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En el estado de Madhya Pradesh, en el centro de la India,
el parque nacional de Kanha se ha convertido en un refugio para el tigre de Bengala.
Casi no quedan
¿Se extinguirá el tigre como le ocurrió al tilacino?
Los tigres del Caspio, de Bali, y de Java han desaparecido.
Aquí, en Kanha, la Sociedad para la Protección de la Vida Salvaje
intenta que no le suceda lo mismo al tigre de Bengala.
En este parque los felinos rayados disfrutan aún del equilibrio natural.
Un tigre necesita presas y aquí las hay por todas partes.
El último maharajá de Alwar venía a cazar tigres a los bosques de Sariska.
Hoy el antiguo palacio se ha transformado en un hotel y esta selva es ahora su refugio.
Una paradoja positiva ¡para variar!
Ahimsa, es una tigresa de tres años que acaba de llegar al Parque
digamos que se está instalando.
Esperemos que el macho la admita en sus dominios.
Si que la acepta, parece que hay buena química
Por fortuna, la tigresa está receptiva y acaba accediendo a sus proposiciones
Durante los próximos cinco días se aparearan unas 200 veces
Y aquí está ella, tan tranquila, fruto de la pasión, nacieron dos cachorros
El macho desapareció y seguramente no vuelva a verlo.
Ella sola se ocupará de alimentarlos y de criarlos
Para ello necesita entre ocho y diez kilos de carne al día,
que por doce meses son 3.000 kilos
y que en términos de caza supone unas cuarenta presas al año
De momento en Kannha, el tigre está a salvo de la codicia humana.
Lo cierto es que como especie somos una verdadera plaga