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Siempre me gustó cantar, siempre canté mucho y muy bien. La primera vez, que me sacaron a un
escenario, me puse a llorar como una loca y ya después me fascinó.
Cuando yo empecé a cantar, me dije, yo no quiero cantar nada más, sino que necesito
expresarme de otra forma.
Así que entré a la escuela de teatro, para aprender a manejarme en un escenario y empecé
a hacer mis propios espectáculos, de una manera que nadie hacía.
Empecé a hacer una investigación sobre lo que era el cabaret, el cabaret alemán, porque yo sentía que ahí
estaba la raíz de lo que yo quería hacer.
Me di cuenta que el cabaret alemán, no tenía nada que ver con el humor mexicano,
así que hice mi propio cabaret. Yo le digo cabaret, porque son varias disciplinas reunidas en un
espectáculo, en donde está el teatro, la danza, la música, la plástica, la crítica.
Yo pienso que las melodías, por ejemplo de la canción ranchera son melodías muy bellas, y además son
canciones con una fuerza, y hay letras como las de José Alfredo Jiménez, que van a perdurar porque
tienen una poesía tan popular y tan sabia, hay cosas también, que son tan ingenuas,
que precisamente por su sencillez, te pueden conmover.
Además, me gusta mucho el arte.
Lo que yo hago es una expresión de vida, de mi vida, que tiene que ver con la vida
de los demás, porque no vivo sola.
La vida es muy corta y yo pienso que lo mejor es pasarse, ésta vida de la mejor
manera posible, así que yo decidí ser una dadora de placer en el escenario.
Astrid Hadad les manda un saludo a PARLANTE AMARILLO, de todo corazón.