Tip:
Highlight text to annotate it
X
Emily & Jane Con mejor control con sus bombas desde 2011
Recién diagnosticado
Cuando me diagnosticaron,
me impactó mucho cuando me dijeron que tenía diabetes.
Me alegré de que fuera algo específico, de que mi enfermedad se conociese,
pero me sorprendió que fuera diabetes.
No conocía mucho sobre la diabetes ni conocía a nadie que la padeciera,
por lo que fue una verdadera sorpresa.
Comencé con pinchazos,
pero la manera en que funcionan las inyecciones no se adecuaba a mi estilo de vida.
La manera en que me tenía que pinchar me obligaba a comer a horas determinadas,
a merendar mucho y a ciertos horarios determinados,
y era demasiado, digamos, restrictivo.
Cuando me sugirieron ponerme la bomba,
estaba un poco desesperada
con todo el proceso de intentar gestionar mi diabetes:
lo intentaba por todos los medios,
pero no lograba tener el control.
Estaba en un estado
en el que me daba igual probar lo que fuera,
y, siendo una nueva tecnología
no me preocupaba tanto.
Tenía algunas preguntas
¿sobre dónde la tenía que guardar
y sobre qué tenía que hacer al dormir. ¿Dónde tendría que ponerla?
¿Qué haría cuando estuviera en la ducha o cuando me tuviera que bañar?
Éstas no son más que preguntas prácticas,
pero pensé que había más gente que se las haría
por lo que supe que habría respuestas.
Me diagnosticaron hace 6 años y a Emily le diagnosticaron hace 1 año.
Cuando diagnosticaron a Emily, yo estaba en un estado diferente.
Tenía más control
y sabía más sobre la diabetes,
por lo que me preocupé menos de
la diabetes y de cómo gestionarla.
Estaba más preocupada por las complicaciones que mi hija podría tener.
Es una sensación muy diferente el tenerla tú,
que el que tu bebé tenga diabetes.
Ahora que utilizo la bomba,
puedo realizar diferentes actividades.
Fui al campamento de boyscouts,
hice rafting, realicé todas las caminatas
y lo hice todo sin mi madre
y sin ninguna otra persona.
Lo controlé con la bomba y todo fue muy bien.
Si pudiera volver atrás
y me ofrecieran la bomba al inicio de mi tratamiento,
empezaría a utilizarla sin pensarlo,
y haría un pequeño esfuerzo inicial
para que las cosas funcionasen
antes que volver a esos años
de dolor y frustración, de muchos esfuerzos y de no ver mejorías de ninguna manera.
Para mí, si hubiese comenzado con una bomba antes,
creo que hubiera tenido
el control que tengo ahora mucho antes.
Si pudiera volver atrás,
al día en el que me diagnosticaron diabetes,
escogería, sin ninguna duda, la bomba mucho antes.
La bomba me ha ayudado mucho
y creo que me hubiera gestionado bien,
pero que no hubiera sido capaz de gestionar mi diabetes
como lo hago ahora sin la bomba.
La bomba no solo me ha ayudado a realizar más actividades
y a comer de una manera más sencilla,
sino que ahora mi glicosilada ha mejorado
y sigue haciéndolo mientras aprendo
más formas y maneras de cómo utilizar la bomba.
Es una máquina muy sofisticada que puedes utilizar teniendo un nivel básico,
y cuanto más aprendas sobre ella, mejor control tendrás.