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Cada primavera, los amantes de la naturaleza con entusiasmo reciben las señales
de que el invierno finalmente llega a su final.
cuando los días se vuelven mas cálidos,
las flores y los árboles comienzan a florecer,
y el mundo cobra vida
con el melódico canto de las aves
en busca de un nuevo compañero.
Sin embargo, ¿dónde se han escondido
estos encantadores sonidos ?
Casi 200 especies de aves cantoras,
han pasado sus inviernos
en climas tropicales
de Centro y Sudamérica.
Aunque esto puede sonar ideal,
supone uno de los viajes más peligrosos
conocidos en todo el reino animal.
Este viaje se llama migración,
y para las aves cantoras,
esto puede suponer viajar a algún lugar
entre unos cuantos cientos de kilómetros hasta más de 11 000
en un periodo de varias semanas
hasta cuatro meses
Las aves pasan semanas preparándose
para este intenso viaje
engullendo grandes cantidades de comida,
algunas veces duplicando su peso
antes de partir.
al volar, las aves pueden perder
casi un 1% de su peso corporal en una hora,
así que aumentar algunos kilos es crucial para sobrevivir.
Sin embargo, mas que el estrés físico,
las aves migratorias ahora se enfrentan
a una nueva fuente de problemas:
el cambio de la superficie terrestre.
Imaginen que Uds. son los que
van a iniciar una viaje.
han llenado el auto
con todo lo que creen que necesitarán,
llenaron el tanque de gasolina,
han tomado un enorme desayuno,
y comienzan el viaje.
Uds. ya han hecho este viaje antes.
Conocen todas sus paradas favoritas para descansar
y algunos establecimientos en el camino para comer un poco
todo está planeado.
pero justo cuando el indicador de combustible
comienza a llegar a la zona roja,
pasan por la que debería haber sido una gasolinera,
pero está cerrada.
Y piensan, "no hay problema",
"la próxima no puede estar tan lejos".
pero luego la siguiente gasolinera nunca aparece.
Desafortunadamente, al seguir por la ruta,
la realidad de la situación se comienza a vislumbrar.
Más y más gasolineras están cerradas
o solo desaparecieron del mapa.
De repente, su viaje de rutina
se ha convertido en una búsqueda desesperada
para encontrar un lugar seguro para descansar
y pernoctar.
Este escenario se ha vuelto una realidad
para la mayoría de las aves cantoras migratorias
mientras que el desarrollo urbano continua sin regulación.
Los humanos están alterando sitios importantes de descanso
que las aves han estado utilizando durante generaciones.
Cuando las aves migratorias cruzan el continente,
se encuentran gran cantidad de peligros,
incluyendo la ingesta de pesticidas en los campos agrícolas,
perdida del hábitat en los desarrollos suburbanos,
así como una desorientación por la contaminación,
e incluso la colisión con estructuras
de edificios altos con vidrios reflectantes en las ciudades.
De las 20 mil millones de aves estimadas
que comprende la población en otoño,
solo cerca de la mitad regresarán
a reproducirse la siguiente primavera.
Casi mil millones de estas muertes
se atribuyen solamente a las colisiones con edificios.
con estas sorprendentes perdidas anuales,
los humanos arriesgan más que la pérdida
de los hermosos colores y los cantos de las aves,
también juegan un papel importante en el ecosistema.
Las aves ayudan con el control de insectos,
la polinización,
y la distribución de semillas a lo largo de la superficie terrestre.
Sin las aves, el mundo natural
sería un lugar muy diferente.
Aunque las aves enfrentan una amenaza existente
por parte del desarrollo urbano,
existen acciones que todos podemos llevar a cabo para ayudar.
Muchos países y gobiernos locales
ya han aprobado leyes importantes
que restringen el uso de pesticidas venenosos.
Al utilizar productos más naturales a base de plantas,
podemos mantener nuestros campos y jardines
sin los peligrosos efectos secundarios.
Además, al seguir creciendo nuestra población mundial
y la necesidad de las personas de lugares a los que llamar hogar
los espacios verdes pueden ofrecer tanto un hábitat para aves
como un lugar apacible y natural
para que disfrutemos.
Pequeños cambios en casa
también pueden marcar una enorme diferencia.
Colgando dispensadores de comida
y construyendo casas para aves en áreas al aire libre,
podemos ofrecer la seguridad y comida tan necesitada
durante las largas migraciones.
Apagar las luces en los entornos
suburbanos y urbanos
también puede ayudar a las aves
que buscan las estrellas para guiarse.
Con nuestra ayuda, estos viajeros en el cielo
podrán alcanzar su destino de forma segura,
y con suerte seguir regresando año tras año.