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Gracias.
Muchas gracias.
Lo que aprecio de eventos como este
es que las personas no solo se juntan para escuchar ideas.
Sino que todas vienen por el mismo motivo.
Cada uno de nosotros vino aquí porque compartimos algo,
tenemos valores similares, creencias similares,
y esta es la razón para venir.
No nos conocemos y, sin embargo,
sabemos algo unos de otros.
Esto es importante,
porque la propia supervivencia de la raza humana
depende de nuestra habilidad
para rodearnos de personas que crean lo que creemos.
Cuando estamos rodeados de personas
que creen lo que creemos, sucede algo notable:
aparece la confianza. No nos equivoquemos, la confianza es una sensación,
una experiencia característicamente humana.
Sencillamente hacer todo lo que uno prometió que haría
no significa que deban confiar en uno.
Solo significa que uno es fidedigno.
Y todos tenemos amigos que son un desastre pero aún confiamos en ellos.
La confianza viene de la sensación de valores y creencias compartidas.
Y la razón por la cual la confianza es importante,
es porque cuando estamos rodeados de personas
que creen lo que creemos,
tenemos más confianza para correr riesgos.
Tenemos más confianza para experimentar,
lo que supone fallar, por cierto.
Tenemos más confianza para salir y explorar
sabiendo que hay alguien dentro de nuestra comunidad,
alguien que cree lo que creemos,
alguien en quien confiamos y que confía en nosotros, que cubre nuestra espalda,
que nos ayuda cuando nos caemos,
que vela por nuestras cosas y cuida a nuestros hijos cuando no estamos.
Nuestra supervivencia depende de nuestra habilidad para rodearnos
de personas que crean lo que creemos.
Se los mostraré con un ejemplo que me impresiona cada vez que hablo de él.
¿Cuál es nuestra posesión más valiosa del planeta?
Nuestros hijos, ¿verdad?
Nuestra más valiosa posesión en el planeta son nuestros hijos.
Déjenme ponerles un escenario.
Imaginen que van a una cita y necesitan quien cuide a su bebé.
Tenemos dos opciones.
La primera, la vecina de 16 años
que vive en nuestra comunidad con una mínima
experiencia, si la tiene, en el cuidado de niños.
Hay también una vecina de 32 años, recién llegada,
—no sabemos de dónde—
pero con 10 años de experiencia en el cuidado de niños.
¿A quién elegimos?
A la de 16 años. Piensen por un segundo.
Confiaríamos nuestros hijos, nuestra más valiosa posesión en el planeta,
a alguien de dentro de nuestra comunidad,
sin experiencia,
en vez de a alguien con vasta experiencia
pero que no sabemos de dónde viene
o en qué cree.
Entonces, ¿por qué lo haríamos distinto en el trabajo?
¿Por qué nos preocupa tanto el currículo de alguien
y dónde ha trabajado y que ha hecho para la competencia?
Y, sin embargo, nunca parece que nunca consideramos qué creen, de dónde vienen,
cómo podemos confiar en ellos, cómo pueden ellos confiar en nosotros.
Es el problema con muchas organizaciones, créanlo o no,
ya sean una comunidad o una cultura.
¿Qué es una comunidad? ¿Qué es una cultura?
Es un grupo de personas con un grupo de valores y creencias comunes, ¿verdad?
¿Qué es una nación? Un grupo de personas
con un grupo de valores y creencias compartidas.
Y el reto más grande que cualquier cultura o
cualquier organización afrontará es su propio éxito.
Cuando se funda la organización...
Todas las organizaciones se fundan en los mismos principios básicos.
Hay algún tipo de medida, comúnmente dinero pero puede ser cualquier cosa.
Y hay tiempo.
Y cuando se funda la organización lo que hacen y por qué lo hacen
está inextricablemente vinculado.
Normalmente hay un fundador o un pequeño grupo de fundadores.
capaces de expresar su visión en palabras.
Y su pasión inspira a otros a unírseles
en busca de algo mayor que sí mismos.
Confían en sus instintos y adelante, y es una experiencia maravillosa.
El problema es que, conforme crecen,
conforme tienen cada vez más éxito,
no pueden depender ya más de sí mismos.
Tienen que contratar a alguien que contrate a alguien,
que contrate a alguien, que contrate a alguien...
que tiene que decidir.
¿Basado en qué? Lo que hacen es empezar a crecer.
Esa métrica. El problema del por qué lo hacen
empieza a ser confuso.
Y este es el mayor reto que cualquier organización enfrenta.
Es esto aquí, lo que llamo "la fractura".
Los síntomas de fractura dentro de la organización
son: aumento del estrés y disminución de la pasión.
Síntomas de la fractura son cosas como que los de siempre,
las personas que están desde los inicios,
comienzan a decir cosas como:
"La cosas no son como solían ser. Ya no se siente lo mismo".
No les es fácil ponerlo en palabras, pero saben que no es lo mismo.
Incluso aunque la organización sea más exitosa
que nunca en el pasado,
no es lo mismo.
Otros síntomas: la organización empieza a
centrarse más en lo que hace la competencia
y preocuparse menos de lo suyo propio.
Cuando comienzan a preguntar a externos:
"¿Cómo deberíamos ser, qué deberíamos decir?"
Al principio nadie pregunta a nadie,
se actúa por pasión, por propia energía.
Es lo que pasa en organizaciones como Apple.
En 1985 Steve Jobs dejó Apple y la compañía fue así
y Steve Jobs regresó.
Y Howard Schultz dejó Starbucks y Howard Schultz tuvo que regresar.
Y Michael Dell dejó Dell y Dell tuvo que regresar.
Ahora, si son claros en sus propios porqués o no, está por verse.
Pero el punto es que estos fundadores,
estos tipos visionarios, encarnaban físicamente la razón,
la causa alrededor de la cual las personas llegaron en primer lugar
y les recuerdan por qué vienen a trabajar.
Mi miedo es
que una de mis organizaciones favoritas, una organización que me encanta,
se pueda estar fracturando.
Estados Unidos de América. De pronto han oído hablar de ella.
(Risas)
Es importante estudiar EE.UU.
porque como muchas cosas que allí pasan
todo es exagerado.
Por eso podemos aprender mucho de ellos y esperemos
aprender cosas que podamos aplicarnos.
Algo comenzó a pasar en 1947 que encarna esta idea.
A la generación de mis abuelos se la denominó la generación más grande,
así los llamamos, la generación más grande.
Porque fue una generación que peleó en una guerra contra ese gran mal
y todos estaban unidos y unificados
en un sentido de causa común, propósito y creencias
y confianza se mantuvo alta todo el tiempo.
Incluso quienes no fueron a la guerra compraron bonos de guerra
y todos fueron uno.
Y hubo historias de hombres jóvenes que cometieron suicidio
disparándose por no ser llamados a la acción.
Los llamamos la generación más grande.
¿Y qué logro yo? Soy la generación X, la variable desconocida.
Ellos lograron la generación más grande , yo la X.
Mis padres son llamados el "boom". ¿Por qué?
Porque sus padres "los hicieron" al regresar de la guerra.
(Risas)
Ellos lograron la generación más grande.
Este sentido de propósito, este sentido de causa, este sentido de por qué.
Pero regresaron de la guerra
y la mayoría había crecido durante la Gran Depresión
y ahora querían experimentar un poco de vida,
querían comprar cosas,
una suerte de cuidarse a sí mismos un poco más.
Habían dado mucho toda su vida.
Y llegó la década de los 50.
Y la de los 50 fue definida por responsabilidad.
Salir a dar esa misma clase de lealtad por su empresa
que la dada a país o la causa.
Sabemos cómo eran los años 50.
Todos dieron y dedicaron su vida a la compañía.
El problema es que conforme comenzó a haber más abundancia
y la riqueza de la nación comenzó a crecer,
este sentido de propósito y sentido de causa
y este sentido de compromiso y de confianza
y de felicidad no creció a la par.
Y esto es malo. Es confuso.
Y así, en los 60 respondimos a ello.
Y pensamos, "La responsabilidad no funcionó, probemos la irresponsabilidad".
Entonces nació el movimiento hippie, ¿correcto?
Y la razón para la existencia del movimiento hippie, en primer lugar
es porque la nación era más rica,
y podíamos sostener a las personas fuera del sistema
y nuestros padres fueron más ricos, había más abundancia.
Y podían pagarlo.
Pero nosotros no logramos el mismo sentido de compromiso.
Y el péndulo se volvió otra vez.
Tenemos luego los 70, la generación YO,
definida así por buscar su propia felicidad.
Todos tenían su gurú, se volvieron muy egoístas.
Tampoco funcionó.
Y de nuevo todo ese tiempo nos volvimos más y más ricos
y el sentido de compromiso, felicidad y confianza no creció a la par.
Y luego los 80.
Aún ese sentido de YO, pero ahora los negocios fueron atractivos otra vez.
Y en los 80 empezamos a ver algo nunca visto antes.
En los 80 comenzamos a ver compañías usando personas para equilibrar sus libros contables.
Nunca antes había pasado
que se despidiera gente para hacer funcionar los números.
Personas para hacer trabajar las cifras.
Y llegaron los 90 y las "punto com",
con el comportamiento más egoísta posible.
Todos querían hacerse ricos sin importar otra cosa.
Y otra vez, la fractura continúa.
Lo único que pasó, lo único que realmente creció
en las organizaciones y las sociedades sin fracturarse
fue ese incremento de desconfianza.
Nos volvimos desconfiados uno del otro dentro de nuestras organizaciones,
desconfiamos de la dirección,
desconfiamos de nuestros políticos.
Y ahora nos encontramos aquí preguntándonos cómo seguirá.
Cómo encontraremos un sentido de compromiso, la tecnología no ayuda.
Andy Grove, el fundador de Intel decía
que la única cosa que un microprocesador hizo
era hacer las cosas más rápidamente.
Y estaba en lo correcto. E hizo ir esto más rápidamente también.
No lo olviden, la tecnología es absolutamente fantástica.
Para el intercambio de información y el intercambio de ideas,
absolutamente maravillosa para acelerar las transacciones,
magnífica para asignar recursos y encontrar personas,
pero terrible para crear conexiones humanas.
No puedes crear confianza por internet.
Hay algo llamado neuronas espejo, recientemente descubierto,
que es una de las cosas que contribuye
a cómo las personas se relacionan unas con otras y cómo empatizamos.
Es el sentimiento que obtienes,
es la misma parte del cerebro que brilla —ellos
hicieron estas fotos— resonancias magnéticas.
Le daban a una persona una foto de alguien sonriendo.
Y entonces en nuestro cerebro, cuando vemos a alguien sonriendo,
brilla la misma parte de nuestro cerebro que brilla cuando nos reímos.
Es lo que crea empatía y es necesario para crear confianza.
Otra vez es una conexión muy humana
Por ello una videoconferencia
nunca reemplazará un viaje de negocios.
No podrás tener nunca un buen presentimiento con una videoconferencia.
Soy un gran fan de la blogosfera.
Los blogueros piensan que internet es el final de todo en todo el mundo.
Explíquenme entonces, ¿por qué una vez al año 20 000 blogueros van a Las Vegas
a una gran convención?
¿Por qué no la hacen en línea?
(Risas)
Es porque nada reemplaza el contacto humano.
Es la diferencia entre liderazgo y autoridad.
El liderazgo nos dice, antes que nada, por qué estamos aquí.
Nos recuerda por qué vinimos aquí.
La autoridad nos dice qué hacer.
O qué meta alcanzar.
En los 60 Stanley Milgram hizo un experimento
que hoy consideramos no ético,
pero los resultados fueron notables.
Invitó a dos personas a su laboratorio.
Uno hacía el papel de profesor, un voluntario,
y el otro, el de estudiante, aunque en realidad era un científico
simulando ser un voluntario.
Le dijeron al 'profesor' que se sentara frente a una mesa
que tenía un botón y un dial.
Y le dijeron que le harían preguntas
al estudiante y que si la respuesta era errónea
o rehusaba a contestar, el profesor debía apretar el botón
y administrar un choque eléctrico.
Y luego de cada choque debían subir el dial un punto.
Decía: suave, medio, ligeramente doloroso,
más doloroso, muy doloroso y llegaba a un rojo que decía "***"
Lo que en realidad pasaba
era que solo se administraba un choque durante todo el experimento,
el pequeño que se le administraba al profesor
para que sintiera cómo era.
Y conforme el experimento progresaba
y se hacían las preguntas y el profesor presionaba el botón,
el científico, que simulaba ser el estudiante,
simulaba recibir un choque eléctrico.
Lo que terminó ocurriendo fue que cuando el estudiante podía ver y oír...
cuando el profesor podía ver y oír al estudiante, que gritaba,
no podía continuar mucho más allá y renunciaba
diciendo: "No puedo hacerlo más. Estoy lastimándolo"
y se retiraban del experimento.
Cuando lo podían ver pero no oír,
podían ir más allá pero aún no mucho más antes de renunciar.
Y la figura de autoridad se levantaba cerca de él
cada vez que decía, "Pero estoy lastimándolo",
y le decía:
"Es imperativo que el experimento continúe".
Y decían una y otra vez
"El experimento debe seguir".
Decían en voz alta: "El experimento debe seguir".
Y fue como en la Alemania Nazi cuando la gente decía:
"Yo solo seguía ordenes. Yo solo seguía ordenes".
Y con este mantra justificaban su comportamiento de herir a cualquiera.
Y cuando los oían pero no los veían, podían ir mucho más allá,
pero no hasta el final.
Pero cuando ni oían ni veían el impacto de sus decisiones,
el 65 % de los profesores fueron capaces de matar al otro.
La razón para que este experimento no sea ético es porque el 65 % de estas personas vinieron a ayudar,
pensando que eran buenas personas,
y regresaron a casa sabiendo
que podían matar a alguien.
Ahora me pregunto, ¿cuál es nuestro mantra en este día y edad?
¿Es: "Valor para el accionista, valor para el accionista, valor para el accionista"?
¿Cuál es el mantra que usamos
para justificar lo que hacemos con nuestras decisiones a la gente
que ni vemos, ni oímos?
Y no sabemos el impacto de las decisiones que tomamos.
¿Y saben cuál es la mayor preocupación de quien
tiene que "matar al otro"?
¿Me va a pasar algo a mí?
¿Me meteré en problemas?
No hay ninguna preocupación por la persona que potencialmente matará.
Piensen ahora en cómo hacemos hoy los negocios.
Muchos son en una pantalla.
Hubo una época en que si querías saber
qué pensaban los empleados de ti,
caminabas por la fábrica y les preguntabas.
Servicio al cliente significa realmente hablar con la gente que entra a tu tienda.
Ahora servicio al cliente quiere decir responder el correo en las siguientes 24 horas.
Yo realmente vi en la publicidad de un banco que podías hablar con una persona.
(Risas)
Vuelo en una aerolínea y tengo más millas que nadie,
¿y saben qué me ofrecieron cuando llegué al máximo posible?
Un número telefónico en el que puedo hablar con una persona.
¿Desde cuándo una persona es un lujo?
Nuestra supervivencia depende de nuestra habilidad de interactuar con seres humanos
y conforme crecemos, y la escala y el tamaño entran en juego,
de repente la humanidad de las cosas empieza a desaparecer.
Hubo un tiempo en que un escritorio era algo horizontal,
ahora es algo vertical.
Y una carpeta solía ser una imagen, que solíamos usar.
Son ideas graciosas, ejemplos divertidos,
de cómo la tecnología se apropia de parte de nuestro vocabulario.
El problema es que se apropia de algunas otras ideas también.
Un amigo no es alguien al que le pones una marca en su "estado".
Tu red de amigos no está en Linkedln,
tu conversación no sucede en un blog
y no puedes tener una discusión en Twitter.
Son experiencias humanas y las necesitamos.
Necesitamos aprender acerca de los valores y creencias de otros.
Y no podemos simplemente hacerlo por internet.
Estas neuronas espejo no se iluminan enviando o recibiendo mensajes de texto.
Lo que me imagino es un día en que comencemos a tener más interacciones humanas,
algo que necesite esto, dar la mano. Dar la mano.
Imaginen que quieren hacer negocios con alguien
y ellos están de pie, allí con Uds.
y acceden a todos los términos que le ofrecen. 100 % de acuerdo.
Y dices: "Estupendo. Démonos la mano".
Y ellos dicen: "No, no. De acuerdo con todos los términos. Solo vamos a hacer negocios".
Y sigues: "Muy bien, si estamos de acuerdo, démonos la mano". Y dicen:
"No, no. De acuerdo con todos los términos. Solo hagamos negocios".
Si ellos rehúsan dar la mano,
aún si hablando racionalmente acuerdan con todo lo que queremos,
si rehúsan darnos la mano,
probablemente no haremos negocios con ellos.
Y si lo hacemos, nos sentiremos inquietos.
Esto es lo que es la confianza, es humana.
Trata de interacciones humanas, de conversaciones reales.
Lo que necesitamos es más conversaciones de darse la mano,
más discusiones de darse la mano,
debates, amigos, liderazgo, de darse la mano.
Si no lo hacemos,
entonces seguiremos yendo por aquí,
y no encontraremos nuestro sentido de compromiso y felicidad e inspiración.
Se requiere estar entre personas que creen lo que creemos.
Muchas gracias.
(Aplausos)
Muchas gracias.
Gracias.