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Cuando veo la educación científica,
veo una brecha.
Veo una brecha entre
hacer ciencia
y aprender ciencia.
Ahora bien, si eres un chico en ese sistema educativo
y quieres hacer ciencia,
quieres hacer investigación genuina,
quizá tengas que esperar mucho tiempo para eso
porque el primer instante
en nuestro sistema de educación científica
donde universalmente se espera que los estudiantes hagan ciencia
a menudo no ocurre hasta que entran en la universidad.
Y eso es lo que establece la brecha.
Establece una brecha entre maestros y científicos,
y establece una brecha en general
entre aprender ciencia y hacer ciencia.
Pero creo que podemos superar esta brecha
si maestros y científicos trabajamos juntos.
Y creo que los maestros están en una posición única
de recurrir a los científicos
y hacer que esto ocurra.
En mi propia aula,
he tenido cierto éxito con este modelo.
Así pues quisiera usar mis propias experiencias
como para ilustrar
cómo un solo maestro puede recurrir a los científicos
y hacer que ocurra más ciencia en sus aulas.
Tuve la oportunidad de llevar adelante
mi propio programa de desarrollo profesional
en el verano a través de una organización
llamada 'Fund for Teachers'. [Fondos para maestros]
Trabajan como si fueran
capitalistas de riesgo de educadores.
Pueden acudir a ellos con una idea y decir:
"Oigan esto me hará un mejor maestro,
Esto servirá para mis estudiantes aprendan".
Y si les gusta su idea y pueden
financiarla, harán que la idea se realice.
Así que la idea que les lancé
fue una que me haría hacer más ciencia
porque eso me importaba.
Pero eso era también tan importante para mí
que lo hice de tal forma
que capturara la imaginación de mis estudiantes.
Así que la idea que les lancé
fue una expedición de 1600 km en el Río Misisipi
para reunir datos de la contaminación de nutrientes.
Durante 27 días de ese verano,
estuve inmerso en el proceso de hacer ciencia
en uno de los ríos más grandiosos del planeta.
Cuando llegábamos, desembarcábamos,
después de remar por 6 a 10 horas al día,
instalábamos un laboratorio temporal
y hacíamos experimentos con el agua.
En la preparación de esto,
pronto me di cuenta de lo mal que mi propia educación
había sido para hacer ciencia
de esta naturaleza y de este alcance.
Por eso recurrí a expertos.
Simplemente revisé algunas revistas
y encontré quiénes eran los expertos líderes
en contaminación de nutrientes en grandes ríos.
Y empecé a mandarles correos con preguntas.
Estaba estupefacto de las respuestas que recibí.
Los científicos respondieron meticulosamente
y estaban genuinamente interesados
en ayudarme a hacer mejor ciencia.
Entonces mantuve esa información en mente:
que los científicos profesionales eran un recurso
al que podía acudir.
Cuando volví a mi aula en otoño,
mis estudiantes fueron capaces de usar los mismos métodos
que había aprendido en el verano
en un río atrás de sus casas, el río Chicago
para hacer ciencia real.
Pude ver el colapso de la barrera
entre hacer ciencia y aprender ciencia
y estaba sucediendo en mi aula
y quise tener más.
Así en el verano siguiente, recurrí otra vez a los científicos.
Y pronto me encontré
con un laboratorio de ecología evolutiva en Iowa.
Compartían mi filosofía
de que no debería haber separación
entre hacer y aprender ciencia.
Trabajaban en la reproducción de tortugas
específicamente en cómo el cambio climático
afecta la evolución del comportamiento reproductivo de la tortuga
y trabajaban en un isla en el río Misisipi.
Estaba emocionado de volver a salir
al río por otro verano.
Gracias a que compartían mis creencias en educación
pudimos llevar estudiantes de secundaria allá afuera
por 2 semanas en una ocasión
y que se soltaran
en sus propios proyectos de investigación auténticos
en la biología de tortugas,
serpientes,
lagartijas.
Y en esa experiencia,
trabajando codo a codo con gente
de los diferentes niveles académicos,
tuvimos alumnos de secundaria trabajando junto con universitarios,
trabajando junto con estudiantes de posgrado,
trabajando junto con profesionales.
Salí de esa experiencia absolutamente convencido
de que esa es la manera correcta de enseñar ciencia,
sin separación entre hacer
y aprender ciencia.
Mantengo mis relaciones
con estos científicos,
al punto en el que quiero intentar algo nuevo,
algo que no se haya hecho antes.
Quiero llevar ese tipo de experiencias científicas
que tuvimos con los chicos en el río
y quiero llevarlas a nuestra aula.
Fue importante para mí
y no solo fue un caso aislado
o un día de una salida escolar especial.
Quería que este tipo de ciencia
fuese parte de la currícula de ciencia cotidiana
de todo un año escolar.
Así que cuando pensamos en esto,
en planear cómo podríamos hacer que sucediera en la realidad,
recurrimos a la Fundación Nacional de Ciencia, NSF en inglés,
y solicitamos una beca de Experiencia de Investigación para Maestros,
o el EIM.
Ahora los maestros tienen que asociarse
con un investigador que ya reciba apoyo del NSF
para solicitar esta beca,
pero creo que eso les da una gran excusa
para asociarse con un científico.
Usamos nuestro fondo de la NSF
para viajar a Florida,
con el permiso del estado de Florida,
atrapamos un manojo de lagartijas,
las enviamos por FedEx a mi aula en Chicago
en donde habíamos puesto un laboratorio de animales vivos.
Así cuando mis estudiantes vinieron a clase
para el primer día de septiembre,
inmediatamente empezaron a trabajar en un experimento científico
para responder una pregunta muy específica.
Nuestra pregunta fue:
"¿Cómo eligen las hembras cuándo poner sus huevos?
¿Cómo eligen un sitio para anidar?
¿Qué efecto tiene esa elección en su descendencia?"
Y para finales de año,
habían generado datos
y realizado la ciencia que respondía a esa pregunta.
Y estaba de lo más feliz
cuando nuestro trabajo fue publicado recientemente
en la edición de enero de la revista Behavioral Ecology.
Y hasta donde sé, esta es la primera vez
que un trabajo llevado a cabo como parte
de la currícula de una escuela secundaria normal
se publica en un artículo revisado por pares.
Entonces tengo tres consejos
para los maestros que quieran hacer estas conexiones
con científicos y quieran borrar la línea
entre hacer y aprender ciencia.
Primero,
busquen aquellos enormes recursos que están allá afuera.
Soliciten una beca EIM,
soliciten una beca del Fondo para Maestros.
Yo sé la diferencia que esos recursos hacen.
Y hay más recursos locales disponibles,
y también deben buscarlos,
porque pueden influir en el monto
de lo que puedan conseguir. Lo sé.
Pero, mi segundo consejo
es que no dejar que los recursos les impidan
hacer esas conexiones con la ciencia profesional.
Recurran a un científico hoy,
sin importar cuál sea el nivel de sus recursos.
Pueden empezar de a poco.
Inviten a un científico a dar una charla.
Hagan una charla por Skype entre un científico y su laboratorio.
Luego quizá puedan ascender
a un proyecto de mayor escala para el aprendizaje.
Pero, lo que sea que hagan,
asegúrense de estar formando estas asociaciones
con personas que se ganen la vida haciendo ciencia.
Mi tercer punto reconoce
algunas de las realidades que los maestros enfrentan hoy.
Sé que la presión de exámenes de altas expectativas
y el ambiente que crea
puede crear una sensación levemente subversiva
el desviarse de la currícula estándar.
Así que mi último consejo
es que sean un poco subversivos si tienen que serlo.
Aunque asegúrense de estar haciendo ciencia.
Y con esto no quiero decir que sean conflictivos,
porque eso no es productivo.
Pero realicen los pasos que necesiten para
borrar esas líneas entre hacer ciencia
y aprender ciencia para los estudiantes.
Y creo que descubrirán que cuando la gente ve
lo comprometidos que están los estudiantes en aprender
y que están obteniendo buenos resultados,
toda la oposición como que
se diluye al ver eso,
y convertirán a la gente en sus seguidores.
Pienso que esta es la forma correcta de impartir ciencia
donde enseñamos haciendo ciencia.
Y creo que es importante hacer esto también
porque esta es la forma
en la que les hubiera gustado aprender ciencia de chicos,
y más importante, creo que es la forma
que hubieran querido enseñar ciencia a sus hijos.
Este es el más alto estándar
que pueden conseguir como educadores de ciencia.
Así que buena suerte cuando hagan sus conexiones,
y, ¡hagan algo de ciencia!
Gracias.