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Cuando Milton Friedman fue a China de gira, la delegación china allí le mostró el
proyecto de un nuevo canal que estaban construyendo.
Friedman dijo a la delegación: "¿Puedo preguntarles por qué tienen hombres
excavando este canal con palas? ¿Por qué no usan excavadoras o bulldozers?"
Y un miembro de la delegación china respondió: "Si usáramos grandes máquinas no podríamos crear tantos empleos."
Y Friedman dijo: "Oh, es un programa de creación de trabajo. Pensé querían construir el canal."
"Si lo que quieren son empleos, quítenles las palas y denles cucharas."
"Creación de empleo" es una frase muy usada, especialmente por políticos.
Yo diría que crear empleos es fácil. Lo difícil es la creación de riqueza.
Por ejemplo, podríamos destruir toda la maquinaria agrícola. Eso crearía millones
de empleos en el campo inmediatemente. Pero no creo que nadie lo vea como una solución real.
El punto es que el progreso económico viene no tanto cuando creamos empleos
- eso es fácil - sino cuando eliminamos empleos que ya no necesitamos.
Hace 100 años más del 40% de la población estaba involucrada en
trabajos agrícolas de algún tipo.
Hoy es menos del 2%, aunque la producción agrícola tuvo un auge
gracias a la mecanización e invención de todo tipo de maquinaria agrícola.
¿Qué pasó con todos esos viejos trabajos?
A medida que la mecanización abarató los productos agrícolas, la gente tuvo que gastar menos de su dinero
en comida y pudo gastarlo en otros tipos de cosas.
La historia del progreso ha sido la de nuestra habilidad de eliminar trabajos,
economizando el recurso más escaso de todos, el trabajo humano, para hacer las cosas que queremos.
Claro, las innovaciones no ocurren todas de una vez sino gradualmente en el tiempo.
Y toda innovación tecnológica significa que los trabajadores tendrán que aprender nuevas habilidades,
y algunos es probable que estén desempleados durante algún tiempo.
Y mientras ese desempleo es malo, las alternativas son peores.
Estas transiciones laborales son el precio que pagamos por el progreso económico.
Impedirlas sería detener el crecimiento, la innovación y la reducción de la pobreza.
La destrucción de trabajos también indica a los jóvenes cuáles serán los nuevos trabajos del futuro.
Han surgido nuevos trabajos, reemplazando a los antiguos que había que la agricultura.
Durante el siglo 20, EEUU pasó de ser una nación de empleos agrícolas,
a empleos industriales, empleos de servicios, y empleos de conocimiento.
Y las señales del mercado pueden indicarle a la gente en qué tipo de habilidades deberían invertir
y dónde estarán los nuevos trabajos del futuro.
Los gobiernos no tienen estas señales. De hecho, muchos programas estatales de empleo
son para satisfacer las necesidades de los políticos no las necesidades de los consumidores.
Los gobiernos son buenos creando trabajo pero no son buenos creando trabajos que generen valor.
Si quieren trabajos valiosos, necesitan gente como Bill Gates o Steve Jobs
que sepan como crear valor y generar trabajos útiles.
El mejor programa de creación de empleos en la Historia
es el libre mercado y el espíritu emprendedor que genera.