.
Y me quiere.
Sí.
Ella me quiere. Ojalá solo hubiera dicho: "Saskia, te quiero y estaba aterrorizada."
Oh, eso es bonito. Dale la vuelta. "Ojalá yo le hubiera dicho..."
Esa es difícil. Yo no lo siento. No siento que la quiera.
Entonces, dale la vuelta hacia ti. "Ojalá..."
"Ojalá me quisiera a mí misma."
"Ojalá hubiera dicho, 'Saskia, te quiero.'"
Pruébalo.
Esto es muy poderoso, lo que quiero que mi madre me diga. Es decir, si ella no puede, entonces ¿quién podrá?
Yo no puedo hacerlo.
Sí. Así que lo proyectaste sobre ella. Y no la guiaste sino que hiciste que se avergonzara.
Y no pensaste, no decidiste avergonzarla.
Simplemente, creíste eso y salió así. Así se reacciona cuando crees ese pensamiento.
Quería que me tranquilizase en lugar de hacerlo yo.
Esa es mi mayor lucha.
Sí. Es maravilloso verse con la única ayuda de verdad que vas a poder encontrar, que es la tuya propia.
Es un poco deprimente.
Y muy enriquecedor. Quiero decir, después de todo, tu madre,
no hay nada que pueda decir o hacer que tu mente no ignore o malinterprete.
Como vemos en este ejemplo, no es personal. La mente funciona así.
No pretende hacerle daño a ella ni a ti. Solo quiere salvar su vida, su identidad.
"Sé que eres quien me está haciendo daño."
"Mi madre me avergonzó; tu madre te avergonzó." ¿Es eso verdad?
No.
Bueno, tesoro, vamos a pasar a la Afirmación dos.
Quiero que Jane me diga que se alegra de que me vaya bien y lo increíble que es mi cuerpo. Quiero que deje de avergonzarme.
Entonces, tienes la segunda. Ella dejó de avergonzarte.
El perdón es ver que lo que pensé que había pasado no pasó.
Es como, "Pensé que ella me había avergonzado." No lo hizo. No hay nada que perdonar.
Eso es todo.
Ok. Entonces, lee la primera de nuevo, es decir,...lee la primera parte de la afirmación dos de nuevo.
Quiero que Jane me diga que se alegra de que me vaya bien y lo increíble que es mi cuerpo.
Ok. ¿Es eso verdad? ¿Querías de verdad eso, es lo que quieres que te diga?
Sí.
¿Y cómo reaccionas cuando crees ese pensamiento, que eso es lo que quieres que te diga?
Me siento retorcida por dentro.
¿Y te callas? ¿Te vuelves fría? ¿Te vuelves borde? ¿Te vuelves...?
Todas las anteriores.
Ok. Esas son las maneras, así reaccionamos algunos de nosotros cuando creemos el pensamiento.
Entonces, si realmente las observas, para ver cómo reaccionas, la próxima vez que esas emociones ocurran, tu mente lo entenderá.
Deben haber preguntas o te despertarás así y ya está.
Todas las cosas pequeñas que suceden en el cuerpo, cuando las has presenciado, de esta manera, por ejemplo, en esa tercera pregunta,
de nuevo, es como una campanita que dice: "Ah. Mira en tu cabeza. Está pasando algo."
Por tanto, "quiero que me diga que se alegra de que me vaya bien."
¿Quién serías sin ese pensamiento? Cierra los ojos y escucha a tu madre por teléfono. Escúchala
diciendo: "podrías haber..."
Podría estar tranquila.
Ok. Cierra los ojos otra vez y escúchala. Siente compasión por esa madre.
Está intentando comunicarse con una hija que acaba de avergonzarla. No sabe cómo comunicarse. Está perdida.
Además, fíjate, cariño, ¿cómo va a saber que eso es lo que quieres oír?
Está imaginándose cómo el apéndice de su hija estalla tres veces antes de esa horrible operación, lo imagina así.
En ese momento, yo podría apreciar el hecho de que se preocupe por mí, de que le importe algo.
Sí.
Vamos a darle la vuelta entonces: "quiero decirle..."
"Quiero decirle..."
"Que me alegro..."
"Que me alegro..."
"Que me..."
"de que me vaya bien y estar sana."
Porque ella es una mamá preocupada. Es una mamá preocupada.
Entonces, ¿puedes darle la vuelta otra vez? "Quiero decirme a mí misma..."
"Quiero decirme que me va bien."
"Que me alegro de que me vaya bien."
"Que me alegro de que me vaya bien."
Eso sustituiría bien el avergonzar a tu madre.
Eso es lo que había en ese espacio.
¿Puedes repetir eso?.
Avergonzar a tu madre ocupaba ese espacio en lugar de decirte a ti misma que te estaba yendo bien.
Y creo que eso pasó porque quería su aprobación en lugar de preocuparme más por cuál era mi opinión.
Y si lo simplificamos, sería: pensabas que te estaba avergonzando.
Pero era al revés. Recuerda: soy lo que creo que eres en el momento en que lo creo. Soy eso.
Si creo que mi madre me está avergonzando, es porque yo la estoy avergonzando. Y eso me avergüenza a mí. Y está claro que no lo estaba haciendo.
Ella dijo dos hechos, su opinión.
Bueno, cariño, vamos a ver la siguiente.
"Jane debería ver que me está haciendo daño y que nos está alejando aún más en nuestra relación."
"Debería ver que esto me hace sentir avergonzada, controlada y mal. Debería dejarme estar."
"Debería ver que te está haciendo daño." ¿Es verdad eso?
Sí.
Cierra los ojos. Mírala. Ella cree que su hija ha estado a punto de morir.
En esas tres veces que se sentiste los ataques.
Así que, en ese momento, ella está percibiendo que debe ver que te está haciendo daño.
Vaya. No. Ahora no puede verlo.
Ah.
No le importa que me haya hecho resonancias magnéticas. No le importa que haya mejorado. Sólo estaba preocupada.
No le importa, porque no puede importarle. Es lo que estás diciendo. No puede. Está preocupada.
Ella ve una imagen tuya sola sin ella, tu apéndice que revienta. No puede llegar a ti...
Quiero decir, esas son las imágenes que pasan por nuestras cabezas. Pero queremos que diga estas cosas en concreto, como en un guión.
El ego. ¿No es genial? Sólo que tienes que apreciarlo.
Ok, entonces, "Ella debería ver que me está haciendo daño."
Al teléfono, con tu madre, ¿quién serías sin el pensamiento, mientras la escuchas?
Podría simplemente quererla por preocuparse y por su miedo y...
Está claro, ella no te está avergonzando. De hecho, ella está de acuerdo con lo que estabas pensando tú misma.
Y tú estabas muy asustada. Ella se asustó cuando lo pensó. Tú estabas asustada cuando lo pensaste.
"Ella debería ver que ella me está haciendo daño." Dado la vuelta: "Yo..."
Yo debería ver que le estoy haciendo daño.
Y debería ver que me estoy haciendo daño.
Que no es ella la que lo está haciendo. Sino tú.
Entonces, ella solo está afirmando...
Lo que ya estabas pensando. Tu apéndice podría haber estallado. Podría haberte matado.
Ahora, léelo todo cariño: "Ella debería ver que..." Y lee toda la frase: "No debe ver..."
No debe ver que me está haciendo daño. , Sigue leyendo.
"Y alejándome más de ella."
"Ella no debe ver que esto me hace sentir avergonzada, controlada y mal. No debe dejarme estar."
Porque si lo dejara estar, ¿entonces yo no estaría aquí sentada contigo, aprendiendo?
Bueno, ella no hizo nada.
Léelo otra vez así, entero. Y escucha. No es ella. Quiero decir, ella no podía. Léelo de nuevo así.
No debe ver que me está haciendo daño y alejándome.
No, porque no lo hizo.
¿No debería una madre no quiere hacer daño a su hija?
No lo hizo. Ella dijo dos cosas. Tú te avergonzaste y la culpaste. Inocentemente.
Ok.
Y sigue leyendo: "Ella no debería ..."
Ella debería ver que esto me hace sentir avergonzada, controlada y mal. No debería dejarme estar.
¿Por qué no debería...?
De ninguna manera podría haber percibido que eso estaba pasando. Estaba todo en tu cabeza.
Estaba preocupada por esas imágenes de su hija que tenía en la cabeza
que podría haber muerto del apéndice...Así que, ahí estaba ella.
Podrías haber muerto. Tu apéndice podría haber estallado. Y tú tienes todas estas cosas con las que ellas ni siquiera se identifica.
Estás enfadada porque no te las dio y eso ella no podía saberlo de ninguna manera.
Porque su mente estaba en todo esto.
Sí. Sí.
Por eso, esa es la ilusión. Así que vamos a darle la vuelta: "Yo debería ver..." Y luego ponte en todo.
Debería ver que me estoy haciendo daño y que me estoy alejando aún más en mi relación.
"...conmigo misma"
"...conmigo misma."
Debería ver que esto me hace sentir avergonzada, controlada y mal. Debería dejarme estar.
Léelo así otra vez y asúmelo.
Debería ver que me estoy haciendo daño. Y que me estoy alejando aún más en mi relación conmigo misma.
Es la verdad. Debería ver que esto me hace sentir avergonzada, controlada y mal.
Debería dejarme estar.
La última es la más difícil.
Ahora, en esa última, lee: "Debería ver..."
Debería simplemente déjame estar.
"Debería dejarla estar."
"Debería dejarla estar."
Vuelve un poco hacia atrás, al "debería" anterior.
"Debería ver que esto le hace sentirse avergonzada, controlada, y mal."
La verdad es que no quiero hacerla sentir tan mal como me siento yo.
Simplemente porque es inocente. No hizo nada. Excepto decir lo que ya estabas pensando.
No había vergüenza, no había culpa. Solo la preocupación de una madre por su hija.
¿Puedo decir algo?
Ella me dijo (Jeff es mi marido), dijo: "Bueno, ¿qué habrías hecho si a Jeff le doliese tanto que no pudiese andar?"
La primera vez le dije que me costaba andar, que me dolía mucho.
Pero su tono...
Pero, ¿qué habrías hecho?
¿Qué habría hecho si a mi marido le doliese tanto que no pudiese andar?
Sí. ¿Qué habrías hecho? Te hizo una pregunta sencilla. ¿Qué habrías hecho?
"Cariño, a lo mejor deberíamos ir a Urgencias ¿Crees que puede ser una apendicitis?, ¿o crees que es otra cosa?"
Ahí tienes tu respuesta. Ahí tienes tu respuesta.
Ok.
Era una buena pregunta.
Entonces, ¿ella puede utilizar ese tono tan hiriente?
¿Qué es lo que te duele en concreto?
"¿Qué habrías hecho?"
"Oh, gran pregunta, mamá ¿Qué habría hecho yo? Ok. Habría...".
Ya sabes, como cualquier ser humano cariñoso y preocupado, cuando la gente está molesta, suena así.
Eso se le da muy bien.
Y supongo a mí también.
Yo omitiría el "supongo".
Este es un Trabajo profundo.
Pues léelo otra vez, dado la vuelta, todo a tu madre: "Debería ver que mi madre ...debería ver que le estoy haciendo daño ..."
"Debería ver que le estoy haciendo daño y la estoy alejando incluso más en nuestra relación."
"Debería ver que esto la hace sentirse avergonzada, controlada y mal. Debería dejarla estar."
¿Encaja de esa manera también?
Sí.
Y cada vez que vayas a tu madre así, con esa intención, lo vas a sentir.
Y no te gustas cuando lo haces.
Y estás confundida así que vuelves a atacar porque la mente se siente justificada y luego vuelve de nuevo y;
te sumerges cada vez más y más en esto; al ego le encanta. Está muy seguro ahí.
Siempre que aparece la "víctima", que es todo el tiempo, víctima, papel de víctima, identidad de víctima, es seguro.
Sabes, ¿os imagináis un planeta donde siempre que llueva, nos quejemos?. Es decir: "Soy víctima de la lluvia. Soy víctima de..."
No importa lo que haga. "Yo soy". Pero eso la hace parar.
Así que, vamos a ver la siguiente cariño.
"Necesito que diga que se alegra de que esté bien y que luego cambie de tema. Necesito que diga que puedo confiar en mi propio juicio.".
Entonces, la primero es, "necesito que diga que se alegra de que esté bien." Eso es lo que necesitas para ser feliz.
Ten en cuenta su estado de ánimo. Y ten en cuenta tu estado de ánimo.
Si ella hubiera dicho: "Me alegro de que estés bien", ¿La habrías creído?, ¿Te habría hecho feliz eso?
Conociendo a mi madre, no.
Sin tener en cuenta lo que estabas pensando y creyendo.
Entonces, en el espacio en el que estaba.
Es lo único que tienes que considerar aquí.
Ok. Entonces no. Probablemente no la habría creído.
Y recuerda que la cuarta pregunta es qué te haría feliz. "Necesito que diga que se alegra de que esté bien."
En ese momento, si tenemos en cuenta su estado de ánimo, tu estado de ánimo, si hubiera dicho eso, ¿te habría hecho feliz?
Probablemente no.
¿Y cuál es tu primera afirmación? ¿La afirmación 1?
"Estoy enfadada porque me ha avergonzado."
Sí. Y si hubiera dicho: "Me alegro de que estés bien", ¿te habría hecho eso feliz?
¿Si tienes en cuenta su estado de ánimo?, ¿tu estado de ánimo?
Probablemente no.
Entonces, ¿quién serías sin este pensamiento que no te habría hecho feliz de todos modos; probablemente no?
Me sentiría liberada.
En mi opinión, eso está bien.
Ok, entonces, dale la vuelta: "necesito..."
"Necesito decirme que me alegro de estar bien."
"Y luego cambiar de tema."
"Necesito decirme que puedo confiar en mi propio juicio," y ese es un gran problema, siempre presente en mi vida.
Lo es, porque lo que estás proyectando en ella le da todo el poder, pero esa no es tu madre. Ese es el problema.
Es quien crees que es tu madre.
Crees que es alguien que te avergüenza, pero no es así. En esta situación.
Gracias.
"Necesito decirle a mi madre que me alegro de estar bien."
"Necesito decirle a mi madre que me alegro de estar bien."
"Y luego cambiar de tema."
"Necesito decirle que puedo confiar en mi propio juicio."
Ok, cariño. Una razón por la que no confiamos en nuestro propio juicio es, utilicemos este caso aislado:
Es como si yo creo que me está avergonzando y hago este Trabajo y veo que no lo estaba haciendo, que era yo, entonces yo debería ver que la estoy avergonzando también.
Porque pasa, esto vuelve a ocurrir.
Es terrible, la verdad.
Sí, es algo maravilloso de trabajar pero al principio es un poco raro.
Sólo hay una persona que no está bien en todo este mundo y soy yo.
Vaya.
Son buenas noticias. Es alentador, ¿sabes?
Solo queda una persona por cambiar. Y es la que está contigo. Así que también es práctico.
Entonces nunca es la otra persona, ¿nunca? ¿Nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca?
¡No!
No me va a dejar ni tocarla ya.
Nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca.
¿Independientemente de lo que diga o lo que haga?
Pase lo que pase. Pase lo que pase.
Y lo que me encanta de este intercambio es que es algo que no te vas a creer.
Lo vas a probar. Con suerte, lo probarás. Y si eso es lo que estoy revelando aquí, demuéstrame que no tengo razón, por favor.
Observa tus prácticas todos los días. Demuéstrame que no estoy en lo cierto.
Abre tu mente a cuestionar lo que estás creyendo y mira en qué posición te encuentras u obsérvalo.
Nunca será así.
Bueno, la verdad es que he estado sufriendo tanto que no me queda más remedio que intentar algo diferente.
Porque, como diría el Dr. Phil: "¿Cómo te va con eso?"
Y no va. En muchos sentidos.
Te he hecho reír. Es genial.
Me encanta cómo funciona tu mente. Hasta que no es tuyo, no vas a por ello. Eso así.
Ok, veamos la siguiente. "Jane es controladora e irrespetuosa." Ni siquiera puedo decirlo con cara seria. "Yo soy controladora e irrespetuosa."
En ese momento.
conmigo y con ella.
Sí.
Con ambas.
No estabas respetando las pruebas: ni las tuyas ni las suyas.
Así que, en todo esto, ¿no dices que lo que hice estuviese mal?
No.
Solo me estás pidiendo que...
Para mí, lo mejor que podría pasar es que te dieses cuenta,
cuando creíste esos pensamientos, ¿qué vida salía de eso?
Todo salía de eso. Y, al final, llegamos a ver que es todo una ilusión. Que estamos en la guardería.
Así que, ¿cómo reacciono cuando me creo el pensamiento: "mi madre me avergonzó"? la emoción surge inmediatamente, ¿no? Inmediatamente.
Además, cuando piensas: "mi madre me avergonzó," aparecen otras imágenes que son del pasado.
Y ves esa película y ni siquiera sabes lo que está pasando. Inocente, inocente, inocente.
Y mientras lo presencias, experimentas esas emociones y todo se va a lo que crees en ese momento.
Y las emociones que se producen en él y esas imágenes y lo que estás pensando te convence de que estás en lo cierto.
Y te conviertes de inmediato en esa víctima. Y lo mismo ocurre con ella.
Dentro de ti.
Y todo tiene eso hay que limpiarlo para poder empezar de nuevo. Y no se tarda tanto.
Sería algo así: "mamá, he estado reflexionando y me acabo de dar cuenta de que, cuando estábamos al teléfono
y estabas tan preocupada, ahora me doy cuenta. Estabas muy preocupada por aquello; por mí; por nuestra discusión".
Ya sabes a dónde voy con esto. El apéndice, todo eso, ¿ok?
"Y estabas muy preocupada por mí. Y dijiste esto y dijiste esto."
"Y yo te contesté con, con algunas cosas que...te he hecho daño.", Te dije cosas que no estuvieron bien y opuse mucha resistencia y por eso estoy arrepentida de corazón." Y ahora puedo ver lo preocupada que estabas. "
Y no tengo por qué contarle la parte en la que pensé que me había avergonzado ni nada de eso. Eso es cosa mía.
Pero quiero admitir lo que he descubierto en estas hojas de trabajo. Reconocerlo, hacer lo correcto si puedo y empezar de nuevo.
Y la forma de arreglar las cosas la próxima vez que piense que me está avergonzando es hacer una hoja de trabajo. Si no; si no me doy cuenta en ese momento.
Y así es como arreglo las cosas y empiezo de nuevo.
Bueno y así nos da la oportunidad de vivirlo. Y es algo bonito, como la confesión.
Ya sabes: "mamá, te avergoncé y mi tono de voz y, estoy realmente arrepentida. Me dolió de verdad y por eso me disculpo.".
Y así lo vas entendiendo, tus células lo entienden. Todo lo entiende. Y el ego simplemente, va muriendo, muriendo y muriendo.
Y lo haces cuando estás preparada.
Echemos un vistazo a la siguiente.
Y, de nuevo, auto-realización, hasta que se ha vivido, ¿qué poder tiene?
"No quiero volver a sentir que tomé la decisión equivocada. No quiero volver a sentir...".
Vamos a volver a ver la número cinco, dada la vuelta, "En ese momento, yo..."
"Estoy siendo controladora e irrespetuosa conmigo y con mi madre."
Sí. Muy bien.
¿Y la última?
"No quiero volver a sentir que tomé la decisión equivocada. No quiero que la opinión de mi madre me vuelva a afectar tanto.".
"Estoy dispuesta a..."
"Estoy dispuesta a sentir que tomé la decisión equivocada."
Sí. Podría suceder. Sobre todo, en contra de tu madre.
¿Sabes? más allá de lo que pienses, quizá la respetas. Y la quieras.
La quieres. No puedes hacer nada al respecto. Ahí perdemos. Es decir, pierdes. Hasta que no lo asumas, pierdes.
Esa nunca la vas a ganar.
Ella va a seguir haciéndote esto.
Es como si nuestra madre pudiese pulsar unos botones y son los que más nos afectan, ¿sabes?
Una vez que aprendas a cuestionar lo que crees, entonces ella, será cómo una iluminación de esas por esteroides.
Entonces, ella pregunta algo, me siento provocada y tendría que decir: "qué buena pregunta, mamá, ¿qué habría hecho...?".
Sólo si puedes escuchar la pregunta porque tu mente la querrá ignorar.
"Está siendo indiscreta. No confía en mi juicio. Ella esto. Ella lo otro. Sólo quiere avergonzarme."
Ya sabes, esas cosas van a una hoja de cálculo hasta que, al final, cuando te haga una pregunta, podrás escucharla y contestarla de verdad.
Eso es escuchar. ¿Te parece inquisitiva?
Responder a la pregunta. ¿Te parece inquisitiva?
En nuestras vidas hay personas que nos hacen muchas preguntas.
Entonces, "estoy dispuesta a..."
"Estoy dispuesta a sentir que he tomado la decisión equivocada. Estoy dispuesta a que la opinión de mi madre me afecte.".
Al ser doloroso, puede devolverte a la pregunta y hacerte despertar.
"Tengo ganas de..."
"Tengo ganas de sentir que he tomado la decisión equivocada."
Como esto va a doler, hay que volverlo a poner en la hoja de trabajo. Estés en la situación en la que estés.
"Tengo ganas de..."
"Tengo ganas de que la opinión de mi madre me afecte."
¡Qué emocionante!
Aún no lo he conseguido, pero puede que lo consiga.
Bueno, ¿no crees que ella podría pensar de otra manera?
Sí.
Entonces, hay dos maneras de, digamos, evitar a nuestras madres,
o, simplemente, estar a la defensiva y ser independientes.
O hay disposición, es decir, simplemente dejarlas ser como son, y si hay algo que nos molesta, eso va al papel, a una hoja de trabajo.
Ella te iluminará, si tienes la mente abierta.
Ok, ¿qué es lo que tu madre...? Dices que "tu madre te avergonzó".
¿Puedes encontrar algún lugar de tu vida en el que te avergonzase de verdad?
Sí.
Ok. ¿Estás dispuesta a compartirlo?
Supongo que sí. Sí.
Ok. ¿Y qué te dijo? ¿O hizo?
Tanto ella como mi padre me dijeron que estaban desconsolados, que les rompí el corazón cuando estuve saliendo con otra mujer.
Pues sé mi madre y dime eso.
¿Sé mi madre y dime eso?
Tú serás tu madre y yo seré tú. Y dime eso.
Ok. "Saskia, tu padre y yo estamos desconsolados..."
(por cierto, soy muy buena imitándola así que suena así de verdad.)
"Saskia, tu padre y yo estamos desconsolados por lo que has escogido. Y es que simplemente, no podemos entenderlo."
"Creemos que no es lo mejor para ti. Estás partiéndonos el corazón."
"Oh, madre. Debe ser muy doloroso para ti. ¿Hay algo que pueda hacer?"
"Bueno, sí. Creo que podrías poner fin a esta relación. Tu padre y yo lo estamos pasando muy mal."
"¿Sabes?, lo siento mucho pero no estoy dispuesta a renunciar a la relación. ¿Hay algo más que pueda hacer?"
Vaya, eres buena.
¿Que soy...?, ¿sabes?, mi madre lo está pasando mal. Mi padre lo está pasando mal. Están creyendo.
¿Cómo se atreven a querer lo que es mejor para mí, según su opinión?
Pero, ¿eso qué tiene que ver conmigo?
Entonces les dejo que digan lo que quieran.
¿Y crees que puedes hacer algo al respecto? Son creyentes.
Esto es lo que lo que estoy escuchando aquí sentada frente a ti. Esto es lo que estoy escuchando.
"Mis padres lo están pasando mal. Creen que les he hecho daño. No hay nada que pueda hacer con respecto a lo que creen."
"Pero quizá sí haya algo que pueda hacer para aliviar su dolor, sin cambiar mi vida."
Es que, con los creyentes, podrías cambiar tu vida y seguirían sin estar contentos.
Sí. Porque lo he intentado. Y no funciona.
Ok, entonces siempre que ella te ha dicho "lo has hecho mal" y luego lo hiciste de otra manera. ¿Me sigues, no?
¿Ok? ¿Quién tomó la decisión de hacerlo de otra manera?
A ver, quiero que esto quede claro. Digamos que rompiste con esta persona, porque tus padres estaban dolidos.
¿Quién tomó la decisión de romper con ella? ¿Y quién tiene la culpa?
Yo. Mi madre. Sí.
Esta es la vida de un creyente. Tu madre dice: "tus acciones me están haciendo daño."
Tú decidiste cambiar tu vida. La culpaste a ella.
La diferencia entre el momento en que yo lo escuché y tú lo escuchaste es que yo respeté a mis padres y les escuché con atención.
Ellos se sienten mal, ¿verdad? No lo creí. No podía creer lo que creían.
Bueno, vamos a decirlo de manera más clara.
Si creyera...
Mis padres dicen: "Me estás haciendo daño." Si yo me lo creo, mi vida cae en la falta de autenticidad.
Así que me pierdo el respeto y pierdo el contacto conmigo misma y los culpo a ellos.
Pero si tus padres dicen: "el cielo es azul", ¿quién se lo cree?
Yo.
Entonces, debes asumir el 100% de la responsabilidad. No puedo culparte por algo que pasa en en mi vida.
Yo soy responsable. ¿Dices que el cielo es azul?
En Marte, todos creen que es rojo.
Bueno, digamos que en la Tierra todo el mundo cree que el cielo es rojo, pero que mis padres me dicen que es azul.
Ahora parezco un bicho raro. Es culpa de ellos.
¿Es culpa de ellos o no se volvió el cielo rojo cuando me lo creí? ¿o azul? lo que haya dicho.
¿Entiendes?
Sí.
Sí. Por eso, al creyente le cuesta. Hemos nacido en esta vida de sufrimiento.
Y ahora cuando cuestionamos lo que creemos, volvemos al lugar de donde vinimos. Todo se va arreglando.
Y si puedes tomar el camino que has tomado, puedes, sin duda, volver atrás. Seguro que puedes darle la vuelta.
Y devolverte a...
tu preciosa tú.
Gracias.
Gracias.
De nada.
(aplausos)
Cuánto valor. Eres una gran sanadora.
Gracias.
Está bien saber que hay algunos médicos claros por ahí, ¿eh?
Bien, ¿alguna pregunta?, ¿alguna...?, ¿sí?
Me ha encantado. Me han venido muchas cosas a la mente y tengo la suerte de estar aquí con mi madre.
Tengo 46 años y durante casi 40, actué más o menos como ella.
Sí.
Por eso he agradecido mucho el Trabajo de hoy. Y lamento...¿por qué no encontré antes el Trabajo?
No era el momento.
Sí. Ahora que me acerco a los 50.
Estabas ocupada creyendo tus pensamientos y, con suerte, los próximos 50 los pasarás cuestionándolos.
Gracias.
Gracias.