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Me llamo Pasha, soy de Rusia.
Vivo en Moscú, la capital de Rusia.
Soy Pavlik-Pavlunya-Pashok Pahan-Pashtet,
un individuo, como yo no hay dos.
Soy hombre, tengo 24 años.
Me envió el cielo, me lo dijo el horóscopo maya.
Me gusta saltar en la patineta para hacer trucos.
Me gusta dibujar, hacer rimas y sonidos.
Me gustan los chistes, hacer malabares y los trucos.
Me gusta en la realidad y en los sueños, me gusta mucho que me guste.
Me gusta crear porque es crear,
porque es el motor de la vida.
Mi padre murió cuando yo tenía tres años.
Mi mamá me dijo que era muy creativo,
le gustaba cocinar, patinaba y hacía joyas de plata.
Yo era muy chico cuando murió y casi no lo recuerdo.
La única figura paterna en la familia es mi abuelo.
Es un inadaptado muy optimista.
Toda su vida ha tenido una profesión muy creativa,
es restaurador.
Restaura íconos y otras antigüedades.
Creo que, de algún modo, también me influenció a mí
haberme criado rodeado de arte.
Mi abuela y mi mamá solían decirme:
"No te destaques, ve a estudiar, trabaja.
Sé como los demás. ¿Qué tienes puesto?
Todo tiene que ser igual a los demás".
Si eres distinto, está mal. No se permite.
Siempre actuaba en la escuela.
Si me llamaban al frente y no sabía el material,
igualmente tenía que entretener y alegrar a mis compañeros...
Pero siempre los quería a todos y era su amigo.
Quería a todos los maestros, que me trataban bien,
aunque siempre era travieso.
Decían: "Ay, Pasha!"
Nastya es la mejor pues es una princesa.
Siempre me gustaron las chicas pero tendía a no acercármeles
pues entendía que no podía darles felicidad, sólo sufrimiento.
Así esperé a mi princesa,
y ella apareció,
la chica a quien puedo hacer feliz y darle todo mi amor.
Yo solía dibujar en la escuela, pintaba en los anotadores.
Pero nunca creí que podría ser artista.
Hace unos cinco años empecé a dibujar,
y me gustó mucho, así que me dediqué a ello.
Empecé a ver mi mundo interior y puedo materializarlo.
Me parece necesario que todos se conozcan a sí mismos.
Creo que vivo para la gente y soy artista,
aunque a veces quiero escaparme, aislarme y no ver a nadie,
me ayuda a vivir que alguien me necesite
y poder llevarle alegría a alguien al comunicarme con la gente.