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Esta soy yo siendo grande a los 2 años.
(Risas)
Aquí estoy otra vez a los 4.
Quizás no lo puedan ver.
Quizás no lo reconozcan.
Pero estoy siendo grande.
Todos nosotros somos grandes.
Todos nacemos así.
Y aquí estoy a principios de este año,
en la mayor competencia mundial de ballet,
el Youth America Grand Prix.
Gané la medalla de oro, y así,
obtuve un solo en el Lincoln Center en Nueva York.
(Aplausos)
Gracias.
(Aplausos)
Fue mi sueño hecho realidad.
Le envié este mensaje a papá justo antes de salir al escenario.
[¡Permitiéndome ser grande hoy, pa!]
(Risas)
Conversamos mucho
sobre grandeza y excelencia en mi familia.
Y mucho también sobre competencia,
interpretación y baile.
Sobre técnica, nutrición y tenemos muchas clases.
Mamá es mi entrenadora.
No siempre disfruto de las clases, aunque casi siempre sí.
No siempre me gusta el entrenamiento que recibo.
Sin embargo, siempre disfruto de bailar
y las clases son el costo.
Un día, hace unos años, antes de las semifinales regionales,
estaba siendo muy dura conmigo misma.
Mis padres me dijeron:
"Es hora de que dejes de competir".
Me sorprendió un poco.
Las regionales se acercaban y tenía muchas ganas de competir.
Pero ellos me dijeron: "Eso es todo. Suficiente.
"Ahora es hora de que simplemente bailes.
"De que simplemente interpretes, de que te diviertas.
"Seguirás compitiendo
pero ya es hora de que vayas y simplemente bailes".
Y agregaron:
"Es hora de que dejes de juzgarte y evaluarte a ti misma.
"Ese es no es tu trabajo.
"Todo el mundo
"te seguirá juzgando y evaluando.
"Es lo que la gente hace, especialmente los jueces.
"Ese es su trabajo.
"Pero tú eres la única que puede permitirse a sí misma ser grande.
"Eres la única que puede ser dueña de su propia grandeza.
"Ese es tu trabajo".
De manera que esto es lo que he logrado entender.
Yo amo bailar
pero, si a ti te gusta pintar, ve y pinta.
Si amas la ciencia, experimenta.
Si cantar es lo tuyo, canta a todo pulmón.
Sé tú mismo y sé grande.
Nos perdemos tanto jugando este juego de la excelencia
que olvidamos eso.
Todos nacemos para la excelencia.
Ahora, si bien es importante trabajar para lograr lo que queremos,
excelencia no es grandeza, ni nunca lo será.
Así como el rojo nunca será azul, ¡claro!
A nuestra satisfacción no le interesan nuestros logros y premios,
aunque sean divertidos.
La clave es recordar quiénes somos
cuando conectamos,
cuando nos vemos en el otro,
cuando recordamos quiénes somos.
Entonces, como mensaje final:
ve y recuerda quién eres.
Y eres grande.
(Aplausos)
(Música)
(Aplausos)