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Si despiertas una mañana
con 1000 veces más fuerza que la que tenías la noche anterior,
¿cómo harías las tareas delicadas del día a día?
Todo te parecería demasiado frágil
porque la escala de tu fuerza
se habrá expandido 1000 veces.
Tendrías que tener mucho cuidado
al estrecharle la mano a alguien
para no terminar rompiendo sus huesos
o aplastar a todo el que abrazaras.
Y usar un tenedor para comer brócoli
de un plato de poliestireno
sin atravesar el plato con el tenedor
será tan difícil como una cirugía del cerebro.
Digamos que llega el día
y tienes la oportunidad de salvar a una dama en apuros,
que cae desde un helicóptero.
Entonces, preparas tus brazos
esperando atraparla.
Unos segundos después, estarás
sosteniendo su cadáver.
¿Qué pasó?
Bueno, la presión es la fuerza dividida por el área.
Entre más pequeña el área,
entonces, mayor la presión.
Por eso podemos levantar objetos pesados
sin rompernos la piel,
pero una diminuta aguja nos hace sangrar
con un pequeño pinchazo.
La presión ejercida sobre el cuerpo de la dama
puede calcularse como la fuerza
dividida por el área de la parte superior de los brazos
que entra en contacto con ella.
No importa si tus brazos son lo suficientemente fuertes
para atrapar su cuerpo sin romper sus huesos.
Su columna vertebral no es tan fuerte
para que la puedas atrapar sin hacerle daño.
Incluso si arrancaras la puerta más cercana
para conseguir un área mayor para atraparla
de todos modos, tampoco podrías salvarla.
Recuerda, no es la caída lo que la mata,
sino la parada abrupta allí abajo.
Digamos que está cayendo de un piso 32,
alrededor de 90 metros,
y tú mides 1,80 m
quizá 2 m en punta de pies,
con los brazos sobre la cabeza
sosteniendo una puerta,
esperando distribuir la presión
sobre un área de superficie más grande,
lo único que estás haciendo es
subir el piso unos 2 metros.
Así que ahora cae de 88 metros,
en vez de 90 metros,
alcanzando una velocidad de 52 metros por segundo
justo antes del impacto,
sin contar la resistencia del aire.
Lo que equivale a chocar de frente, a 150 km por hora
contra una puerta que tiene un muro detrás.
Lo único que puede salvarla es volar.
Pero ese poder conlleva su propia serie de cuestiones científicas.
Si pudieras volar,
deberías volar en vertical hacia ella,
empezar a caer a la velocidad que ella cae,
aferrarte a ella,
luego reducir la velocidad gradualmente
hasta llegar a detenerte por completo.
Este proceso requiere mucho espacio de amortiguación
entre el punto en el que empieza a caer y el piso.
Cada segundo que pierdes
poniéndote el traje de superhéroe
y volando hasta su altura,
¡su cabeza está mucho más cerca de la acera!
Si está cayendo de un lugar alto,
y no puedes llegar hasta ella
hasta que está a unos metros del suelo,
en realidad no hay nada que puedas hacer
más que convertir al pavimento
en malvavisco
para darle a ella tiempo suficiente para detenerse poco a poco.
Luego, agrega el chocolate y las galletas
y ya tienes los smores.
¡Mmmm, delicioso!
¿Qué otra clase de física de superpoderes
explorarás a continuación?
Cambio en tamaño y contenido del cuerpo,
súpervelocidad,
volar,
súperfuerza,
inmortalidad
e
invisibilidad.