Tip:
Highlight text to annotate it
X
¿Qué ven cuando miran esta foto?
¿Ven un potencial, una posibilidad, un cambio?
Cada día, mujeres como ésta se ven forzadas a mendigar por las calles.
Las mujeres son violadas, como armas de guerra
Los niños, arrancados de sus casas y obligados a prostituirse.
Y a las niñas se les niega una educación en razón a su sexo.
Atrocidades similares ocurren en todo el mundo
y el número de actos de opresión, conflictos y genocidios está incrementándose.
Tanto, que de hecho dejamos de prestar atención.
Por desgracia, cuantas más atrocidades oímos que suceden
más apáticos e insensibles nos volvemos
Nos dan lástima esas víctimas,
Debería hacerse algo, pero qué puedo hacer yo.
Y de esta manera nos desconectamos, se instala la apatía y nos callamos.
Pero cuando le ponemos rostro a un individuo y lo utilizamos
para contar el panorama más grande del problema, la gente escucha.
En esencia, conectamos a muchos a través de la congoja de uno
y ese uno tiene un rostro.
Ese uno tiene voz.
Ella es una de las muchas víctimas de la auto-humillación.
Prendiéndose fuego a lo bonzo para protestar, para escapar de los abusos domésticos.
Les reto a mirar más allá de esta víctima,
más allá de su victimización, y considerar que quizás estas mujeres puedan ser soluciones
Ernest Hemingway escribió en "Adiós a las Armas": "El mundo trata de rompernos a todos.
Algunos nos volvemos más fuertes en las partes que nos rompieron".
Y al darles una voz, las mujeres y las víctimas de todo el mundo
quizás podrían cambiar la percepción de su victimización.
Ahora les pido que me miren,
¿Qué ven cuando me miran?
¿Una aventurera, una atleta, una activista,
una luchadora, una madre, una hija, o una víctima?
Hace muchos años regresaba a casa del trabajo
y fui atacada brutalmente, violada y dada por muerta.
A los dieciocho años.
Solo era una de las 200 000 mujeres violadas al año en EE UU.
cada año. Una mujer cada dos minutos.
Si hubiese creído que era una víctima, dejado que mi familia y amigos lo pensaran,
si hubiese vivido en un país como Afganistán, quizá las cosas hubiesen sido distintas.
Pero de hecho, fui encasillada como "víctima" ese era el objetivo.
Dictaminar lo que haría o no haría
basado en experiencias fuera de mi control frente a mi potencial.
Hasta que trece años más tarde
cuando la violencia también golpeó a mi hermana
decidí arriesgarlo todo para crear un mundo en el que
las mujeres victimizadas no fuesen catalogadas como víctimas.
Si tuviesen una voz, podían aportar soluciones.
Cuando observamos a países como Afganistán
vemos esta imagen a menudo.
Les desafío a mirar a las mujeres de Afganistán.
Un país catalogado como el peor del mundo para que viva una mujer, durante muchos años.
¿Vemos víctimas, o a mujeres como Bibi Aisha?
Bibi se casó con un talibán a los 14 años
y tras cuatro años de abusos escapó.
Fue capturada y le cortaron la nariz y las orejas como escarmiento y ejemplo.
No murió, y se las arregló para pedir amparo a las fuerzas armadas de los EE UU.
Y recaló en una casa refugio en Kabul.
Es una de las miles de víctimas
Pero al ilustrar con su rostro la portada de la revista Time,
oímos su voz, y a través de ella, las de otras mujeres de todo Afganistán.
Entendimos y escuchamos ese gran problema.
Hoy, Bibi sonríe.
Médicos de los EE UU, reconstruyeron su nariz y sus orejas,
en lugar de catalogarla como víctima por el resto de su vida,
ahora se la puede ver sonreír, ven el potencial de su rostro.
Hace tres años, en Kandahar, unas niñas iban a la escuela
cuando dos hombres detuvieron la moto en la que viajaban y arrojaron ácido a sus rostros.
desfigurándolas para siempre, victimizándolas.
Fue uno de los miles de ataques destinados a impedir que las niñas fuesen a la escuela.
Hoy, todas las niñas han vuelto a la escuela.
Y usan su voz porque creen que la educación es su mayor esperanza.
Se levantaron contra los talibanes y les dijeron: "No seré una víctima
no pueden detenerme,
pase lo que pase".
Tenían la misma edad que mi hija hoy.
¿Qué pasaría si ese fuera el riesgo que ella enfrentara al ir a la escuela?
¿Estaríamos dispuestos a respaldar a las miles de niñas del mundo
que arriesgan su vida para obtener una educación, si fueran nuestras hijas?
Si fueran nuestras hermanas, ¿marcharíamos con ellas por las calles de Kabul?
¿Protestaríamos contra el acoso *** para exigir igualdad?
Arriesgan sus vidas para hacer oír su voz.
Han comprobado el poder de la voz en Meena Keshwar Kamal.
En 1977, Meena estudiaba en la Universidad de Kabul,
a los 18 años fundó RAWA, la Asociación Revolucionaria de Mujeres Afganas.
dedicada a darles voz.
Ella era una figura prominente que luchaba no sólo por las mujeres,
sino también para acabar con la ocupación soviética por la libertad de su país.
A los 30 años fue asesinada.
Pero plantó las semillas del Movimiento por los Derechos de la Mujer Afgana
basado en el poder del conocimiento y el uso de la voz
y hoy su voz aún se oye en RAWA
y los riesgos que asumió conscientemente son un ejemplo para las mujeres afganas de hoy.
Cuando intentamos valorar el riesgo,
es muy difícil porque el riesgo es subjetivo.
El riesgo cambia nuestras percepciones.
Si lo miramos con el prisma del individuo
puede resultar muy desalentador, incluso paralizante.
Pero si lo hacemos a través del humanismo, se reduce, se encoge.
Mis riesgos son individuales. En primer lugar, financieros. Vendí mi casa.
dejé mi trabajo y me desprendí de mi último bien: mi coche,
porque creía que mis actos conseguirían el cambio.
Creé una organización dedicada a combatir la apatía
y dar poder a la voz de las mujeres y los niños de todo el mundo.
En especial, en zonas en conflicto, donde las voces son silenciadas.
Asumí también riesgos físicos, trabajo en una zona de conflicto,
que trae consigo un nivel determinado de riesgos.
Y creo que ya he usado más de una de mis nueve vidas,
pero cuando sopesas los riesgos individuales, que asumo
frente al riesgo de no hacer nada,
No hay lugar a dudas. No se lucha contra alguien en concreto
La lucha es conmigo misma y con ustedes.
Es a favor de esas valientes mujeres de todo el mundo.
Diplomáticos y activistas están
asumiendo los desafíos de nuestra comunidad global.
Porque la recompensa es la justicia social, la paz del mundo y una humanidad que
cree que todos tenemos derecho a una voz, que todos tenemos un potencial que explotar.
Si consideramos un cambio de percepción
de las víctimas y del riesgo, ¿cómo expresamos el cambio real?
Creo que ese cambio comienza con la voz: la suya, la nuestra y la de ellos.
Darle a las víctimas voz para cambiar las vidas, a las comunidades,
y a los países desde dentro, orgánica y sosteniblemente
creando un efecto catalizador a través del individuo.
Cuando salgamos de aquí, me gustaría que consideren su propia percepción del riesgo.
El riesgo no significa que vayan a montar una organización en una zona de guerra.
Es el riesgo de hablar por alguien que no tiene voz.
Es el riesgo de decir "no", es el riesgo de decir "sí".
Pero así es la vida, una serie de riesgos y oportunidades.
Si queremos ver un mundo sin opresión ni conflictos,
sin genocidios ni tráfico de seres humanos,
tenemos que asumir riesgos, el cambio no viene jugando limpio.
Así que salgan y usen su voz. Pidan a otros que usen las suyas.
Y asuman los riesgos de no hacer nada en sus propias vidas.
Miren fuera de ustedes y también en su comunidad.
y busquen en dónde puedan hablar quizá
en nombre de los niños, las mujeres maltratadas, los refugiados, los sin techo.
Porque si los ven como algo más que víctimas, los verán a ellos, nos verán a nosotros
como catalizadores para un mundo mejor.
Gracias.
(Aplausos)