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Dominar las reacciones y los procesos de la materia
y su combinación para modificarla a conveniencia
es el objetivo de la industria química.
Más allá del negocio,
la misión del sector es proporcionar avances
que mejoren la vida de las personas.
La salud, la higiene o la alimentación son solo algunos de los segmentos
que están más fuertemente vinculados a la industria química.
El sector químico cuenta con el I+D
como su aliado principal de cara al futuro,
y por lo tanto requiere de inversiones económicas importantes para avanzar.
Más allá de esto,
cuenta con el apoyo de gobiernos y empresas.
El comercio exterior ha demostrado una alternativa de crecimiento,
especialmente con Asia,
y si por un lado la competencia en el mercado internacional es más fuerte,
también ha resultado ser un potente dinamizador
promoviendo la cooperación entre componentes del sistema productivo a distancia.
La otra vía de diferenciación es la especialización,
como en el caso de la industria nanotecnológica o los biomateriales.
Si bien las empresas a menudo operan en más de un sector,
la realidad profesional de la industria química
se organiza básicamente en tres ámbitos de actividad:
La Química básica se encarga de fabricar productos básicos
como plásticos, compuestos, pigmentos, ácidos, alcoholes, gases
y demás productos de la química orgánica e inorgánica,
además de materias primas plásticas
como los poliésteres o las poliamidas.
El ámbito de la Química de la Salud Humana, Animal y Vegetal
aglutina las actividades destinadas a la protección de los seres vivos,
como son las materias primas de los fármacos
y los productos zoosanitarios o fitosanitarios.
El de la Química para la industria y el consumo final
tiene un peso productivo muy importante,
e incluye la fabricación de pinturas, tintes, barnices,
aceites y grasas industriales, lejías, productos de cosmética,
material fotográfico o explosivos, entre muchos otros.
El sector ofrece oportunidades de ocupación
para casi todos los perfiles formativos.
Para acceder a los de mayor cualificación,
se requiere una licenciatura en Química, Bioquímica,
Química Industrial o Farmacia, entre otras,
pero también tienen cabida los licenciados en Derecho,
Economía, Comunicación y Medicina.
En este contexto
se espera un aumento en la demanda de perfiles profesionales
con conocimientos en técnicas para el desarrollo sostenible,
el control de procesos y la informatización.
Para los perfiles formativos de menor cualificación,
la formación profesional ofrece un abanico muy amplio de posibilidades,
y existen también certificados de profesionalidad
para perfiles inferiores que quieran acceder a este mercado laboral.
Las innovaciones en los procesos de fabricación
y la automatización de las plantas
hacen que más que nunca
la formación continuada sea primordial.
El sector se enfrenta al gran reto
de mantenerse competitivo en el mercado internacional,
pero a la vez surgen proyectos innovadores
y numerosas iniciativas en política ambiental
que abren las puertas a un futuro
con sólidas oportunidades profesionales.